jueves, 27 de febrero de 2020

Reto Rita 4. Marzo: Sarah Morgan

El mes pasado iniciamos el reto con una autora cuyo nombre conoce todo el mundo y, este mes, con una que a las haggards nos resulta totalmente desconocidaSarah Morgan. Con ocho años, Sarah ya quería ser escritora, dándole igual el género. La vida, sin embargo, le llevó a formarse como enfermera pero, estando en casa tras el nacimiento de su primer hijo, consiguió escribir su primera novela, que fue rechazada por Harlequin. Sarah no dejó de intentarlo hasta que a la tercera fue la vencida y consiguió vender su primer romance (desarrollado en el ámbito médico, que para eso es el que mejor conoce). 

Sarah dice que encuentra ideas en cualquier sitio, le gusta observar la conducta humana y preguntarse qué hubiera pasado si este o aquel hubiesen tomado esa o aquella decisión. Como habréis supuesto, su especialidad es la romántica contemporánea, a la que dota de calidez y humor (esto a nosotras nos suena a que los guarrerismos no los vamos a catar, pero, como no tenemos ni idea, apelamos a las que la conozcáis para que nos saquéis de dudas en los comentarios).

Algunas de sus novelas más destacadas son:

⭐ La serie Noches de Manhattan tiene varios bien valorados (y traducidos)
⭐ Siempre en mis sueños (es el tercero de la saga Los hermanos O'Neil -traducida entera-)
⭐ También tiene como tropecientos Harlequines con títulos tan sugerentes como Bella y el jequeEn la cama del jequeEl príncipe y la camarera o Chantaje a una esposa, por si os apetece alguna lectura de ese tipo (cuya calidad desconocemos 😆).

Si queréis saber más sobre ella, no dudéis en indagar en su página en El rincón de la novela románticaGoodreads o  su web. Como siempre, podéis leer cualquiera de sus libros (valen las relecturas) y tenéis todo el mes para hacerlo. Esperamos vuestras opiniones preferiblemente antes del 25 de marzo, porque necesitamos unos días para recopilar y resumir sin morir en el intento. ¿Cómo nos hacéis llegar vuestras opiniones? ¡Pues como siempre, almas de cántaro! En un comentario en esta entrada, un email a aquelarrita@gmail.com o a través de Twitter, con el enlace de vuestra reseña y el hashtag del mes #RitaMorgan (aunque también miramos #RetoRita4, al ser el de todo el reto). Ya sabéis que las reseñas serán editadas/resumidas para no hacer esto eterno y que no se publicará ninguna que nos llegue fuera del mes correspondiente #HemosDicho.

Si no os apetece leerla, podéis echar mano de nuestras autoras opcionales Tessa Dare y Kristen Callihan, o usar el Comodín Viejuno (que tiene hashtag propio, #RitaViejuna), donde tenéis que leer un libro a elegir entre los de Rosamunde PilcherSandra Brown o Jane Austen

¡Que escojáis una buena lectura que os anime este mes tan mñe!

lunes, 24 de febrero de 2020

Declaración de amor (Solteronas 4), Laura Lee Guhrke


La alta sociedad londinense puede ser un lugar muy cruel para una joven huérfana que tiene que ganarse la vida trabajando, así que cuando Daisy Merrick pierde su enésimo trabajo, se le ocurre una idea que podría hacer realidad todos sus sueños. Sólo hay un pequeño problema: su éxito depende del hombre más frío, distante e inconmovible que jamás haya conocido. Sebastian Grant, conde de Avermore, es uno de los escritores más famosos de Inglaterra, pero cuando su creatividad atraviesa una crisis, pasa a ser más conocido por su mala reputación que por su obra. Cuando Daisy se presenta en su puerta para ayudarlo a volver a escribir, Sebastian se niega en redondo a participar en la descabellada propuesta. Aquella pelirroja lo irrita sobremanera, y sabe que sólo hay un modo de detenerla: seduciéndola.


¡Pues otra serie más a la saca! Debo reconocer que el único incentivo que tenía para leer este libro era terminar la serie Solteronas (porque soy de esas ñiñi ñiñi que lee las series en orden y siempre intenta terminarlas -aunque no siempre lo hago porque mi masoquismo tiene un límite...-). En fin, que me alegro mucho de haber leído Declaración de amor porque ha sido una lectura con la que me lo he pasado estupendamente.

