martes, 27 de diciembre de 2016

Nacida para seducir (Chicago Stars 7), Susan Elizabeth Phillips


Dean Robillard, jugador de los Chicago Stars, es el hombre más afortunado del mundo: es una auténtica estrella deportiva y acaba de iniciar una prolífica carrera como modelo de ropa interior. Pero el camino a la gloria ha comenzado su declive y Dean decide hacer un viaje por carretera en un intento por comprender qué es lo que no marcha bien en su vida. Pero lo que no sabe es que muy pronto conocerá a alguien que pondrá su mundo del revés.
Blue Bailey sólo tiene un objetivo en la vida: vengarse de su ex. Para ello cuenta con la ayuda de un auténtico dios griego, el jugador de fútbol americano más famoso de América, que se ofrece a llevarla en su Aston Martin. Sin embargo, Dean no es el deportista descerebrado que ella había imaginado… 


Podría empezar esta reseña diciendo que acabo de terminar la serie de los Chicago Stars y que mi vida es un poquito más triste sin ella pero mucho más alegre a la vez por haberla conocido, pero cuando estéis leyendo esta reseña ya habrá salido el octavo libro (y, con suerte, lo habré leído, muajajajaja), con lo que yo no me atrevería a dar la serie por terminada porque mientras haya SEP hay esperanza. Y que dure muchos años porque estos libros son de lo mejor que me he metido en este cuerpecito serrano (y me he metido mucho y muy bueno *tose*) . Y éste del que os vengo a hablar hoy...


Croqueta campestre de la felicidad

Dean Robillard es el chico de oro de los Chicago Stars (ese objeto de deseo no guarreril de Heath en el libro anterior). Ya sabemos lo que ser el golden boy significa: pasta, famoseo, megacoche... y aburrimiento. Dean está un poco perdido y hastiado de todo y se compra una granja, no en África, como Meryl Streep, sino en Tennesee. Y de camino a ella se encuentra una castora sin cabeza.


Pero dafuq gigante, chico

Bueno, esto es una novela de SEP, si os digo que se encuentra con un alienígena comiendo neumáticos os lo creeríais igual. El caso es que a quien se encuentra es a Blue Bailey disfrazada de castor y con ansias asesinas hacia su ex. Y, como todas conocemos ya el humor de Dean, decide acompañarla en su periplo asesino para pasar un rato divertido. Lo que él no sabía es que en el momento en el que deja subir a Blue a su Vanquish, le está abriendo la puerta de su vida y su corazón...

¡Eh! Que no soy cursi, es que Dean saca mi poetisa interior

Como todo en el universo de SEP, tras la fachada se esconde un mundo mucho más interesante y profundo. Dean es todo un machote SEP, físico despampanante, carisma a raudales, buena persona pero con su trauma particular, en su caso, una vida solitaria y sin hogar, con un padre inexistente y una madre con un pasado de groupie lleno de putiferio y drogas que alucina, vecina. ¡Bastante bien ha salido el chico! Pero, ahora que las lesiones han empezado a tocarle, su mundo comienza a tambalearse. Blue comparte con él la falta de hogar, más que nada porque su madre lleva el título de "Salvadora del mundo" en el culo y ha preferido sacrificar su vida familiar por un bien mayor, ayudar a los que nadie ayuda. Y así ha crecido Blue, errante y sin aferrarse ni amar a nadie, sabiendo que con la única persona que puede contar es con ella misma. Pero, como en el mundo SEP tener un pasado marcado por unos padres locos te garantiza una estupenda y nada común vida, que lo que un castor descabezado y la desesperación han unido, ni una granja que se cae a cachos ni una vieja pelleja ni unos padres que se merecen una novela propia reencuentran puedan separar (y, por favor, que no les falte una buena linterna para iluminarles los momentos guarreriles...).


