Cuando Alessandra Lamont despierta en su casa y descubre que está en llamas, sabe que la amenaza del jefe de la mafia, Michael Trotta, se ha hecho realidad. Su exmarido, que acaba de ser asesinado, le debía un millón de dólares, y Trotta parece estar dispuesto a todo para recuperarlos. Pero en el último momento aparece Harry O'Dell, un agente del FBI que libra una guerra a muerte contra el crimen organizado, y le salva la vida. A partir de ese momento, Alessandra necesitará de su protección constante si quiere sobrevivir, pero pronto descubrirá que hay otros peligros con los que no había contado y que la acosan cada vez con más insistencia: la creciente atracción que siente por Harry, el miedo a sucumbir a una pasión que les arrastra a los dos a un mundo desconocido...
Continuemos para bingo leyendo libros de Reto Rita (el cual, para vergüenza y deshonor de sus creadoras, no vamos a ser capaces de terminar a tiempo). Hoy le toca a uno de ésos con sonido de saxofón de fondo, penumbras apenas iluminadas por la luz de la luna, héroes desaliñados y heroínas que huelen a Chanel incluso cuando se lavan con el gel de baño de un euro del Mercadona. Preparaos, queridas, para la reseña de un...
Alessandra Lamont ha sido una mujer trofeo durante siete años y ahora es una viuda trofeo, ya que los turbios negocios de su marido Griffin han terminado con él en una cuneta y con ella siendo hostigada por el malvado Michael Trotta, responsable de su nuevo estado civil. Cuando el FBI entra en juego, Alessandra se ve obligada a perder su identidad y a ser vigilada constantemente por Harry O'Dell, un agente que tiene la vida patas arriba y cuya su obsesión por Trotta llega a límites insospechados. Tener que proteger a Alessandra no es lo que más quiere en este momento pero cuando ejerces de guardaespaldas de una mujer que te vuelve la boa loca no puedes evitar protegerle todos los flancos del modo más cercano y concienzudo...
Ay de verdad, cómo me gustan los teleflíns, no lo puedo evitar. A falta de esa famosa entrada en el diccionario haggardiano explicando lo que es (¡a Dior pongo por testigo de que algún día la haré!) os comento que teleflín es el modo haggardiano de llamar al telefilm, la película de sobremesa del fin de semana, de dudosa calidad y más que cuestionable argumento. Los hay de muchos tipos pero aquí nos referimos a los que tienen un maromo uniformado (policía, detective, bombero-torero) y a una damisela en apuros que irremediablemente acaban ejercitándose de modo horizontal. Pues eso, que El guardaespaldas es un teleflín de tomo y lomo y yo me preparaba para zampármelo y disfrutarlo como cochinillo en charca de barro y, ay queridas, me he llevado un chasco.
Ya sé que hay cosas que son tan imprescindibles para esta clase de historias como para mí salir pintada como una puerta de casa, los personajes estereotipados, la trama de suspense evidente, la clara atracción sexual entre los protagonistas... Yo sé que me voy a encontrar esto y lo acojo entre mis pechos como a un maromo descarriado porque mi horterismo es feliz con estas cosas. Peeeeeeeeeeeeeero lo que no me gusta es que, con esos ingredientes, me acabes plantando delante un churro. ¡Pero si un teleflín ya es casi por definición un churro! Pues churro doble en este caso. Puede que me esperara uno de Pamela Clare, puede que me imaginara yo otra cosa, no sé queridas, el caso es que me parecía que este libro tenía un planteamiento teleflinesco estupendo pero ha tenido un desarrollo mñeísta y un eyaculafinal precoz.
