jueves, 31 de mayo de 2018

Notorious pleasures (Maiden Lane 2), Elizabeth Hoyt

[Libro no publicado en español]
Lady Hero Batten, la bella hermanda del duque de Wakefield tiene todo lo que una mujer puede desear, incluyendo un prometido perfecto. Ciertamente el marqués de Mandeville es bastante aburrido y sin sentido del humor pero eso no molesta a Hero. Hasta que conoce a su escandaloso hermano...
Lord Griffin Reading dista mucho de ser perfecto y está encantado con ello. Es un misterio cómo pasa sus días pero todo Londres sabe que se le puede encontrar en los peores tugurios cada noche. A Hero le disgusta automáticamente y Griffin piensa que ella, con sus actos de beneficencia y sus impecables modales, es demasiado perfecta para la sociedad y, por supuesto, para su hermano. A pesar de ello, sus constantes duelos dialécticos despiertan la chispa del deseo que hará temblar sus mundos. ¿Podrán dos personas imperfectas encontrar su perfecto amor verdadero?


Pues nada, queridas, ya me he puesto las enaguas que están para trapillos para pasear un rato por Maiden Lane que, aunque tiene un nombre como de moza virgen de buena familia, es una de las zonas de Londres por las que debes pasear del brazo de maromazo o, casi mejor, no pasear en absoluto. Claro que teniendo en cuenta que es una serie muy bien valorada y que acaba de terminar tras doce libros (de los cuales no encontramos ninguno traducido 😒) es un sitio por el cualquier amante de las enaguas debe pasar. Y si además de las enaguas te gustan los maromos perturbadores, los sufrimientos lectores y los guarrerismos de boas con venorras, allí hay que plantar el chalet.


En mi pechote os estoy esperando

Lady Hero Batten es una noble solidaria que en Wicked intentions decidió ser benefactora del orfanato regentado por Winter y Temperance (que ahora ha dejado el puesto a su hermana Silence). Ayudar a los desfavorecidos es, sin duda, lo que se espera de una noble que ha sido educada para ser un ejemplo de perfección, al igual que casarse con otro noble y tener pequeños noblecitos. Hero ya ha escogido al perfecto marido, el marqués de Mandeville, otro ejemplo de rectitud y, en su caso, de estabilidad a la hora de caminar con un palo metido por el trasero, justo lo contrario que su hermano Griffin Remmington, que no tiene el menor problema en enseñarle a nuestra lady lo que valen unas buenas posaderas sin nada metido en ellas.


Normal que estén duras como piedras, que las ejercito mucho

Griffin es un escándalo con patas (y eso que lo más escandaloso de él no se conoce...) y Thomas no puede ni verle, algo que Hero debe anotar en esa libreta de cosas que una mujer perfecta debe saber. Claro que por mucho que tú anotes que no debes relacionarte con el libertino seductor de ojos verdes si éste insiste en ser adorable contigo y en ayudarte en una de las misiones de tu vida no hay regla moral ni educación ni xixi que se resista.

Nos gusta ser sutiles con Griffin

Debo confesar que no sé muy bien por dónde meterle mano a esta reseña (ay, que no sepa yo por dónde meter mano, habrase visto...). No me puedo quejar de que haya sido una lectura aburrida porque creo que a esta serie le puedes achacar muchas cosas menos aburrimiento, pasan muchísimas cosas y más que espero que pasen. El libro comienza estupendísimamente, con un culazo varonil en plena clase de zumbamiento, ante lo que una no puede sino ponerse rojita de la risa y de la vergüenza. ¡Eso es presentar a un personaje y lo demás son tonterías! Cuando vas conociendo la historia del poseedor de semejante culo, su poca vergüenza y su boa vida oculta tienes que caer rendida a sus pies, justo lo que le pasa a Hero, que será muy noble pero no es de corcho. Con ese inicio entras rápidamente en materia pero a mí luego me costó más entrar en el resto de la historia. Venimos de un libro anterior en el que Hero fue un personaje muy secundario y Griffin ni aparece, con lo que me encontré un poco perdida leyendo y estaba deseando conectar con los personajes conocidos del libro anterior. Se conecta, claro, porque Silence está ahí esperando con una historia que apunta a bombonazo pero reconozco que me quedé un poco de bajuna al no saber casi nada de Winter, personaje que me ha entrado por el ojillo derecho (por no poner nada más grosero de entrar y otros agujeros....). Pero no nos dispersemos en futuribles polvos y centrémonos en éstos. La historia de Hero y Griffin tiene todo para ser estupenda y, sin embargo, a mí no me ha terminado de convencer. Que te enamores del hermano díscolo de tu prometido es estupendo (literariamente hablando), que tu prometido tenga la cabeza en otros xixis es estupendo también y que tu hermano y tu prometido luchen sin saberlo contra tu enamorado es más estupendo aún. ¿Dónde está el problema entonces? Para mí, en la protagonista.