A partir de ahora le daremos mejor uso a esto, chato

El libro va fluyendo estupendamente, nada es apresurado, todo va surgiendo poco a poco y tú, aunque quieras que todo vaya más deprisa (como lectora ansiosa profesional que eres), vas disfrutando del camino tan ricamente, siendo consciente de que tienes una delicia en tus manos y que vas a saborearla -note el lector de esta reseña la nula objetividad de la escritora-. Dean y Blue han ascendido a mi top de parejas seppies (pero no, no superan a Dan y a Phoebe *.*). La relación entre Dean y Blue es sencillamente maravillosa. Ya sabéis que Dean me encantó en el libro anterior, con su extraña relación con Annabelle. Aquí es más maduro pero sigue siendo tan encantador como antes o incluso un poco más (totalmente un natural born charmer, como dice el título original). A mí me tiemblan las patillas de las gafas con un personaje así, qué vamos a hacer. Y Blue es una espléndida (y peculiar) chica SEP, sin un físico abrumador pero con unos ovarios como dos campanas que no se molesta en ocultar, un ingenio arrollador y una sensibilidad e imaginación que no deja ver a nadie. Con dos personajes así no podía salir una relación blandurria o con constantes equívocos. Aquí van a las claras casi desde el principio, no se ocultan prácticamente nada (a ver, algo sí porque alguna chicha y pichotismo tiene que haber) y nos inundan las páginas con momentos llenos de humor y diálogos ingeniosos con mala leche, de carcajada total 👇👇👇


  ¿Estás maquillada? ¿Qué ha ocurrido? Casi pareces una mujer.
  Gracias. Tú apenas pareces gay.

Los padres de Dean son para echarles de comer aparte. Sinceramente no me esperaba una historia secundaria sobre ellos por lo despacito que nos la va enseñando SEP. Creo que, junto con la historia secundaria de Heaven, Texas, ésta ha sido la que más me ha gustado. Dos personas que ya han vivido lo suyo, que tienen demasiado que echarse en cara, que se conocen de sobra y que, sin embargo, no se conocen nada. ¡Joer, que se merecían un libro propio y todo! Además que están los dos de buen ver y que, tras ver al padre, ninguna le haríamos ascos al sandwichito paternofilial (grrrrrrrrrrrrrrrr). Pero vamos, lo que yo os decía antes de que la lujuria me nublara es que esta historia me ha gustado muchísimo. Se va desarrollando tarde, despacio y con cuentagotas, de modo que no estorba a la trama principal. Poco a poco vamos viendo algo más y queremos saber más aún. Para mí SEP lo ha hecho aquí estupendamente. Además que menuda historia arrastran los personajes. Podemos ver cómo lidian con su pasado entre ellos (donde los reproches vuelan como mis bragas cuando veo a David Gandy) y con su hijo, al que le hablan directamente, sin enmascarar las cosas, exponiéndolas sin pena ni pidiendo perdón eternamente por lo que ya ha ocurrido y no se puede cambiar. 

Me mola cantidubidubidubi, cantidubidubidá


Ésta es una novela muy SEP y, a la vez, distinta. Poniéndome las gafas de lista os diré que veo en este libro una madurez que no he visto en los anteriores de la serie pero sin moñismos, que es una de las cosas que solemos ver en SEP y que a mí me hace ladear el hocico, ya lo sabéis (aunque no nos libramos de nuestra ración de pueblo sureño y de personaje raruno -la vieja, que aporta más bien poco-). No os vayáis a pensar que Nacida para seducir tiene el tono melancólico de Apenas un sueño. A mí me ha parecido que, a pesar de lo malo que arrastran todos los personajes (hasta la niña que aparece), el humor y la esperanza impregnan todo el libro, algo muy de SEP y que aquí me ha parecido especialmente logrado. Y no esperéis encontrar tensión perraquil no resuelta, guarrerismos múltiples o un relato detallado de todo lo que ocurre. Aquí se nos cuenta todo de un modo muy sutil, casi como de peli (me refiero al ñiqui ñiqui). Hay más descripciones sensoriales que físicas, más sentimiento que añadfhaskjdfhjaksdh. ¡Vamos, que hay más tajos! Pero no en el sexo (de esto lo que hay es poco), en la trama en general. De hecho, hay cosas importantes que conoces directamente porque otros personajes las cuentan. Y, oye, -parece mentira que yo vaya a decir esto- pues que me ha parecido bien y todo, así no se vuelve pesada la novela (aunque, bueno, un poco más de ver a Dean en acción no ha matado nunca a nadie, salvo si estiras la pata por las fiebres bajeriles que este rubio maromo te produce, grrrrrrrrr).


