martes, 22 de febrero de 2022

The Spark, Vi Keeland

[Libro no publicado en español]
Antes de conocer a Donovan Decker, ya conocía su número de calzado. Verás, me había ido de viaje unos días y, con las prisas por salir del aeropuerto, cogí el equipaje equivocado. Tras mirar sus caros zapatos y su ropa hecha a medida, llamé al número de la etiqueta de la maleta esperando que el Señor Gran Derrochador tuviera mi equipaje. Respondió una voz profunda y aterciopelada que, afortunadamente, sí tenía mi maleta. 
Donovan y yo quedamos en una cafetería para hacer el intercambio y resulta que la voz no era lo único sexi que tenía. El hombre que tenía mi equipaje era absolutamente fabuloso y la chispa entre nosotros surgió inmediatamente. Me hizo admitir que había cotilleado su maleta y me convenció para que le invitara a un café como compensación. El café nos llevó a la cena, la cena al postre y el postre a pasar el fin de semana juntos. Donovan no era solo guapo y con una voz bajabragas. También era divertido, inteligente y sorprendentemente realista para ser un hombre que llevaba zapatos de setecientos dólares. ¿He mencionado que me hizo la colada mientras dormía? Demasiado bueno para ser verdad. ¿Cómo le pagué por su amabilidad? Esperando hasta que estuviera en la ducha y desapareciendo. Mi vida era muy complicada para un tipo tan fantástico. 
En los meses posteriores pensé en Donovan a menudo. Pero en Nueva York vivían ocho millones de personas, ¿qué probabilidad tenía de encontrarme con él? ¿Y qué probabilidades tenía de encontrármelo un año después... justo cuando había empezado a salir con su jefe?
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No es que sea yo muy religiosa pero me veo en la obligación de pedir a Dior que bendiga a nuestra hermana Vi Keeland por las portadas maromiales que nos regala, ¡ay omá! Dicho esto, me meto en faena reseñil para deciros que, aunque hayan pasado varios meses, esta lectura fue otra más del atracón de libros de esta escritora que me pegué para su mes del Reto Rita 5. Ya habéis podido comprobar que no es una autora que me vuelva loca, pero sus libros son un poco "droja" cuando necesito desconectar el cerebro y ese mes lo desconecté todo lo que pude y un poco más (no todo lo que leí está reseñado aquí pero en Goodreads, sí). En fin, que no pensaba reseñar The Spark por aquí porque no voy a repetir constantemente lo mismo, que hasta yo me acabo cansando. Pero hete aquí, querida lectora, que este libro no es más de lo mismo, este libro es distinto.

Jamás pensé que llegaría a ver este día

Bueno, no lancemos las campanas al vuelo, que luego nos caen en la cabeza. Tú empiezas a leer The Spark y ves rápidamente que es un libro de Vi Keeland. Nuestra protagonista, Autumn Wilde, confunde su equipaje en el aeropuerto con otro y, cuando lo abre en casa, en lugar de encontrar sus bragas y los vibradores varios que se llevó a Las Vegas para la despedida de soltera de una amiga, encuentra una ropa masculina (güena, güena, nada del Primark) y unos zapatos de calidad superior. Afortunadamente para ella, también encuentra un número de teléfono, tras el que se esconde la profunda voz maromial del mozo que tiene su equipaje, Donovan Decker. Cuando queda con él para intercambiarse las maletas, se le caen las bragas al nivel del metro al ver que esa voz va acompañada de una presencia que nubla los sentidos y abre las piernas. ¡Y además es un tío majísimo! Como tú comprenderas, se lo tuvo que trincar.