Ay, soy tan exagerada como mi cardado, lo sé, pero es que me da rabia que este libro tenga una buena base y al final se pierda. El planteamiento es interesante, una mujer que está acostumbrada a tenerlo todo y a ser valorada únicamente por su aspecto físico que, de repente, se ve sola, es acosada por un mafioso y conoce a un policía de vuelta de todo cuya obsesión es el susodicho mafioso y que, si bien de cintura para arriba rechaza a esa mujer, de cintura para abajo piensa muy distinto. A esto hay que sumarle un par de tramas secundarias con diferentes ramificaciones amorosas que acaban influyendo en la trama principal y una tensión sexual entre los protagonistas que puedes cortar con cuchillo y tenedor. ¡Ole ahí el pisto de suspense y de folleteo! Quedaba desarrollarlo bien y ahí es donde me parece que Suzanne Brockmann pincha en hueso. Primero, la relación entre ellos avanza a trompicones. Lo de Alessandra y Harry es volcanismo sexual desde la primera mirada y te vuelan las enaguas en el primer trocotró que se echan (taaaaaaaaaaaan peliculero que me encanta) pero luego la cosa se estanca, un pasito p'alante, María, un pasito p'atrás y te quedas con cara de 😕. Además, me cuesta creer el enamoramiento, algo estupendo en una novela romántica, ¿verdad? Llega porque estamos leyendo una novela romántica y en algún momento alguno tiene que pensar "¡co*o, que me he enamorado!" pero no hay nada que indique que se ha llegado a ese punto. Bueno, sí, los pensamientos de ellos, los eteeeeeeeeeeeeernos pensamientos. En este libro deben tener la cabeza del tamaño del lago Michigan de todo lo que piensan.
Hablar y actuar ya les da más pereza y así pasa, que la trama de suspense acaba quedando en un segundo plano, la historia amorosa se estanca y cobran más interés los personajes secundarios (de los que he adorado a Shaun). La parte del compañero de Harry tuvo para mí un inicio 😑, un desarrollo 😲 y un final 😠 (y no me tiréis de la lengua que cambio 😠 por 😡) y la parte familiar de Harry ha sido tan superficial... Puede que con una mayor longitud se hubiera podido dedicar a todo el tiempo necesario. Tengo que ser justa y decir que el libro tampoco me ha parecido un petardo, no es que tenga nada especial pero tampoco se lee mal, va todo muy rapidito y, aunque es muy simple, estás enganchada leyendo. Me ha gustado ver la evolución de los personajes y sus relaciones, Harry y Alessandra parecían huecos y acabas descubriendo que no lo son (especialmente me ha gustado ella, que era poco menos que una muñeca y acaba siendo una mujer independiente y fuerte). Sin embargo, el tramo final estropea el libro porque se soluciona todo por arte de magia y, lo peor, sin verlo. La trama de suspense se resuelve sin que tú la vivas, ¡te enteras de todo a posteriori y porque los personajes lo cuentan! Es como si en esa parte de rodaje del teleflín se hubieran quedado sin dinero y el director dijera: "Ale, esto que lo cuente Rita". Sí, la Cantaora, que debía llevar un buen moco encima para que este libro se llevara uno de sus premios.
Y ya os digo que no es que sea un petardo de libro pero me ha parecido una historia menor, simplona y únicamente recomendable para cuando quieres algo rapidito y con pocas pretensiones. Estoy segura de que Suzanne Brockmann no se ha hecho un nombre dentro del suspense romántico escribiendo libros como éste y por eso estoy deseando ponerme con su serie Troubleshooters, que tampoco este libro ha sido tan malo como para que no quiera leer nada de ella. Eso sí, El guardaespaldas, para mí, es perfectamente prescindible.
Por eso le damos en nuestro Gandymetro...
Alessandra Lamont ha sido una mujer trofeo durante siete años y ahora es una viuda trofeo, ya que los turbios negocios de su marido Griffin han terminado con él en una cuneta y con ella siendo hostigada por el malvado Michael Trotta, responsable de su nuevo estado civil. Cuando el FBI entra en juego, Alessandra se ve obligada a perder su identidad y a ser vigilada constantemente por Harry O'Dell, un agente que tiene la vida patas arriba y cuya su obsesión por Trotta llega a límites insospechados. Tener que proteger a Alessandra no es lo que más quiere en este momento pero cuando ejerces de guardaespaldas de una mujer que te vuelve la boa loca no puedes evitar protegerle todos los flancos del modo más cercano y concienzudo...
