lunes, 30 de octubre de 2023

Hook Shot (Hoops 3), Kennedy Ryan

[Libro no publicado en español]
Divorciado. Padre soltero. Traspasado a un equipo perdedor .
Me han puesto los cuernos, traicionado, expuesto. Mi vida perfecta me explotó en la cara y todavía estoy recogiendo los pedazos. Lo último que necesito es a ella. Una flor salvaje. Una tormenta. Una mujer a la que no me puedo resistir. Lotus DuPree es un puñetazo en mi estómago y un obstáculo en mis planes desde el momento en el que nuestros ojos se encuentran. Me prometí que no volvería a confiar en una mujer pero nunca he deseado a nadie del modo en el que deseo a Lo. Ella no es el plan que he hecho pero es el riesgo que tengo que correr.
Un guerrero. Un jugador. Ese al que llaman Gladiador.
Kenan Ross entró en mi vida oliendo bien, con un aspecto aún mejor y privándome del aliento desde que nos conocimos. Lo último que necesito es a él. Estoy centrada en mí, enfrentándome a mi dolor y venciendo a mis demonios. Sé lo que conlleva confiar en un hombre. No. Tengo. Tiempo. Para. Esto. Pero no deja de venir a mí. Sigue derribando mis defensas y mis excusas una a una. Nunca se da por vencido y ahora no estoy segura de querer que lo haga.
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Menos mal que no he leído lo que ponen en Amazon sobre este libro: An Age Gap Single Dad Standalone Romance, porque yo veo eso y no lo leo (ya sabéis que yo, donde haya niño, no encuentro el palotismo). Pero claro, a Kenan y a Lotus ya los teníamos fichados del libro de August y cómo me iba a quedar yo sin leer la historia de dos personas que, sin conocerse, ya se miran como si se quisieran matar. Matarse a polvos, claro, y yo siempre estoy más que dispuesta a que un maromazo me haga abandonar la vida a base de percutimientos bajeriles.


Kenan Ross es una estrella del baloncesto que afronta sus últimos años de carrera en un equipo de nueva creación, donde debe enseñarle a los novatos lo que es trabajar bien y guiarles hacia su prometedor camino en la NBA. Que bastante tiene él con su horripilante divorcio pero, oye, el trabajo es el trabajo y está dispuesto a irse en tó lo alto (que, a estas alturas de la película, es con una buena pastuza y cuando él crea conveniente, no retirado por una lesión). A su equipo llega un prometedor jugador, August West, que rápidamente se convierte en su amigo y, a través de su churri Iris, conoce a la prima de esta, Lotus DuPree, una de esas mujeres cuya presencia no deja indiferente a nadie. Kenan no es un hombre fácilmente impresionable pero con una sola mirada de Lotus pierde el habla.

Lotus mirando a Kenan

Pero no son necesarias palabras cuando son los bajos los que hablan y Kenan puede clavar clavos con los penerismos cada vez que ve a Lotus, así que no va a desaprovechar la oportunidad que la vida le pone al trabajar con ella para, con pico y pala, conseguir derribar los muros que Lotus ha levantado y, de paso, llevarse sus bragas por el camino.

Lotus ante la mirada de Kenan

Pero ojo que Lotus es tremenda mujer, tiene los ovarios más grandes que la cabeza y, a pesar de su pasado con mucho drama, este le ha hecho más fuerte y no va a dejarse conquistar por Kenan como si fuera una damisela en apuros. El único problemilla que tiene Lotus es que oculta tras esa fachada impenetrable una mujer que tiene miedo a que le hagan daño, a encontrarse con alguien que no la respete y que vuelva a destrozarla. Vamos, que aquí hay drama por todos lados, incluso más del que puede abarcar en un solo libro y ese ha sido uno de los principales problemas para mí.