Vamos fatal

No es que me haya caído mal pero me ha parecido un personaje incongruente. Es una lady educada para conocer exactamente cuál es su lugar en la vida, a quién debe obedecer, cómo comer una alita de pollo y no acabar churretosa, en fin, esas cosas que encorsetaban la vida más que los vestidos. Sin embargo, para tener bien claro todo eso, se lo pasa por el forro de las enaguas excesivamente rápido (y bastantes veces, todo sea dicho). Ya sé que ese conflicto es el que da vidilla pero me parece a mí que Hero da por Cullen mucho con esos principios para luego meterlos debajo de la peluca con excesiva rapidez. Además que la chica tiene muy poco nervio, está ahí a lo que le manden cuando se supone que tiene cierta independencia (como sus visitas al orfanato muestran). Nada, chicas, que no he conectado con ella. Eso sí, todo lo que no he conectado con ella he conectado con Griffin, al que me he pasado adorando todo el libro. A mí es que me das un sinvergüenza enagüil y ya pierdo la cabeza y Griffin eso uno y de los buenos. Con la boa siempre a punto, la sonrisilla a flor de piel, una vida oculta y un buen corazón que no le cabe en el pechote, es la estrella del libro


Si Hero no te achucha, ya te cobijo yo en mi hucha

Si hay una cosa que Elizabeth Hoyt escribe bien son los momentos ajdgfajglfsdflh y, teniendo un maromo de boa alegre, aquí hay bastantes (Amigas de la Ranciedad, torced morrete porque aquí se fo**a bastante y de un modo descriptivo). También hay momentos de tensión sexual pero, como se ñiquiñiquea demasiado rápido para mi gusto, lo que viene después para mí estanca la relación amorosa. Ahí entran en juego las historias secundarias a robarnos la atención. La de Thomas (breve y mal llevada para mi gusto), la de Silence (dejándonos con la miel en los labios) y la de Phoebe (uno de mis personajes favoritos y a la que espero y deseo que le den un libro y un maromazo directamente proporcionales a lo estupenda que es ella). Sumemos a todo esto el Londres sucio y asqueroso de la época peluquil y el problema de bebercio generalizado que tenían (muy importante para nuestros personajes) y tenemos un libro muy interesante pero renqueante, entretenidísimo a veces, mñe otras.



Como ya os he dicho, Elizabeth Hoyt escribe muy bien los guarrerismos, que son muy hot (#NotRanciedadFriendlyaunque tal vez haya demasiados (algunos lo único que aportan es que le tengas que dar al abanico -no me voy a quejar yo de eso, claro-) y me encanta el retrato de la sociedad que hace, no de la alta sino la de los pobres y la chusma. Pero si hay una cosa que odio de sus libros y no soy capaz de perdonarle es el fragmento de cuento que pone al inicio de cada capítulo.


Kim, cada vez que inicia un capítulo

Yo no sé quién le ha dicho que eso es maravilloso por no lo es, te corta el ritmo, te distrae... No aporta nada salvo mala leche. Bueno, eso a los que los lean porque yo directamente me los salto y vivo tan feliz. En fin, que Notorious pleasures baja un pequeño escalón con respecto al libro anterior pero no lo suficiente como para que deje de interesarme por esta serie (sobre todo viendo cómo termina este epílogo...). Es un libro con un punto de partida espléndido y que luego se desarrolla de modo irregular para terminar de un modo algo precipitado. Aún así es una lectura entretenida y muy guarreril y no seré yo la que se queje de exceso de meneos bajo unas buenas enaguas.

Por todo esto se lleva en nuestro Gandymetro...


Griffin, te comía hasta la peluca


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martes, 29 de mayo de 2018

Reto Rita 2.0. Junio: Anne Stuart

Mientras hacemos recopilación del #RitaJACK casi nos plantamos en junio, mes de alegría porque por aquí celebramos un cumpleaños y el culo nos huele a vacaciones. ¿Será también de alegría por el descubrimiento de Anne Stuart? Porque ella es la autora del Reto Rita 2.0 del mes de junio. 

Anne Stuart nació en Filadelfia y, aunque aquí su nombre no suene entre las grandes (o no suene directamente, pero eso es otra historia) ha escrito más de cien novelas. Debutó en el género en 1974 con su libro Barret's Hill, un romance gótico. Desde entonces no hay género romántico que no haya catado: enaguas, aventuras, suspense, paranormal... ¡Esta mujer le ha dado a todo! Ha ganado pasta, ha ganado premios (entre ellos un par de RITAs -no sabemos si de los buenos o de los del fumeque-) y no ha perdido las ganas de seguir escribiendo.

De lo que hemos visto por Goodreads algunas de sus novelas más valoradas son:

🌟 Hielo negro (en general la serie Hielo entera no tiene malas críticas)

Ya sabéis que podéis leer cualquier libro de ella, nosotras únicamente destacamos unos cuantos que hemos visto bien valorados (aunque de esto no hay que fiarse, que ya sabemos cómo son los gustos). Si queréis conocer más sobre Anne Stuart y sus libros podéis echar un ojo a El rincón de la novela romántica y la página de Goodreads de la escritora. ¿Ya tenéis elegido libro de Anne Stuart? Como siempre, si no os apetece leer algo de ella o ya os la tenéis resobada, podéis escoger una de nuestras autoras opcionales tristemente no traducidas (Maggie Osborne y Beverly Jenkins) o recurrir al comodín viejuno, donde os tocaría algo de Danielle Steele, Nora Roberts o Johanna Lindsey. ¡Contandos vuestra experiencia con Anne Stuart! A través de los comentarios de esta entrada, en vuestros blogs o Goodreads, en nuestro muro de Facebook, email, señales de humo o por Twitter comentando con el hashtag #RitaStuart (no os confundáis, jamelgas, que luego no encontramos vuestras perlas tuiteriles). Por favor, hacednos llegar el enlace a vuestra reseña de algún modo, no basta con decirnos que la habéis hecho y que luego vayamos buscando reseñas por esa internet de Dior con una lupa, que se nos está ladeando el cardado de tanta pesca reseñil 😅. ¡Escoged una buena lectura y compartidla con nosotras! Y si es mala, también, que somos muy de echarnos unas risas 😂.