Que es justo lo que le pasa a Kim, así está tras catar a Dean

Queridas, Nacida para seducir ha sido una verdadera delicia para mí. SEP nos regala una peculiar pero preciosa historia de amor, tanto a tu pareja como a la familia, con los sinsabores que tiene la vida pero sin perder el humor y la esperanza de tener una segunda oportunidad y una vida mejor. Es como un puzzle sideral cuyas piezas nos vamos encontrando por el camino y vamos reconstruyendo poco a poco hasta que al final todo encaja en una extraña perfección, que es justo lo que nos enamora del mundo de Susan Elizabeth Phillips. Ahora mismo estoy tan enamorada de este libro y de esta serie que lo único que puedo hacer a gritar a los cuatro vientos:


¡¡¡PETARDAS, NO SÉ QUÉ HACÉIS QUE NO ESTÁIS LEYENDO ESTOS LIBROS YA MISMO!!!

Dicho desde mi más profundo amor hacia vosotras, muac muac.

Por todo esto, Nacida para seducir se lleva en nuestro Gandymetro...

Golden Dean Boy, te espero de golden parts abiertas

martes, 20 de diciembre de 2016

Un largo atardecer (Coleman Family 1), Sandra Brown


Lydia y Ross se dirigen a Texas en una caravana. El destino ha elegido una peculiar manera de unirlos: ella acaba de alumbrar a un niño muerto; él, padre de un recién nacido, ha perdido a su esposa en el parto. Entre los colonos rumbo al Lejano Oeste, cuya única ley es la supervivencia, la solución es obvia, de modo que Lydia se convierte primero en madre del pequño y después, inevitablemente, en mujer de Ross. Surge entre ambos un ardiente amor, pero cuando la felicidad parece ya al alcance de sus manos, el pasado irrumpe en sus vidas y arremete brutalmente contra sus esperanzas.


Ay, las crisis lectoras, qué puñeteras son. No os voy a decir que paso por una porque no es realmente cierto pero ya sabéis que hay tanto que leer que hasta te llegas a bloquear y eso es justo lo que me pasó a mí. Me puse a pensar en qué me apetecía leer y, tras encadenar unos protagonistas adorafollables, me di cuenta de que a mi cuerpecito le apetecía marcha con un prota macho alfa total y ahí Sandra Brown es la reina. Así que, buceando en las recomendaciones que nuestra querida lectora Elsa me hizo en su día en Goodreads (siempre esperamos de piernas brazos abiertos vuestras recomendaciones), vi este libro y, de repente, me empezaron a subir cosquillitas por los dedos ante la perspectiva de ver cómo era un maromazo duro en el lejano Oeste...  


Come to my Kindle, chato molinero

Lydia Bryant y Ross Coleman son dos personas que huyen de un terrible pasado y a los que el presente (que no se puede decir que sea maravilloso) y el futuro inmediato obliga a soportarse. Lydia ha perdido a su bebé y ha estado a punto de morir. Ross acaba de ser padre y ha perdido a su maravillosa esposa en el parto. Ambos acaban conviviendo en una caravana que va hacia Texas y, si bien hay un desprecio de Ross a Lydia y una tremenda desconfianza de Lydia hacia Ross, se necesitan mutuamente. Él, porque Lydia es la única mujer que puede cuidar pechotilmente de su hijo y ella porque... Pues porque no le queda más remedio si quiere estar protegida, cuidada y con posibilidades de iniciar una nueva vida, y en esa época una mujer sola era poco menos que una guarri o, si no lo era, tranquilos que la iban a convertir. Sí, estamos en Estados Unidos tras la Guerra de Secesión, donde los hombres eran más duros que un pedrusco del fondo del Misisipi y las mujeres podían tener más huevos que el caballo de Espartero pero eran una mera prolongación del marido que tuvieran. O unas guarris, claro. 



Y de las gordas, así era la vida para las mujeres en esa época. Lydia, la pobre, pasa de querer morirse a tener un motivo para vivir cuidando del bebé de Ross y sintiéndose persona por primera vez tras mucho tiempo con los atentos cuidados de parte de la caravana (los Langston especialmente). Nuestra chica recuerda de un modo lejano lo que era el cariño porque lo que más ha sufrido en su corta vida ha sido lo peor de lo peor de mano del que más cerca tenía. Ahora tiene miedo a todo, a los hombres especialmente y sobre todo a Ross, que la mira mal y la trata peor, aunque también con el roce va sintiendo otras cosas que ella no sabe reconocer (🔥🔥🔥 en las entretelas, Lydia, ya te lo decimos nosotras). Y Ross sí sabe reconocer perfectamente lo que le pasa con ella, que ejerce de madre para su bebé pero no de esposa para él. Aunque no por falta de ganas de su boa. Pero sí por falta de ganas de su cabeza. Y eso le genera odio hacia ella y calentones internos. Y entonces se da una lucha de titanes entre cabeza y boa que...


