miércoles, 13 de marzo de 2024

Rosaline Palmer Takes the Cake (Winner Bakes All 1), Alexis Hall

[Libro no publicado en español]
Seguir la receta es la clave para un pastel perfecto. Rosaline Palmer siempre ha seguido las reglas, salvo cuando dejó la universidad para criar a su hija, Amelie. Ahora, con un sueldo tan útil como el papel sulfurizado y una casa que se desmorona más rápidamente que las galletas en el té, está bordeando la quiebra. Pero donde hay voluntad hay un camino y Rosaline acaba de entrar en el concurso de pastelería más amado del país.
Ganar el dinero le daría a su hija la vida que se merece y Rosaline está dispuesta a seguir las instrucciones. Sin embargo, algo más que trifles que no aguantan se interpone entre Rosaline y la dulce victoria. El educado Alain Pope sabe qué hacer para hacerla temblar pero es el tímido electricista Harry Dobson el que hace que Rosaline se cuestione sus creencias, sobre ella, su familia y sus deseos.
Rosaline teme que enamorarse de Harry sea una receta para el desastre. Pero mientras la competición (y los hornos) se calientan, Rosaline se empieza a dar cuenta de que los dulces más deliciosos se hacen con el corazón.
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Me repito más que el ajo pero es necesario que lo haga por si alguien cae por aquí nuevo y no lo sabe: me gusta mucho Alexis Hall, disfruto mucho de su ingenio, de su elaborado vocabulario y de las cosas que se inventa. Pero, yo qué sé, llamadme rancia, sosa o criticona, pero llevo leída una serie de libros suyos que casi prefiero olvidar, especialmente este, que me ha parecido un puto coñazo.

Mandando un jabón Lagarto para Kim

Ya sé que, con este lenguaje, no me van a contratar en El País para escribir sus críticas literarias pero ni falta que hace, porque probablemente se entienda más lo que voy a escribir yo hoy aquí que lo que un crítico experto escribe de un modo... experto. Rosaline Palmer Takes the Cake, además de tener un título larguísimo, es un libro que parece el engendro que se come Joey en Friends gracias a las dotes culinarias de Rachel, una mezcla de cosas que pueden estar buenas por separado pero que, juntas, resultan más efectivas que un café y un cigarro 💩. 

Hola, soy este libro

Rosaline es una madre soltera y bisexual que decide presentarse a una especie de Masterchef dulce británico y Alexis Hall decide estructurar el libro en capítulos que se corresponden con las diferentes semanas y pruebas que Rosaline y sus compañeros tienen que superar en el programa. Aparentemente esto es una novela romántica y, justo antes de empezar la primera grabación, Rosaline tiene un incidente y se ve obligada a pasar la noche (sin guarrerismos) con un concursante que está buenorro (porque aquí hemos venido a la belleza maromial y a mí no me des tíos feos, que soy una superficial 🤣). En fin, que ese maromo (cuyo nombre no recuerdo -lo pone en la sinopsis pero no quiero ni leerla para olvidar esto antes-) es estupendo y resulta que luego entre los fogones, también lo es. En el concurso no solo conoce al Maromo 1 sino también a una serie de personajes variopintos muy británicos y al Maromo 2, Harry, que es un electricista (buenorro también, faltaría más) y que habla de tal modo que haria que al profesor Higgins le explotara la cabeza mientras que a mí, con su buenorrismo y su buena mano pastelera, hace que se me exploten las bragas.