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viernes, 25 de mayo de 2018

El canalla (Lecciones de amor 1), Suzanne Enoch


Tres decididas jóvenes juran darles su merecido a los tres peores libertinos de todo Londres. Pero cuando estos granujas le dan la vuelta a la tortilla, ¿quiénes aprenderán realmente una lección sobre el amor?
Érase una vez, que el famoso Vizconde Tristan Dare despojó con su encanto a Lady Georgiana Halley de su inocencia —¡nada menos que para ganar una apuesta!— y ahora debe pagar un elevado precio. El plan es simple: usará todos los trucos de seducción que conoce para ganar el corazón de Dare... y romperlo. Pero su ardiente mirada tienta, una vez más, a Georgiana a ceder al deseo... y cuando él la sorprende con una proposición de matrimonio, ella se pregunta si él está jugando de nuevo o si esta vez es realmente amor.


Como nunca tenemos suficientes enaguas entre nuestros pechos procedemos a iniciar una serie nueva que, además, nos hace debutar con la escritora, Suzanne Enoch. El motivo de leerla es, como me suele pasar, que le he echado el ojo al tercero de la serie y, cual ñiñi ñiñi que soy, tengo que leer todos los anteriores. Pues si esta serie se llama Lecciones de amor es porque, en el inicio de este libro, tres amigas deciden dar una lección a tres canallas impenitentes y que así acaben reformados. Georgiana Halley es la protagonista de este libro y decide darle un escarmiento a Tristan Carroway, un vizconde palote al que no puede ver desde que, seis años atrás, la encandiló para robarle un beso como fruto de una apuesta. O tal vez fue algo más lo que le quitó...

Por Dior, ¿es que tu boa no conoce la decencia?

Tristan ha heredado el título tras la muerte de su padre y con él, una cantidad tan grande de deudas que o alquila la cola o no las podrá saldar... salvo si se casa con una heredera. Y esa heredera tiene el nombre y la bella cara de Amelia Johns, una pavisosa forrada de pasta a la que Georgiana decide ayudar porque le da la gana dando una lección a Tristan y convirtiéndolo en el marido ideal. Para ello va a seducirlo, hacer que se enamore y luego romperle el corazón como él le hizo a ella para que aprenda que no se puede jugar con los sentimientos ajenos y así aprecie a su futura esposa Amelia.

Kim en ese preciso instante

Sí, queridas, planteamiento digno del mejor whatthefuckismo. No me voy a quejar, por supuesto, porque ya sabéis que a mí MeCabe todo y los puntos de partida tontos no son una excepción. Si ya tiene un desarrollo bueno hago la croqueta pero, oh tristeza suprema, éste no va a ser el caso. No es que sea una castaña de libro pero el planteamiento resulta muy interesante y el desarrollo, mñe. Comienza de un modo prometedor, con tres amigas en un aquelarre de los que a mí me gustan, de cotorreo y pensando maldades, que acaban decidiendo dar una lección a tres sinvergüenzas enagüiles porque ya está bien de que jueguen con los sentimientos de las féminas. Y ahí es donde ve Georgiana la oportunidad de joderle la vida a Tristan igual que él se la jodió a ella. Nos metemos muy rápidamente en la gracia del libro y me gusta cómo presenta a los personajes, que sabemos que se llevan fatal pero no conocemos el motivo. Y, cuando lo conocemos, entendemos que Georgiana quiera hacerle un Homer a Tristan.


Ahí estaba yo frotándome las manos ante la maravillosidad que podría tener delante, con putadas, sutiles maldades, sentimientos ocultos... Y sí, efectivamente, el libro tiene todo eso pero como escrito por una Julia Quinn recién levantada de la siesta, que de lo único que tiene ganas es de volver a domir y escribe lo primero que se le cruza por la mente. El canalla es un nadismo agradable pero descafeinado. No esperéis una descripción de la época, unos detalles sobre la sociedad, las costumbres, los bailes... Brillan por su ausencia. La novela es lo suficientemente breve como para que la escritora decidiera no perder el tiempo en esas cosas y, sin embargo, lo pierde en repetir constantemente el comportamiento de Georgiana, que bordea el aburrir hasta a las piedras con su constante "un pasito p'alante, María, un pasito p'atrás" con respecto a Tristan, lo que avanza en una página lo retrocede en la siguiente. No me malinterpretéis, no me ha parecido una chica insoportable pero tampoco he llegado a conectar con ella. En general no he conectado con ninguno de los personajes aunque tampoco me han parecido un incordio. Me ha intrigado algo Robert, el hermano de Tristan que luchó en Waterloo y está en la saca de los traumados #EsoEsBien, pero el resto... 👇


Me la pela un poquito

¿Y cómo vamos de guarrerismos, Kim?, os preguntaréis. Pues yo muy bien, ¿y vosotras? ¡¡Ah, que os referís al libro!! Esperad que me sonrojo 😳. Ya. Pues la verdad es que, en cuestiones de guarrerismo tampoco va a pasar este libro a la historia. ¡Atentas, seguidoras de la Santa Cassie de la Ranciedad Suprema! Este libro es de poco guarrerismo. Hay pocos y, además, poco detallados, se resuelven en varios párrafos y chimpún, a otra cosa, debe ser que éstos se tenían tantas ganas que han sido de ñiqui ñiqui precoz y veloz... Aunque hay una secuencia al final -de la que os hablaré luego- que 🔥🔥🔥. La llegada del sexo estancan la trama, ya que llegan los conflictos existenciales de Georgiana y el eterno retorno de su cabeza. Veréis que hablo mucho de ella y casi nada de Tristan y es porque, de nuevo tengo que decirlo, hay poco que contar. Suzanne Enoch decide no profundizar en los personajes y Tristan, que es la joya del libro al ser el que más evoluciona y blablabla, se nos queda planito, como con poca chicha.