¡Deja ya de *oderme, copón! ¡Que estoy a dos velas!

Y con estos percales ya os podéis imaginar la cantidad de tensión sexual no resuelta que se va acumulando en las páginas del libro (hasta los momentos que se pueden considerar más inofensivos y menos perraquiles -como dar el pecho- se convierten en el gatillo perraquil de Ross) que se acaba resolviendo de un modo ciertamente fogoso aunque no muy amigable (lo mío es el eufemismo). Menos mal que Ross se emplea posteriormente en darnos una buena sesión que nos alisa hasta los pelos de abajo del gusto, grrrrrrrrrrrrrrrrr. Las escenas sexuales son descriptivas (especialmente al principio) pero narradas con buen gusto, mezclando de un modo perfecto las acciones con las sensacionesDebo reconocer que no me gusta especialmente que, aunque él la desprecie, su boa le tome cariño casi desde el mismo momento en el que la ve. No me parece justo cómo la trata pero entiendo que él, que ya ha tenido una historia de amor sacada de una novela romántica, vea que, de repente, le colocan a otra mujer (que, para él y para media caravana, tiene toda la pinta de pilingui frescachona) a darle de mamar a su niño y a vivir en su carromato. También es verdad que estos malos humos y ese comportamiento hay que encuadrarlos en la época y en el lugar en los que se desarrolla la novela (unido todo esto a lo que arrastra Ross -aparte de su boa por el suelo, ejem-), a la que yo veo rondando el bodice ripper, con todo lo que eso implica (indagad por aquí si no sabéis lo que es). Y con todos estos ingredientes (o a pesar de ellos) a mí me ha gustado mucho.


Kim leyendo Un largo atardecer 

Ya sé que un bodice ripper tiene megamachotes y actos con moralidad más que cuestionables pero cuando cogí este libro ya iba advertida y buscaba lo que he encontrado, un tío duro, una historia tremenda y un amor que supera todo. No justifico que se hagan determinadas cosas y prefiero no encontrarlas pero, cuando estoy leyendo, me meto en la historia y me dejo llevar por los caminos que el escritor quiere que siga, que luego ya veré si me han gustado o no (ya veo la cabeza de nuestra querida Neus dando vueltas XD). Nada, chicas, que a mí MeCabe todo, me gusta disfrutar con todo y que los caminos que Sandra Brown quiere que recorramos aquí conducen a perder las bragas por Ross.


Qué me vas a contar a mí del poder bajabragas de un buen bigote

Según se va desarrollando la historia entre Lydia y Ross y tú ves que ahí va a haber más que palabrasse van intercalando estos momentos con otros que únicamente conocemos nosotros (relacionados con la terrible vida de la que huye Lydia y con el pasado de Ross) y que nos hacen tener tensión de ir con el culillo y el estómago apretados y no precisamente para ejercitar el core. Y todo esto mezclado con el resto de personajes de pululan por la caravana, donde hay una cantidad de historias que se acaban entremezclando de modo sorpresivo y magistral (para eso se van alternando constantemente los puntos de vista y, sorprendentemente, no te acabas liando). Es en este entorno donde Sandra Brown es más cruda y directa con el lenguaje, dejando la ternura únicamente para los momentos necesarios y ni uno más, casi todos relacionados con Lydia. Reconocozco que me ha encantado cotillear cómo se vivía en estos sitios, con un montón de gente obligada a convivir para poder llegar a un lugar con la mayor protección posible, sin privacidad, durmiendo bajo el carro para no asarte de calor. Vamos, maravilloso leerlo pero a mí no me llevas tú ahí ni aunque tengas el nardo que lo transportes en carretilla.