El dramerío en este libro

Cada personaje arrastra sus problemas y, aunque al principio tú esperas una relación explosiva entre Kenan y Lotus y que luego, poco a poco, vayan saliendo traumitas y problemas que se solucionen, Kennedy Ryan te lo expone todo pero decide que la pareja tenga poca chicha dramática entre ella y que los problemas vengan por agentes externos, algo que me ha parecido algo decepcionante. Esperaba una relación más visceral y al final, mientras Kenan ha sido tal y como esperaba (ñam requeteñam), Lotus ha sido mucho más floja. La dureza es una fachada y es una mujer mucho más sensible y débil de lo que yo esperaba (Banner se la come con patatas, por ejemplo). Además, Lotus tiene un aspecto magufo que aquí tiene cierta importancia en la parte final que...

Kim leyéndolo

Yo entiendo que la gente de Nueva Orleans sea así pero una cosa es que creas en eso y otra que me hagas rituales y mierdas varias. Dentro de que la romántica es ciencia ficción, a veces las historias piden un poco de contacto con la realidad y eso a mí, en una historia seria, me saca de la lectura. Pero vamos, que no me ha destrozado el libro ni mucho menos. Me he entretenido y he disfrutado mucho de la conquista de Lotus por parte de Kenan pero me ha parecido más flojo que el anterior, así que se lleva en nuestro Gandymetro...

Maromo deportista, en mi cama paso revista

miércoles, 25 de octubre de 2023

Amigos con derecho a roce, Lily Gold


Un pódcast, tres novios falsos y una chica que quiere enamorarse Layla Thompson tiene veintiocho años y nunca ha salido con nadie en serio. Sus citas son un sinfín de desastres anunciados y enamorarse le resulta una hazaña imposible. Tras una enésima cita catastrófica, Layla ha perdido la esperanza. Por suerte, sus vecinos son expertos en temas del corazón. Zack, Josh y Luke tienen un pódcast de éxito dedicado al sexo y las relaciones románticas. Así es como los tres consejeros sentimentales se ofrecen a actuar como «novios falsos» y enseñarle a Layla los principios fundamentales de la seducción. A cambio, Layla deberá participar en el episodio semanal del pódcast y contar sus progresos. Pero día tras día, los besos se vuelven cada vez más apasionados y las caricias más intensas… ¿Se estará transformando su amistad en algo más?
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Me encanta que estos libros estén en Kindle Unlimited (en inglés) porque puedo echar mano de estos guarrerismos en cualquier momento sin soltar un eurito (que ya los suelto antes pero me entendéis). A veces tengo el cuerpo para mucha gente trincando y un argumento un poco más flojero, y esta mujer, con las portadas colorinchis, ya me hizo picar con Triple-Duty Bodyguards, donde unos guardaespaldas de gran porra profesionalidad le guardaban a la protagonista más que la espalda. La experiencia fue un poco regulera pero le tenía el ojo echado a este, donde una chica se liaba con sus tres vecinos buenorros, y era un argumento al que no me podía resistir.

Come to mama

Ya, yo me tiro a los brazos de cualquier cosa (igual que la protagonista, ja je ji jo ju). Por cierto, que sigo sin entender que les pongan esta portada, que nada indica que va a haber piernas y colas a porrillo en una cama. En fin, sigo con la ciencia ficción romántica de esta novela. Resulta que a Layla Thompson la treintena le sopla la oreja y la chica, apañada como ella sola, se hizo un plan que ha ido siguiendo y completando punto por punto. Vive sola, tiene pasta, es diseñadora y dueña de un negocio de lencería... Lo normal con veintiocho años. Pero hay una cosa que le falta: casarse.


Bueno, tal vez a nosotras nos parezca absurdo *ejem* porque lo es *ejem* pero para ella es importantísimo y lleva una ristra de citas en las que el maromo acaba saliendo por patas. Sin ir más lejos, en la última el chico la abandona de muy mala manera pero ahí aparece su vecino Zack, todo encanto y buenorrismo (como debe ser en un exjugador de rugby) a salvarla del bochorno, animarla y llevarla a su casa... para que sus compañeros de piso le den consejos.