Harry te va a proteger hasta los interiores repetidas veces |
Ay de verdad, cómo me gustan los teleflíns, no lo puedo evitar. A falta de esa famosa entrada en el diccionario haggardiano explicando lo que es (¡a Dior pongo por testigo de que algún día la haré!) os comento que teleflín es el modo haggardiano de llamar al telefilm, la película de sobremesa del fin de semana, de dudosa calidad y más que cuestionable argumento. Los hay de muchos tipos pero aquí nos referimos a los que tienen un maromo uniformado (policía, detective, bombero-torero) y a una damisela en apuros que irremediablemente acaban ejercitándose de modo horizontal. Pues eso, que El guardaespaldas es un teleflín de tomo y lomo y yo me preparaba para zampármelo y disfrutarlo como cochinillo en charca de barro y, ay queridas, me he llevado un chasco.
Kim leyendo este libro (y sí, Kim es la que recibe) |
Ya sé que hay cosas que son tan imprescindibles para esta clase de historias como para mí salir pintada como una puerta de casa, los personajes estereotipados, la trama de suspense evidente, la clara atracción sexual entre los protagonistas... Yo sé que me voy a encontrar esto y lo acojo entre mis pechos como a un maromo descarriado porque mi horterismo es feliz con estas cosas. Peeeeeeeeeeeeeero lo que no me gusta es que, con esos ingredientes, me acabes plantando delante un churro. ¡Pero si un teleflín ya es casi por definición un churro! Pues churro doble en este caso. Puede que me esperara uno de Pamela Clare, puede que me imaginara yo otra cosa, no sé queridas, el caso es que me parecía que este libro tenía un planteamiento teleflinesco estupendo pero ha tenido un desarrollo mñeísta y un eyaculafinal precoz.
Mi cara de satisfacción al terminar |
Ay, soy tan exagerada como mi cardado, lo sé, pero es que me da rabia que este libro tenga una buena base y al final se pierda. El planteamiento es interesante, una mujer que está acostumbrada a tenerlo todo y a ser valorada únicamente por su aspecto físico que, de repente, se ve sola, es acosada por un mafioso y conoce a un policía de vuelta de todo cuya obsesión es el susodicho mafioso y que, si bien de cintura para arriba rechaza a esa mujer, de cintura para abajo piensa muy distinto. A esto hay que sumarle un par de tramas secundarias con diferentes ramificaciones amorosas que acaban influyendo en la trama principal y una tensión sexual entre los protagonistas que puedes cortar con cuchillo y tenedor. ¡Ole ahí el pisto de suspense y de folleteo! Quedaba desarrollarlo bien y ahí es donde me parece que Suzanne Brockmann pincha en hueso. Primero, la relación entre ellos avanza a trompicones. Lo de Alessandra y Harry es volcanismo sexual desde la primera mirada y te vuelan las enaguas en el primer trocotró que se echan (taaaaaaaaaaaan peliculero que me encanta) pero luego la cosa se estanca, un pasito p'alante, María, un pasito p'atrás y te quedas con cara de 😕. Además, me cuesta creer el enamoramiento, algo estupendo en una novela romántica, ¿verdad? Llega porque estamos leyendo una novela romántica y en algún momento alguno tiene que pensar "¡co*o, que me he enamorado!" pero no hay nada que indique que se ha llegado a ese punto. Bueno, sí, los pensamientos de ellos, los eteeeeeeeeeeeeernos pensamientos. En este libro deben tener la cabeza del tamaño del lago Michigan de todo lo que piensan.
Harry en el transcurso del libro |
Hablar y actuar ya les da más pereza y así pasa, que la trama de suspense acaba quedando en un segundo plano, la historia amorosa se estanca y cobran más interés los personajes secundarios (de los que he adorado a Shaun). La parte del compañero de Harry tuvo para mí un inicio 😑, un desarrollo 😲 y un final 😠 (y no me tiréis de la lengua que cambio 😠 por 😡) y la parte familiar de Harry ha sido tan superficial... Puede que con una mayor longitud se hubiera podido dedicar a todo el tiempo necesario. Tengo que ser justa y decir que el libro tampoco me ha parecido un petardo, no es que tenga nada especial pero tampoco se lee mal, va todo muy rapidito y, aunque es muy simple, estás enganchada leyendo. Me ha gustado ver la evolución de los personajes y sus relaciones, Harry y Alessandra parecían huecos y acabas descubriendo que no lo son (especialmente me ha gustado ella, que era poco menos que una muñeca y acaba siendo una mujer independiente y fuerte). Sin embargo, el tramo final estropea el libro porque se soluciona todo por arte de magia y, lo peor, sin verlo. La trama de suspense se resuelve sin que tú la vivas, ¡te enteras de todo a posteriori y porque los personajes lo cuentan! Es como si en esa parte de rodaje del teleflín se hubieran quedado sin dinero y el director dijera: "Ale, esto que lo cuente Rita". Sí, la Cantaora, que debía llevar un buen moco encima para que este libro se llevara uno de sus premios.