No te acerques si no vienes con la llave de una suite en el Plaza

Para que no penséis que todo me ha requetencantado os diré que la resolución del megaconflicto (que yo no veía cómo se podía solucionar) ocurre por la vía milagrosa en plan "fus fus ¡tachán!", que puede ser muy cuqui pero hace que toda la tensión acumulada se vaya al garete. ¡Hija, Sandra, dale un poco más a la cafetera mental y no me chafes la tensión con un cubazo de agua! Ah, y debo mencionar que he acabado un poco hasta el moño de tanta mención al pelo y las tetas de Lydia, qué dichosa obsesión la de Ross y todo Penry en la caravana (aunque reconozco que, si se hablara tanto del pechote peludo de Ross, no me quejaría y me rebozaría en tamaña alfombra).


Y si no puedes hacerlo en la de Ross, te dejo la mía

[MeVales, chato]

En definitiva, que he disfrutado muchísimo de este viejunismo que, si no fuera por ese pequeño bluffffff final, se habría llevado 5 Gandys y las pinzas de mis pezones (éstas para Ross, que seguro que las sabe usar bien). Es una fascinante, ágil, dura y entretenida historia de amor en un marco que habitualmente odio y que aquí me ha encandilado por completo.

Por todo esto, Un largo atardecer se lleva en nuestro Gandymetro...

4'5. Ross, deja que te repase la cicatriz tetillil con mi lengua

martes, 13 de diciembre de 2016

Evidencia (I-Team 2), Pamela Clare


Tras el asesinato de una adolescente hispana, se vio a un misterioso hombre con una chaqueta de cuero negra merodeando cerca de la escena del crimen. Y Tessa Novak, periodista de investigación, lo tiene en su punto de mira como posible culpable. Ese hombre es Julian Darcangelo –un agente del FBI encubierto, trabajando mano a mano con el Departamento de Policía de Denver, que va tras la huella de un asesino que se dedica a la trata de blancas. Pero se acaba de topar con un importante obstáculo, y es que las acusaciones de Tessa podrían poner en peligro su tapadera, así que la quiere fuera de la investigación. Y del mismo modo que Tessa ha hecho de Julian el blanco de sus sospechas, ahora ella se ha convertido en el blanco del asesino. Y mientras a ambos no les queda más remedio que confiar el uno en el otro, su mutua atracción se incrementa con la misma intensidad que lo hace el ansia del asesino por verlos muertos...


Iba yo surcando mi estantería de Goodreads de libros pendientes de leer (os la enlazo por si os da la vena cotilla) buscando algo que me convenciera. Sí, hay tropecientos libros y os juro que a veces me dan tantas ansias lectoras que leería mil a la vez. Y cuando esas ansias lectoras llegan a su punto culminante me pasa una cosa muy curiosa: que no sé qué leer. ¡Drama en la casa de esta haggard! ¿Y cómo soluciono eso? Pues escogiendo algo seguro, algo que no me haga pensar demasiado y que me meta en una historia trepidante. No busco el amor eterno literario, busco algo que me intrigue, me llene y me dé una buena ración de refrote sin moñismos. Y ahora mismo hay una serie que me da todo esto: el I-Team de Pamela Clare.

Molestas y listas, somos las mejores periodistas

Tessa Novak es periodista del Denver Independent y miembro de su grupo más badass, el I-Team (el típico equipo de investigación que va metiendo las narices en todos lados y tocando los huevos a todo el mundo). Ella, ya que toca cataplines, lo hace bien y siempre está husmeando en asuntos policiales. Vive por y para su trabajo y no tiene pareja ni pasado (realmente el pasado lo tiene tan en el olvido que ni sus amigas lo conocen), lo que es estupendo cuando te metes en una investigación que te hace perder la noción del tiempo tanto como para olvidarte de tu droga dura, el café. Y justo esta adicción es la que le va a hacer estar en el peor momento en el lugar equivocado y ser testigo del asesinato de una chica. Pero testigo bien visible, ya que hay un misterioso hombre de pelo largo y chupa de cuero que quiere pasar desapercibido y la observa mientras ella habla con la policía...