Yo creía que le iban a percutir los bajos

Eso vendrá más tarde. Ahora toca que Zack, junto con sus compañeros de piso Luke y Josh le canten a Layla las verdades del barquero sobre lo mal que se desenvuelve la chica en el terreno sentimental. Tú, audaz lectora, te preguntarás qué consejos le van a dar a Layla tres chavales pero es que no son chavalitos, que ya tienen canas en los huevecillos, y, además, los tres tienen un exitoso pódcast en el que dan consejos sobre citas y vida amorosa (todos basados en sus exitosas vidas sentimentales, en las que ninguno tiene pareja 🙄). Layla necesita mucho que aprender, incluso en el terreno sexual, así que los tres, agárrate la gomilla de las bragas, ¡le van a dar lecciones fingiendo ser sus novios! Pero un fingimiento de ese que se *ollan vivos, como todas fingimos cualquier cosa en la vida.

Ya estamos con las mierdas

Y así van las lecciones, esas que ya querría yo haber tomado en el instituto en lugar de Trigonometría. Bueno, tal vez Layla también las hubiera querido en el insituto, donde lo pasó francamente mal y tuvo como profesor a Luke...


No penséis que es cosa rara para los mozos eso de percutirse todos a la vez a una moza, que ellos creen que es el mejor modo de relación posible. Pero ellos solo catan xixi, eh, a ver si vais a creer que eso es un totum revolutum de colas y de percutir el primer agujero disponible, no, no, no. Aquí hay organización y nada de manubrios unidos jamás serán vencidos. Vamos, podéis poner todas las tonterías que queráis pero al final el sexo, guarro, hot, perraco total, es de chico(s) con chica, algo que a mí se me queda siempre algo cojo porque no se aprovechan al 100% las posibilidades chingadoras pero yo qué voy a saber, si no estoy en esa cama repleta.

Mis ganas pero con otros, no con estos tolais

Obviamente, entre tanto sexo hay que meter trama que no le interesa a nadie (a ver si resulta que ahora leemos esto por la trama que no se dé en la cama) y que, obviamente, es una castaña. La autora intenta tratar temas como el acoso, la muerte, etc. pero no hay espacio (ni mano) como para que se dote a los personajes de profundidad a través de ellas. ¿Las historias de amor? Flojas, para qué nos vamos a engañar. ¡El que mucho abarca poco aprieta, Lily Gold! Y hay que ser habilidosa para meter tanto pisto y que no sea un batiburrillo raro. Además, casi ninguno me ha caído bien, empezando por la protagonista, que a veces era más blanda que la mierda de pavo, y otras veces simplemente tonta. A Luke no le he visto la gracia en ningún momento y Zach comienza siendo un encanto para luego mutar en gorila empalotado. Solo salvo a Josh, un encanto de principio a fin. Eso sí, los tres tratan a Layla como si fuera una niña tonta que no sabe nada de la vida y mira, una cosa te digo:


El final es una cosa loca sin pies ni cabeza pero reconozco que, hasta entonces, estaba leyendo (siendo consciente de que esto era un petardo) tan ricamente, así que supongo que algo de mérito le he visto a este libro, así que seré magnánima y le daré en el Gandymetro...

Y soy generosa porque los hottismos me ponen salerosa

miércoles, 18 de octubre de 2023

10 Things That Never Happened (Material World 1), Alexis Hall

[Libro no publicado en español]
Sam Becker ama (bueno, vale, le gusta) su trabajo. A ver, ser encargado de una tienda de baños y dormitorios no es exactamente glamuroso pero es un buen trabajo y se lleva bien con la panda de raritos que hacen que la tienda funcione. Se puede ver aquí durante mucho tiempo. Una pena que el dueño sea un exasperante idiota.
Jonathan Forest nunca debió contratar a Sam. Fue algo sentimental y Jonathan no ha llegado donde está siguiendo su corazón. Dispuesto a poner las cosas en orden, Jonathan le pide a Sam que vaya a Londres para mantener con él una complicada conversación... solo para que Sam, presa del pánico, tropiece, se golpee la cabeza... y deje intuir que no recuerda nada.
Fingir amnesia parecía una buena idea cuando Sam tenía miedo de que le despidieran pero ahora tiene que lidiar con la culpa de Jonathan, a la vez que con el hecho de que su arisco jefe pueda tener un lado más amable. Hay una inesperada libertad en tener una segunda oportunidad de una primera impresión pero mientras Sam y Joanathan se acercan, ¿podrá Sam admitir la realidad? ¿O construirá su futuro con Jonathan basándose en una mentira?
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Ayer se publicó este libro, que se desarrolla dentro del universo de Alexis Hall de London Calling más que nada porque su autor lo dice y porque la portada recuerda a mi querido Se busca novio, ya que, aparte de estar en Londres, no hay otra conexión. Tuve la suerte de que me lo concedieran en Netgalley y lo cogí con muchísimas ganas, como siempre cojo los libros de Alexis Hall (eternamente agradecida a Elsa por descubrírmelo) y... Bueno, creo que Netgalley me va a dejar de dar libros si todos me gustan tanto como este.