¡Sorpresas así, las que quieras, Laura!

Daisy Merrick no consigue quedarse en un trabajo ni aunque se pegue el culo a la silla con Loctite. Que no pase por el aro por el que quieren que pase, que no satisfaga todos (y digo TODOS) los deseos de su jefe o que no sepa mantener la boca cerrada no es algo bueno cuando necesitas tu trabajo, pero ella tiene más dignidad que ganas de dejarse pisotear, así que su hermana Lucy no gana para disgustos con ella. Daisy lo que realmente quiere es ser escritora y, siendo amiga de los protagonistas de Y entonces él la besó, acaba consiguiendo un trabajo escribiendo, sí, aunque no sus propias novelas, sino críticas de teatro. Una, en concreto: la de la nueva obra del noble palote pero, a la vez, conocido escritor Sebastian Grant, un conde que mucho esconde cuyas obras eran fabulosas... hasta que mutaron en zurullitos literarios, algo que Daisy no tiene ningún problema en decir, ni por escrito ni a la cara.

Con cariño te lo dice

Sebastian sabe que su obra apesta, pero, claro, fastidia más si te lo dicen los demás. Casualmente nuestro Marlow 😍 es el editor de Sebastian y ya no sabe cómo obligarle a escribir, así que entre él y Daisy llegan a un acuerdo para que esta ayude a Sebastian señalándole sus fallos para mejorarlos y este ayude a Daisy para que pula su estilo y pueda brillar como escritora. El único pero es que a Sebastian este trato...

Ese trato no le gusta a su aparato

Declaración de amor es un nadismo enagüil que me ha sorprendido muy gratamente. Como ya os he comentado, la cogí (bueno, la cogimos, que casi todo lo leo con mi partner in crime de las lecturas conjuntas Gema) porque había que finiquitar la serie, no porque tuviera excesivas ganas, y puede que justo por eso me haya gustado más, porque no esperaba gran cosa de ella (aunque de Laura Lee Guhrke siempre espero más que de otras escritoras). Es un libro bien escrito, con mucho humor y que se lee en un par de sentadas. La relación entre Daisy y Sebastian me parece disparatada y divertida, lo que me ha ganado desde el principio. En general, el libro me ha parecido bastante divertido, sobre todo cuando ellos se llevan peor (con los cabreos de Sebastian básicamente estaba al borde de hacerle un regalito a la Tena Lady 😆). Es una historia de enemigos que se follan vivos (el modo haggardiano decir "de enemigos a amantes") y, como muchos otros, es justo esa parte la más brillante, ya que, cuando llega el amor, se suelen volver más ñoños. No me ha parecido ese el caso de este libro. Lo amoroso/guarrindonguil tarda muchísimo en llegar (si tarda más en llegar, ni entra en el libro) y, cuando llega, ninguno pierde su personalidad previa, ambos son coherentes con su modo de pensar del inicio. Las pocas secuencias guarreriles que hay están bien escritas y tienen sentido dentro de la historia de ambos, aunque ocurren tan avanzado el libro que apenas hay espacio para el drama que sabemos que va a llegar y para el final, que es excesivamente apresurado y poco convincente.

Y sin epílogo

A pesar de ser nadista, tiene un trasfondo oscuro que la autora decide tocar de refilón para que no domine el libro, aunque sí sabemos que domina la vida de uno de los protagonistas *Kim disfrutando de crear misterio*. Es uno de esos libros que te pones a leer, inesperadamente te va enganchando y, cuando lo terminas, te das cuenta de que has pasado un ratito estupendo. Si eres como Fangoria y no quieres más dramas en tu vida, y sí unas enaguas divertidas con momentos tocahueviles y un poquito de amorcito, creo que Declaración de amor puede ser para ti. 