No sé si ponerme palote o jiñarme de miedo

Pero sus miradas se encuentran y ése va a ser el momento en el que Tessa vea entrar en su vida a Julian Darcangelo, al que ella cree el asesino de la chica y que realmente es un agente del FBI encubierto que lleva demasiados años persiguiendo al cabrito que utilizaba a la chica muerta y a sus compañeras. Y es que ella era otra más de las miles de chicas víctimas de la trata de blancas que Julian quiere liberar a toda costa. Ya estuvo a punto de hacerlo hace tres años pero básicamente la cagó y, a todos sus traumas vitales de presidiario y chico chungo, tuvo que añadir la muerte de dos compañeros.

Julian por dentro

Tessa, además de testigo de un asesinato, es periodista de investigación, con lo que ya os podéis imaginar hacia dónde van sus intereses: descubrir el pisto y publicarlo. Y Julian, que lleva años tras el malo joputa y necesita que nada salga a la luz para poder pillarlo con las manos en la masa, ya sabéis lo que no puede consentir: que la historia se publique. ¡Toma conflicto de intereses entre los dos protagonistas! ¿Y qué se puede hacer ante esta situación? ¡Pues comerte tó los morros para que no digas nada!

Te voy a comer tó lo negro desde aquí arriba

Efectivamente, queridas, yo me presto voluntaria ahora mismo para que Julian me coma lo que sea los morros e intente que no investigue (cosa que, si eres una periodista de las buenas, no va a conseguir). ¡Pero, ey, ese gustazo que te llevas para el cuerpo serrano! (Y el cuerpo serrano de Tessa se lleva unos cuantos gustazos en este libro, grrrrrrrrrr). No hace falta que os cuente lo que va a ir pasando en este libro porque es de manual de...


Hay muchos tipos de teleflín y éste es de los que me gustan a mí, de los de emoción, intriga, dolor de barriga y guarrerismos por el camino. Este género, el romance con suspense o suspense romántico o whatever, Pamela Clare lo borda. Al límite (el primer libro de la serie) para mí flojeaba, y sobre todo si lo comparamos con éste, que funciona mucho mejor. Puede que sea por el tema de fondo, la trata de blancas, que te da la hostia fina desde el principio y te interesa y atrapa rápidamente. Los protagonistas son también mucho más interesantes. Tanto Tessa como Julian son producto de su pasado y así van ambos por la vida, con una armadura que ni uno de los caballeros del Rey Arturo. Tessa me ha parecido en algunos momentos algo tonta para ser una periodista tan lista como sabemos que es (¡chica, si sabes que tu vida está amenazada no te expongas en público sin protección!). Claro, lo que le pasa es que sabe que Julian la va a proteger con su cuerpazoajkdhfñajkshdfñjkashdf.

Aquí está mi cuerpo para que lo cubras y... protejas

Y Julian me ha encantado, sinceramente. No puede ser un tío moñas porque no le pega ni por su pasado ni por su presente (y a mí me encanta porque los moñismos pfffffffff) y con Tessa primero va a lo bruto porque tampoco sabe hacer las cosas de otro modo. Pero Tessa es un encanto y va desarmando a Julian poco a poco sin que ella se dé cuenta. Y yo haciendo la croqueta porque con el desarme van llegando la confianza y la tensión sexual y los diálogos entre grrrrrrr y jajajajaja como éste.

—¿Qué significa Darcangelo?
—Es mi apellido. —Reprimía una sonrisa.
—¡No! Me refiero a su origen étnico. —Cogió un cojín y se lo lanzó.
Él se defendió del ataque con el antebrazo.
—Soy medio italiano.
—¿Qué mitad? —Pronunció las palabras sin poder evitarlo.
¿Estaría flirteando con él? Ella nunca flirteaba con hombres.
Los labios de él se torcieron en una sonrisa lenta y sexy que le produjo un vuelco en el corazón.
—De la cintura para abajo

Quiero polo italiano de postre todos los días

El inicio del guarrerismo/atracción sexual/temita entre ambos es un poco forzado para mi gusto, surge de la nada y me hizo levantar la ceja a niveles de Escarlata O'Hara. Pero Pamela Clare sabe ir desarrollando la relación entre ambos de un modo estupendo, bien dosificada y mezclada con la trama de la trata de blancas. Hace que todo te interese y que te cueste dejar el libro y ponerte a hacer otras cosas. Ya en la parte final la historia se estanca un poco (recurramos para eso a unos buenos polvetes que nunca amargan aunque no aporten nada) y todo se acaba resolviendo de un modo muy rápido pero eso no empaña todo lo anterior. Pamela Clare utiliza el mismo estilo que en Al límite y nos va alternando los puntos de vista de los protagonistas (con incursiones especiales de la depravada mente maligna), narrando todo de un modo muy ágil (especialmente la escena en la que se resuelve todo, totalmente cinematográfica). Tampoco nos priva de las apariciones estelares de Kara y Reece y del resto del I-Team, cositas que nos ponen al día con el resto de personajes y que siempre se agradecen. Y así te pones a leer y te comes el libro en nada de tiempo. 


