Madrid, 1618. Luisa Estrada, propietaria de una de las joyerías más antiguas de la villa, tiene un problema: es una joven viuda y en el gremio de joyeros no se permite la entrada a las mujeres.Catalina de Velasco, clienta habitual de la joyería, le ofrece la solución: Luisa debe buscarse un marido. Pero ¿sería correcto abandonar el luto? Y lo que es peor... ¿sin estar enamorada? Según Catalina, en estos asuntos más vale guiarse por el sentido común. ¿Y qué es el matrimonio sino un contrato?Álvaro Villanueva, un actor muy dado a galanteos, acepta el pacto, sobre todo ahora que su carrera está en horas bajas. Por no hablar de que vivir bajo el mismo techo que Luisa es una perspectiva de lo más estimulante.Luisa se siente atrapada en una situación embarazosa. Álvaro, por su parte, descubre que ejercer de esposo fuera de los escenarios –y en alcobas separadas– resulta ser el papel más complicado de su vida. Pese a todo, ambos empiezan a desear algo más que un intercambio comercial... hasta que se cruza en su camino una perla de valor incalculable, por la que muchos venderían su alma. Solo hay un factor que ningún plan secreto puede predecir: una pasión desatada.
Me decidí a leer esta novela por varias razones: es romántica de época, pero ambientada en España y en una época distinta al siglo XIX o el medievo (el Siglo de Oro nada menos), había leído buenas críticas y, por último, sigo a la autora en Twitter. Es cierto que también sigo a otras, pero en este caso ciertas cosas me llevaron a leer su novela debut: la formación de Nuria Llop (licenciada en Historia del Arte como yo), su manera de tuitear (es triste decirlo, pero hay "escritoras" que tuitean con faltas de ortografía y eso NO) y que no sólo se dedique a retuitear sus
Iba a nombrar a... No, que el que calla jode y apaña... |
La historia comienza de una forma bastante directa y se nos presentan los personajes de manera clara. Luisa Estrada, viuda muy joven, pero con un objetivo en la vida, que es el de mantener la joyería de su familia a pesar de ser un mundo de hombres (y se lamenta de que eso no vaya a cambiar); Álvaro Villanueva, un actor que ha llegado a su máximo esplendor pero que ve que ya se acerca a esa edad que le impedirá interpretar galanes, aunque las damas siguen sin resistirse a sus encantos; y Catalina de Velasco, dama noble, cliente habitual de la joyería Estrada, amiga de Luisa y también de Álvaro. Su aburrimiento la lleva ejercer de casamentera (el celestinaje es algo tan español...) y consigue unir a estas dos personas tan distintas, pero con un rasgo en común: ninguno busca el amor y tienen necesidades que se solucionarán con ese matrimonio. A Álvaro no le interesa enamorarse prefiere la conquista y los placeres carnales, ir picoteando como una abeja, de flor en flor, si bien eso es fruto de un trauma del pasado (no voy a decir nada del Grey, ejem). En cuanto a Luisa, guarda la memoria de su esposo y no piensa tampoco en enamoramientos, sólo en su joyería, pero tiene un peligroso secreto que Álvaro descubre por casualidad (aunque no sea lo que parece). La atracción física comienza por parte de él, ve a Luisa como una mujer muy sensual, mientras que ella pasa del marido impuesto por su amiga. Pero poco a poco su cuerpo se rebela contra su voluntad y le entran las ganas de catar varón tras casi un año de luto. Ni ella se aclara con lo que le pasa, porque nunca le había ocurrido algo igual.
Sin embargo, Álvaro, que había empezado siendo un conquistador, se da cuenta de que no desea eso con Luisa, nada de "aquí te pillo, aquí te mato" ni que ella se eche en sus brazos como agradecimiento por sacarle las castañas del fuego (que para fuego, el que tiene ella en los bajos, btw). Álvaro es capaz de refrenarse ¡y hasta de hacerse una paja guarrerida por no caer en la tentación! Viendo todo esto, cabe preguntarse: ¿El Don Juan de la villa puede haber caído en las garras de Cupido? ¡Todo es posible! ¿Y Luisa? ¿Podrá hacer frente a sus fuertes convicciones? Precisamente eso es lo que me ha gustado de la novela, que los personajes son fieles a la época, sobre todo ella. Cuando Luisa ve a Álvaro la primera vez no siente que se le caigan las enaguas, ni mucho menos. En su mente sólo está el bien de su negocio, el luto por su marido y el qué dirán. En principio no desea ningún contacto con Álvaro. Pero éste disfruta con el galanteo, y aquí es donde la novela gana mucho, con los diálogos cargados de segundas intenciones que ponen a Luisa como un tomate (y a una servidora taquicárdica, para qué negarlo). Un ejemplo:
Luisa hecha un lío |
-Debiste caer sobre algo cortante para que te dejara esa marca -repuso ella, mirando el perfil de Álvaro. Vio que el ángulo de la mandíbula se movía tenso y supo que aquella caída era algo más de lo que admitía-. ¿No quieres contármelo?
Él volvió la cabeza de golpe y una mirada retadora acompañó a su réplica.