Mi experiencia lectora

Chascazo el que me he llevado con 10 Things The Never Happened, una especie de parodia de Se busca novio con sello de Hacendado y un chute de humor de ese del que no hace gracia a nadie. Mira que han pasado semanas desde que lo leí y aún no sé muy bien qué es lo que ha querido contarnos Alexis Hall. Una historia de amor desde luego no.

No more disgustos, por favor

A ver, no asustarse. Sí hay trama amorosa pero, para mí, no ha sido lo más importante del libro y, además, tampoco ha sido buena. Vayamos con mi reseña NO OBJETIVA para que me entendáis. Tenemos aquí a dos clones extremos de los protagonistas de Se busca novio (siendo la constante referencia pero no he podido dejar de comparar algos libros). Sam Becker es el "rarito", ya empezando por su nombre, que no es Sam sino Samwise (que lo mismo os suena a chino pero si os digo Samsagaz a lo mejor os suena algo más...). Pues Sam ha sobrevivido al humor de sus padres y trabaja en unos grandes almacenes que venden cositas para baños y dormitorios. Obviamente, parece menos rarito por comparación, ya que tiene bajo su mando a un grupo de trabajadores más raritos que, supuestamente, aportan una de las notas de humor (spoiler: no). Vigilando a todos como Saurón está el peor de los jefes, Jonathan Forest, dueño y señor de los grandes almacenes y odiado por todos sus empleados, especialmente por Sam y sus compañeros. Como responsable de una sucursal donde Dior perdió la boina, Sam es el que tiene que rendir cuentas a Jonathan y esta vez el encuentro no resulta bien. De hecho, resulta bastante mal, con Sam y su equipo al borde del despido, dándose este un trastazo contra una mampara y perdiendo la memoria, algo que hace que Jonathan se cague un poco por la pata abajo ya que es el responsable del hostión y, ya tú sabes, jamía, demandas, blabla. Aparentemente, salvo lo de la memoria, Sam está bien pero le recomiendan ser vigilado estrechamente por si le ocurre algo días más tarde. ¡Y, a falta de maromazo churri, quién mejor para vigilarle que Jonathan! Para calmar un poco su conciencia y vigilar que Sam no se quede lechuga. Lo único es que hay un detallito que Sam oculta, una cosita sin importancia: que realmente no ha perdido la memoria.

Estoy entusiasmadaNO

Y así acaba Sam, junto con su gato Gollum (...), viviendo en casa del serio y rancio de Jonathan. Tú, lectora que ya tienes el culo pelado de historias románticas, sospecharás que el roce hace el cariño y estos dos acabarán enamorados y, obviamente, no te equivocas. Pero hasta que eso ocurra hay mucho intento de comicidad con poco éxito, mucho engaño sostenido (una de mis kriptonitas, como sabéis), muy poco avance sentimental entre la pareja y, para mi gran delicia, muchísima familia loca de Jonathan. Pero mucha al nivel de pensar que esta es su historia y no un libro romántico. Como comprenderéis, eso ha tirado por el suelo mis ilusiones y mis ganas de leer porque, por mucho que la dinámica familiar me gustara (que ya os digo que no, porque son todos clones de la madre de Bridget Jones y me dan ganas de matar), lo que quiero es que el peso de la lectura lo lleve la relación entre la pareja y aquí me doy con un canto en los dientes si eso ocupa más de una cuarta parte del libro.

