jueves, 12 de septiembre de 2024

Padre: perdóname porque he pecado (Priest 1), Sierra Simone


Un sacerdote no se puede casar. Un sacerdote no puede abandonar a su rebaño. Un sacerdote no puede romper la sagrada confianza que su parroquia ha depositado en él. Un sacerdote no puede abandonar a su dios. Reglas que parecen obvias. Reglas por las que Tyler Bell prometió regir su vida tres años atrás, después de una tragedia familiar. Y siempre se le ha dado bien seguir las reglas. Hasta que apareció Poppy Danforth. Desde el momento en que escuchó su deliciosa voz a través de la mampara del confesionario, y no podía quitarse sus pecados de la cabeza, supo que estaba perdido. Debería ser fácil dejar de lado sus pensamientos impuros cuando su fe lo es todo. Pero una vez que prueba el fruto prohibido, Tyler no puede evitar romper todas las reglas, aunque arda en el infierno por ello.
Esta es su confesión.
Goodreads ❤  Amazon


¡Feliz vuelta a la rutina! Si es que eso te produce felicidad, claro, que hay rutinas que mejor perderlas de vista. Nosotras venimos con el cuerpo aireadito y el cerebro, también, así que vamos a darle alegría al blog, Macarena, con la reseñita de una historia que... Bueno, mejor seguid leyendo.

¡Las ganas que tenía de leer este libro! Estos guarrerismos prohibidos no sabía yo que me gustaban hasta que leí una serie con curita palote guarreril total (que no os cuento cuál es por no destripar la gracia) y, claro, vi este y sabía que lo tenía que leer. Pero vamos, que me lo apunté para leer hace ocho o nueve años, así que ya veis que lo mío no es la velocidad 😆. En fin, que ya lo he leído y que podía haber invertido ese tiempo en depilarme las ingles con unas pinzas pelo a pelo, y no precisamente porque a mí me ponga palote el sufrimiento.

Me pone más palote hacer esto que este libro

Desde luego leyendo este coñazo supremo lo que parece que me pone es acercarme a la muerte por lectura horrible. Ay, ay, qué cosa es este libro, algo inenarrable. Y no porque yo me vaya a echar las manos a la cabeza al leer la relación entre un cura y una mujer, que El pájaro espino es más viejo que el hilo negro. Es simplemente porque este libro es un despropósito. Os pongo en situación, para que os cortéis las venas u os las dejéis largas. El curita Tyler Bell lleva tres años ejerciendo el sacerdocio. Nadie entendió muy bien su decisión de tomar los hábitos tras el suicidio de su hermana debido a los abusos que sufrió por parte de un cura pero la llamada de Dior tiene estas cosas y uno lo escucha y acude como yo si me llama Henry Cavill.

¡Allá que voy!

El padre Tyler esta ahora destinado en una parroquia donde también el cura anterior era de rabo largo, así que intenta traer de nuevo el rebaño al redil siendo un cura chachi. Que él sea joven y guapo desde luego ayuda, claro. En esto que una tarde tonta y normal de confesionario llega una chica nueva a confesarse (sabe que es nueva porque ahí se confiesan cuatro gatos y todos más bien viejarrancos, así que una voz joven de esas ligeramente ronca que destila sexo por cada sílaba que pronuncia no pasa desapercibida). Poppy Danfort es nueva en el pueblo y no muy religiosa que se diga pero ha acabado allí más bien perdida y, oye, siempre dicen que Dior te acoge en cualquier momento, así que allí que va, a confesar sus pecados. Y mire, padre, mi pecado es que me gustan mucho las mingas y soy una guarrindonga.

Tyler escuchando la confesión

El Tyler lo flipa, claro, porque es cura pero poco, ya que su vocación queda arrinconada cuando el deseo se le despierta escuchando a Poppy. Cuando la ve, encima, tiene un aspecto tipo pin-up que hace que la vocación se suba en un bus para irse a Florida. Para más inri, se encuentra a Poppy cada dos por tres, hasta cuando sale a correr (sin camiseta, como todos los curas que conocemos) se la encuentra a ella toda sudorosa. Y las confesiones... ¡Aaaaaaay, las confesiones! Si ella supiera que le cuenta sus guarreriles pecados y al cura se le despiertan los sadomasoquísticos instintos que tanto ha luchado por reprimir... Pero claro, Poppy de tonta no tiene ni un pelo del xirri y sabe de sobra lo que hace cuando se confiesa y lleva los labios de fresa y se planta en el confesionario sin bragas...