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Sebastian, si quieres una droga, te espera en mi alcoba

martes, 18 de febrero de 2020

Vicious (Sinners of Saint 1), L.J. Shen



Emilia
Dicen que el amor y el odio son los mismos sentimientos experimentados bajo diferentes circuntancias, y es cierto. El hombre con el que sueño es el mismo que me persigue en mis pesadillas. Es un abogado brillante. Un hábil delincuente. Un bello mentiroso. Un matón y un salvador, un monstruo y un amante. Hace diez años me obligo a huir del pequeño pueblo en el que vivíamos. Ahora, ha venido a Nueva York a por mí y no va a irse hasta que me lleve con él.
Vicious
Es una artista muerta de hambre. Bonita y esquiva como una flor de cerezo. Hace diez años entró en mi vida sin anunciarse y volvió todo del revés, pero pagó el precio. Emilia LeBlanc es intocable, la exnovia de mi mejor amigo. La mujer que conoce mi secreto más oscuro y la hija del personal de servicio que cuida de nuestra mansión. Eso debería ser suficiente para impedir que la persiga pero no lo es. Me odia. ¿Y qué? Mejor que se vaya acostumbrando a mí.


Bueno, lo primero que os voy a decir en esta reseña es que no soy crítica literaria (ni pretendo serlo, obviamente), así que me voy a permitir llenar esta reseña de la palabra que más he repetido mientras leía Vicious: gilipollas. Si sois alérgicas a los tacos y demás expresiones malsonantes, podéis saltaros la reseña e ir a ver los Gandys que le he dado. Spoiler: son dos.

Como las dos hostias que le daría a Vicious

La cosa por aquí va así. Emilia LeBlanc es hija de los nuevos trabajadores del casoplón de la familia Spencer, cuyo hijo, Vicious, es un gilipollas integral que parece salido de Menos que cero, la novela de Bret Easton Ellis. Junto con sus amigos se hacen llamar los AssHotHoles y se dedican a gastarse toda la pasta que sus ricachones padres tienen, a hacer fiestas y a pasarse por la piedra todo xixi que se ponga a tiro. Emilia y Vicious tienen un inicio malo y un desarrollo peor, que culmina con que ella tiene que salir por patas de su ciudad. El tiempo pasa pero el gilipollismo en Vicious, no, con lo que, cuando se vuelven a encontrar, decide utilizarla para ciertos planes turbios y, de paso, saldar las cuentas que guarrerilmente tienen pendientes.

Soy más listo que Calisto

Este libro os puede gustar sí:
👉 os gustan los protagonistas que son más gilipollas que buenorros;
👉 os gustan las protagonistas que caminan en la fina línea entre ser buenas personas y tontas;
👉 os gustan los pistos de enemigos que se fo**an vivos más que a mí Henry Cavill cubierto de chocolate (o de la nada más absoluta);
👉 os gustan las historias de amor en las que el amor reside en la punta de los nabos.

De esos cuatro puntos, yo cumplo uno, así que, como comprenderéis, este libro no va a pasar a mi top de lecturas del año. Reconozco que no podía dejar de leer el dichoso libro y ese es el gran mérito que, para mí, tiene L.J. Shen. Es capaz de inventarse unas historias llenas de personajes que me caen como una patada en mis turgentes posaderas y a los que insulto de principio a fin pero que me tienen enganchadísima. Vamos, que esto es un guilty pleasure como la copa de un pino, me lo paso pipa leyendo las historias de estos despreciables a los que les deseo que les atropelle un camión de Mahou. Sin embargo, no se me nubla la razón lo suficiente como para no ver la realidad del libro. Como me dijo Sonia, mi querida sweetie, el esquema del libro es casi un calco de The Kiss Thief y, aunque no les he cogido tanta manía a estos protagonistas como a aquellos, no he llegado a conectar con ellos. Con Vicious, por supuesto, me ha sido imposible. Puedo entender los traumas que arrastra y blabla pero, mira, chico, eso no es excusa para ser un gilipollas capaz de arruinarle la vida a la chica que te vuelve el palote loco. Y ella resulta ser una medio pavisosa con ganas de redimir al malvado porque está traumado y blabla. No llega a ser Sosastasia con sus Cincuenta sombras, eso sí, porque a esta no le importa bajarse a pilón si es necesario.