Cuánto de sufrir estoy pasando

Además, no puedo decir que los personajes protagonistas me hayan encandilado. Todo lo vemos desde el punto de vista de Sam, que es un neurótico sin gracia alguna. Jonathan es mucho más interesante, tal vez por el misterio que le rodea, pero Alexis Hall lo hace tan hermético y petardo que tampoco me ha resultado atrayente. De verdad que estaba leyendo y no sabía qué nos quería contar Hall. La estancia de Sam en casa de Jonathan sirve más como catalizador para que este se reconcilie con su pasado y con su familia que como motor amoroso de la trama. Sí, es verdad que el hecho de que se abra a Sam y deje fluir sus sentimientos hace que eso no se limite al plano amoroso sino que se extienda al resto de su vida y eso es maravilloso para él, pero a mí el resto de su vida me la pela (por no decirte lo que me importan las vidas de sus abuelos o su tío extraño). Al menos el hecho de que lo haya escrito este hombre siempre tiene algo bueno y por eso no le doy menos nota. Su escritura, incluso aunque sea un tontismo lo que nos cuenta, es siempre de mucha calidad, con un vocabulario muy cuidado (lo que para mí se traduce en que tengo que tirar de diccionario cada dos por tres) y una ristra de cosas fuera de lo común que inevitablemente te sacan la sonrisa. Pero, a pesar de esto, 10 Things That Never Happened me ha parecido un libro decepcionante, una vuelta de tuerca a la base creada en Se busca novio (o incluso en Glitterland, donde la pareja grumpy-sunshine es lo más) pero con tufillo a agotamiento. ¡Espero que la siguiente entrega me dé más alegrías! (Tengo más moral que el Alcoyano 😆).

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Creo que en breve también tendré amnesia con este libro

martes, 10 de octubre de 2023

Block Shot (Hoops 2), Kennedy Ryan

[Libro no publicado en español]
𝗝𝗔𝗥𝗘𝗗
Si tuviera un dólar por cada vez que Banner Morales me alteró el corazón... Ese corazón que todo el mundo supone que está congelado. Su ira es... excitante. Cada mirada de esos ojos que desprenden fuego, cada vez que tensa la mandíbula me... Bueno, ya sabes. Si tuviera un dólar por cada vez que me ha puesto en mi lugar, sería aún más rico. Soy un exitoso agente deportivo que supone que "no" significa que lo pensarás. Estoy seguro de que lo que realmente quieres decir es "ahora mismo". Dicen que incluso los ricos no siempre tienen lo que quieren, pero esos hombres no saben cómo va el juego. El truco está en dejarles que crean. Mira a Banner. Cree que está ganando pero este es un juego que ni sabe cómo se juega. 
𝗕𝗔𝗡𝗡𝗘𝗥
Si tuviera un dólar por cada vez que Jared Foster me rompió el corazón, tendría exactamente un dólar. Una noche. Un fracaso espectacular. Un dólar... y estoy fuera. He avanzado. He encontrado el éxito en un campo dominado por los hombres. Cualquier cosa que hagan, yo la hago mejor. Pueden tener el campo mientras yo lanzo, bloqueándoles cuando lo necesite. ¿Y Jared tiene las narices de creer que le voy a dar otra oportunidad? Chico, de verdad. Siéntate. Varias veces. Yo estaré aquí ignorando al hombre de mis fantasías. A ver, no he dicho que no me sienta tentada. Pero tengo ese dólar y Jared no me va a tener a mí.
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Está claro que lo que mejor me va es empezar una serie y leerla entera (bueno, series de duración normal, no como Maiden Lane, que es más larga que un día sin pan). Digo que es lo que mejor me va porque, si el primer libro me ha gustado, no me bajo de la ola y la surfeo hasta que se acaba sin desconectar de ese universo. Y en este caso, el universo es el que Kennedy Ryan se ha inventado en su serie Hoops, toda llena de pelotas.