Te voy a decir yo dónde tengo toda la chicha

Y Georgiana puede dar fe de si Tristan tiene ahí más concentración carnal de la habitual porque en la parte final... Bueno, en la parte final hay una secuencia que no pega con el resto del libro y que a mí, que estaba leyendo 😐, me sorprendió, me acaloró y me provocó la carcajada suprema. Ay, no sé, es que es algo tan fuera de lugar pero tan gracioso y que me espabiló de la modorra que la lectura plana me estaba dando que le tengo que subir medio Gandy sin remedio. Yo no sé si es que Suzanne Enoch se había tomado unas copichuelas y estaba tontorrona cuando lo escribió porque es un poco de haberlo escrito bajo la tonteria que da el vinillo pero, chicas, para mí es la mejor secuencia de palotismo y de comedia de la novela (es que me vino estupendamente en ese momento). No de vinillo y sí de darle al porro es cómo se resuelve las consecuencias de esa secuencia pero ya me daba pena bajarle la nota.


Ay, Kim, con palotismo y comedia te compran

El canalla es un libro excesivamente simple, sin pretensiones, que se lee rápidamente y provoca sonrisilla. Huele a nadismo desde el principio y, si buscas uno de lo más insustancial, no creo que te decepcione. Para mí el problema ha estado en la poca profundidad, en el apresurado desarrollo y en que, aunque estés intrigada y quieras seguir leyendo, no termina de emocionarte. Al final el libro se pierde en su propia trama y acabas con la sensación de que, aunque no está mal, pudo ser mucho mejor de lo que finalmente fue. ¡Esperemos que el resto de las lecciones nos gusten más que ésta!

Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...

Tristan, no pares tus manos en mi media y sigue subiendo


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martes, 22 de mayo de 2018

En la cama con el diablo (Los huérfanos de St. James 1), Lorraine Heath


Le llaman el conde Diablo; un canalla acusado de asesinato, que creció en las violentas calles de Londres. Una dama decente arriesga mucho más que su reputación cuando se asocia con el diabólicamente apuesto Lucian Langdon, pero lady Catherine Mabry cree no tener otra opción. Haría cualquier cosa para proteger a aquellos a quien ama... incluso llegar a un acuerdo con el mismísimo Diablo. Lo que Lucian desea por encima de todo es alcanzar la respetabilidad y una esposa, pero la mujer elegida carece de las gracias sociales para ser aceptada por la aristocracia. Catherine puede ayudarle a conseguir todo lo que quiere pero lo que le pide a cambio pondrá sus vidas en peligro. Cuando el peligro se acerca, Catherine descubre a un hombre de inmensa pasión y él descubre a una mujer de inconmensurable coraje. Cuando se revelan los oscuros secretos de su pasado, Lucian comienza a cuestionarse todo aquello que creía cierto, incluyendo los anhelos de su propio corazón.


A veces no sabes qué poner cuando te enfrentas a una reseña. Sí, queridas, es la pura realidad. Una tiene infinita capacidad de cotorreo cuando se sienta con unas amigas y un café, puede haber un cambio de estaciones en la calle que, como esté charlando de modo entusiasta, ni se entera. Sin embargo, abrir la hojita en blanco de Blogger y sentarte a escribir tu opinión de un libro mezclando de modo coherente tu punto de vista y el humor... Bueno, eso a veces no está al alcance de este cerebro haggardiano. Y eso es justo lo que me pasa ahora. ¿Qué escribir cuando no sabes qué escribir? A mí únicamente se me vienen imágenes a la mente que puedan expresar de modo visual lo que he sentido durante la lectura de este libro y que no puedo contar con palabras.


No estoy emocionada no estoy emocionada NO ESTOY EMOCIONADAAAAA

Y así he estado desde que empecé el libro hasta que lo cerré.

La sociedad londinense desprecia al conde de Claybourne, también conocido como el conde Diablo. Nadie cree que el maromazo que surgió de los bajos fondos y que ahora ostenta el título sea realmente el heredero, ni siquiera Lucian Langdon, el propio conde Diablo, que desprecia a los nobles tal y como se desprecia a sí mismo por haber mentido y usurpado lo que no es suyo. Pero, tras pasar su infancia en la calle siendo un pilluelo junto con los demás chicos de la banda de Feagan, no podía dejar escapar la oportunidad de vivir en la abundancia, dormir en una cama y ayudar a sus amigos. Así camina por la vida el conde Diablo, con la fría mirada del que desprecia a los demás e ignorando sus opiniones. Y así es como lo conoce lady Catherine Mabry, destilando una altivez que se convierte en un imán para los ojos de la muchacha. Muchos años han pasado desde que no pudo apartar su mirada de él y soportó su desprecio pero ahora Catherine va a enfrentar por primera vez a Luke para servirse de sus malvadas habilidades y hacer un pacto con el Diablo que va a cambiar la vida de ambos...

