Amanda no estaba dispuesta a recibir su trigésimo cumpleaños siendo virgen. Cuando Jack llamó a su puerta, creyó que se trataba del regalo que se había hecho a sí misma. Aunque algo impidió a Jack dar rienda suelta al deseo, su determinación de poseerla ya no se detuvo... Pero Amanda ansiaba la respetabilidad más de lo que estaba dispuesta a admitir, mientras que Jack se negaba a vivir conforme las reglas de la sociedad victoriana. Sus respectivos mundos colisionarán...Mientras yo empezaba a leer este libro, Kim se dedicaba a hacer la reseña de Arsen, de manera que así estábamos la una y la otra:
Yo leyendo "Irresistible" |
Kim reseñando "Arsen" |
Estamos ante una novela 100% Lisa Kleypas, pero la Kleypas que nos pone tontucas, no la que nos cabrea con La antigua magia o Mi nombre es Liberty (sí, nunca dejaré de meterme con esos dos libros). Ay, Lisa, así sí, hija mía: enaguas, corsés y levitas, poco o nulo pichotismo en ellas, protagonistas masculinos con lado oscuro... Lo que a mí me gusta, vamos. Lo he pasado pipa leyendo esto. ¿Has visto como cuando quieres sabes? Déjate los porros y haz cosas como ésta todo el rato, por favor. Quizá a las que hemos leído Sueño contigo nos suene un poco todo, pero siempre digo lo mismo: si funciona la fórmula, ¿por qué no explotarla bien? Y Lisa lo ha hecho aquí de nuevo. Jack Devlin tiene mucho de Derek Craven, de Zachary Bronson, hasta de Hardy Cates si me pongo. Es ese self-made-man que tan bien sabe crear la Kleypas, con pasado incierto, que no termina de encajar en los ambientes elevados, pero que es irresistible. Esperad, que voy a refrescarme los bajos, que sólo de pensar en todos estos maromos me ha entrado un calor que me asfixio. Y la asfixia me va a dar también con el cacho de bocata que empieza a salirme con tanto macizo de novela. ¡Pero a una haggard LeCaben todos!
¡Todos para dentro, no me dejo ni uno! |
Como en otras de sus novelas (no diré cuáles para no hacer mucho spoiler), Lisa empieza a lo Cecil B. DeMille: una explosión y de ahí para arriba. Y aquí la explosión es atómica, porque vaya tela. Traducido al mundo de la romántica, pues imaginad lo que puede ser...
La maestría de la autora está en mantener la tensión a lo largo de toda la historia tras un comienzo tan bestial que nos deja con las enaguas en combustión espontánea y los ovarios infartados. Y lo consigue haciendo que Jack y Amanda tengan una relación profesional que se convertirá en algo más. Pero no todo será un camino de rosas, claro, si no no tendríamos chicha, emoción e intriga.
Vayamos un poco a los personajes. Ya he dicho que Jack tiene algo de Derek, Hardy y compañía. Su toque personal va a ser que le gustan las haggards. Sí, queridas, a Jack le gustan las mujeres hechas y derechas y yo estaba como loca cuando le dice a Amanda que una mujer de treinta años no está en la edad madura, sino que está en su punto, como un melocotón de invernadero.
Peeero, no es tan perfecto. Su duro pasado le hace ser un hombre muy centrado en sus negocios y en vivir la vida sin compromisos. Sin embargo, con Amanda parece estar dispuesto a algo más. ¿Y qué piensa ella? Bueno, que está muy bien eso de que Jack la ponga a ladrar, pero necesita tranquilidad y cero escándalos, porque eso arruinaría su carrera de escritora. Ahí está el lado algo Pichote de la protagonista, pero hay que entender que estamos hablando de una mujer considerada como solterona en una época difícil para las no casadas. Tenían que mantenerse o buscarse un marido que les asegurara el futuro como fuera. ¿Encontrará eso Amanda en Jack?
El único pero que le pongo a este libro es el de siempre: los finales se desinflan un poco. En el caso del epílogo de éste, incluso yo hubiera cambiado una cosa. MEGA SPOILER - NO LEER SI NO SE CONOCE LA HISTORIA: que tras su aborto, Amanda no pudiera ser madre pero Jack decidiera que adoptaran niños de los que nadie quiere. ¿No sería eso adorafollable? FIN DEL MEGA SPOILER. Pero bueno, me ha dado unos ratos fantásticos y me la he leído en dos patadas.
Dicho todo esto, viene mi momento confesión personal. Este libro me ha gustado en parte por una razón: en cierto modo me he sentido identificada con la protagonista, la típica "tía de puta madre" con la que todos los maromos se lo pasan bien de cháchara porque eres la leche de lista y divertida, pero luego para lo demás no les interesa. Sí, queridas, yo era así, considerada por mi familia una futura solterona, siguiendo la estela de una de mis tías. Todo el mundo pensaba que nunca iba a echarme un novio viendo mi historial amoroso, que era nulo a cierta edad ya sospechosa. Y tanto me lo creí que llegué a asumir ese hecho. Aunque no tuve que echar mano de las drásticas medidas de Amanda, logré encontrar un buen Jack Devlin que da sopas con hondas a más de uno. Porque una haggard sabe esperar lo bueno y rechaza imitaciones.
Por todo eso recibe en nuestro Gandymetro...
Jack, queremos hacer negocios contigo |