Os acabáis de imaginar esto

¡De baloncesto, guarronas! Bueno, y de las otras también, que no podemos decir que estemos leyendo ensayos de Paleontología. Si en el primer libro era el maravilloso y buenísimo August el que nos robaba el corazón, en este libro nos pasa por encima (grrrrrr) cual huracán su hermano Jared Foster, agente deportivo que prefiere pedir perdón a pedir permiso y que no se detiene ante nada cuando quiere algo. Y lo que aquí quiere es a Banner Morales, agente deportiva de una agencia rival. Conseguir meter a Banner bajo su cuerpo serrano (o sobre él) no va a ser nada fácil porque tienen una relación de enemistad manifiesta. ¿Estamos ante unos enemigos que se trincan vivos? ¡Sí! ¡Pero ojo que también estamos ante un friends to lovers! ¿Pero qué magia es esta que une dos tópicos tan fabulosos? Pues la magia del paso del tiempo y de la putada suprema. Jared y Banner eran amiguísimos en la universidad, unas personas totalmente distintas cuyo intelecto reconocía en el contrario a su pareja perfecta y que tenían al alcance de su mano un glorioso futuro juntos. Pero los corazones proponen y los cab*ones disponen y Banner y Jared son separados del peor modo posible, lo que hace que pasen diez años separados y Banner reniegue del amor que sintió por Jared. Pero, ay amiga, cuando Jared se reencuentra con ella...

Jared disimulando

Nada ni nadie va a impedir que Jared consiga que Banner le haga caso guarrerilmente hablando. Pero por ahí vienen Banner y sus dos ovarios bien plantados dispuestos a no darle a Jared ni la más mínima oportunidad. Además, Banner tiene un novio, Zo, que no puede ser más perfectísimo: jugador de baloncesto, buenorro, casi una hermanita de la caridad y el mejor amigo de Banner desde hace diez años. 

Lo que le importa a Jared

Ya tenemos el pistazo montado y la alfombra preparada para que yo haga la croqueta, porque me lo he pasado pipa con este libro. Si te asusta un poco el drama del libro anterior, este tiene bastante menos (aunque algo hay porque Kennedy Ryan es maravillosa en la cuestión del dramita) y está casi todo centrado en la relación entre Bennar y Jared. Aunque el libro está dividido en tres partes, yo haría una división de dos, con una primera centrada en Jared intentando reconquistar a Banner y una segunda de Banner siendo buena persona y Jared intentando no perderla. La primera parte ha sido fabulosa, estos dos son pura dinamita y el ataque frontal de Jared contra la gran personalidad de Banner ha sido mi delicia. La segunda parte, más dulce y emotiva, me ha gustado pero ha bajado el nivel. He disfrutado mucho más cuando eran enemigos que se querían trincar vivos que cuando ya se empiezan a caer bragas y calzoncillos (aunque, obviamente, los guarrerismos en sí los he disfrutado mucho porque son muy 🔥🔥🔥🔥🔥 y muy acordes a la situación de los personajes en cada momento).  En esta segunda parte, además de que ya está todo el pescado vendido en el guarrerismo, la tensión se desplaza de la pareja a la relación de Banner con un tercero, que no es otro que la reencarnación de Yisuscraist Zo. Aquí Liz Tomforde Kennedy Ryan (madremía, que le he cambiado el nombreeeeee) tira de un recurso algo facilón que sabes que no tiene recorrido alguno y que intenta crear pisto donde no lo hay. A mí, llamadme básica, me gusta hincharme a leer cosas de una pareja, ver cómo se enamora y cómo supera obstáculos juntos, y aquí me parece que el peso de Zo en la parte final le quita protagonismo a Jared. Y eso...


Además, este conflicto final que se da entre la pareja se resuelve por intervención de una persona ajena a ella, lo que no me cuadra demasiado en un par con tantísima personalidad como Banner y Jared. Creo que esto y el hecho de que se explote muy poco la rivalidad laboral de Jared y Banner son las cosas que menos me han gustado del libro, pero, por lo demás, mis dieses, señora Ryan (o mis ochos, que son 4 Gandys). Esta mujer tiene un modo de escribir que me atrapa por completo, con mucha garra e intensidad pero sin recurrir a la lágrima fácil ni al enseñamiento emocional. Además, qué modo de escribir más adictivo tiene, ¡maravilla! Dota a sus personajes de tantísima personalidad (y de una tan atrayente) que todo lo que cuentan te interesa y te atrapa, así que, cuando ocurre algo, no puedes dejar de leer. Una cosa que me ha gustado es que tanto Jared como Banner ya tienen una personalidad bien forjada que no cambia en el transcurso de la historia (algo que se ve especialmente en Jared, cabroncete al principio, cabroncete al final, no lo redime ni Dior). Únicamente abren la puerta al amor y a desarrollarse sin barreras con la persona elegida, algo que les hace felices a ellos (y a nosotras), que es lo que importa. Pero si te tienen que pegar un bocao para quitarte un cliente, te lo pegan.