Bueno, a algún sitio tengo que aferrarme cuando veo que la lectura es un quiero y no puedo. Las semanas del concurso van pasando y vemos cómo va la vida de Rosaline, con su relación con el Maromo 1, el mal comienzo con el Maromo 2, la amistad que hace que algunos concursantes, cómo lleva todo esto su hija, su exnovia... Vamos, una sucesión de hechos que no sé si quieren ser graciosos o cotidianos o lo que sea pero que no me han importado lo más mínimo. No sé cómo se las ha apañado Alexis Hall pero ha logrado que no me interese ni el concurso ni la vida amorosa de Rosaline ni su vida en general. Los personajes no me han resultado atrayentes, únicamente el Maromo 2 y por lo que os he comentado, que a algo me tengo que aferrar cuando leo para no mandar el libro a la porra. Por encima de todos, Rosaline es la que menos me ha gustado. Es una de esas personas a la que no le encuentras el truquillo, de esas que, cuando te empieza a caer bien, sale con un comentario seco o rancio y a la que, vete tú a saber por qué, nadie le responde ni la manda a Parla cuando es lo que se merece. Tampoco me ha gustado nadie de su entorno, una gente de cartón piedra que no aporta nada. Y qué os voy a decir de la trama... Que me encantan los libros en los que sale comida y aquí me daban más ganas de comerme el cartón de los Chocapic antes que el cake de vete tú a saber qué tenían que cocinar. 

Esto es más tentador que este libro

Me he encontrado totalmente desconectada de la lectura, como si estuviera viendo una película en un idioma incomprensible. No he encontrado nada de lo que me gusta de Alexis Hall, es como si hubiera cogido todo lo bueno que tiene y lo enrevesara hasta límites insospechados, de modo que a veces me ha parecido vacío y tedioso.


Además, la parte amorosa... MEGAMÑE. Es algo secundario en el libro y está escrita con poquísima gracia. Y pasan unas cosas que pretenden ser graciosas pero son de vergüenza ajena. El libro es ver cómo evoluciona la vida de Rosaline mientras que concursa, algo que, sinceramente, no tiene fuerza como para sostener todo. En fin, que me ha parecido un despropósito infumable. Espero que pronto pueda volver a reencontrarme con el Alexis Hall que me enamoró pero no preveo que me ocurra con lo que está escribiendo últimamente.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Alexis, este pastel te ha salido churruscado

miércoles, 6 de marzo de 2024

El vizconde y la cazafortunas (Los demonios de Havisham 3), Lorraine Heath


El vizconde Locksley había visto cómo se cumplía la premisa en el caso de su padre, tras la muerte de su adorada esposa. Pero cuando su progenitor decidió desposar a la cazafortunas de cabellos de fuego Portia Gadstone, Locke se sintió obligado a tomar medidas drásticas para impedir que esa mujer de impresionante belleza se aprovechara de su padre. Y un matrimonio cuya única finalidad fuera el placer mutuo podría resultar de lo más conveniente, por supuesto siempre que no se filtrara ningún sentimiento inconveniente.
La desesperación había empujado a Portia a acceder a casarse con un demente. El acuerdo le ofrecería la protección que necesitaba. Al menos eso pensaba hasta que el inquietantemente atractivo hijo del marqués leyó la letra pequeña del contrato… ¡y decidió ocupar el lugar de su padre!
De repente la tranquila y, sobre todo, segura unión que Portia había planeado había sido transformada en otra, rebosante de traviesas tentaciones y abierta a la posibilidad de que le rompieran el corazón. Porque, a medida que iba enamorándose de su endemoniadamente seductor marido, sus oscuros secretos empezaron a aflorar, amenazando con destrozarlos a ambos, a no ser que Locke fuera capaz de arriesgarlo todo y abrir su corazón al amor.
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¡Y llegamos al último de los demonios de Havisham! Ay, qué gustito me da cruzarme con diablos literarios, casi siempre me han dado una gran satisfacción bajeril lecturil. En esta serie he tenido experiencias satisfactorias pero irregulares y la Heath me ha reservado una alegría final ya que la historia de Locke es la que más me ha hecho disfrutar. Y no precisamente por sus sorpresas porque, salvo por cierto secreto, sabes bien desde el principio lo que va a ocurrir, ya que, en romántica, un matrimonio por conveniencia solo puede acabar bien.

Y por eso nos gusta

El visconde y la cazafortunas empieza con un anuncio de matrimonio, el del padre loco del vizconde.