Croqueta pierniabierta de la emoción

Ay, no lo puedo evitar, no puedo dejar de darle a la croqueta con este libro. ¿No os ha pasado alguna vez eso de coger un libro y que parezca escrito para vosotras? ¿Que vais deslizando la mirada por las líneas y no encontráis ni una sola palabra fuera de lugar, nada que no os interese, ni un sólo momento de flaqueza lectora? ¿Que vais leyendo con una felicidad que aumenta de modo proporcional a la tristeza que os produce el hecho de saber que va quedando menos para terminar el libro? ¿Que disfrutáis de la lectura como cochino en charca de barro o haggard con la boca en la masa? Pues todo eso JUNTO es lo que me ha pasado a mí leyendo En la cama con el diablo. Qué felicidad lectora tengo ahora mismo, qué delicia de libro, debería dejar la reseña en esto porque a ver qué más os voy a contar, si acabo de terminarlo y estoy atontolinada con él. Ya sé que no es objetivo hacer una reseña en plena obnubilación pero aquí la objetividad salta por la ventana cuando cogemos el teclado. Cual Umbral, "hemos venido aquí a dar nuestra opinión" y la mía sobre este libro no puede ser más maravillosa. 


Me he quedado atontolinada de amor

No es ningún secreto que me gusta mucho Lorraine Heath en su vertiente del Oeste y tenía muchas ganas de pillar sus libros enagüiles, así que cogí esta lectura con estupenda predisposición. Pero, amigas, torres más altas han caído y, como siempre dice Cassie, aquí no hay nadie sagrado, así que siempre llevas un poco de miedo por si te caes de culo con todo el equipaje. Como tan poco efusivamente os he contado, a mí me ha faltado levitar leyendo (no soy exagerada, para nada, nop). ¿El planteamiento? Perfecto, especialmente por cómo nos lo plantea, empezando con una página del diario personal de Lucian por la que conocemos la realidad del pistaco en primera persona: que él mintió para que le consideraran el legítimo heredero del título. Con esto Luke ya ha captado nuestra atención y ya nos podemos hacer una idea de la cantidad de jaleos mentales que el pobre tiene (normal que le duela tanto la cabeza...). A partir de ahí conocemos a Catherine y vemos en ella una digna rival para el cinismo y el descaro de Luke, con lo que nuestra croqueta comienza a girar. Como una parte básica de la vida de Luke son sus amigos, los demás chicos de Feagan, poco a poco vamos conociéndolos y, oh, sorpresa, son unos personajes que automáticamente adoras (yo especialmente a Jack *arrastrando culo*), que son importantes para la historia y que, como buenos personajes, ocultan más de lo que dejan ver. Al fin y al cabo se han pasado la infancia engañando, no van a dejar de hacerlo ahora...


Uuuuuuuuuuuh, mama likes it

No puedo adorar más a Luke y a Catherine, me han parecido una pareja soberbia y ellos por separado unos grandes personajes, nada planos. Luke como protagonista es estupendo, hasta en su ceguera y cabezonería te lo llevabas tras el seto para jugar al teto. Eso sí, a veces lo quieres estrangular un poquito (maravillosa novedad ya que casi siempre es el cuello de la protagonista el que quieres envolver con tus manitas) por cierta obsesión que tiene que todo el mundo ve claramente menos él. Ese tipo de cabezonerías suelen acabar cansándome pero oh, milagro, aquí no lo han hecho. Eso sí, el truco del almendruco de su secreto para mí no lo fue tanto pero mi interés no disminuyó ni un ápice. Sin embargo, Catherine es la que se lleva tu cariño de calle, qué protagonista más absolutamente fabulosa. Puede que sea muy moderna para un libro de enaguas pero reconozco que a mí ese tipo de mujeres me encantan, tipo Callie en Nueve reglas..., me hacen disfrutar mucho más que las damiselas que se desmayan cada dos por tres en libros más viejunos. Me encanta que afronte lo que siente sin miedo ni pudor, que sea consecuente con sus actos aunque ello le haga sufrir (y también a nosotras), que sea tan buena amiga de Winnie (ay, la amistad, qué importancia tiene en este libro...) y que, cuando tiene a mano un momento de felicidad, lo agarre y lo disfrute. Y quien dice un momento de felicidad dice la boa de Lucian...

Hago magia con los bajos

Ay queridas, qué momentazos ajdfgljadfljaslfjsa nos da Lorraine Heath en este libro. Esta mujer tiene un modo de narrar esas secuencias que a mí me vuelve loca, sin ser descriptiva pero haciéndote entender qué es lo que está pasando y lo que están sintiendo, con un buen gusto exquisito, sin ser chabacana ni evidente y sin hacer las secuencias eternas #RanciedadFriendly. Ya sabéis que yo no me quejo si acaban escocidos de tanto darle al nardo pero de verdad que lo que hay en este libro (que no es mucho y tarda en llegar) es la cantidad perfecta. Para todo lo anterior ya tenemos un inicio potente, unos diálogos ágiles llenos de ingenio y una tensión sexual que carga las páginas para acabar mezclándose con algo más sentimental y sin restar protagonismo a la chicha del libro, el trato al que llegan. Ahí es donde entran en juego los personajes secundarios que, como os he comentado, son otra de las joyas del libro, no hay secundario que no me haya gustado. Están estupendamente trazados, son importantes pero no eclipsan a los protagonistas y sus historias son lo suficientemente interesantes como para que tengamos unas ganas locas de meter el hocico en sus pechotes libros (ay que no me aguanto las ganas de meterle mano a Jack!).