Vamos, que folleteo is coming y no hay Dior que lo pare. Antes de ponerme a destripar esto, os comento que la gran confesión de Poppy es sobre su exnovio, personaje que luego aparece para estropear el libro. Porque, sorprendentemente, lo mejor de esta historia es esta parte de palotismo prohibido, de lucha entre la fe y el deseo (que dura medio segundo). Cuando estos ya están al tema, únicamente hemos leído algo más de un tercio del libro, así que nos queda más de la mitad para estropear con un tercero lo que ya no era una gran cosa. Pero vamos, que retomo lo del sexo entre estos, que sé que es lo que os gusta, guarronas. El sexo es muy descriptivo, con dominación y sus cositas, nada nuevo bajo el sol. Lo que más gracia me ha hecho es la poca contención del padre Tyler. Mucho voto de castidad pero hay tantas ganas de follar que se trinca a Poppy en el altar.

Sierra Simone escribiendo esto

Me meo mucho de la risa porque no se puede ser más tosco y tonto. Si no te escandaliza que un cura se líe con una de sus fieles, a ver si te escandaliza más que se la beneficie en la iglesia sobre el altar. Y, oye, que si eso no te escandaliza lo suficiente, que sepas que, si necesitan alguna cosita para facilitar el metesaquismo, pues ya tienes ahí a mano las cosas clericales, que lo mismo te valen para decir misa, bautizar o para el porculismo. Todo esto narrado de un modo que casi te dicen que Dior ha bajado y les ha aplaudido. A mí no es que me escandalice eso, a mí es que me da la risa floja. Y así bastantes cosas más. 

Yo leyendo esto

En fin, una cosa ridícula que querías que parara por pura vergüencita ajena. Pero luego aparece el tercero en discordia y hace buena esta parte del folleteo curil, ya que el libro se convierte en un teleflín de los malos, con amenazas, sospechas y un Tyler medio desquiciado que se convierte en un hombre soso y blandurrio. Ay, si te pillara otro curita sado que yo conozco... No te expulsaba del clero, te expulsaba de la romántica y de la vida. 

Padre: perdóname porque he pecado es un libro tonto a más no poder, donde se pretende escandalizarnos y lo que consigue es que es nos movamos entre la risa, la vergüenza ajena y el sopor. He leído más de Sierra Simone y debo señalar que no rebaja el nivel de guarrerismo pero sí ha mejorado mucho sus tramas y el modo de narrarlas pero, si queréis leer algo de ella, que este curita no se acerque a vosotras ni para daros sus bendiciones. 

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Sierra, a este cura con tabú te lo metes por el **** tú


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

miércoles, 10 de julio de 2024

Diez años

[Como todo últimamente en la vida haggardiana, estas palabras llega con retraso. ¡Pero más vale tarde que nunca! Así que allá van y que, de paso, sirvan para echar el cierre vacacional, con el que esperamos leer mucho y reseñar algo.]

Abro esta entrada con una sonrisa en la boca y diez años más tarde que aquella vez que, con mi Cassie al otro lado de internet y de España, me disponía a crear este blog (tecleadamente hablando, que intelectualmente es cosa de dos) y su primera entrada, toda una declaración de intenciones. Curiosamente estaba el Real Madrid ganando la final de la Champions League y este año lo tenemos otra vez en la final en las mismas, jejeje. En fin, tontunas que se me vienen ahora a la cabeza, esa que mide el doble que mi cuerpo gracias a mi inmenso cardado.