¡Claro, claro! Esto... NO

Bueno, vale, no se lo trincó en el sentido metesaquil del término pero, chica, si a mí me comen el potorro no puedo decir que no he tenido sexo y Autumn, tú sabes que Donovan bajó al pilón repetidas veces (Vi Keeland, no solo del acto penetrativo viven las relaciones sexuales, que lo sepas). En fin, que pasaron un fin de semana maravilloso pero Autumn se largó para no volver jamás y Donovan se quedó perplejo y enamoriscado por completo. ¡Quién le iba a decir que se iba a reencontrar con Autumn vía laboral y que ella iba a ser la novia de su jefe! Ese jefe del cual depende que le hagan socio del bufete de abogados...

Esto huele a pisto y I like it, mama

Los planteamientos de la Keeland me suelen encantar, pero una ya tiene el culo pelado (sobre todo después de leer tantos libros suyos seguidos) y me esperaba lo de siempre, un primer tercio de folleteo sin fin, relación establecida y el resto del libro de mierdeo de la relación y drama. PERO NO. Y por eso es por lo que he decidido reseñar The Spark aquí, porque, sin dejar de tener los elementos básicos de un libro de Vi Keeland, sí es todo distinto a lo que previamente he leído de ella. Primero de todo, que no hay guarrerismos hasta el último tercio de la novela. Y no me refiero a metesaquismos, me refiero a cualquier clase de guarrerismo. Es cierto que ya tuvieron su contacto con tacto al principio de la novela (que tú no lo lees, ojo), así que no puedo decir que sea un slow burn porque es volver a verse y despertarse los fuegos bajeriles. Pero, aunque Donovan deja siempre claro lo que siente por Autumn, en ningún momento presiona o pide más de lo que ella le da. Él está ahí para ella de modo incondicional y es Autumn la que tiene en su mano hacer o dejar de hacer. Por supuestísimo, cuando Autumn por fin cede (porque, muchacha, es imposible no hacerlo ante Donovan) eso es 🔥, pero es un libro en el que no hay demasiado sexo ni es chorreantemente guarro (al menos, para las costumbres de esta escritora). Y todo siempre con mucho sentimiento, porque Donovan está que pierde el sentido por esa muchacha. Es que Donovan es muy adorafollable, ¿eh? Maravilloso por completo. Es un maromo Keeland de esos que sabe que vale mucho y lo sabe (además de estar buenorrísimo, claro), pero carece de ese gilipollismo que tienen muchos de los protagonistas que esta mujer crea, lo que le hace más fabuloso aún.

Kim, cada vez que Donovan aparece

El drama (porque no puede ser un libro de Vi Keeland si no lo hay) se va mostrando poco a poco a través de Autumn y de sus flashbacks, que en esta ocasión son muy pocos. En la parte final se hace más presente y creo que ahí la escritora la caga un poco, ya que es un tema muy importante que, cuando da la cara, se despacha muy rápido. Y ese es uno de los grandes peros del libro, que se van liando ciertas tramas cuya resolución es muy rápida y, algunas, directamente te las cuentan en el epílogo. Mi otro pero es que le falta nervio. No me voy a quejar yo de que haya mucha relación amorosa porque eso es lo que más disfruto pero también reconozco que este libro ha quedado muy cuqui pero algo flojo porque apenas hay conflicto. Vi Keeland crea personajes y tramas que pueden dar vida a la historia pero o los solventa de un modo algo anticlimático o los hace desaparecer hasta que alguien cuenta cómo han acabado, y eso te deja un poco de bajuna porque es todo como plano. Pero en cualquier caso el libro se lee de modo cómodo y rápido, es cuqui, tiene su parte sexi y un maromo de agarrar y no soltar, así que se lleva en nuestro Gandymetro...