Aquí me lo puedes pegar a mí, Jared

Block Shot ha sido una sorpresa inesperada y muy muy agradable. Con su dosis justa de drama y de sentimiento, Kennedy Ryan hila una historia llena de pasión a través de una narración adictiva y basándose en dos personajes de fuerte personalidad que hacen que salgan chispas de sus páginas y que encuentran la serenidad en los brazos (y en la cama) del otro. Un libro fabuloso.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Jared, ven y revísame hasta la letra pequeña

miércoles, 4 de octubre de 2023

The Right Move (Wind City 2), Liz Tomforde

[Libro no publicado en español]
RYAN
Es una distracción, eso es lo que es. Soy el nuevo capitán de los Devils, el equipo de Chicago de la NBA, y lo último que necesito es tener viviendo en mi casa a Indy Ivers, la mejor amiga de mi hermana. Es desordenada, emocional y demasiado tentadora. Pero cuando el gerente del equipo expresa claramente su desacuerdo con mi ascenso a capitán, refiriéndose a mí como a un lobo solitario e inalcanzable y sin equilibrio entre vida y trabajo, no puedo pensar en un modo mejor de convencerle de lo contrario que fingir estar saliendo con mi nueva compañera de piso. ¿El problema? Parece demasiado real. Tener una novia falsa se suponía que no iba a ser lioso pero tener a Indy en mi casa y en mi cama es complicado, sobre todo cuando ella quiere todo el romanticismo que yo no puedo darle.
INDY
Nunca imaginé que estaría viviendo con el hermano de mi mejor amiga, la estrella de la NBA Ryan Shay. ¿Algo más difícil de creer? Que necesite que yo finja ser su novia y haberle transformado de repente en un tío amigable y accesible. Porque no lo es. Es un maniático de sus cosas y desconfía de todos. Nuestro acuerdo es por ambas partes, eso sí. Tengo que ir a una boda, una con todos mis amigos de la infancia, y no hay un acompañante mejor que el ídolo de mi ex. Las líneas se borran tanto que es imposible separar la realidad de la ficción. Enamorarme de mi compañero de piso no era parte del acuerdo, sobre todo porque Ryan me recuerda cada vez que puede que no cree en el amor. Yo soy una romántica y no puedo evitar fantasear con que él cambiará pero rápidamente me veo preguntándme si compartir piso con el hermano de mi mejor amiga fue lo más acertado.
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En mi haggardiano corazoncito, hay dos modos de convertirte en un cinco estrellas. Uno de ellos es llegar como un huracán y prácticamente desde el principio revolucionarme hasta las neuronas del xirri (véase El jinete de bronce). Y otro es ir a la chita callando, con pico y pala, meterte en mi cuerpo, cerebro y corazón sin que me dé cuenta para que llegue un mimento en el que vea que estoy totalmente cautivada por la historia. Este modo es el que ha escogido The Right Move para ser una de mis mejores lecturas del año. Es un cinco estrellas de esos discretos, donde los grandes sobresaltos los dan la vida misma y el amor, con un protagonista que no puede ser más perfecto y una protagonista fabulosa. También te digo que no pienses que esta puede ser una historia que le pase a tu prima la de Tomelloso, a no ser que esta se acabe ligando al nuevo Michael Jordan…

Posibilidades de que esto ocurra

Ryan Shay ya nos conquistó en el libro anterior, con esa intensidad protectora de su hermana y ese cuerpazo que enseña el mozo por su casa que ya sabes tú que lo quieres en la tuya. Lo vimos en paños menores porque la compañera de trabajo de Stevie, Indy Ivers, se queda en la fruta calle y Stevie decide pedirle a su hermano el favorcito de que la chica se quede allí mientras que encuentra algo. Total, Ryan vive en un pisazo y, como estrella de la NBA que es, viaja constantemente, lo que, unido al trabajo como asistente de vuelo de Indy, haría bastante improbable que se vieran mucho. Ah, que no se me olvide. Que Indy conozca a Ryan sin camiseta se debe a que el chaval se pasea por su casa enseñando torso porque ese cuerpazo que Dior y el gimnasio le han dado es un pecado que se esconda.

