Roderica Delamore posee el don de leer las mentes de todos los hombres, menos la del "conde diabólico", el único que le interesa. Inglaterra, 1797. Roderica Delamore, Roddy, posee el don mágico que heredan las mujeres de su familia: la habilidad de leer la mente de quienes las rodean. Es así como Roddy supo que su querido Geoffrey jamás la amaría. Tras este desengaño, Roddy renunció a su sueño de casarse y de formar una familia, y decidió dedicarse a su otra pasión: los caballos. Sin embargo, durante una carrera conoce a Faelan Savigar, el Conde Diabólico, un notorio calavera con sangre irlandesa cuyas conquistas continuas y ruina económica están en boca de todos. Sorprendentemente, el don de Roddy no funciona con Savigar. ¿Qué tiene de diferente este caballero?
Entrar en un libro de Laura Kinsale es casi como hacerlo en uno de la Lindsey, salvando las distancias. Y es que Laurita lo mismo nos hace arder las enaguas que nos cabrea como una mona. El caso es que no deja indiferente, porque sus temas no suelen ser los habituales en las novelas románticas de época: virginales damas en apuros salvadas por libertinos que se redimen. Los cabreos, por tanto, no vienen porque sea todo sota, caballo y rey y nos aburra por repetitivo y manido, sino porque a veces tiene sus escarceos con los canutos y no acierta con sus acostumbradas rarezas. Que el mundo ninja o un personaje incapaz de comunicarse están muy bien llevados en Sombra y Estrella o Flores en la tormenta respectivamente, mientras que la secta peligrosa y las ansias de venganza son para salir corriendo en El señor de la medianoche.
Hoy os traigo, queridas lectoras, otro de esos rarunismos de la Kinsale. En este caso ya la hierba era de calidad y dio un paso más allá: tema paranormal epoquero. Una señorita que lee la mente de todo el mundo y es capaz de sentir lo que los animales irracionales.
Pero, claro, habrá un macizorro a cuya mente no podrá acceder, un hombre con una reputación malísima, título nobiliario y al borde de la ruina. A pesar de eso, Roddy, la protagonista, lo verá como una salvación, porque al fin podrá estar con alguien cuyos pensamientos no se le metan en la cabeza (y sí en el xixi) y descansar de tanto ruido de fondo. Por conveniencia mutua, llegan al acuerdo de casarse y Dios dirá. Mas, ¿qué pasará, qué misterio habrá, para que sea imposible leerle la mente al llamado Conde Diabólico?
La verdad es que a la altura de más o menos un cuarto del libro ya tenemos mucho pescado vendido: casados, trocotró maravillosamente narrado y todo. Y yo pensando que qué se iba a sacar nuestra Laurita de la manga...
Y quien dice de la manga, dice de otro sitio |
Pues celos por parte de ambos, ambigüedades, polvetes de esos que ella sabe describir (porque eso hay que reconocérselo) y una trama que no voy a revelar, pero que a mitad de libro está más embrollada que antes y ya no sabe una qué pensar sobre qué o quién es Faelan.
Digamos que la Kinsale, mientas fumaba, cogió la coctelera y metió en ella los siguientes ingredientes: la citada capacidad de la protagonista para leer mentes ajenas, el pasado incierto de Faelan, las represión inglesa en Irlanda, el mundo fae, la revolución agrícola del XVIII, los círculos de piedras donde se pierde la noción del tiempo...
Un revoltillo que hace que unas veces estemos en mitad de un conflicto político, otras plantando patatas y algunas en el reino de las hadas (sin macizos a lo KMM por allí, por cierto).
Ésta fue la tercera novela escrita por Laura y sigue con ese gusto tan suyo de personajes masculinos atormentados, pero menudo rollo patatero (nunca mejor dicho) termina siendo todo, con ese capítulo final de porro supremo que ni aclara ni deja de aclarar. Sintiéndolo mucho, y reconociendo a la autora que se aparte del consabido tema de niña rica que se lía con calavera y lo redime (esto, que yo sepa, no es lo típico en ella, repito), aquí no borda lo que parecía prometedor. Mucho enredo, capítulos que no sabes hacia dónde van, idas y venidas... En fin: una mansión con buenos muebles pero mucho desorden. Y un cerdo pululando por allí.
Por todo esto, recibe en nuestro Gandymetro...