3'5. Abogado, llévame a juicio... y a la cama


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martes, 15 de febrero de 2022

Una luna sin miel, Christina Lauren


Olive siempre tiene mala suerte: en su trabajo, en el amor, en... Bueno, en todo. Por otro lado, su hermana gemela Ami es probablemente la persona más afortunada del mundo. Conoció a su prometido de un modo que parece sacado de una comedia romántica y se las ha arreglado para costear su boda ganando varios concursos de internet. Lo peor de todo es que ha obligado a Olive a pasar el día junto a su archienemigo Ethan, que será el padrino del enlace.
Olive se prepara para soportar veinticuatro horas de boda infernal antes de volver a su cómoda y desafortunada vida. Pero cuando todos en el banquete sufren una intoxicación alimentaria por comer marisco en mal estado, los únicos no afectados son Olive y Ethan. Y hay una luna de miel en Hawaii con todo incluído que hay que disfrutar...
Apartando momentáneamente su odio mutuo por el beneficio de unas vacaciones gratis, Olive y Ethan se van al paraíso dispuestos a evitarse a toda costa. Pero cuando Olive se encuentra con su futuro jefe, la pequeña mentira que le cuenta corre el riesgo de convertirse en una enorme. Ethan y ella ahora tienen que fingir ser unos enamorados recién casados y la suerte de Olive parece peor que nunca. Pero lo extraño es que no le importa fingir. De hecho, se siente algo... afortunada.
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Cada nuevo año lo empezamos con ganas de cambio, de que vaya todo mejor y de que nos crezcan las piernas y la lotería nos saque de pobres. Pero este año bien prontito, el 5 de enero de 2022, conocimos al que para muchos iba a ser el representante del año que vamos a vivir:

El oso perjudicado somos muchas

¿Por qué os cuento esto en una reseña? Bueno, porque esta es la primera reseña que escribo en 2022 del primer libro que leo (no relectura) en 2022 y es necesario que sepáis que mi inicio de año me ha salido tan contrahecho como el osito gaditano, lo que, sin duda alguna, ha afectado a esta lectura y a mi opinión. Y me da una pena tremenda porque los dos libros previos que había leído de estas autoras (Autoboyography y Josh and Hazel's Guide to Not Dating) me resultaron una delicia croquetil, pero con The Unhoneymooners, por mucho que lo he intentado, no he terminado de conectar, a pesar de ser un enemigos que se trincan vivos, uno de mis clichés favoritos. Resulta que Olive Torres es una chica con poca suerte en la vida, una familia ruidosa y unida, un archienemigo llamado Ethan Thomas y una hermana gemela, Ami, que podría protagonizar un capítulo de los Supertacaños. Siendo una tía rata que intenta sacar todo gratis, Ami ha conseguido casi a precio de risa organizar su boda con su novio Dane y su luna de miel en Maui. ¿Qué pasa? Pues que llámalo karma, llámalo romance reasons, en su boda, a excepción de dos personas, se pone malo todo Penry, así que los novios se tienen que despedir de la fabulosa luna de miel. Pero como no quiere que se eche a perder el viaje, Ami le propone a las dos únicas personas que no han enfermado que finjan ser los recién casados y disfruten ellos del viaje. Y, como la ávida lectora ya podrá suponer, esas dos personas son Olive y el hermano de su recién estrenado cuñado, Ethan.

Las ansias lectoras de Kim ante este planteamiento

Y allá que se van, claro, que unas vacaciones gratis no se rechazan ni aunque las tengas que pasar vestida de astronauta o con tu archienemigo. Lo que pasa es que Olive no odiaba precisamente a Ethan, más bien lo contrario, fue conocerle y piticlinearle los bajos, ya que no solo está buenísimo (obviamente) sino que parecía majo. Pero pronto vio que la miraba con desagrado, probablemente porque no es un insecto palo y le gusta darle a la panceta si le apetece, así que desde entonces su desprecio hacia el maromo se impuso a sus ganas de pegarle un meneo. Sin embargo, ahora no les queda más remedio que intentar llevarse bien, porque es mucho más facil hacerse pasar por recién casados si te miras amorosamente que si te tiras los jarrones a la cabeza, ¿verdad?