De tonta no tengo ni un pelo del xixi

¿De sexo? Bien, gracias. Vicious puede despreciar mucho a Emilia pero se la quiere trincar viva cosa mala, así que, cuando lo hace, se emplea a fondo. Las secuencias no son nada fuera de lo normal, sinceramente, correctas y punto. Para mi gusto, desprovistas de emoción y sentimientos, como el resto del libro. Es lo que tiene que los protagonistas sean fríos y/o se guarden sus sentimientos. Hay demasiada narración plana y poco diálogo, así que no te puedes meter en la historia en condiciones. Además, aunque cumple todos los requisitos para ser una novela romántica, para mí no lo ha sido, más que nada porque no puedo ver esa evolución amorosa que tanto me gusta. Él es un gilipollas de principio a fin. Seguro que Emilia diría que sí, que es un gilipollas pero es SU gilipollas. Pues para ti, rica, porque a ese hombre no hay quien lo aguante por muy bueno que esté. Ya sé que me he metido historias de amor dañino o dark o como sea y me las he zampado estupendamente, pero necesito algo de emoción y de sentimiento para creerme que hasta el mayor de los malvados puede redimirse por amor, pero aquí no lo he visto. 

No me simpatizas

Al igual que con The Kiss Thief, empieza con fuerza pero la acaba perdiendo según avanza la historia. Me gusta que la escritora se vaya guardando partes del pasado para irlas intercalando y conocer lo que realmente pasó entre Emilia y Vicious, pero no logra mantener la intriga, ni en la relación entre ambos ni en lo demás. La parte que se supone culminante fuera de lo amoroso, todo lo relacionado con la madrastra, tiene pintaza pero acaba mñe, floja y torpona. Sin embargo, la relación entre los HotHoles me ha gustado (dentro de mis ganas de que les atropelle un camión de Mahou a casi todos, claro). Para ser todos tan gilipollas, me ha encantado la dinámica tan especial que tienen. Probablemente, entre ellos se querrían estrangular pero tienen un vínculo muy especial que les hace quererse y apoyarse a pesar de todo. ¿Podrían ser menos gilipollas? Por supuesto, pero me temo que entonces ya no estaríamos en un libro de L.J. Shen sino en Friends.

Así que esto os cuento sobre Vicious, queridas. Es una historia de amor con la que no he conectado, con más misterio en el planteamiento del que finalmente tiene y un protagonista tan frío que me ha acabado congelando a mí. Sin embargo, me ha tenido enganchada y sin poder dejar el libro, todo un meritazo.

Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...

Vicious, tu vicio me saca de quicio

martes, 11 de febrero de 2020

Beguiled (Enlightenment 2), Joanna Chambers

[Libro no publicado en español]
Dos años después de su último encuentro con el cínico noble Lord Murdo Balfour, David Lauriston se lo encuentra accidentalmente en el corazón de Edimburgo. El rey Jorge IV va a hacer su primera visita a Edimbugo y el padre de Murdo lo ha mandado al norte para representar a su aristocrática familia en las celebraciones.
La última separación entre David y Murdo fue dolorosa y, por parte de Murdo, amarga, pero sus sentimientos parecen haberse endulzado con el tiempo. Tanto que le sugiere a David que disfruten de su compañía mutua mientras Murdo esté en la ciudad.
A pesar de sus reticencias, David no puede quitarse la proposición de Murdo de la cabeza y pronto se encuentra a las puertas de su casa... y en sus brazos. Pero otras personas del pasado de David también están en la ciudad y, mientras la pompa de la visita del rey se desarrolla en torno a ellos, David es arrastrado a una cadena de acontecimientos que amenazarán todo: su carrera, su bienestar y el frágil vínculo que, a pesar de las intenciones de David, está creciendo entre Murdo y él. 


Siempre digo que los inicios de una serie son los peores, porque se pierde mucho tiempo en presentar personajes y en situarlos y, claro, cuando nos tenemos que meter en faena, nos hemos quedado casi sin libro. Pero ocurre a veces que, en una trilogía, lo que puede flojear es justo el segundo libro, ya que ni empieza algo ni lo termina. Y eso es justo lo que ha pasado con Beguiled.


Perecita...

