La portada imposible |
Lady Aline Marsden estaba predestinada a contraer un matrimonio ventajoso con un miembro de su misma clase. Pero no puedo evitar entregarse a John McKenna, un criado de su padre. Como consecuencia de tan apasionada transgresión, John fue despedido de su trabajo y Aline enviada a vivir al campo, lejos de los ojos inquisidores de la alta sociedad londinense.Ahora McKenna ha hecho fortuna y ha regresado, más atractivo y seductor que nunca. Y decidido a hacer sufrir a la mujer que destruyó sus ilusiones. Pero la magia que los uniera en el pasado volverá a arder con más fuerza que nunca, y John tendrá que decidir si llevar adelante sus planes de venganza… o arriesgarlo todo por su primer y único amor.
Sin que sirva de precedente, ésta es la segunda novela que termino antes que Kim. Intentaba no hacer spoilers, pero mis comentarios a través del Messenger eran poco agoreros. La pobre Kim trataba de expulsar el demonio que me había poseído, porque no podía creer que Lisa Kleypas nos estuviera defraudando.
Servidora leyendo "La antigua magia" |
Si tengo que usar una palabra para describir esta novela sería DECEPCIÓN. Lisa, ¿dónde está la autora de Sueño contigo? ¿Dónde están los personajes atractivos como Lily o Derek Craven? Juro que por momentos creía estar leyendo un fic. Un fic escrito con corrección, sí, pero vacío de contenido, de intriga, de alma. Es que no pasa nada que sorprenda. Y las prisas que tiene la Kleypas con el sexo, es todo un "aquí te pillo, aquí te morreo o te follo", pero así, a saco. Joder. Esto parece el Grey sin diosas que llevo dentro, pero con "por favor... por favor..." y hasta paquetitos con condón dentro.
Ganas me daban, pero mi Kindle vale mucho para tirarlo por la ventana |
Cuando empecé a leerlo me dije que bueno, que eso de los adolescentes de distinta clase social y enamorados molaba. Típico, pero efectivo, al menos para mí. Lo que no me imaginaba es que todo lo que iba a venir después fuera sota, caballo y rey, sin ningún as en la manga: el chico se va (previo toqueteo guarro entre ellos, no vaya a ser que nos quejemos, uf) pensando que ella lo ha utilizado como un juguete, prospera económicamente, vuelve doce años después para vengarse y tatachán: la magia (es decir, las ganas de frungir como perros adolescentes) regresa. Cágate, lorito. Ni un culebrón de mediodía. Que podría haber salido una buena historia si la autora hubiera puesto un poco de imaginación y empeño. A ver, cuando una lee estas novelas sabe que los protas están destinados a acabar juntos, faltaría más, pero da gusto que haya un tira y afloja, una tensión sexual no resuelta, un añsghasñldgjashgñlsgjahs del que nos gusta, coño, y no esto.
En un intento de darle interés a este disparate, existe un supuesto secreto de la protagonista que apesta desde que lo lees, se capta en nada. Sumas dos y dos y misterio resuelto.
Y tan elemental |
Si vamos a los personajes, McKenna es una especie de Heathcliff de medio pelo. El prota de Cumbres Borrascosas siempre me ha caído gordo, pero al menos había una historia ahí que tiene miga. Aquí nada: vengo a follarte para que veas lo que te pierdes, porque después te voy a abandonar como pago por lo mal que me trataste en el pasado. Po' fale. Pero, oh, se da cuenta de que no puede resistirse a Aline, que también va en plan frío pero se deja enchufar al estilo perrete como si tal cosa. Yo no entiendo nada. Pensaba en Acuerdos privados y no hay color, vamos. Mientras en la novela de Sherry Thomas veías una rabia contenida y una pasión por debajo de todo ello, aquí es en plan E.L. James: lenguas que se meten, xixis que gritan, pliegues húmedos, montículos con rizos... ¿Creen que no me gusta leer estas cosas? Pues claro, pero cuando se pierde la cuenta de los morreos, conatos de polvo o casquetes que se han echado, malo. Es que no hay capítulo en el que no haya restregón. Es fuerte que tenga que decir "¿Ya están otra vez?" Y si sólo fuera la pareja protagonista... No, a la Kleypas no le basta con ellos, nos tiene que endosar a la hermana, Livia, que también está que se folla encima y le viene un amigo de McKenna que ni pintado para calmarle el picor de ahí, ya que el Chilly gel no estaba aún inventado.
Esta conversación nunca la tuvo Livia con su madre |
Y es que voluntad de resistirse a los encantos de los hombres aquí hay poca. Viene uno, les dice a este par de hermanas "ojos negros tienes" y ya están dejando charcos por el suelo. El único que no toca pelo aquí es Marcus, el hermano. Llegué a pensar que era gay y que se iba a liar con Adam, el Rupert Everett de todo esto, un secundario que podría haber sido mejor explotado, porque es un Oscar Wilde de la vida y tiene su gracia. Pero la Kleypas no quiere defraudar a sus lectoras y nos pone a los protagonistas como macacos en celo. Me duele decir todo esto, lo juro. Esta mujer estaba borracha cuando concibió semejante novela. O eso o se la encargó a un negro literario.
Yo (dcha.) dándole a Lisa Kleypas (izqda.) mi opinión sobre su novela |
Ah, que se me olvidaba: no crean que me imaginaba a McKenna como alguien en concreto. Mi grado de encabronamiento mientras leía era tal, que hasta que Kim no me lo hizo ver no caí en que la descripción del pavo éste era Gandy tal cual. Pues ni así, oigan.
Mc(Kenna) Pollo |
Gandy hasta los cojones de ser un prota de novelas moñas. Y con razón. |
Concluyendo: no se puede ni considerar una obra menor, como su Contra todo pronóstico. Es un truño y punto. Lo único que la salva es que los tíos tienen pelo en el pecho y se bajan al pilón. Si llegan a estar lisos, sí que tiro el Kindle por la ventana. Y pensar que en otra reseña pedía un monumento para Lisa Kleypas... Pero un fallo lo tiene cualquiera. UNO. Otro más y no se lo perdono.
Por esto, y con todo el dolor de mi corazón, se merece en nuestro Gandymetro...
Tú lo sabes hacer mejor, Lisa |