Aunque de manera más agradable

Queridas lectoras, Evidencia es un estupendo libro de suspense romántico, en el que todo funciona como un reloj. Tal vez le falte algo de emoción en algunos momentos finales pero la fuerte trama de fondo y las estupendas personalidades de los protagonistas te llevan en volandas desde la primera página hasta en epílogo (que es un poco ¬¬ y *.* a la vez). Si os apetece un buen teleflín en papel, no dejéis de leerlo.

Por todo esto, Evidencia se lleva en nuestro Gandymetro...


Julian, ven y enséñame a manejar tu "arma" (grrrrrrr)

miércoles, 7 de diciembre de 2016

The Bourbon Thief, Tiffany Reisz

[Libro no publicado en español]
Cuando Cooper McQueen se despierta tras pasar la noche con una bella desconocida lo hace para descubrir que le han robado. Sólo ha desaparecido una cosa -una botella de bourbon de un millón de dólares. La ladrona, una misteriosa mujer llamada Paris, dice que la botella es legítimamente suya. Después de todo, la misma etiqueta dice que es propiedad de la familia Maddox, que era dueña y dirigió la destilería desde los últimos días de la Guerra de Secesión hasta que quebró por motivos que nadie conoce... Nadie excepto Paris.
En las primeras horas de una mañana de Louisville, Paris relata el escalofriante cuento de Tamara Maddox, heredera de la destilería que se convirtió en un imperio. Pero su árbol genealógico se arraiga en suelo contaminado y ha dado fruta podrida. El suyo es un legado de riqueza y poder pero también de mentiras, secretos y pecados por omisión. Los Maddox tienen bourbon en su sangre... y sangre en su bourbon. Por qué Paris quiere la botella de Red Thread será un secreto hasta que la verdad de su indentidad sea finalmente revelada y la venganza centenaria que Tamara juró llevar a cabo en contra de su familia pueda ser finalmente completada.


Ésta que os escribe es una persona moderada, a la que le gusta tomarse copas, libros y maromos con tranquilidad y sin agobios. Pero si hay una cosa ante la que no me puedo resistir y me tengo que tirar encima es ante David Gandy y un libro de Tiffany Reisz. ¿Qué tiene esta mujer que me tiene tan enamorada? Pues no lo sé, chicas, será que está como una cabra y que yo ya tengo cama en el frenopático a su lado o que escribe como los ángeles. Bueno, todo esto a vosotras os tiene que dar igual porque, por mucho que yo haya adorado su serie The Original Sinners, si estáis aquí es por The Bourbon Thief y no se parecen en nada, de hecho no parecen escritos por la misma persona. Y, sin embargo, hay tanto de la Reisz que adoro en éste... Lo que significa una cosa: que os va a dejar de cualquier modo menos indiferentes.

¡Viva!¡ Estoy alegre ahora aunque puede que termine jodida!

Como ya dice la sinopsis, Paris es una ladrona pero no de libros sino de bourbon. Y para conseguir la botella de Red Thread que lleva en el bolso ha tenido que pasar una noche dándole al trocotró con Cooper McQueen, un madurito interesante y forrado. Claro que no todos los robos salen bien y el de Paris es uno de ellos. ¿Cuál es el precio que tendrá que pagar Paris por salirse con la suya? Pues contarle a Cooper qué le ha llevado hasta su cama y hasta su preciada botella. Y ésa no es totalmente su historia sino la de Tamara Maddox, la rica heredera de la destilería de bourbon Red Thread, que, en lo más alto de su poder, se fue a tomar por Cullen. Y esa historia, oh, queridas niñas, no es un cuento de hadas sino más bien uno de terror, en el que hay ogros, brujas y un príncipe encantado(r), Levi Shelby, que esconde secretos que ni él mismo imagina...


