Prudence Bosworth es una humilde costurera cuya vida podría cambiar si lograra hacerse con la herencia de su padre. Para conseguirla, deberá casarse antes de que pase un año. Ella siempre soñó con encontrar el verdadero amor y desde que contempló los seductores ademanes del duque de Saint Cyres, está convencida de que sólo él podrá conquistarla. Rhys de Winter confía en que su ingenio y su impresionante sonrisa bastarán para cautivar a una rica heredera que solucione sus problemas económicos y Prudence es una víctima perfecta para él…
Ya sabéis que con Laura Lee Guhrke no empecé con buen pie y luego le regalé hasta mis empastes así que cogí este libro sin saber muy bien lo que me iba a encontrar. ¿Y qué encontré? Pues uno de mis temas favoritos, un noble palote y una chica modosita, ¡a mí los aires de croqueta enagüil!
Prudence Bosworth vive en Little Russell (era compañera de piso de Emma, la protagonista de Y entonces él la besó *suspiro*) y trabaja como costurera ya que, tras perder a su madre, prefirió vivir sola y trabajar en Londres antes que tener que aguantar los desprecios de sus tíos. Las posibilidades de vivir otra vida son nulas así que se conforma con ver cómo otras disfrutan de bailes y vestidazos mientras ella se tira al suelo a coserles la jareta. Un día, en semejante labor, irrumpe un duque palote en la habitación y la deslumbra con su pelo rubio, su sinvergonzonería y su encanto. Una pena que ese hombre esté fuera de su alcance ya que Rhys de Winter, duque de St. Cyres, es el noble palote más desesperado de la historia y necesita urgentemente casarse con una rica heredera que salve su bella cara de los acreedores. Prudence siempre ha soñado con tener dinero y una vida cómoda en la que pudierarebozarse codearse con alguien como Rhys pero a veces los deseos no deberían hacerse realidad...
Mola, ¿eh? Pues éste es el punto de partida de la nueva aventura de las solteras que habitan Little Russell. Por arte de posibles mágicas herencias Prudence se convierte en la chica de moda de la temporada en Londres y Rhys pone sus ojos sobre ella, con la esperanza de poder poner después sus manos sobre su dinero y sobre sus curvas. Sí, es un interesado y lo sabe todo Penry, básicamente porque Rhys no lo esconde, siempre ha sido un palote despreocupado y huyó de Londres para vivir la dolce vita despilfarrando su dinero allende los mares. Ahora ha vuelto a casa para responsabilizarse del ruinoso ducado y afrontar sus horribles recuerdos y, como contra ellos no puede hacer nada salvo intentar olvidarlos, dedica sus esfuerzos a la caza y captura de la rica heredara que le salve los cataplines, lo que pone a la nueva Pru en lo más alto de su lista de partidazos. Sin embargo, cuando la conoció ella era una tímida costurera que le hipnotizó con sus ojazos y su actitud y ya en ese momento su radar palotil le hubiera metido un buen meneo. Y esto justo es que lo hace que Rhys camine por el lado correcto de nuestro beneplático y no lo consideremos un rastrero hijueputa malparido mentiroso así se te caiga la picha a trozos.
Laura Lee Guhrke se cuida mucho las espaldas al introducir antes ese detalle porque definitivamente Rhys es un hombre con un comportamiento repugnante, que engaña deliberadamente a Prudence de mala manera y extiende el engaño casi casi lo mismo que le mide la boa (que es mucho, obviamente, grrrrrrrr). Es tan sencillo odiarle que o ves que tiene sentimientos hacia la chica/es buena persona/tiene traumita o motivos para actuar de ese modo o no entras en el libro. Ya sé que no todos los días nos podemos encontrar con un Sebastian St. Vincent (mierda tó) pero Rhys estaba muy cerquita de poder serlo. Y ahí se queda, cerca.
Rhys es un noble palote sinvergonzón de buen fondo ideal para conquistarme pero que no lo ha llegado a hacer. Es un encantador de serpientesy tiene una serpiente que nos encanta a todas y yo no he sido la excepción en la primera parte del libro, donde me ha tenido medio pava (ojo lo que me gusta a mí un acercamiento palotil que no llega a nada salvo a incendiarme las enaguas), pero iba leyendo con la mosca del engaño tras la oreja y eso ha supuesto un nubarrón negro que no me dejaba disfrutar adecuadamente. Cuando esa situación se alargaba y veía a Pru atontolinada por el amor y el pisto que se iba montando he ido perdiendo entusiasmo por la lectura. Ya sé que el tomate de estos pistos son los engaños, el dramita que subyace, pero aquí me parecía que se iba liando todo y que el berenjenal era tan grande que, al final, me iba a acabar estropeando todas las buenas sensaciones del principio, justo lo que ha pasado.