Me muero muerta

Pues más o menos como Locke y nosotras, que nos hemos pasado los dos libros previos viendo cómo Marsden, el padre de Locke, no superaba la muerte de su esposa para descubrir aquí que se ha buscado una esposa por correspondencia con el único fin de tener un heredero, ya que su hijo Locke no tiene pinta de casarse y tener un hijo pronto. Ya veis, el padre de Locke quiere asegurarse de que el título se quede en casa y, si su hijo no se pone a procrear, ya se pone él.


Pues este es el invento de la Heath para que Locke diga que ni de coña y al final, para no hacer un estropicio en las arcas familiares, acabe casándose él con la moza que había escogido su padre.

Estoy en la flor de la vida

Por mucho que me guste Yetta, la moza escogida es joven, lozana y con credenciales de fertilidad, a ver si crees que el padre escoge para tener bebés a una que puede que no los teng. Portia Gadstone es viuda, tuvo un niño y, por razones supersecretas que luego acabaremos sabiendo, decide casarse con un hombre con fama de loco. Cuando Locke ve a Portia, levanta mástil pero, cuando se entera de que va a ser su madrastra, lo que se le levanta es la mala leche. ¡Y ya no os digo cuando se entera de que, si Portia no acaba el día casada, tienen que darle una pastuza! Pero el contrato de matrimonio no especifica el nombre del marido y Locke no quiere ver a su padre mangoneado por una esposa interesada, así que decide casarse él con ella porque, total, si tiene que hacerlo y procrear, mejor que sea con una moza que desde el minuto uno le pone el palote. ¡Locke huele el wantonismo y Portia parece irlo regalando! Ay, cómo serán las noches de boda.

Todas las noches Portia acabará volando

Y, si no ocurre, me devuelvan el dinero. Obviamente, las cositas del amor no les interesan a ninguno de los dos, a él porque no quiere pasar por lo que está pasando su padre al perder al amor de su vida y a ella porque ya conoció el amor con su marido y, con él, la decepción, así que no hay nada mejor que un matrimonio en el que el amor queda totalmente fuera. Con Locke y Portia casados pero siendo unos completos desconocidos comenzamos un libro en el cual no tenemos apenas misterio pero que me ha hecho pasar un rato estupendo. Cuando he empezado, reconozco que no me ha hecho mucha gracia el sopinstant instalust de Locke y pensé que ya empezaba el libro con el pie izquierdo, pero poco a poco la relación entre Locke y Portia me ha hecho sentirme más cómoda. Como ambos tienen las cosas claras desde el principio, se dedican al forniqueo y a decirse las cosas sin disfraces, lo que hace que se vayan conociendo y descubriendo como las estupendas personas que son. Bueno, se van conociendo pero los secretos secretosos no los sueltan, ¿verdad, Portia?

Portia al aparato

Pues ya sabéis, cositas que pasan, que resulta que huyes de algo y a tu marido no se lo dices confiando en que jamás se enterará. Spoiler: se entera. Como os digo, no hay sorpresas, ya que sabes desde el principio que no quieren oír hablar de amor ni en pintura y se acabarán enamorando, que Portia tiene un secreto que no quiere que se sepa y se acaba sabiendo, que algo va a pasar en la mina (porque hay una mina) a la que va Locke a trabajar como un Ross Poldark cualquiera. La cosa no es tanto lo que ocurre sino cómo se nos cuenta y en eso la Heath tiene una habilidad tremenda, ya que logra hacer interesante lo que tiene poco misterio. El único que hay es qué oculta Portia y eso me ha tenido bastante entretenida. Si a eso le sumas que hay mucho más humor del esperado, miel sobre hojuelas. No es el libro que te va a cambiar la vida pero es una historia enagüil que se lee con mucha facilidad y te hace pasar un buen rato, por lo que se lleva en nuestro Gandymetro...

Otro vizconde palote pa mi bote