Después de varias decepciones, Jude Murray huye de América a Irlanda, la tierra de sus antepasados, para refugiarse en Faerie Hill Cottage, una cabaña de su familia. Sumergiéndose en el estudio del folklore irlandés, descubrirá la esperanza para el futuro a través de la magia del pasado. Aidan Gallagher vuelve a Irlanda después de haber pasado años en el extranjero para dedicarse a la administración del pub de la familia. El apasionado Aidan encontrará en Jude a la mujer que necesita a su lado y empezará a compartir con ella las leyendas de su tierra, mientras crece entre ambos su propia historia de amor.
¡A estas alturas de la película y yo sin haber leído nada de Nora Roberts!
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¿¿Pero cómo es posible?? |
No lo sé, no me lo explico. ¡Y no será por falta de material! Porque con lo que escribe esa mujer se llena cuatro veces la biblioteca de Alejandría. El caso es que, en un maravilloso buddy read con mis sweeties, he debutado con la Roberts y su pasión por Irlanda.
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¡Vamos a apretarnos una pinta para celebrarlo! |
[¡Claro que sí! Yo ya escribo esto borracha]
Jude Frances Murray decide pasar seis meses en Ardmore, el pueblo irlandés del que procede su abuela. Nada mejor que poner un océano de distancia entre sus agobios y ella para descansar y recuperarse de una vida gris y de un matrimonio fracasado. Y en Ardmore la espera la casita en la que vivía su tía abuela y alguna sorpresa más... Como Aidan Gallagher, encargado ahora del pub familiar junto con su hermano Shawn y su hermana Darcy. Aidan es un verdadero trotamundos y un irlandés de pura cepa, orgulloso de sus raíces y de sus tradiciones. Cuando conoce a Jude, la punta de su boa la señala como objetivo y él siempre consigue lo que quiere...
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Aidan inspeccionando el material |
A Jude le pica el xixi gusta Aidan en el momento en el que lo ve (¡nos ha jodío, con lo bueno que está!) pero no está en su naturaleza responsable dejarse llevar por las pasiones. Pero Aidan y su talento oculto como cuentacuentos harán funcionar la magia de los relatos, de la encantadora Irlanda y sus leyendas para conquistar a la bella Jude...
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Le acaba de contar el cuento de Juan Sarmiento |
Porque Irlanda es otro personaje más de la novela. Con esas descripciones del pueblo, su modo de vida y su gente acabas casi tan enamorada de ella como de Aidan. Y lo de las leyendas también es importante, porque la historia entre Jude y Aidan se relaciona con otra pareja, Gwen, un fantasma que llora su eterna desgracia, y Garrick, el príncipe de las hadas, destinados a estar separados hasta que se unan tres parejas... Por cierto, que Gwen es la compañera de casa de Jude.
Pues eso, que la casita tiene regalito en forma fantasmal. A ver, que la mujer va a lo suyo y no molesta, pero ahí la tienes, que seguro echa un ojo cuando éstos echan un casquete. Porque aquí se folla hace el amor, eh. La novela tiene un estilo viejunismo-clásico aunque está escrita en el 99, así que, a pesar de los circunloquios y todo el tafetán de vocabulario con el que los envuelve, sus buenos polvos tiene, que Aidan se maneja mejor que bien en eso de poner on fire a Jude y a todo el personal lector.
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Todas leyendo a Aidan |
Soy una facilona y Aidan me ha encantado, tan sencillo, directo y adorafollable, derrochando encanto irlandés por todos los poros de esa piel que cubre su maravilloso cuerpo (grrrrrrrrrr). Jude, en cambio, me parece un poco cansina. No me cae mal, entiendo que está en una situación complicada, entre tener un trabajo de mierda que odia, el ex y blablabla, pero al final ya estaba entrando en el Club del Pichotismo, con esas indecisiones para unas cosas y esas cabezonerías para otras. ¡Si estaba todo más claro que el agua ya!
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Mulder y yo detectamos movimientos pichotísticos |
Nos reencontramos leyendo Joyas del sol con nuestro adorado género del nadismo, ya que aquí no pasa prácticamente nada, lo único que hacemos es leer sobre los sentimientos de los personajes. Obviamente eso me encanta, si no, ya le habría prendido fuego al kindelito antes de terminar Inconsciente (y aquí no me han dado ganas de hostiar a la protagonista -al menos no muchas-). Eso sí, la cursilería esa que enseña la patita al final del libro ha sobrado, que lo sepa usted, señora Roberts. Es cierto que tanto toque mágico y cuentos y detalles adorables hacían que el libro bordeara el subidón de azúcar, pero ese final ha sido como caernos en la marmita de la que salen las garrapiñadas.
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Aún así yo me fo**o como a Aidan |
Querida lectoras Joyas del sol es un disfrute sin consecuencias, una novela sencilla y sin complicaciones, para desconectar el cerebro con una bonita historia y enamorarte de todo lo irlandés. Yo, desde luego, he quedado atrapada en las irish redes.
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Kim tiene un nuevo amor |
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
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3'5 que son 4 si me enseñas tu shamrock, Aidan |