Verás cuando te pille, Jack

Lorraine Heath no desperdicia la oportunidad de abrirnos la puerta a la cruda realidad de la parte sucia de Londres, ésa que tanto le gusta a Gaelen Foley restregarnos por la cara. Aquí, sin embargo, la Heath decide no hacer pupita y contarnos la historia desde una perspectiva más alegre y croquetil pero no deja pasar la oportunidad de clavarnos el aguijón de la pena en el momento más inesperado para recordarnos que, salvo Catherine, todos han tenido una vida horrible (de hecho alguno la sigue teniendo) y que es nuestra obligación leer este libro croqueteando pero con el corazón encogido y dejando espacio para la lagrimilla que se te acabará cayendo y para el golpe inesperado que te deje 😰😰😰😰 (sip, ese golpe final que si habéis leído el libro y conocéis por esta reseña quiénes son mis amores ya habréis supuesto cuál es y que yo no vi venir).


En mi epitafio pondrá "Kim no lo vio venir"

Si tengo que ponerle alguna pega es que el trato que ambos hacen se soluciona de un modo relativamente rápido y fácil pero qué queréis que os diga, como si a esas alturas lectoras del libro, borracha de whisky felicidad lectora como estaba, me importara eso mucho. ¡Yo lo único que quería era casarme con este libro y tener libritos con él! Tendría que compartir marido con muchas, lo sé, como con mi sweetie Gema, con la que hice una maravillosa lectura conjunta que agotó los iconos de 😍 de Whatsapp.

En fin, queridas, que ya no sé qué más deciros sin que parezca que voy sobre una bicicleta sin sillín, es que hasta las referencias que hay sobre Oliver Twist me han parecido acertadísimas. Entiendo por qué entre vosotras hay lectoras que no tienen medida con este libro porque a mí me pasa lo mismo. No sé si en una relectura seré tan efusiva pero desde luego ahora mismo En la cama con el diablo me ha parecido un libro prácticamente perfecto, ágil, entretenido, emocionante, sentimental, perraco, divertido y, por supuesto, romántico, un fabuloso compendio de lo que yo busco para hacerme feliz al leer.

Por todo esto le damos en el Gandymetro...

Luke, si eres un Diablo, a tu perfecto Infierno que me agarro


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martes, 15 de mayo de 2018

Lecciones de seducción (Northfield 1), Emma Wildes


Brianna había descubierto aquel escandaloso librito, Los consejos de lady Rothburg, en las estanterías polvorientas de una vieja librería. En cuanto lo abrió supo que no debía comprarlo, pero la tentación fue irresistible.
Casada con Colton Northfield, un aristócrata apuesto, poderoso y atento, ansiaba enamorar al hombre que se ocultaba tras aquella fachada de cortesía y distancia, aunque para ello tuviera que armarse de valor y seguir paso a paso las sabias sugerencias -mezcla de picardía y sentido común, de audacia y sabiduría popular, de descaro y sutileza- de lady R., la famosa cortesana.


Cómo me gusta que llegue la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión a mi ciudad. Allí que me planto con mis billetes, dispuesta a gastar. Lo malo es que luego me llevo muchos disgustos, porque sólo hay novelas de Nora Roberts, así que tengo que ponerme a rebuscar para encontrar alguna cosita que me apetezca de verdad. Este año he aprovechado para hacerme con libros para el Reto Rita 2.0 (soy una profesional, por supuesto), alguno que quería realmente tener (sí, por fin tengo Una dulce enemistad en papel y con portada buena -payo con el culo al aire-) y también probar cosas nuevas, como esta autora desconocida y cuya novela compré un poco a ciegas, aunque sólo leer que la pareja protagonista ya está casada me hizo decidirme por llevármela a casa.

Kim riéndose de mí porque me creo lo más comprando libros

El planteamiento es sencillo: un joven matrimonio, Colton y Brianna, que lleva apenas tres meses de unión, es el ideal de la época. Son aristócratas, guapos, ricos y se casaron porque se gustaban. La verdad es que la inexistente precuela de esta historia podría haberla escrito Julianne Donaldson, porque antes del casorio no le dieron al trocotró. Bueno, él le daría con señoras de la profesión y tal, como es de esperar. Pero cuando conoció a la que sería su esposa, se le despertó la boa y a ella se le cayeron las enaguas a plomo, así que el éxito de la unión estaba asegurado.

Esa cara se le quedó a Brianna después, sí

Y es que no es oro todo lo que reluce. Sin el poso amargo de las novelas de Robin Schone, Emma Wildes nos cuenta con un poco más de humor qué hay después del "y fueron felices y comieron perdices". Brianna no es que sea infeliz, pero siente que le falta "algo" a su matrimonio. Que eso de que el marido llegue a su habitación, apague la luz, le levante el camisón, le dé su meneo con delicadeza y luego se marche a sus propios aposentos, pues como que no es lo que esperaba. Colton es duque desde muy joven, sigue con su rutina prematrimonial (que si el club, que si cabalgar por las mañanas...) y parece que lleva un palo metido en el culo, por eso ella quiere sacárselo, así que se hace con un libro sobre el tema para ver qué es lo que falla. Y no es uno de esos que nuestras madres tenían en sus mesillas tipo El secreto de la dicha conyugal del doctor Shryock, sino uno picantón, Los consejos de Lady Rothburg, prohibido desde hace diez años y escrito por una antigua cortesana que desvela los secretos de la relación hombre-mujer, incluyendo todo tipo de guarreridas y perversiones que ríete tú del Grey u otras cosas infames.

