jueves, 12 de septiembre de 2024

Padre: perdóname porque he pecado (Priest 1), Sierra Simone


Un sacerdote no se puede casar. Un sacerdote no puede abandonar a su rebaño. Un sacerdote no puede romper la sagrada confianza que su parroquia ha depositado en él. Un sacerdote no puede abandonar a su dios. Reglas que parecen obvias. Reglas por las que Tyler Bell prometió regir su vida tres años atrás, después de una tragedia familiar. Y siempre se le ha dado bien seguir las reglas. Hasta que apareció Poppy Danforth. Desde el momento en que escuchó su deliciosa voz a través de la mampara del confesionario, y no podía quitarse sus pecados de la cabeza, supo que estaba perdido. Debería ser fácil dejar de lado sus pensamientos impuros cuando su fe lo es todo. Pero una vez que prueba el fruto prohibido, Tyler no puede evitar romper todas las reglas, aunque arda en el infierno por ello.
Esta es su confesión.
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¡Feliz vuelta a la rutina! Si es que eso te produce felicidad, claro, que hay rutinas que mejor perderlas de vista. Nosotras venimos con el cuerpo aireadito y el cerebro, también, así que vamos a darle alegría al blog, Macarena, con la reseñita de una historia que... Bueno, mejor seguid leyendo.

¡Las ganas que tenía de leer este libro! Estos guarrerismos prohibidos no sabía yo que me gustaban hasta que leí una serie con curita palote guarreril total (que no os cuento cuál es por no destripar la gracia) y, claro, vi este y sabía que lo tenía que leer. Pero vamos, que me lo apunté para leer hace ocho o nueve años, así que ya veis que lo mío no es la velocidad 😆. En fin, que ya lo he leído y que podía haber invertido ese tiempo en depilarme las ingles con unas pinzas pelo a pelo, y no precisamente porque a mí me ponga palote el sufrimiento.

Me pone más palote hacer esto que este libro

Desde luego leyendo este coñazo supremo lo que parece que me pone es acercarme a la muerte por lectura horrible. Ay, ay, qué cosa es este libro, algo inenarrable. Y no porque yo me vaya a echar las manos a la cabeza al leer la relación entre un cura y una mujer, que El pájaro espino es más viejo que el hilo negro. Es simplemente porque este libro es un despropósito. Os pongo en situación, para que os cortéis las venas u os las dejéis largas. El curita Tyler Bell lleva tres años ejerciendo el sacerdocio. Nadie entendió muy bien su decisión de tomar los hábitos tras el suicidio de su hermana debido a los abusos que sufrió por parte de un cura pero la llamada de Dior tiene estas cosas y uno lo escucha y acude como yo si me llama Henry Cavill.

¡Allá que voy!

El padre Tyler esta ahora destinado en una parroquia donde también el cura anterior era de rabo largo, así que intenta traer de nuevo el rebaño al redil siendo un cura chachi. Que él sea joven y guapo desde luego ayuda, claro. En esto que una tarde tonta y normal de confesionario llega una chica nueva a confesarse (sabe que es nueva porque ahí se confiesan cuatro gatos y todos más bien viejarrancos, así que una voz joven de esas ligeramente ronca que destila sexo por cada sílaba que pronuncia no pasa desapercibida). Poppy Danfort es nueva en el pueblo y no muy religiosa que se diga pero ha acabado allí más bien perdida y, oye, siempre dicen que Dior te acoge en cualquier momento, así que allí que va, a confesar sus pecados. Y mire, padre, mi pecado es que me gustan mucho las mingas y soy una guarrindonga.

Tyler escuchando la confesión

El Tyler lo flipa, claro, porque es cura pero poco, ya que su vocación queda arrinconada cuando el deseo se le despierta escuchando a Poppy. Cuando la ve, encima, tiene un aspecto tipo pin-up que hace que la vocación se suba en un bus para irse a Florida. Para más inri, se encuentra a Poppy cada dos por tres, hasta cuando sale a correr (sin camiseta, como todos los curas que conocemos) se la encuentra a ella toda sudorosa. Y las confesiones... ¡Aaaaaaay, las confesiones! Si ella supiera que le cuenta sus guarreriles pecados y al cura se le despiertan los sadomasoquísticos instintos que tanto ha luchado por reprimir... Pero claro, Poppy de tonta no tiene ni un pelo del xirri y sabe de sobra lo que hace cuando se confiesa y lleva los labios de fresa y se planta en el confesionario sin bragas...


Vamos, que folleteo is coming y no hay Dior que lo pare. Antes de ponerme a destripar esto, os comento que la gran confesión de Poppy es sobre su exnovio, personaje que luego aparece para estropear el libro. Porque, sorprendentemente, lo mejor de esta historia es esta parte de palotismo prohibido, de lucha entre la fe y el deseo (que dura medio segundo). Cuando estos ya están al tema, únicamente hemos leído algo más de un tercio del libro, así que nos queda más de la mitad para estropear con un tercero lo que ya no era una gran cosa. Pero vamos, que retomo lo del sexo entre estos, que sé que es lo que os gusta, guarronas. El sexo es muy descriptivo, con dominación y sus cositas, nada nuevo bajo el sol. Lo que más gracia me ha hecho es la poca contención del padre Tyler. Mucho voto de castidad pero hay tantas ganas de follar que se trinca a Poppy en el altar.

Sierra Simone escribiendo esto

Me meo mucho de la risa porque no se puede ser más tosco y tonto. Si no te escandaliza que un cura se líe con una de sus fieles, a ver si te escandaliza más que se la beneficie en la iglesia sobre el altar. Y, oye, que si eso no te escandaliza lo suficiente, que sepas que, si necesitan alguna cosita para facilitar el metesaquismo, pues ya tienes ahí a mano las cosas clericales, que lo mismo te valen para decir misa, bautizar o para el porculismo. Todo esto narrado de un modo que casi te dicen que Dior ha bajado y les ha aplaudido. A mí no es que me escandalice eso, a mí es que me da la risa floja. Y así bastantes cosas más. 

Yo leyendo esto

En fin, una cosa ridícula que querías que parara por pura vergüencita ajena. Pero luego aparece el tercero en discordia y hace buena esta parte del folleteo curil, ya que el libro se convierte en un teleflín de los malos, con amenazas, sospechas y un Tyler medio desquiciado que se convierte en un hombre soso y blandurrio. Ay, si te pillara otro curita sado que yo conozco... No te expulsaba del clero, te expulsaba de la romántica y de la vida. 

Padre: perdóname porque he pecado es un libro tonto a más no poder, donde se pretende escandalizarnos y lo que consigue es que es nos movamos entre la risa, la vergüenza ajena y el sopor. He leído más de Sierra Simone y debo señalar que no rebaja el nivel de guarrerismo pero sí ha mejorado mucho sus tramas y el modo de narrarlas pero, si queréis leer algo de ella, que este curita no se acerque a vosotras ni para daros sus bendiciones. 

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Sierra, a este cura con tabú te lo metes por el **** tú