Rita preparándose para entregar un galardón |
Y ya os digo que no es que sea un petardo de libro pero me ha parecido una historia menor, simplona y únicamente recomendable para cuando quieres algo rapidito y con pocas pretensiones. Estoy segura de que Suzanne Brockmann no se ha hecho un nombre dentro del suspense romántico escribiendo libros como éste y por eso estoy deseando ponerme con su serie Troubleshooters, que tampoco este libro ha sido tan malo como para que no quiera leer nada de ella. Eso sí, El guardaespaldas, para mí, es perfectamente prescindible.
Por eso le damos en nuestro Gandymetro...
¡¡¡Madre mía, es que es un teleflín de los malos!!! A mí me aburrió soberanamente desde el principio, no soy tan fan de este tipo de cosas como tú, Kim. Pero ya sabemos que tú eres la reina de los pistos de sobremesa. ¡La reseña es lo mejor! Besotes :)
ResponderEliminarEs que vaya teleflín más mal llevado, con las posibilidades que tenía... A ver si lo olvido pronto XDDDD
EliminarBesazos!
No me digas eso por dios que me vengo abajo, ya he dicho mil veces que terminaré el reto si o si, pero aquí los libros buenos hay que buscarlos jajajajaja. No se cuando me toca este, lo tengo que mirar, buen post
ResponderEliminarXDDDDD Mujer, hay mucha gente a la que le ha gustado! No te desanimes, a ver si acabas tú entre ellas XDD
EliminarGracias por pasarte!!!
Hola!!!
ResponderEliminarLo tengo leído y a mí me gustó bastante. Sí, lo admito, como no suelo leer muchas novelas de este tipo, soy presa fácil y si me pones una buena química y una trama con buen suspense me la termino creyendo y disfrutando . Siempre digo que cuanto más lees más tiquismiquis te vuelves y a mí, por ahora, de este subgénero me falta mucho por leer.
Sabes de mi mala memoria, pero recuerdo que pensé que tenía que leer más de esta autora.
Seguramente me pasó lo mismo con el final.
Me acabo de dar cuenta de que hice reseña y no la subí jajajajaja.
Un besote de los grandes!
XDDDDDDD Ay, me parto con que tuvieras la reseña y no la publicaras XD Si al final lo haces la leo!
EliminarPues ya ves, a mí, que me encantan este tipo de libros, no me convenció para nada pero me parece estupendo que a ti sí te gustara, así tal vez te vayas animando con más libros de este género o de la autora, que tiene series muy bien valoradas!
Muchas gracias por pasarte y comentar!
JAJAJA, me meo de la risa con el gif de rita.
ResponderEliminarEn este caso, no hemos coincidido, yo si disfruté del libro. Pero eso es lo maravilloso de todo esto. Lo mismo me fume un trocolo muy grande mientra lo leía, quien sabe. XDDD.
Me lo he pasado genial leyendo tu reseña, cómo tú has visto una cosa y yo otra completamente diferente.
Un besote.
Leyendo este reto creo que todas en un momento u otro nos imaginamos a Rita así XD
EliminarMe alegro de que te haya gustado la reseña a pesar de las diferentes opiniones sobre el libro. Es una de las cosas que más estoy disfrutando de poder compartir lecturas, cómo partiendo de la misma base podemos desarrollar opiniones tan distintas. Viva la diversidad! XD
Muchas gracias por pasarte y comentar!
Anda, me acabo de dar cuenta de que yo tampoco publiqué mi reseña. Como están las cabezas, madre mía. A mi si me gustó. Es verdad que no había grandes sorpresas y si muchos tópicos de película pero recuerdo que la disfruté.
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