Puestos a tirarse, que se tiren a la cama

Si sois habituales por aquí, ya sabréis que a mí (Kim, la rubia, ¡holi!) me encantan los enemies to lovers y las fake relationships (los que tienen que hacerse pasar por pareja, vamos), así que podréis imaginar lo que me llamaba este planteamiento. Pero, por mucho que quise disfrutar, me fue imposible, un quiero y no puedo total. La narración en primera persona exclusivamente de Olive me resultó en muchos momentos abrumadora y algo pesada, no es un personaje que me haya gustado especialmente y no he disfrutado de estar tanto tiempo en su cabeza. Te dicen que es una chica con mala suerte pero, salvo un par de cosas (bastante cómicas, eso sí) acaba pareciendo más bien una persona amargada, a veces incluso por sus propias decisiones (al final se supone que se ve una evolución clarísima en ella pero yo debo ver menos que un gato de escayola porque no la vi). Pero soy tan simplona que esto me lo habría compensado un maromazo... que aquí no existe.

Mi horror personal

Ethan es lo que esperamos en este tipo de planteamientos, alguien que mira revirado, que frunce ceño y que mira a Olive como si tuviera un apretoncillo, signos claros en romántica de que estás enamoriscado. Hasta ahí, estupendo. Además, cuando es majo, es un amor. Miel sobre hojuelas. Pero, teniendo en cuenta que no conocemos su punto de vista, me han faltado gestos, pistas, etc. de sus sentimientos hacia Olive. A veces incluso me ha parecido un poco petardo. Además, debido a la mala posición en la que está (que también es mala para Olive), mete la pata y no hay ahí suficiente groveling como para compensar. Supongo que todo esto se habría solucionado si Christina Lauren le hubiera dado más tiempo a Ethan y Olive para tener mariposillas en los bajos y desarrollarse como pareja, pero no, sus momentos juntos no me han parecido muchos, ya que siempre había interferencias de otros personajes, parecía eso un guion de Enredo. Lo peor de todo es que ambos parecen satélites de Ami y Dane, los hermanos casados que les ceden el viaje. De estos acaba dependiendo la relación de nuestros protagonistas y, chica, a mí eso me parece una 💩 pinchada en un palo. Yo creo que ni las autoras conectaron especialmente con sus propias creaciones, ya que no terminan de dar salida a la tensión sexual que crean y no encontramos narrada ninguna secuencia sexual.

Mátame, camión

The Unhoneymooners me ha parecido un batiburrillo de buenas intenciones y mala realización. No tiene unos protagonistas encantadores, su relación no tiene la importancia que debe tener y hay demasiados personajes que interfieren, con lo que me he sentido perdida en la lectura, constantemente buscando una chispa de algo que me hicera emocionarme sin encontrarlo. Tiene momentos graciosos y algunos cuquis pero no compensan la cosa loca que es el resto, así que me he llevado un pequeño chasco.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Ethan, eres palote pero también tonto del bote


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martes, 8 de febrero de 2022

Egomaniac, Vi Keeland


Emerie llega a Nueva York para comenzar su nuevo trabajo como terapeuta familiar. Ha alquilado para su consulta una gran oficina compartida en una ubicación fantástica y asequible, dos cosas difíciles de encontrar cuando se vive en Nueva York. Hasta que se percata que ha sido estafada y le han robado 10.000 dólares. Drew, el dueño de la oficina, se apiada de ella y acepta que se quede si a cambio le ayuda también a él trabajando como su recepcionista. La oficina puede ser grande, pero no lo suficiente como para contener la tensión sexual que hay entre los dos.
Mientras Emerie y Drew luchan por controlar sus impulsos, Drew por su parte tiene sus propios problemas, lidiando con la posibilidad de que su hijo pequeño, que tuvo con su ex, no sea suyo.


Le dice Kathy Selden a Don Lockwood en Cantando bajo la lluvia que no ve sus películas porque, cuando has visto una, ya las has visto todas, y me veo en la obligación de aplicar esa frase de una de mis películas favoritas a los libros de Vi Keeland, ya que, efectivamente, si te has leído uno, te los has leído todos.