Y así, en modo restrospecter, Paris va contando a Cooper la historia de Tamara, la niña bien que tenía al alcance de su mano todo lo que quería y justo lo que quería era lo que no podía tener. Menuda fr(p)uta vida, ¿eh? Pues sí, los ricos también lloran y Tamara, cuando lo hace, lo hace con motivo. Y es que crecer en un ambiente en el que tu padre se ha suicidado y tu madre y tu abuelo discuten constantemente no es lo mejor para nadie. Tamara, además, le ha echado el ojo al maromazo que cuida los caballos, Levi, que pasa de ella como de comer mierder, lo que hace que le guste más aún. Nosotras, que tenemos el culo pelado con culebronazos, nos frotamos las manos ante lo que se nos viene encima, ¿verdad? ¡PUES NO!

Tollina por la espalda, ni la ves venir

Sí, queridas, id poniendo la mejilla porque esta novela, que yo veía ya como otro The Bourbon Kings, es un culebrón pero extremadamente peculiar, con unos personajes de los que conocemos poco y en qué mala hora conocemos más, que vaya panda de perturbados. Todo esto está mezclado con las cositas de la Reisz que nos encantan, escenas guarronacas espléndidamente contadas, unas mujeres muy fuertes incluso en las situaciones más débiles y muchos diálogos chispeantes y brillantes, especialmente entre Tamara y Levi. También os digo que no he encontrado la narración tan arrebatadora y absorbente como en The Original Sinners y que en un determinado momento se me hizo lento. Y, aún así, el dichoso libro me tenía bien pillada por los cataplines. Uno de los encantos de esta historia es leerla conociendo lo mínimo posible así que creo que con los datos que os he contado vais serviditas. Y recordad que, como bien dijo nuestra querida sweetie Sonia, los libros de la Reisz hay que leerlos con la mente despatarrada

-¡Pero Kim, eso iba por la serie The Original Sinners, que era erótica y BDSM y extremadamente peculiar!


-Sí, sí, pero yo he leído éste y te digo que te despatarres de mente o la ho**ia va a ser mucho más grande #HaggardAdvice

Y es que aquí, queridas... Cómo os lo puedo explicar si ni yo misma me he recuperado aún de la lectura.

Kim está de resaca lectora, do not disturb

Y no es que éste libro sea una montaña rusa de emociones y acontecimientos sin descanso, para nada. Tú crees que esto va a ser una sucesión de "ARG", "OOOOOOOOOHHHHHHH", "OMFG!" y "Mecagoentufrutamadre" pero realmente pasar, pasa poco, porque Tiffany Reisz te plantea un pistazo importante (con varios zascas previos, para que te vayas calentita a dormir) y luego te mete en una balsa de aceite casi onírica (con sueños de todo tipo) en la que se desarrolla la relación principal aislada del mundo pero dentro de una calma tensa que te tiene que saltas a la mínima, para luego volver a la realidad y...

Hasta nunki, cordura

Y de esto, queridas, te recuperas muy malamente. Nuestra Tiffany vuelve a dar muestras de que lo convencional no va con ella y de que, si esperas algo tradicional aquí, mejor que pegues la vuelta al más puro estilo Pimpinela. Os lo digo, queridas, éste es un libro de pasiones, ambiciones, assssssssssco supremo y amor, a las personas, al dinero y al bourbon. Y, al igual que éste, no todo el mundo puede ser capaz de digerirlo porque lo que se cuenta no es agradable y dista mucho de lo que queremos leer en una novela romántica. A mí me ha dejado lóquer y no me lo he podido quitar de la cabeza en varios días, os lo tengo que decir, y justo es por eso por lo que tengo que darle esta valoración. Puede que si lo leéis como personas normales, despacito y con calma, no os afecte tanto, pero es que yo me lo zampé con ansiedad y me dejó más loca. Si Tiffany Reisz quería engancharme con una lectura, lo ha conseguido, si quería desconcertarme con una lectura, lo ha conseguido, si quería afectarme, lo ha conseguido. Desde luego, este libro no lo voy a olvidar en un buen tiempo.

Y por eso no me queda más remedio que darle en el Gandymetro...

Levi, es mi cumpleaños, quiero que lo celebremos bajo mi refajo