Get a Life, Chloe Brown (The Brown Sisters 1), Talia Hibbert

[Libro no publicado en español]

Chloe Brown es una enferma crónica y fanática de los ordenadores que tiene un objetivo, un plan y una lista. Tras haber estado cerca de la muerte, ha planificado siete pasos para ayudarle a "tener una vida" y ya ha superado el primero: irse por fin de la estupenda mansión familiar. ¿Los siguientes? 
Salir una noche y emborracharse.Dar una vuelta en moto.Ir de camping.Tener sexo sin consecuencias y disfrutarlo.Viajar por el mundo con una maleta de mano.Y... hacer algo malo.
Pero no es fácil ser mala cuando has escrito paso por paso cómo hacerlo correctamente. Lo que Chloe necesita es un profesor y conoce al hombre perfecto para el trabajo.
Redford ‘Red’ Morgan es un conserje con tatuajes, una moto y más atractivo que muchas estrellas de Hollywood. También es un artista que pinta de noche y esconde su trabajo por el día, algo que Chloe sabe porque le espía de vez en cuando. Pero un poquito, muuuuy poquito.
Cuando convence a Red para que le ayude en su rebelión, aprende cosas sobre él que no habría descubierto espiándole, como que siente rechazo hacia el origen pudiente de Chloe, que nunca enseña sus pinturas a nadie y qué esconde realmente tras su dura apariencia...

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No puedo resistirme a esta clase de portadas, las que yo llamo "de colorinchis". Son esas portadas sencillas y con dibujo plano que gritan "¡somos monoplatillescas!" a kilómetros y que suelen prometer historias sexis y divertidas con las que pasar un buen rato. Obviamente, esa es mi teoría y no tiene por qué tener conexión total con la realidad (como confirman los tropecientos chascos que me he llevado por libros que he pedido en Netgalley en base a esa clase de portada). En fin, que vi la portada, me encantó y recordé que Talia Hibbert fue uno de los descubrimientos que Bona Caballero hizo el año pasado y tenía anotada, así que no lo dudé ni un segundo y me hice con él. Y, por una vez, la portada no mentía y me he encontrado un libro monoplatillesco (que no nadista) que me ha tenido con la sonrisa en la boca de principio a fin.

Mi cara durante toda la lectura

Chloe Brown se ha acostumbrado a vivir una vida llena de rutinas y reglas. Antes era una chica con otra clase de vida pero la fibromialgia llegó para quedarse y para reducir su existencia a vivir con dolor y con rutinas para poder seguir viviendo a pesar de él. Pero Chloe no está feliz con esa clase de vida, ¿qué dirían de ella si muriera mañana? Que estaba allí y dejó de estar, poco más. Su familia la entiende pero, a veces, Chloe se siente sofocada y, tras ver la muerte pasar literalmente por delante de ella, decide vivir una vida nueva, intentando superar una serie de metas que logren hacer de su existencia algo un poco más memorable. Nunca pensó meter en su lista a alguien como Redford Morgan, el conserje del bloque de pisos al que se muda y que le genera un automático sobresalto en el cuerpo que Chloe intenta no volver a experimentar. Red tampoco siente especial simpatía por esa chica, cuyo lenguaje denota educación de niña bien y que jamás le contesta de modo amable. Sin embargo, se dan cuenta de que se han forjado una imagen incorrecta el uno del otro y de que el tiempo que pasan juntos merece la pena, con lo que Chloe decide que puede confiar en Red para que le ayude con la lista de su nueva vida. Lo que Chloe no esperaba era que Red acabara siendo una parte muy importante en esta nueva vida...

Importante por detrás y por delante

Escribo esto según acabo de terminar el libro, pero os puedo decir que lo escribo feliz. No es que Get a Life, Chloe Brown haya sido un libro que me haya dejado marcada pero no me puedo quitar la sensación de buen rollo y alegría que me ha dejado. Y eso que no las tenia todas conmigo cuando comencé a leer, ya que Chloe me pareció algo rara y un poco seca, pero conocer a Chloe es quererla, es adorar cómo gestiona su vida a pesar de la fibromialgia, es entender por qué hace listas, por qué necesita planificar y controlar, por qué contesta de ese modo. Y Red es ese personaje que no se asusta con su actitud, logra conocerla y, por tanto, quererla. Tanto Red como Chloe vienen escaldados con el mundo y, a su manera, cada uno se esconde de él. Pero Red es capaz de ver tras la fachada en la que Chloe se oculta y esta es capaz de, con su sinceridad, devolverle a Red la seguridad perdida. Ambos personajes me han parecido adorables y muy queribles, ha sido muy bonito y dulce ver cómo se van conociendo mientras se ayudan mutuamente y nacen sentimientos más profundos, esos que vienen a ti cuando te das cuenta de que esa persona que tienes delante es fantástica y está llena de valor. Y que, además, te hace rebosar de perraquismo cada segundo del día.

El estado permanente de Red y su mente

¡A ver si íbais a pensar que tener fibromialgia está reñido con que el xirri se te haga Pepsicola! De eso nada, queridas. En este libro, los bajos tienen mucha vida y sus dueños se llevan bastantes alegrías gracias a ellos. Que sea una historia bonita y dulce no quiere decir que no vayamos a tener momentos hot y guarrerismos guarros. Además, muy bien narrados, me he quedado muy satisfecha en ese aspecto (no tanto como ellos, claro está 😒😆). Hay pocas secuencias sexuales, pero no son remilgadas, son descriptivas y no escatima lenguaje guarrindongo, aviso, aunque nada que me haya parecido desagradable (¡a ver si ahora vamos a tirarnos de los pelos porque a una moza le lloren las bragas con lo que le hace su maromo!). No había leído nada de Talia Hibbert y me he quedado gratamente sorprendida, ha conseguido engancharme a la historia desde el primer minuto, haciendo que sienta inmediata simpatía por Chloe, una chica fabulosa que te hace disfrutar con su ironía y con su modo de afrontar la vida, sin drama y sin sentir pena por sí misma. Y Red es estupendísimo, el perfecto-pero-no-tan-perfecto maromo que todas quisiéramos como vecino de al lado. Creo que es brillante cómo Talia Hibber narra el enamoramiento de Red y cómo descubre esos sentimientos, que notas reales. Además, me parece que Hibbert sabe manejar muy bien los tiempos y cómo ir mezclando las bases de la amistad, del amor y la tensión sexual, de modo que disfrutas cualquier momento que se dé entre los protagonistas, unos protagonistas que son reales y no la perfección que nos encontramos en muchas novelas.

Encantada me hallo, oye

Alguna cosa me ha cojeado. La parte del pasado de Red me ha parecido un poco maniquea y con bastantes clichés, pero no es algo que me haya molestado durante la lectura, igual que cierto drama en la parte final que podía haber dejado fuera perfectamente. Quitando eso, es un libro de esos que lees más lentamente de lo necesario porque disfrutas cada momento lo que tienes abierto, una historia bonita, divertida y sexy que me ha encandilado, llena de personajes adorables y con una historia de amor llena de esperanza y de buen rollo. Una delicia.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

4'5. Red, quiero que pasees tu pincel por mi lienzo