Bueno, no nos tiremos tan pronto de los pelos, que los cardados son obras arquitectónicas sagradas. Beguiled me ha gustado y lo he leído casi de una sentada. Si hay una cosa que debo alabarle a Joanna Chambers es su magnífica escritura, muy agradable y ágil pero sin problemas a la hora de detenerse en los detalles que cree convenientes. Lo que pasa es que esos detalles en los que se entretiene no siempre coinciden con los detalles que yo quiero saber 😅. Han pasado dos años desde el final de Provoked y la visita del rey Jorge IV a Escocia vuelve a reunir a Lord Murdo Balfour y a David Laurinston, que se separaron de una manera poco satisfactoria para las lectoras de novela romántica (sobre todo, para las que no sabíamos que su historia continuaba durante dos libros más 😆). Ya se veía que lo suyo era algo más que un palotismo guarreril del momento y en este libro vamos viendo cómo el palotismo echa raíces en los corazones de nuestros maromos. Aunque todo el libro lo vemos desde el punto de vista de David, el creciente miembro interés sentimental de Murdo no pasa desapercibido ni para nuestra aguda inteligencia, ni para el adorafollable David, que en este libro tiene menos culpa sobre los hombros y más amorcito en el corazón.


Es más mono...

A la progresión de la relación entre ambos hay que añadir una historia secundaria que afecta (y bastante) a David y que me ha reafirmado en mi feminismo (y en mi convicción de que ser mujer en otra época era una mierda pinchada en un palo). Realmente el libro tiene poco más y justo ahí reside el motivo por el que no le doy más valoración. He adorado los momentos entre David y Murdo (los guarreriles son pocos pero estupendos, por cierto), me ha gustado la historia secundaria y valoro mucho el contexto histórico. ¿Por qué no más nota? Pues porque he encontrado todo muy falto de nervio.


A ver si ahora querías leer así, hija...

No, los nervios ya los dejo para el señor de ese gif. Me refiero a que no ha habido nada que me haya tenido enganchada, un misterio que descubrir, un giro que me dejara pativuelta, algo que me sacara de la plancentera pero plana lectura. De verdad que el libro me ha gustado pero se me ha quedado algo nadista, algo corto. Puede ser porque la trama amorosa no ha tenido misterio alguno o porque el contexto histórico ha invadido el relato y restado algo de protagonismo a lo demás (sin aportar ninguna sorpresa, por cierto, que es algo que he estado esperando durante toda la lectura). Sea lo que fuera, algo me ha faltado para que me mantuviera al mismo nivel de enganche que el libro anterior. Sin embargo, ya os he dicho que he disfrutado la lectura. 
Me gusta mucho cómo escribe Joanna Chambers, cómo es capaz de hacernos ver, a través de sutilezas y de pequeños gestos, lo que está ocurriendo, tanto a nivel sentimental entre David y Murdo, como en la trama secundaria. Sigo pensando que hubiera funcionado todo mejor con los tres libros fundidos en uno pero también se agradece una lectura ágil y cortita que te deje con buen sabor de boca y con ganas de seguir leyendo, justo lo que ha sido Beguiled para mí. 

Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...


Murdo, abandona a tus lores y ven a avivarme los ardores

martes, 4 de febrero de 2020

The Most Wonderful Time of the Year, Joanna Bolouri

[Libro no publicado en español]
Emily tiene treinta y ocho años, un trabajo que le gusta, unos amigos fabulosos, un coche estupendo y, lo más importante, un maravilloso piso a más de seiscientos kilómetros de su loca y entrometida familia a la que ve dos veces al año y a regañadientes. De hecho, el único estrés que tiene se lo proporciona su veinteañero vecino Evan, con su tendencia al coqueteo, poner la música alta y practicar sexo haciendo más ruido aún. Pero no es nada que no pueda manejar.
Emily también tiene un novio, Robert, con el que va todo muy bien. Tan bien que Emily está deseando llevarle a casa en Navidad para que conozca a su familia. Por fin dejará de ser el blanco de las molestas preguntas de sus padres y de las miradas de pena de sus casados hermanos pequeños.
Pero cuando Robert rompe con ella una semana antes de Navidad, Emily se siente abatida. ¿Cómo va a afrontar ahora a su familia? Con la ayuda de Evan (a cambio de que le pague un mes de alquiler y le deje usar su coche), Emily está decidida a llevar a Robert a su casa en Navidad pase lo que pase, incluso aunque no sea el Robert de verdad...



Descubrí a Joanna Bolouri cuando me descojoné leyendo La lista, el diario de una especie de Bridget Jones escocesa donde se hablaba mal, se bebía mucho y se hacían guarreridas con mucho humor. Desde entonces, he leído todo lo que ha publicado, algo que no tiene mucho mérito, ya que solo tiene cuatro libros. No sé cuándo saldrá esta reseña, pero tengo que decir que leí The Most Wonderful Time of the Year en las fiestas navideñas, fechas que para mí desde luego no son the most wonderful.