Lady Rothburg también se mea en Grey, Zimmerman y compañía

Sin perder el tiempo, Brianna empieza a aplicar las enseñanzas con el estirado de su marido para sorpresa de éste, que no concibe que su esposa, una jovencita bien, culta y educada, sea capaz de comportarse como una meretriz en la intimidad. Ay, querido, si hubieras leído a nuestro Arcipreste de Hita y su sabio consejo ("En la cama muy loca, en la casa muy cuerda") no te hubieras sorprendido tanto. 

Ella no aparece en el plano, imaginad dónde está

Además de esta pareja, tenemos a otra formada por Rebecca Marston y Robert Northfield. Ella es amiga de Brianna y soltera aún a sus casi veintiún años, pero por decisión propia: está enamorada del hermano menor y calavera de Colton, un libertino que no es visto con buenos ojos por el padre de la chica. Me alegró bastante la lectura cuando apareció al principio, ya que era un secundario Melofó de manual: descarado, irónico, fresco... Y más me alegró cuando descubrí que aquí tenía también su historia, y su melofollismo secundaril era sustituido por el de otro hermano, el de en medio, Damien, que tela también el tío. Éste sí que tiene su propia novela, QUE NO ESTÁ TRADUCIDA AL CASTELLANO (mierda tó)... En fin, sigo. Rebecca pedirá consejo a su amiga Brianna para conquistar a su amado y ya os podéis imaginar qué lectura le recomienda. Chimpum.

"¿Que le tengo que chupar QUÉ?"

Como podéis ver, aquí se nos habla de la seducción por parte de ellas, descolocando al marido demasiado gentil y al libertino experimentado. Las mujeres toman la iniciativa y las riendas de las relaciones sin dejar por ello de ser femeninas. Nada de griteríos, comportamientos fuera de lugar y gilipolleces por el estilo. Hay que ser coherente con la época y punto. Aunque SPOILER, como rancia que soy, yo no hubiera hecho que Rebecca se pegara un revolcón con Robert antes del matrimonio. Pero ya sabéis que a decimonónica no me gana ni Jane Eyre. FIN DEL SPOILER. Pero no os creáis que todo es relativo a la intimidad sexual, sino que van a lograr que los maromos se enamoren de ellas más allá de lo puramente físico, que siempre es lo más fácil. 


Una novela que se lee con agrado y que, a pesar de tener bastantes escenas de sexo, no me han llegado a cansar, todo un logro conociendo mi ranciedad, además de que usa un lenguaje muy al estilo de las clásicas del género (nada de vergas, ni chorreos ni cosas así). 

Por todo esto recibe en nuestro Gandymetro...

Quizás 3,5, pero Lady Rothburgh no merece menos


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martes, 8 de mayo de 2018

Texas Splendor (Leigh Brothers Texas Trilogy 3), Lorraine Heath

[SPOILERS DEL LIBRO ANTERIOR -¡INCLUSO EN LA SINOPSIS!-]

[Libro no publicado en español]
Tras pasar cinco largos años en una cárcel de Texas, Austin Leigh es libre y vuelve a casa para encontrar a su enamorada... casada. Desolado y solo, Austin decide librar su nombre de la vergüenza del crimen que no cometió y lo llevó a la cárcel. De camino a la capital conoce a los supervivientes de una tragedia, una joven y su perro. Juntos, la pareja encontrará la redención, el perdón y un amor más grande de lo que ninguno podía imaginar. 


Oh, qué penita más grande llegar al final de esta trilogía. Cuando cogí el libro de Houston (mi primera lectura de Lorraine Heath) no esperaba terminar tan enamorada de estos tres hermanos y de su creadora, a la que tengo ya entre mis favoritas. Y justo hoy vengo a hablaros de mi hermano favorito, cuyo libro también es mi favor... Uy, pues va a ser que no.


¡Pero con lo que amas tú a Austin!

[Es imposible hablar de este libro sin hacer spoilers de lo que le pasa a Austin en el anterior, queridas, así que enter at your own risk]

Austin Leigh era un chico alegre, enamorado de la música y de una dulce chica, con la cabeza llena de alegría, sueños e ilusiones. Pero todo eso se truncó cuando Boyd McQueen se cruzó en su camino y Austin acabó pasando cinco años en la cárcel por un delito que no había cometido... y que asumió para salvar el honor de su chica. La vida entre rejas consiguió despojar a Austin de muchas de sus ilusiones y de su pasión por la música pero el recuerdo de su amada y de la vida que le esperaba con ella le sirvió para no perder la cabeza. Sin embargo al salir de la cárcel recibe la puntilla precisamente de la mano de la que le mantuvo vivo. Tocado y hundido por este inesperado revés Austin decide limpiar su nombre y encontrar al asesino de Boyd McQueen para poder rehacer su vida. Y en esa búsqueda conoce a Loree Grant, una joven cuya familia fue asesinada que intentará revivir a Austin intentando ignorar el gran secreto que ella misma oculta...


¡Pero qué culebronazo, chica!

