Tras su fallido compromiso, Josh regresa a Green Bay con la única intención de disipar los rumores que corren en torno a él y la familia Andersen, no obstante, su encuentro con la señorita Myers, provocará que se cuestione sus motivos para contraer nupcias, así como la búsqueda de una esposa que cumpla las expectativas concebidas para tal fin; un matrimonio de conveniencia.Susan no esperaba que Jenkins regresara durante el periodo estival, pero no está dispuesta a permitir que su presencia arruine su estancia en Green Bay, a pesar de que, por capricho del destino, sus caminos se crucen una y otra vez... ¿O tal vez no sea obra del destino?
Cuando leí Valle de sueños, ya comenté que Josh y Susan se llevaron mi atención y que deseaba que Beatriz Manrique les escribiera una historia donde se echaran unas partidillas de ajedrez y un teto. ¡Pues resulta que nos la ha dado! Y, lo que es más importante para mí, ¡no ha sido un chasco!
Celebrando mi éxito |
[Antes de seguir, creo necesario comentar que conozco a la escritora, Beatriz Manrique, de estos mundos internautas y que interactúo bastante con ella pero que no soy ni lectora alfabetagamma suya ni me ha proporcionado el libro a cambio de una reseña honesta -que madre mía la trampa que esconde eso- ni somos amigas y residentes en Alicante. Me podría haber proporcionado un Josh pero una mierda pa mí, que no existe].
Sigo. Las expectativas son horribles y las que deposité en esta historia eran bastante altas, así que poder leer Mi sueño, tú con gusto y vicio para acabar con una sonrisa en la boca ha sido todo un triunfo para mí (no os voy a repetir el año que estoy pasando porque me canso hasta yo). De la relación entre Josh Jenkins y Susan Myers solo recordaba que eran muy buenos amigos de sus amigos, que se echaban tremendas partidas de ajedrez y que tenían toda la pinta de convertirse en buenos enemigos de trincarse vivos, así que mi sorpresa fue enorme cuando empiezo esta historia con Josh comprometido con otra.
Menos mal que a Josh lo plantan.
Celebrando la desgracia ajena porque soy así de perra |
Mejor para nosotras, que así tenemos a Josh un poco descolocado cuando se reencuentra con Susan. Cada uno ha seguido su vida pero el otro no ha dejado de ser una presencia moscacojonera en el fondo de su memoria y de sus bajos, ya que aquí todas sabemos que esas partidas de ajedrez que jugaban eran tan tensas porque no se podían arrancar la ropa a mordiscos. Josh, todo un self made machote, anda ahora cual Anthony Bridgerton catódico buscando una esposa que cumpla todos los requisitos que una buena esposa debe tener y entre los que no se incluye el amor, claro, que a nosotras nos gustan con el corazón frío y los bajos calientes. Con esas exigencias es normal que la chica con la que ya lo tenía casi hecho le haya dado calabazas, ya que se le cruzó un maromo que le mariposeaba corazón y xirri más que Josh. Nuestro protagonista, teniendo en cuenta que creció más solo que la una en la dureza de Five Points, no entiende qué es eso de amar pero sí entiende que Susan le vuelve loco de cabeza a palote, aunque la ve inalcanzable. Susan está mucho menos experimentada en la vida pero de tonta no tiene ni un pelo y nota que Josh le pone perraca pero, a la vez, de mala leche, algo que por estos lares ha sido muy celebrado ya que, como sabéis, no me puedo resistir a unos enemigos que se trincan vivos y los momentos de animadversión entre Susan y Josh son de lo mejorcito del libro, ya que se quitan la careta que la sociedad impone y no dejan de lanzarse pullas por no poderse lanzar las bragas.
Beatriz Manrique despacha con rapidez (a veces con demasiada) los conflictos externos a la pareja para centrarse en los de Josh, al que esas inseguridades que tapa con sorna y esos sentimientos que Susan le provoca tienen medio libro actuando como pollo sin cabeza, pensando friamente en hacer una cosa y haciendo finalmente la contraria. El libro es él y Susan, con su amor y paciencia, acaban siendo el catalizador que llevan a Josh hacia la luz cual Caroline poltergeísta. Ha sido bonito leer ese paso de enemistad a amor y encontrarte con una protagonista inteligente que, en cuanto le pilla la cola el truco a Josh, tiene la inteligencia suficiente como para saber quererle y respetar sus tiempos sin perderse ella por el camino. Y es que Josh es uno de esos maromos que necesitan tiempo para sacar la cabeza del *ulo y no dejar pasar al amor de su vida, ya que tiene un pasado tan malo (que la escritora tiene a bien compartir con nosotras cada dos por tres para que suframos 😒) que le ha hecho insensible de cintura para arriba. De cintura para abajo ya suponéis que no, porque Josh es de palote alegre y, aunque aquí no le da mucho uso hasta el final, os aseguro que merece la pena verle en acción, grrrrrrrrrrr. Y, oye, que aplausos para Beatriz por hacer unos guarrerismos hot que no dan vergüenza ajena y te dejan con ganas de que no termine la cosa.
Y Josh tiene cosa para rato |
¿No tiene pega alguna este libro? Sí, la tiene y la comento porque, si bien no ha afectado a mi valoración global de la historia, podría haberlo hecho, ya que es la típica cosa que a mí me salta a la vista y no puedo dejar de ver. Chica, a algún libro le faltan las comas que le sobran a este. No sé si es que soy yo, que no estoy acostumbrada a leer en español y me sobran comas (y puntos supensivos) por todos lados, o es que al libro le falta una vueltecilla correctora pero yo leía y veía comas comas comas por todos lados, más de las que a mi me ha recetado el doctor. También reconozco que, por primera vez y sin que sirva de precedente, la doña tijera que habita en mí ha notado que hay demasiada elipsis y que, aunque esos saltos han hecho que el libro fuera muy ágil, tampoco me hubiera disgustado que determinadas cosas las disfrutara en su momento y no porque se contaran después. Sin embargo, mi doña tijera interna se habría dado una vuelta por determinadas secuencias donde el exceso de documentación desviaba mi atención. Me encanta la época en la que la historia transcurre y creo que la novela está muy bien ambientada, no en vano uno de los puntos fuertes de esta escritora es lo bien que se documenta, pero a veces comparte en la historia demasiada información que a mí no me aportaba nada. Pero bueno, no hay nada perfecto en esta vida salvo mi colección de joyas y maromos y estas cuestiones no me han impedido disfrutar de esta historia a la que tantas ganas tenía. Además, reconozco que conecto especialmente con las historias que esta escritora escribe y, cuando una disfruta, tiene la manga más ancha que la M30.
Mi sueño, tú me ha parecido una novela bonita y emotiva, con puntos divertidos y frescos, y escrita de un modo bastante ágil que muchas veces me costaba dejar de leer. He adorado a sus protagonistas y me han dejado con un gran sabor de boca, así que le damos nuestro Gandymetro...