Ryan es el regalo de Dior a la humanidad

Total, que Ryan no quiere compartir piso ni de coña porque lo que más valora en esta vida es su intimidad, pero el punto débil de Ryan es su hermana y no puede negarle nada, así que compañeritos de piso. ¡Y qué alegría para Ryan vivir con Indy! Nuestro chico podría ser maestro de Marie Kondo, mientras que por donde ella pasa parece que se ha celebrado Coachella. A Ryan le explota una vena la primera vez que ve el caos que rodea a Indy pero, mientras pone cara de perro, no deja de darse cuenta de las necesidades de Indy e intenta cubrirlas discretamente.

A mí también me puedes cubrir lo que quieras

Indy, que de tonta no tiene un pelo, se da cuenta del comportamiento de Ryan y de lo que esconde bajo esa fachada de cuerpo esculpido por Miguel Ángel, así que se le hace el xixi Pepsicola intenta ayudarle con su inseguridad y sus pocas ganas de socializar. Que tú dirás que para qué quiere ser sociable si nada en billets pero es que Ryan arrastra un pequeño traumita de confianza y no puedes ir por la vida así, que te lo digo yo. Así que Indy, que parece salir de una marmita llena del mundo de Barbie, decide ser majísima con él y ayudarle en lo que pueda. Todo esto mientras aumentan las ganas de chingarse mutuamente, obviamente, porque no hay nada mejor para quitar un trauma que tener ganas de guarrearse en la cama.

Destraumatízame, mozo

Este es un libro en el que cada uno lleva lo suyo, ya que Indy está devastada y vacia por dentro tras írsele al carajo su relación con el amor de su vida e intenta salir de su apatía a través del trabajo y de su fachada de eterna sonrisa. Viviendo con Ryan y notando cómo se le desperezan los bajos intenta seguir con su vida a través del contacto físico con él (si no puedo amar, al menos puedo follar #LemaVital) y, a través de unas romance reasons estupendas, se van a ver forzados a ser de lo más cariñosos.


A este libro no le faltan tropes, que si enemigos que se trincan vivos para luego ser amigos que se trincan vivos, fingimientos varios, traumitas... Todo ya lo has leído y nada te suena mal o te aburre porque está tan bien hilado y tan bien escrito que te lo zampas estupendamente. Liz Tomforde junta a una persona que no sabe estar sola con una que no sabe estar acompañada, les obliga a compartir tiempo, a sincerarse, a enamorarse y a evolucionar de un modo sencillo pero estupendo y natural. Con este libro me pasa lo mismo que con el anterior, que parece que he leído mucho y resulta que voy solo por la mitad. Pero, en lugar de cagarme en tó porque me queda mucho por sufrir, croqueteo porque me queda mucho con lo que disfrutar. Además, no notas que se estanque, siempre ocurre algo, siempre se cuenta algo que interese, lo que pasa es que no hay grandes sobresaltos ni apocalipsis kleypasianos. Es muy hot y el slow burn es delicioso, hace que cada momento entre ellos se disfrute más aún. Sinceramente, creo que lo tiene todo, porque no le faltan ni humor, ni sentimientos ni guarrerismos extensos y descriptivos, pero también es moderno y tiene una protagonista real y fuerte (que no necesita ser más tonta que Pichote para demostrar su fortaleza) y un maromo PER-FEC-TO, feminista, sensible, cochinote y totalmente adorable. Y, además, tiene unos secundarios estupendos cuyas historias quieres conocer ya mismo. ¡Yo no le pido más a un libro! Bueno, que lo traduzcan para que lo podáis leer todas.

The Right Move es un libro fantástico que, poco a poco, me ha ido conquistando. Aunque es una historia más que conocida, está tan bien escrito y tiene unos protagonistas tan estupendos que lo hacen muy especial.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

La perfección de este maromo entera me la como