He estado enamorada de Austin dos libros así que imagino que suponéis las ganas que tenía de leer su libro. Obviamente, me he llevado un pequeño chasco porque, si bien me ha gustado, no me ha parecido que fuera el libro que Austin se merecía. Para mí es una historia que va de más a menos. donde hay demasiada oscuridad y truculencia para un personaje tan bueno y tan lleno de luz (madre mía, parece que me ha poseído Carlos Jesús, shiuuuuu shiuuuuu). Pobre Austin, más bueno que el pan con chocolate y cumpliendo condena por un asesinato que no cometió y que asumió porque si decía dónde estaba esa noche dejaba con las enaguas al aire a su chica. Así que a la cárcel que va, a sufrir y perder la alegría y la música (aaaaaaaaaaaaaaaaay, que deja de sentirla -la música-) para luego salir y ver que ya no puede estar con su novia. ¿¿¿Pero qué invento es esto??? No puedo decir que me haya hecho mucha ilusión pero ciertamente nos hace partir con un sufrimiento lector que yo disfruto enormemente. ¿Cuál ha sido mi problema con este libro? Pues que la historia me ha parecido demasiado enrevesada y la parte amorosa muy simplona. Ah, y el final, bastante ridículo.


Y eso que dice que la Heath le encanta

Pues sí, me encanta y el libro está escrito estupendamente pero tengo que deciros lo que sentí leyéndolo, va de más a menos. Es verdad que la relación entre Austin y Loree empieza demasiado pronto para mi gusto pero sé que Austin es un encanto y a ver quién mantiene el corsé en su sitio ante este adorafollable. Lo que pasa es que acaba siendo algo repetitiva, da la impresión de que se avanza un paso y se retrocede y se vuelve a avanzar y eso ocupa páginas pero no sirve de mucho más (y ni siquiera se pasan el día dándole alegría a los bajos). Como conocemos a Austin desde hace dos libros tenemos una imagen muy formada de él y no necesitamos muchos datos pero Loree, que por supuesto es un encanto, resulta un personaje mucho más simple a su lado. ¡Y ojo que menuda historia tiene! Como siempre la Heath se luce inventándose drama y con esta chica ha batido el récord, tanto que creo que se ha pasado. Además, el modo en el que se comporta ni lo he entendido del todo ni me ha llegado al corazoncito (que es que lo que me gusta de esta serie, cómo se filtran los sentimientos desde el libro hasta tus capilares). Eso sí, en sus ganas de llevarse a Austin al catre la he entendido perfectamente, grrrrrrr. 


¡Voy a por ti, Austin!

Pero ojo que, aunque el sexo llegue pronto en este libro (las escenas son más largas que en los anteriores pero #RanciedadFriendly igualmente) no se pasan las páginas dale que te pego, esto no es un guarrerismo del Oeste. Me gustaría deciros que es una historia de amor porque romántica sí que es pero es que creo que ahí acaba flojeando con respecto a los libros anteriores. Mientras éstos se centraban sobre todo en el amor de la pareja y en los posibles obstáculos que tuvieran que afrontar, el de Austin acaba dejando el amor en un segundo plano mientras intentamos resolver el drama del libro. Y ahí viene, para mí, el problema final. Da la impresión de que Lorraine Heath no sabía muy bien cómo solventar el dramón que se había inventado para Austin y lo ha solucionado del modo menos creíble posible, porque no os podéis imaginar el chasco que es el final... Le iba a dar cuatro Gandys pero se resuelve el drama del libro de un modo tan absurdo que le he tenido que bajar valoración, con eso os lo digo todo.


Kim leyendo el final

Repasando lo escrito parece que no me ha gustado el libro y no es verdad, lo he disfrutado, más al principio que al final, claro. Es que Austin es tan especial y dice unas cosas tan bonitas... ¡Y no es moñas! Si hay una cosa que he disfrutado supremamente es de la relación que tienen los tres hermanosYa sé que en las sagas es normal que aparezcan los personajes que ya conocemos pero aquí Houston y Dallas son importantes (al igual que sus esposas y niños -especialmente el hijo de Dallas-). La impresión que me he llevado de esta serie es que es la historia de amor y superación de tres hermanos, de cómo la vida les puso pruebas desde bien pequeños y cómo a través del amor de sus parejas y del que se tienen entre ellos han podido lograr sus sueños. Y qué maestra es Lorraine Heath transmitiendo esos sentimientos, es que te encuentras deseando ver a los tres juntos (he disfrutado más de eso que del amor entre Austin y Loree 😖).

Texas Splendor es un flojo pero bonito broche final para esta trilogía de maravillosos hermanos. Con mejores intenciones que desarrollo y llena de momentos de gran dulzura, es un libro que comienza de un modo espectacular para acabar de un modo simplemente decente. Eso sí, el epílogo es totalmente precioso y acabas con la sonrisa en la boca y la lagrimilla en el ojo. He disfrutado muchísimo de esta trilogía y me encantaría que la tradujeran de una vez para que también pudierais disfrutar de los hermanos Leigh en castellano. ¡Petición en Change.org ya!

Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...


Austin, ven a tocarme una sinfonía con tu violín
                             
Actualización. ¡Atención atención a las fans de esta trilogía porque Lorraine Heath ha decidido hacernos dos regalitos! Uno de ellos es que se van a reeditar en papel y el otro, que va a dejar de ser trilogía ya que la Heath va a escribir una nueva historia relacionada con los Leigh, esta vez sobre un personaje que nos robó el corazón y que se merecía un libro propio (pero antes no, que no tenía edad suficiente para mojar el churro). Sería tan maravilloso que a estas noticias se uniera la de su traducción al castellano... ¡Blogueras de influencia, ejerced presión!


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