Divorciado. Padre soltero. Traspasado a un equipo perdedor .Me han puesto los cuernos, traicionado, expuesto. Mi vida perfecta me explotó en la cara y todavía estoy recogiendo los pedazos. Lo último que necesito es a ella. Una flor salvaje. Una tormenta. Una mujer a la que no me puedo resistir. Lotus DuPree es un puñetazo en mi estómago y un obstáculo en mis planes desde el momento en el que nuestros ojos se encuentran. Me prometí que no volvería a confiar en una mujer pero nunca he deseado a nadie del modo en el que deseo a Lo. Ella no es el plan que he hecho pero es el riesgo que tengo que correr.Un guerrero. Un jugador. Ese al que llaman Gladiador.Kenan Ross entró en mi vida oliendo bien, con un aspecto aún mejor y privándome del aliento desde que nos conocimos. Lo último que necesito es a él. Estoy centrada en mí, enfrentándome a mi dolor y venciendo a mis demonios. Sé lo que conlleva confiar en un hombre. No. Tengo. Tiempo. Para. Esto. Pero no deja de venir a mí. Sigue derribando mis defensas y mis excusas una a una. Nunca se da por vencido y ahora no estoy segura de querer que lo haga.
Menos mal que no he leído lo que ponen en Amazon sobre este libro: An Age Gap Single Dad Standalone Romance, porque yo veo eso y no lo leo (ya sabéis que yo, donde haya niño, no
encuentro el palotismo). Pero claro,
a Kenan y a Lotus ya los teníamos fichados del libro de August y cómo me iba a quedar yo sin leer la historia de dos personas que, sin
conocerse, ya se miran como si se quisieran matar.
Matarse a polvos, claro, y yo siempre estoy más que dispuesta a que
un maromazo me haga abandonar la vida a base de percutimientos bajeriles.
Kenan Ross es una
estrella del baloncesto que afronta sus últimos años de carrera en
un equipo de nueva creación, donde debe enseñarle a los novatos lo que es
trabajar bien y guiarles hacia su prometedor camino en la NBA. Que
bastante tiene él con su horripilante divorcio pero, oye, el trabajo es el
trabajo y está dispuesto a irse en tó lo alto (que, a estas alturas
de la película, es con una buena pastuza y cuando él crea conveniente, no
retirado por una lesión). A su equipo llega un prometedor jugador, August
West, que rápidamente se convierte en su amigo y, a través de su churri
Iris, conoce a la prima de esta, Lotus DuPree, una de esas mujeres
cuya presencia no deja indiferente a nadie. Kenan no es un hombre
fácilmente impresionable pero
con una sola mirada de Lotus pierde el habla.
Lotus mirando a Kenan |
Pero no son necesarias palabras cuando son los bajos los que hablan
y Kenan puede clavar clavos con los penerismos cada vez que ve a Lotus,
así que no va a desaprovechar la oportunidad que la vida le pone al
trabajar con ella para, con pico y pala,
conseguir derribar los muros que Lotus ha levantado y, de paso,
llevarse sus bragas por el camino.
Lotus ante la mirada de Kenan |
Pero ojo que Lotus es tremenda mujer, tiene los ovarios más grandes
que la cabeza y, a pesar de su pasado con mucho drama, este le ha hecho
más fuerte y no va a dejarse conquistar por Kenan como si fuera una
damisela en apuros. El único problemilla que tiene Lotus es que oculta
tras esa fachada impenetrable
una mujer que tiene miedo a que le hagan daño, a encontrarse con
alguien que no la respete y que vuelva a destrozarla. Vamos, que aquí hay
drama por todos lados, incluso más del que puede abarcar en un solo libro
y ese ha sido uno de los principales problemas para mí.
El dramerío en este libro |
Cada personaje arrastra sus problemas y, aunque al principio tú esperas
una relación explosiva entre Kenan y Lotus y que luego, poco a poco, vayan
saliendo traumitas y problemas que se solucionen,
Kennedy Ryan te lo expone todo pero decide que la pareja tenga poca
chicha dramática
entre ella y que los problemas vengan por agentes externos, algo que me ha
parecido algo decepcionante. Esperaba una relación más visceral y
al final, mientras Kenan ha sido tal y como esperaba (ñam requeteñam),
Lotus ha sido mucho más floja. La dureza es una fachada y es una
mujer mucho más sensible y débil de lo que yo esperaba (Banner se la come
con patatas, por ejemplo). Además,
Lotus tiene un aspecto magufo que aquí tiene cierta importancia en
la parte final que...
Kim leyéndolo |
Yo entiendo que la gente de Nueva Orleans sea así pero una cosa es que
creas en eso y otra que me hagas rituales y mierdas varias. Dentro de que
la romántica es ciencia ficción,
a veces las historias piden un poco de contacto con la realidad y eso a
mí, en una historia seria, me saca de la lectura. Pero vamos, que no me ha destrozado el libro ni mucho menos. Me he
entretenido y he disfrutado mucho de la conquista de Lotus por parte de
Kenan pero me ha parecido más flojo que el anterior, así que se lleva en nuestro Gandymetro...
En esta coincidimos, 3 estrellas le puse yo también. ¿A que aquí se entiende bien porqué llamo yo a Kennedy Ryan la «reina del melodrama»? Las novelas con niño y las magufadas no son lo mío, tampoco. Ahora, por el personaje masculino bien merece la pena leerla.
ResponderEliminarHola!!
ResponderEliminarNo me llama nada, la verdad jajajaj, y después de tu nota, menos... no son para mí estas historias dramáticas y ya estoy un poquito harta de dramas fáciles.
Un besote