[Libro no publicado en español]
Xcor, líder de la Banda de los Bastardos, condenado por cometer traición contra Wrath, se enfrenta a un brutal interrogatorio y a una muerte lenta a manos de la Hermandad de la Daga Negra. Y, aunque tras una vida marcada por la injusticia y el mal acepta su destino de soldado, su único pesar es la pérdida de la intocable mujer que nunca fue suya: la Elegida Layla.
Únicamente Layla conoce la verdad que puede salvar la vida de Xcor pero descubrir su sacrificio y su linaje escondido los expondría a ambos y destruiría lo que Layla más quiere. Dividida entre el amor y la lealtad, debe reunir el coraje necesario para rebelarse contra la única familia que tiene por el amor del único hombre al que amará. Sin embargo, incluso si se le concediera a Xcor el indulto, él y Layla tendrían que enfrentarse a un desafío aún más grave: salvar el abismo que divide sus mundos sin que éste sea la base para un futuro con más guerra, desolación y muerte.
Mientras que un viejo y peligroso enemigo regresa a Caldwell y la identidad de un nuevo dios es revelada, nada es fijo y seguro en el mundo de la Hermandad de la Daga Negra, ni siquiera el amor verdadero o los destinos que hace tiempo parecían grabados en piedra...
Queridas haggards, lectoras y amigas, ya sabía yo que este libro iba a ser un trago lector para mí, teniendo en cuenta lo poco que me gustan los protagonistas (Xcor y Layla, pfffffffffff). Puede que este poco ánimo haya influido en mi estado inicial de lectura pero tenía puesta mi fe en las historias secundarias, en las que la Ward suele desplegar encantos croquetiles y venderme la moto que quiera. Bueno, pues en este libro la croqueta ha sido de tipo ausente, os anuncio que estamos ante el peor libro de la Hermandad de la Daga Negra hasta la fecha.
La Ward se prepara para lo que viene |
Jamás pensé que iba a hacer una reseña tan mala sobre una de mis series favoritas pero, claro, tampoco pensé que la Ward iba a escribir un libro tan malo. Ni me voy a molestar en contaros de qué va porque a estas alturas de la serie está todo más liado que la pata de un romano y la conexión entre libros hace que no se puedan leer de modo independiente. La sinopsis ya cuenta todo lo que hay que saber, que Xcor y Layla son los protagonistas y que ambos se enfrentan a un destino en el que no se incluye el amor. Y es que el amor entre un vampirito que ha intentado matar al Rey de la raza y una de las elegidas para alimentar a los Hermanos que, además, es madre de los churumbeles de uno de ellos es una cosa un poco jodida. Claro, jodida para el universo que piensa de modo coherente, no para el que tiene la Ward en la cabeza, en el que es capaz de pasarse por el forro del xixi sus propias normas para hacer que el amor triunfe entre estos dos. Y si con ello tiene que incurrir en incongruencias varias, WTF supremos y moñismos capaces de sonrojar al lector más cursi, so be it. Que sí, que ya sabemos que la Ward está como una regadera y que aquí es todo tan disparatado que lo mismo dan ocho que ochenta, te lo comes y te encanta. Pues en este libro NO.
Me ha salido entrecejo del disgusto |
Aquí la Ward ha decidido que Xcor y Layla deben tener su final feliz (seguro que aún le escuecen los palos de The Shadows) y que para ello hay que querer a los protagonistas y que pasen cosas convincentes que te hagan pensar "ay claro, pobre Xcor, pobre Layla, qué injusta es la vida con ellos, qué penita me dan, necesitan ser felices, blablablabla". Una espera que la Ward saque de la manga sus recursos de escritora buena/loca (en ella es lo mismo) y nos deje con un palmo de narices, haciendo un triple salto mortal arreglando los errores de Xcor y Layla para que podamos perdonarlos. Sin embargo, lo que hace no es enderezar esta historia sino torcer y estropear el universo vampiril para que todo te parezca una fr(p)uta locura y que lo único cuerdo y bueno del libro sean los protas. Mira, Ward, VETE A TOMAR VIENTO FRESCO.