Vive en la obra de Vi Keeland

Como os comenté en mi reseña del #RitaVi, las novelas de esta escritora me parecen el día de la marmota literario, todas son iguales: maromazo muy palotista y de dirty talking, chica que se ve arrollada (y fornicada) por él, acontecimiento del pasado que traumatiza al maromo (puede haber bonus de trauma femenino, pero no es imprescindible), muchas ganas de trincarse vivos a las primeras de cambio y momentos en los que la fuerza de su amor será puesta a prueba. Cada historia tiene sus variaciones, claro, pero pocas veces se saltan esos puntos. Egomaniac también entra en ese saco de gemelierismo literario. Tenemos a un maromazo palote, en ese caso el abogado Drew Jagger, que llega a su oficina en Nochevieja y se la encuentra ocupada por una bella moza, Emerie Rose, a la que le han hecho el timo del tocomocho y le han alquilado la oficina de Drew estando este de vacaciones. Destapada la estafa y aclarado el malentendido, Emerie se encuentra sin dinero, sin oficina y literalmente con el culo al aire, así que Drew y su ya despierta 🐍 se apiadan de ella y deciden compartir espacio de trabajo con ella. Pero sin intenciones ocultas, eh...

Aquí se va con la verdad por delante

Más sencillo todo no puede ser. Alternando los puntos de vista de ambos, vemos cómo intentan no dejarse llevar por su más que evidente atracción y se van conociendo poco a poco, primero como compañeros de oficina y luego como amantes, porque una cosa es que intenten no sacarse brillo con la lengua y otra que lo consigan. Algo de lo que más me ha gustado de este libro y que, sin salirse de su esquema establecido, le hace destacar es que no se chingonean los bajos a las primeras de cambio. A ver, alguna cosita hot hay porque no estamos en Sonrisas y lágrimas pero es lo justo como para que se vayan acrecentando las ganas de que haya tema. A mí eso me gusta, ya sabéis que me he quejado en varias reseñas de la Keeland de que la parte de conquista se solventaba rápido y luego te quedaba mucho libro para mierdear a la pareja, y me alegra que eso no ocurra aquí, todo surge de modo más o menos natural y el libro resulta muy equilibrado, me ha parecido más completo que otros. Por supuesto que no nos libramos de poner a prueba a la pareja, pero Vi nos ha ido preparando con los capítulos del pasado de Drew y esta vez nos evita el teleflín supremo de Stuck-Up Suit.

Bueno, un poquito de culebrón nunca mató a nadie

Egomaniac me ha resultado bastante entretenido, con un maromo más adorafollable que gilipollas y una chica maja que palidece a su lado. En estos libros siempre me parece que el maromo es la estrella y Drew no es la excepción, es el motor de la historia. Vi nos lo retrata de un modo inteligente y le da un trabajo fiel reflejo de sus experiencias y esperanzas. Drew es un abogado que se dedica exclusivamente a divorcios y siempre del lado del hombre, lo que le permite liberar frustraciones personales. Me ha parecido divertido y acertado que él se dedique a separar matrimonios mientras que Emerie intenta que arreglarlos, ya que es psicóloga especialista en terapia de pareja, pero Vi Keeland no aprovecha esta circunstancia para hacer gracias o crear conflictos, una pena. Pero vamos, que el libro me ha gustado, es divertido, equilibrado, muy hot en sus guarrerismos... Todo lo que me gusta de Vi Keeland bien puesto. ¿El problema? Pues que yo estos libros me los leo como churros pero me acaban dejando tal y como estaba.