Que a la Guhrke el tema modosita trabajadora + noble palote le gusta es algo evidente. Que a mí es un tema enagüil que me encanta, también, lo digo cada vez que tengo ocasión, por eso acojo este tipo de libros y a sus maromazos en mis entretelas con mucha ilusión. Pero tal vez ya he leído demasiado (y eso que llevo poco por este género) porque a cada momento se me venían a la cabeza personajes de otras autoras o libros parecidísimos pero mejor llevados (ay, si lo pilla la Kleypas...). Un planteamiendo arriesgado y buenísimo que no se lleva del todo bien y que al final se desinfla, con unos personajes majos pero planos, que parecen más de lo que son. Él no me ha enamorado y lo mismo tengo que decir sobre Prudence. Empezó estupenda, todo bondad e ilusiones, y me ha terminado pareciendo más tonta que mear para arriba de tan inocente/ilusa como es. Despierta, claro que sí, pero lo hace excesivamente tarde y para mí el libro a esas alturas ya no puede remontar. En general ése me parece el gran error del libro, extender mucho la parte para luego pegar el petardazo muy tarde y resolver todo deprisa y corriendo. Menos engaño y más mala leche de Pru hubieran logrado un libro mejor. Bueno, ése es uno de los errores. El otro es que no hay Dior que se trague la base del engaño, que un noble palote que busca rica heredera no se entere en cero coma de que hay una nueva disponible y de que esa chica piense que, dentro de una sociedad que no tiene otra cosa que hacer que no sea cotillear, el más desesperado de los nobles no sepa que ella va a estar forrada. No soy yo de pedir credibilidad a las premisas que mueven estos libros pero es que aquí me ha tenido con los ojos rotando sobre sí mismos. Reconócelo, Pru, tú lo que querías era darle alegría a tu macarena y te has hecho la tolai.
El libro, eso sí, está escrito en el tono ágil, sencillo y destinado a devorar los párrafos al que nos tiene acostumbradas Laura Lee Guhrke. Que tú puedes estar todo el rato negando con la cabeza, pensando que esos detalles no te gustan, que si los personajes son algo planos, que si parecen más calores bajeriles que amor, pero mientras sigues leyendo sin parar gritando "este libro es droja, drojaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa". Sí, es un libro que flojea, que tiene partes estupendas y otras que no lo son tanto, pero es de los que coges y no puedes soltar lo que, para mí, es siempre un incentivo que me hace coger con ansiedad un libro. Por eso voy a seguir queriendo a Laura Lee Guhrke, porque conecta con mi lectora más nadista que únicamente pide un buen rato y un libro que no pueda cerrar.
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
Echa el freno, Macareno, que aquí no tienes croqueta |
Prudence Bosworth vive en Little Russell (era compañera de piso de Emma, la protagonista de Y entonces él la besó *suspiro*) y trabaja como costurera ya que, tras perder a su madre, prefirió vivir sola y trabajar en Londres antes que tener que aguantar los desprecios de sus tíos. Las posibilidades de vivir otra vida son nulas así que se conforma con ver cómo otras disfrutan de bailes y vestidazos mientras ella se tira al suelo a coserles la jareta. Un día, en semejante labor, irrumpe un duque palote en la habitación y la deslumbra con su pelo rubio, su sinvergonzonería y su encanto. Una pena que ese hombre esté fuera de su alcance ya que Rhys de Winter, duque de St. Cyres, es el noble palote más desesperado de la historia y necesita urgentemente casarse con una rica heredera que salve su bella cara de los acreedores. Prudence siempre ha soñado con tener dinero y una vida cómoda en la que pudiera
Come to mama, planteamiento maravilloso |
Mola, ¿eh? Pues éste es el punto de partida de la nueva aventura de las solteras que habitan Little Russell. Por arte de posibles mágicas herencias Prudence se convierte en la chica de moda de la temporada en Londres y Rhys pone sus ojos sobre ella, con la esperanza de poder poner después sus manos sobre su dinero y sobre sus curvas. Sí, es un interesado y lo sabe todo Penry, básicamente porque Rhys no lo esconde, siempre ha sido un palote despreocupado y huyó de Londres para vivir la dolce vita despilfarrando su dinero allende los mares. Ahora ha vuelto a casa para responsabilizarse del ruinoso ducado y afrontar sus horribles recuerdos y, como contra ellos no puede hacer nada salvo intentar olvidarlos, dedica sus esfuerzos a la caza y captura de la rica heredara que le salve los cataplines, lo que pone a la nueva Pru en lo más alto de su lista de partidazos. Sin embargo, cuando la conoció ella era una tímida costurera que le hipnotizó con sus ojazos y su actitud y ya en ese momento su radar palotil le hubiera metido un buen meneo. Y esto justo es que lo hace que Rhys camine por el lado correcto de nuestro beneplático y no lo consideremos un rastrero hijueputa malparido mentiroso así se te caiga la picha a trozos.
Un duque sin picha, ¡noooooooo! |
Laura Lee Guhrke se cuida mucho las espaldas al introducir antes ese detalle porque definitivamente Rhys es un hombre con un comportamiento repugnante, que engaña deliberadamente a Prudence de mala manera y extiende el engaño casi casi lo mismo que le mide la boa (que es mucho, obviamente, grrrrrrrr). Es tan sencillo odiarle que o ves que tiene sentimientos hacia la chica/es buena persona/tiene traumita o motivos para actuar de ese modo o no entras en el libro. Ya sé que no todos los días nos podemos encontrar con un Sebastian St. Vincent (mierda tó) pero Rhys estaba muy cerquita de poder serlo. Y ahí se queda, cerca.