El cerebro de Kim no puede procesar estas expresiones |
Ahora mismo me invade el cabreo ante ese recurso tan chapucero, eso de "para que lo que no puedo arreglar parezca bueno, desarreglo lo demás y listo" no es digno de una escritora seria y con tantos libros a sus espaldas. Claro que así no perjudica la historia principal, nos ha jodido, así lo que hace es cargarse de un plumazo las historias y los personajes que ha ido creando durante quince libros. Y digo quince libros porque no es a Layla y a Xcor a los que decide pasarse por el forro, es a Wrath, a Tohr, a Qhuinn y a mi adoradísimo Vishous, convirtiéndoles en vampiritos incongruentes, blandurrios que ni salidos de Pocoyó o locos como si fueran monos adictos al LSD. No me cabe el cabreo en el cuerpo rememorando lo que hace con Qhuinn, al que en su cerebro fumado debía demonizar sí o sí. Después de tropecientos años esperando una segunda parte entre Qhuinn y Blay para poder rebozarnos en la maravillosidad de su relación y poder tener el m/m vampiril que se merecen (y nos merecemos), la Ward decide básicamente joderlo todo y hacer que Qhuinn se convierta en un ser irreconocible para que nos pongamos del lado de Layla. WardTheFuck!??!? Y no me tiréis de la lengua con V...
¡Que me da el ataque! |
Vishous es mi debilidad, mi vampirito favorito y con el que obtengo la felicidad suprema viendo que está en todos los ajos. Me da penita que el pobre esté que no se encuentra pero esto huele a libro con él de protagonista y me froto las manos. El problema de mi chico aquí es que la Ward va estirando mucho este mal rollito y hace que V esté irreconocible, emo total. Incluso se insinúa cierta cosa que no creo que pase pero que, si por un extraño motivo esta mujer se fuma un porro de mierda de la mala y pasa, ya os voy diciendo que dejo de leer la serie. A los malos los vamos a dejar de lado, ¿vale? Que tanta mala leche me provoca canas y eso sí que no. Todo esto, como habréis adivinado, es fruto del ingreso de la Ward en el "club del porro", donde todo está permitido y es más bonito si hay arco iris bonito por medio. Y lo hay, efectivamente, esperad al final para verlo y, sobre él, a la Hermandad de la Daga Negra bailando Despacito da la mano con sus nuevos amiguitos en lo que únicamente puede llevar a una orgía de pajillas mutuas o a tener a la que os escribe de este modo:
Yo es que tolero estupendamente el moñismo 😒 |
Realmente este libro no parece escrito por J.R.Ward, da la impresión de que no tenía tiempo (lo normal si sacas tres libros al año) y se lo ha encargado a alguien que le copia el estilo pero lo hace mal. Cuánto rollo mete, cuánta paja mental, qué mierda de momentos guarrers (si por fin puedes echarle el guante a tu vampirita, todas sabemos que te huele el pito a canela y te la fo**as hasta que os salgan llamas de los bajos -a los libros buenos de esta serie me remito-), qué cosa más espesa y coñazo, no veía la hora de terminarlo. ¡Y previsible! Si le doy algo más de nota es porque se ven momentos de la Ward que nos gusta, porque Lassiter es lo más, porque la historia de Trez no tiene mala pinta (aunque no era necesaria) y porque tengo muchas esperanzas puestas en el siguiente libro (spoiler: sus protagonistas serán Assail y Sola), donde deseo que la Ward haya dejado ya los nuevos porros y vuelto a los de antes, los que llevaban mierda de la buena que hacía que las fans diéramos palmas con las orejas y con otras cosas.
La Ward buscando inspiración |
The Chosen es un libro fallido, el peor de la Hermandad de la Daga Negra. Un despropósito espeso, sin ritmo y sin emoción, donde J.R.Ward decide retorcer las reglas de su propio universo para meter con calzador una historia de amor que, claramente, no estaba destinada a ser mientras de camino nos destroza varios personajes y deja las reglas del universo de nuestros vampiritos patas arriba. Yo ya tengo la antorcha en la mano, chata, como la cagues en el siguiente libro, en tu puerta que me planto.
Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...
Xcor, tienes billete en el cohete al Sol. No te olvides de llevar a la Ward |