Con lo bien que íbamos

Esto ya es una cosa puramente personal, hay cosas que te las sabes de memoria y te siguen encantando, y otras que bueno, vale, bien y ya. A mí me pasa esto último con los libros de esta escritora. Me encantan sus maromos, me encantan las guarreridas guarras dichas y practicadas, pero la fórmula es muy repetitiva y no me gusta tanto como para pasar de agradable. Tal vez si este hubiera sido el primer libro que hubiera leído de Vi Keeland, la novedad me habría hecho disfrutar más, pero ya llevo unos cuantos y era todo tan predecible que no me ha tenido del todo involucrada. La parte final, algo plana y sosa, desaprovechando oportunidades para darle un poco de vidilla, tampoco me ha ayudado a cambiar de opinión. En cualquier caso, es un libro que me he merendado y de los que más me ha hecho disfrutar de todos los de Vi Keeland que he leído, porque sus libros me dejan sacar a paseo el mono con platillos y nunca fallan a la hora de hacerme desconectar.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

3'5. A este abogado le alegro yo lo colgado


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martes, 1 de febrero de 2022

El pícaro de la Quinta Avenida (Uptown Girls 1), Joanna Shupe


Al servicio de los ricos y poderosos de la alta sociedad de Nueva York, Frank Tripp finalmente ha conseguido la respetabilidad y seguridad de las que su origen carece. No hay problema que no pueda arreglar... salvo uno: la bella e imprudente hija de un importante cliente que no quiere entender la palabra "peligro".
La emoción reside bajo la Calle 42 y Mamie Greene está decidida a explorarlo todo mientras que juega a ser un Robin Hood moderno. Lo que no necesita es al abogado de su padre persiguiéndola a cada momento y amenazando sus esfuerzos de ayudar a familias necesitadas. Sin embargo, no cuenta con la perseverancia de Frank... ni con las chispas que saltan entre ellos. Cuando el destino pone en peligro todos sus planes, Mamie debe decidir si está dispuesta a arriesgarlo todo por un canalla.
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Tenía yo muchas ganas de leer a Joanna Shupe y me decidí por este libro tras escuchar hablar sobre él en el podcast de la MacLean (cuánto daño me está haciendo escucharlas, de verdad, ¡se me antoja leer todo!). Como desconocía todo de esta autora, descubrí con grata sorpresa que escribe sobre la Edad Dorada, el periodo de tiempo de expansión y crecimiento de Estados Unidos tras la Guerra de Secesión y la Reconstrucción (nuestra amiga la Wiki os informa de todo, por si tenéis curiosidad). No es que sea una época que me vuelva loca pero es ver una mención a ella y venirme a la cabeza La edad de la inocencia, novela (y película de Scorsese) que adoro, así que se me plantó esa idea en la cabeza y tuve que leer qué nos contaba Joanna y cómo lo hacía. Y, bueno, no ha sido una mala experiencia pero tampoco como para tirar cohetes.

A esto no hemos llegado, gracias a Dior

Como no he leído nada de esta autora antes, no conocía a Frank Tripp, el protagonista de este libro, un abogado de las clases altas de Nueva York que ya ha debido aparecer en otra de sus series (la autora comenta en las notas finales que ha recibido muchos mensajes para que escribiera su historia). Frank es socio de un prestigioso bufete de abogados y entre sus clientes tiene a un pez gordo cuya hija mayor, Marion Greene, no deja de meterse en líos que nuestro maromo tapa y oculta al padre. No líos de que empina el codo o tiene tendencia a levantarse la falda a las mínimas de cambio, son líos de irse a jugar al casino con su hermana. ¿Ludópata? No, Robina de los Bosques, que les roba a los ricachones para dar ese dinero a los más desfavorecidos de la ciudad, esos que viven en Five Points (que te sonará de algo si has visto Gangs of New York -todo me remite a Scorsese 😅-). Ya habrás podido imaginar, experimentada lectora de romántica, que a nuestro Frank se le levanta a boa con Marion, Mamie para los amigos, y que vive con desagrado tener que cubrirle el culo cuando lo que realmente le gustaría es manosearlo. Pero, ay, en la vida del trabajador las chicas de la alta sociedad son inalcanzables, sobre todo cuando el maromo hecho a sí mismo es literalmente eso, ya que ha ocultado su verdadera identidad a todo el mundo...