La Kinsale sufriendo los efectos de su combinado y el porrete de turno |
Un revoltillo que hace que unas veces estemos en mitad de un conflicto político, otras plantando patatas y algunas en el reino de las hadas (sin macizos a lo KMM por allí, por cierto).
¡Drustan a mí! |
Ésta fue la tercera novela escrita por Laura y sigue con ese gusto tan suyo de personajes masculinos atormentados, pero menudo rollo patatero (nunca mejor dicho) termina siendo todo, con ese capítulo final de porro supremo que ni aclara ni deja de aclarar. Sintiéndolo mucho, y reconociendo a la autora que se aparte del consabido tema de niña rica que se lía con calavera y lo redime (esto, que yo sepa, no es lo típico en ella, repito), aquí no borda lo que parecía prometedor. Mucho enredo, capítulos que no sabes hacia dónde van, idas y venidas... En fin: una mansión con buenos muebles pero mucho desorden. Y un cerdo pululando por allí.
Por todo esto, recibe en nuestro Gandymetro...
Faelan, estás hecho un lío y así no |
Fae!??!?! Pero bueno, que proteste KMM! Jodó, tía, qué chasco!!! Con lo que es Laurita y que salga con éstas! A ver si es que leímos sus mejores libros los primeros y ahora sólo nos queda lo mierder XDDDDD
ResponderEliminarPues qué pena porque sé que coges a la Kinsale esperando calidad y ya te has comido varios porros suyos que telita (aunque sé que te sacrificas por nosotras, porque éste no lo toco ni con un palo, jeje). A ver si lo vuelves a intentar con más éxito!
La reseña, buenísima, como siempre.
Besotes!!
Eso me temo, Kim, que leímos los buenos y nos quedan los porrismos XDDD
EliminarUffff, los ingredientes de la coctelera no me gustan un pijo así que paaasando olímpicamente de este libro XDDD
ResponderEliminarBesinos ;-***
Cóctel molotov es esto XDDDD Gracias por pasar :)
EliminarMadre mía voy a tener yo que hablar con esta mujer haber si me pasa un petardo de los que se fuma de vez en cuando,jajajaj menuda trama tiene este libro,yo lo flipo
ResponderEliminar...me meo con la imagen del iker ahí muy apropiado, besos
Podría haber sido algo original, pero se lía de mala manera. El Íker tenía que aparecer XDD ¡Gracias por comentar!
EliminarTengo una teoría de que la habitación de escribir de la Kinsale está auspiciada por algún cartel Colombiano. Porque la porrera de ella es ya de las inolvidables. XD XD XD
ResponderEliminarPues como ya he dicho en anterior ocasión cuando el libro te hizo mal: Que bueno que no haya sido yo.
Besos y gracias por la reseña.
Pues yo creo que sí, que por ahí anda algún lío de trapicheos con marihuana, porque menudas ideas. Originales, pero no siempre acertadas. Un besote :)
EliminarHola,
ResponderEliminarMe encantan vuestros comentarios, ya lo sabéis.
A mí esta novela me gustó mucho, no sé, me hizo reir y eso es difícil... y la complejidad de la trama me sorprendió, cosa mala jajaja
el que no aguanto de ella es Luna de agosto... en ese sí que pinchó.
Un besote
A Laura Kinsale le aplaudo sus ideas. Como digo en la reseña, no son nadismos enagüiles al uso, pero a veces me resulta fallida. Aquí es eso que comento, una mansión con buenos muebles pero desordenada.
EliminarVeo que hay distintas opiniones de "Luna de Agosto", ya os contaré si la leo... ¡Besotes!
Este diría que no lo he leído, pero es que la Kinsale es así.. un poco meh
ResponderEliminarde momento no creo que corra a por el libro x)
un beesito
Yo no correría, no XDDD Gracias por pasar :D
EliminarAnda, pues a mi Luna de Agosto sí me divirtió! Con el que no he podido con "El Señor de la medianoche!. Un profundo aburrimiento se abatió sobre mi y no lo pude terminar.
ResponderEliminarNo he leído "Luna de Agosto", supongo que la leeré. La de "El señor de la medianoche" ya la leí y menudo WTFail se marcó la autora. Insoportable protagonista femenina. Tomo nota de la otra, a ver si recupero la fe en Laura Kinsale. ¡Gracias por dejar tu comentario!
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