Rhys es un wannabe |
Rhys es un noble palote sinvergonzón de buen fondo ideal para conquistarme pero que no lo ha llegado a hacer. Es un encantador de serpientes
Explicación del proceso lector de este libro |
Que a la Guhrke el tema modosita trabajadora + noble palote le gusta es algo evidente. Que a mí es un tema enagüil que me encanta, también, lo digo cada vez que tengo ocasión, por eso acojo este tipo de libros y a sus maromazos en mis entretelas con mucha ilusión. Pero tal vez ya he leído demasiado (y eso que llevo poco por este género) porque a cada momento se me venían a la cabeza personajes de otras autoras o libros parecidísimos pero mejor llevados (ay, si lo pilla la Kleypas...). Un planteamiendo arriesgado y buenísimo que no se lleva del todo bien y que al final se desinfla, con unos personajes majos pero planos, que parecen más de lo que son. Él no me ha enamorado y lo mismo tengo que decir sobre Prudence. Empezó estupenda, todo bondad e ilusiones, y me ha terminado pareciendo más tonta que mear para arriba de tan inocente/ilusa como es. Despierta, claro que sí, pero lo hace excesivamente tarde y para mí el libro a esas alturas ya no puede remontar. En general ése me parece el gran error del libro, extender mucho la parte para luego pegar el petardazo muy tarde y resolver todo deprisa y corriendo. Menos engaño y más mala leche de Pru hubieran logrado un libro mejor. Bueno, ése es uno de los errores. El otro es que no hay Dior que se trague la base del engaño, que un noble palote que busca rica heredera no se entere en cero coma de que hay una nueva disponible y de que esa chica piense que, dentro de una sociedad que no tiene otra cosa que hacer que no sea cotillear, el más desesperado de los nobles no sepa que ella va a estar forrada. No soy yo de pedir credibilidad a las premisas que mueven estos libros pero es que aquí me ha tenido con los ojos rotando sobre sí mismos. Reconócelo, Pru, tú lo que querías era darle alegría a tu macarena y te has hecho la tolai.
Esas enaguas piden desencaje caderil |
El libro, eso sí, está escrito en el tono ágil, sencillo y destinado a devorar los párrafos al que nos tiene acostumbradas Laura Lee Guhrke. Que tú puedes estar todo el rato negando con la cabeza, pensando que esos detalles no te gustan, que si los personajes son algo planos, que si parecen más calores bajeriles que amor, pero mientras sigues leyendo sin parar gritando "este libro es droja, drojaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa". Sí, es un libro que flojea, que tiene partes estupendas y otras que no lo son tanto, pero es de los que coges y no puedes soltar lo que, para mí, es siempre un incentivo que me hace coger con ansiedad un libro. Por eso voy a seguir queriendo a Laura Lee Guhrke, porque conecta con mi lectora más nadista que únicamente pide un buen rato y un libro que no pueda cerrar.
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
3'5. Rhys, deja tanto engaño y ven a hacerme un apaño |
Una lectura entretenida por lo que leo, es un género que me encanta así que tendré que probar con la autora a ver que reacción despierta en mí porque me parece curioso lo que comentas, divertida reseña con los memes.
ResponderEliminarBesos =)
Muchas gracias por tus palabras! Si no has leído nada de esta escritora yo te recomendaría que leyeras antes el primer libro de esta serie, Y entonces él la besó (la reseña está enlazada en ésta), que personalmente me encantó.
EliminarYa nos contarás si te pones!
Muchas gracias por pasarte!
De la serie la chicas d Little Russell , el la única que terminé leyendo en diagonal.
ResponderEliminarPues mira, me alegro de que ésta sea la peor, así ya me la he quitado de encima XD
EliminarGracias por pasarte y comentar!
Habrá que darle una oportunidad a la serie, muy buen post guapa
ResponderEliminarHay que ver cuánta tarea te damos XDD
EliminarBesotes, guapa!
Buenas, a mi me gustó. Pero me pasó cómo a ti Me rechinaba los dientes en algunas circunstancias.
ResponderEliminarSigue leyendo la serie, creo que te gustaran más que este.
Buenas reseña,
Besote
Me alegro de que te gustara! Era complicado que éste me gustara tanto como el primero, también tengo que reconocerlo. Ya iré contando por aquí lo que me parece el resto de la serie!
EliminarMuchas gracias por pasarte y comentar!
Hola!!
ResponderEliminarLo leí hace muuucho, ya casi ni lo recuerdo. Pero sí, estas historias son muy sencillas. Las disfruto pero de novedoso tienen poco. si me apuras, mi preferido es el de la pastelera... ahora no me acuerdo ni del título. Pero ese es el que recuerdo más de la serie...
Todo está escrito y quizás por eso la novedad nos gusta tanto.. y esto son historias bastante tópicas, pero si algo me gusta de esta autora es lo que me relaja leer sus novelas
Un besote y mil gracias por las risas que me has sacado con tus palabras ;)