Con unas buenas gafas todo se apaña

Y con un buen cambio de apellido y un pasado inventado. Frank no solo quería escapar de Five Points sino de su vida y, cuando lo logró, borró todo vestigio de su pasado. Todo menos sus recuerdos y los remordimientos, que le persiguen cada vez más, sobre todo después de que Mamie se meta en ciertos líos por ayudar a una pobre mujer en ese barrio y, de nuevo, vaya a ser Frank el que acuda al rescate. A todo esto, no hace falta que te diga que Frank está como para lametearle y sacarle brillo, y que Mamie tiene ciertos calores ante la visión de semejante maromazo, que deja en mindundi al prometido de la joven. ¡A ver si crees que una de las joyas de la alta sociedad iba a ir por la vida sin tener churri! Amor amor no hay, ya que fue prometida al heredero de una gran fortuna desde casi la cuna, pero hay respeto y esperanza de que puedan pasar sin molestias las tardes jugando al julepe, que seguro que eso es lo que quiere Mamie, lo sabemos.

El cuerpo de Mamie lo que pide es que Frank le eche un tute

Creo que queda bastante claro por dónde va a seguir el libro, con el amor prohibido de estos dos, el pasado oculto de Frank y la necesidad de este de volver a Five Points por hacerle un favor a Mamie. Pensé que la relación amorosa se iba a llevar todo el peso del libro pero no ha sido así, lo que ya me tuerce la experiencia como novela romántica. Ellos ya se conocen y ya sentían una atracción previa y yo, que llego nueva, necesito algo para meterme en la historia amorosa, algo que aquí no he tenido. Supongo que ahí tiene que entrar en juego la maestría de la autora para que entremos pronto en el juego y no veo que Joanna Shupe lo haya sabido hacer, no he notado nada especial entre ellos más allá de lo que ponía que sentían y mi atención se iba desviando constantemente a cualquier otra cosa (como, por ejemplo, a lo poquito que vemos de su hermana Florence y de su futuro maromo). Muy pronto notas que la historia no está compensada, que es Frank el gran protagonista y que las cosas se van complicando en todos los ámbitos relacionados con él menos en el amoroso, donde ya sabes desde el principio los obstáculos que la pareja tiene y que se (mal) resuelven en la apresuradísima parte final

Nunca un meme resumió tan bien un libro

Ella incluso me ha llegado a molestar en algún momento, la verdad, un poco niña rica que se cree que juega a algo y que luego se ca*a teniendo que afrontar las consecuencias. Por no hablar del padre, un personaje que parece una cosa y acaba desdibujado por completo (final del caballo total). Tampoco he notado un interés especial en mostrarnos sentimientos, inquietudes o cualquier cosa algo más profunda de los personajes, solo en Frank (y tampoco es que esté muy logrado). No es que sea un petardo de libro pero no le he visto nada especial. Es decente, no se lee mal, los guarrerismos son correctos (para mí algo fríos, pero creo que es cosa mía porque estos dos no me han despertado ni una neurona bajeril) pero no le ves nada que le haga destacar, es otro más. Y, para estar situado en un sitio alejado de nuestros nobles palote ingleses, no ves nada que los distinga, si me dicen que es Londres me lo creo. Supongo que una idolatra a los selfmade maromazos que se inventa la Kleypas y con esa imagen no se puede leer otra cosa, porque todos los demás palidecen. Seguiré leyendo la serie pero no creo que Joanna Shupe se convierta en un must para mí, aunque estoy abierta a llevarme un zasca en toda la boca y comerme mis palabras. ¡Y a sus maromos!

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Maromo agradable en libro pasable


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