Él volvió la cabeza de golpe y una mirada retadora acompañó a su réplica.
-¿Y tú quieres ver hasta dónde llega?
¿No es añlgjñalsdfjalksdjgalkñsdfjañslkdjgñalsdhj? Pues así todo el rato, oiga. Y me encanta, porque Luisa no cae rendida, sino que es fuerte... hasta cierto punto. Al pobre Álvaro lo lleva loco: él es sincero por primera vez en años y ella lo torea bastante con el tonteíllo y lo que no es tonteíllo, IYKWIM. Las escenas más hot están muy bien narradas, hay un perraqueo justo, como a mí me gusta, con sus acercamientos y sus torsos musculosos con vello y flechas que marcan el camino hacia la boa y lenguas que invaden bocas y ñadskjgañlhjgañksldjghasñ. ¡TODAS SOMOS LUISA!
En general, la novela es muy agradable de leer, tiene buen ritmo y se nota que Nuria Llop se ha empapado de la época (aunque hay expresiones que me resultan algo chirriantes, pero las acepto porque me fío de la autora). Como la misma Nuria ha confesado, trata de recuperar en el argumento las tramas de las obras del teatro español del Siglo de Oro, con sus enredos, sus amores imposibles, sus malentendidos y sus misterios que hay que resolver. Todo es una gran tramoya orquestada por otros personajes que no son Luisa ni Álvaro, y este último hará el papel de su vida, el que nunca creyó que podría interpretar. En cuanto a Luisa, no es una Pichote, no la arma cuando se enfrenta a Álvaro ni mucho menos, sabe estar en su sitio y comportarse como una dama del siglo XVII sin renunciar a su carácter. ¡Muerte y destrucción a las protagonistas que van de lo que no son!
¡Álvaro, arráncanos el corsé con los dientes! |
En general, la novela es muy agradable de leer, tiene buen ritmo y se nota que Nuria Llop se ha empapado de la época (aunque hay expresiones que me resultan algo chirriantes, pero las acepto porque me fío de la autora). Como la misma Nuria ha confesado, trata de recuperar en el argumento las tramas de las obras del teatro español del Siglo de Oro, con sus enredos, sus amores imposibles, sus malentendidos y sus misterios que hay que resolver. Todo es una gran tramoya orquestada por otros personajes que no son Luisa ni Álvaro, y este último hará el papel de su vida, el que nunca creyó que podría interpretar. En cuanto a Luisa, no es una Pichote, no la arma cuando se enfrenta a Álvaro ni mucho menos, sabe estar en su sitio y comportarse como una dama del siglo XVII sin renunciar a su carácter. ¡Muerte y destrucción a las protagonistas que van de lo que no son!
Los secundarios están bien construidos, sobre todo Cristóbal, criado de Álvaro, que no tiene pelos en la lengua a la hora de dirigirse a su amo. Sus diálogos también tienen bastante gracia y son una nota de humor nada chusco, sino todo lo contrario. Si bien la historia en general no es nada demasiado complejo, se pasa un rato divertido leyendo guiños a la época (cierta joya muy famosa, la obra que Álvaro está ensayando, las alusiones otras obras, personajes históricos...) y disfrutando de un entorno que nos es cercano por ser español. Y no por cercano se hace menos necesaria la documentación, se mira con una lupa, y eso es de aplauso. Que ya está bien de "coloco esto en la época medieval y en Escocia porque sé qué mola, pero mis highlanders no llevan kilt y mis protas femeninas se dedican a gritar a los protas masculinos". PERO WTF? Vale, vale, ya me callo... Que esta novela me ha gustado sin necesidad de compararla con otras y no se merece perder protagonismo. ¡Ah, y hay segunda parte, La diosa de mi tormento! Seguro que caerá.
Por todo esto, se merece en nuestro Gandymetro...
Por todo esto, se merece en nuestro Gandymetro...
Álvaro, queremos que nos pulas cual diamante |
Hola!!
ResponderEliminarPinta interesante, el conquistador conquistado :) y una mujer de carácter fuerte y con la cabeza bien puesta.
No he leído nada de la autora, ni de historias ambientadas en España, siempre he leído romance histórico ambientado en cualquier pais menos España, soy poco patriótica jajaja.
Besinos.
Es entretenida y se pasa un ratillo bueno. Al menos te deja buen sabor de boca :)
EliminarBien, bien y bien por haber descubierto a esta escritora. Me alegro muchísimo de que hayas encontrado una escritora española que nos dé una historia bonita de leer y que merezca la pena. Una buena escritora, remarco.
ResponderEliminar(No he leído la reseña, claro, que no quiero destriparme la trama y tengo muchas ganas de leerla, jejej)
Besotes!!!!
Chicas, no sabía de este blog ! Os seguía por el de fungirleo y hoy he topado con este...!
ResponderEliminarSabias palabras sobre este libro y su autora, a la que adoro. Su libro fue sin duda de mis mejores lecturas del pasado ya 2014 y estoy deseando ponerme con la historia de Catalina (en cuanto acabe el que tengo entre manos).
Besos !