Mi cara festiva

Por eso, suelo huir de los libros o relatos navideños, que lo único que hacen es llenarme de azúcar y de vidas (inventadas) llenas de familias estupendísimas que siempre están a tu lado y milagros navideños y MÑE TODO. Lo siento, pero casi prefiero leerlos en otro momento del año, si es que llego a leerlos. Pero las navidades pasadas me veía con ganas de echarme unas risas y recordé que tenía este libro cogiendo polvo en el Kindelito, así que lo rescaté. ¡Y qué acierto! Desde luego, en los libros de Joanna Bouluri hay amor, amistad y felicidad (no olvidemos que son Chick Lit), pero, sobre todo, mucho humor. Justo por esto he decidido reseñarlo. Porque tal vez te pase como a mí, que no quieres un libro navideño moñas y sí uno con risas, situaciones vergüenzajenescas y personajes más o menos reales. Pues puede que este sea tu libro. Si es que lees en inglés, claro.


Las que no leen en inglés se muestran encantadas

Es un libro bastante sencillito con un punto de partida de lo más absurdo: Emily tiene que pasar las navidades en Escocia con su familia, que no tiene otra cosa que hacer que tocarle los ovarios con el hecho de tener treinta y ocho años y estar soltera. ¡Pero este año Emily tiene churri y se lo va a restregar en la cara a todo el mundo! Una pena que su churri tenga más secretos que Anacleto y Emily se vea, de repente, sin maromo y sin plan. Así que recurrirá a la ayuda de su joven vecino Evan (HAGGARD ALERT!) para que se haga pasar por su joputa exnovio y pueda salvar la cara delante de su familia. Como avezadas lectoras que sois, sabéis que esto solo puede acabar o con la falsa pareja retozando en el pajar o con el culo al aire y no en el sentido guarreril, precisamente. O ambas cosas, claro. ¡Pero qué más da conocer el final cuando el camino hacia él merece la pena! Y, para mí, ha merecido la pena y bastante. Los personajes de Joanna Boulori son espontáneos, graciosos y muy malhablados. Vamos que conectan con mi lado despreocupado y vulgar (me parto de la risa yo sola #NoRegrets). Es cierto que aquí hay algunas cosas que son excesivamente forzadas para darse en apenas un par de semanas, pero este no es un libro de esos que coges esperando leer El jinete de bronce. Aquí se viene a desconectar el cerebro y leer un nadismo con el mono y sus platillos a tope, y es justo lo que obtienes. Eso no significa que los personajes sean de corchopan y no tengan trasfondo alguno. A Evan nos cuesta conocerle, al estar el libro íntegramente narrado desde el punto de vista de Emily, aunque Joanna nos da tres o cuatro pinceladas que nos hace calarle desde el principio. Y Emily, familia loca aparte, soporta una serie de problemas, tal vez de tipo peterpanesco, que han conectado especialmente conmigo. 


Ni confirmo ni desmiento que vivamos en una realidad paralela

La mayoría de los personajes son clichés con patas, algo que no me parece mal si está bien llevado (y no me lo venden de otro modo). Para mí, el peor en este aspecto es el novio de Emily. Sin embargo, Evan es totalmente adorafollable, la familia de Emily es la típica que intentarías que no conociera nadie e inventarías que ha fallecido en el primer viaje tripulado a la Luna pero  que, a la vez, defenderías como una madre leona. Y Emily es la típica protagonista que entiendes, te hace reír y te despierta ganas de estrangularla casi en la misma página. Lo peor que tiene este libro es que no es novela romántica, así que nos quedamos con las ganas marranas de leer cómo retozan (con la buena química que tienen...). Y, por supuesto, adoro que ella sea una haggard (y no por dos añitos de diferencia) y el libro refleje que a esa edad no eres una seta de corcho (ni tienes una ídem en los bajos). En definitiva, que es un libro predecible y simple, pero fresco y divertido, lo que, para mí, lo convierte en una lectura agradable para la época que más rápido quiero que pase.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...


3'5. Evan, a tu juvenil ardor le daba yo un buen revolcón