Creamos este blog para dar rienda suelta a nuestras opiniones de literatas (la experta y la novata) pero el origen de la vida haggardiana, ya sabéis, viene de Outlander. Unos meses antes de crear este blog mi Cassie me descubrió ese libro, justo cuando estaban en pleno casting de la serie, y eso fue hacer pop y ya no hubo stop, una vez que empecé a leer romántica no he sido capaz de parar. ¡Las charlas que tuvimos comentando la saga! Incluso en los peores momentos de mi vida, Cassie y Outlander me acompañaron (esto suena a frikiloncio total pero es la purita verdad). Después de Outlander, vinieron otras lecturas frenéticas y locas, como las de la serie Fever de Karen Marie Moning. Yo, que no sabía por dónde moverme en esto de la romántica, me puse a buscar recomendaciones de libros, listas que seguir, blogs de reseñas... Y en esto que, oye, si nosotras buscamos recomendaciones y opiniones, ¿por qué no dar nosotras las nuestras para poder orientar a más gente? O desorientar, porque viendo nuestro estilo...

¡Babelia, contrátanos!

Diez años más tarde, el blog sigue abierto, ¡milagro! Y contra vida, viento y marea seguimos reseñando, aunque ya no llegue mucho nuestra tontuna porque eso de leer blogs ha pasado a mejor vida. ¿Y es que a quién no le va a gustar que un vídeo loco de TikTok le cuente un libro trendy a base de gifs de gatitos? A nosotras también nos gusta pero si ya nos cuesta escribir cuatro tontunas, imagina hacer un vídeo con gatitos que expliquen un libro, nos explota el cardado.

Nuestras vidas (y las vuestras) han cambiado un poquito desde hace diez años. Y creemos que es momento de valorar esta década y comentar por aquí qué nos ha aportado irnos a la cama con un libro y si seguimos enamoradas o no de la novela romántica. Y es que nosotras no somos las mismas pero la novela romántica, tampoco. Hace diez años las portadas colorinchis estaban reservadas para Los futbolísimos y ahora ves un dibujito de una pareja adorable y lo mismo te encuentras que se percuten en todas las posiciones del Kamasutra. No vamos a hacer un resumen de la evolución de la romántica porque nos falta documentación y leer mucho más pero sí podemos contaros nuestra relación con nuestro género favorito (o no) en estos diez años.

Cassie

(Aparece por aquí la haggard morena) Que dice mi Kim que esto empezó con una experta y una novata. Y en estos momentos la alumna ha superado con creces a la maestra, porque la supuesta experta era yo (ya veis, había leído ná y menos 😅), pero qué alegría que abriera la caja de Pandora de la romántica para que Kim, toda una profesional, se hiciera la gran conocedora del género y todos los subgéneros habidos y por haber: vampiritos, dark romance, Oeste, Regencia... ¡Si hasta lee en inglés la tía! Como bien dice, hemos pasado grandes momentos leyendo de forma conjunta. Daría gusto recuperar nuestras conversaciones por Messenger hablando de Jamie Fraser, Barrons, Jervaulx, Lord Saxon y Seton 🔥🔥🔥 Aunque se pueden resumir en una palabra que ya es universal: 

AÑDSJFAÑLSKDJFÑKDJFLSAJDFKS

Y qué decir de nuestra conocida tirria a Grey (y derivados) y a la autora superventas patria. Si eres fan del de las sombras y de la cuchufleta no leas mis primeras reseñas, porque vas a sufrir mi ira. 
 
Como vuelva a leer "cuchicheó" o "frunzo el ceño" te meto una yoya

¿Qué han sido estos diez años para mí? Lo primero, han servido para quitarme los prejuicios sobre la novela romántica, porque esta haggard lectora los tenía. Peeeero también os digo que cuando iba a El Corte Inglés y pasaba por la sección de literatura, miraba de soslayo esos portadones de señores descamisados y mozas con unas posturas imposibles. Y, además, desde hacía muchos años guardaba en mi corazoncito una lectura que hice casi de casualidad con 15 años: Una dulce enemistad de la Lindsey. Y me preguntaba si serían todas así de entretenidas y con su dosis de picante. Pero hasta que llegó Kim y Outlander no me puse en serio a ver qué era eso de la novela romántica. Madre mía, qué gozo, qué ratos leyendo y compartiendo impresiones... Y cuántos descubrimientos maravillosos: joyas de Laura Kinsale o la Woodiwiss, maravillas de Susan Elizabeth Phillips y otras muchas que me han dado momentos estupendos. Aunque no es oro todo lo que reluce: tuve que fundar el Club del Porro, porque menudas fumadas tienen algunas de las grandes de la romántica también. He de decir que me divierte tanto reseñar cosas de 5 Gandys como sacar a pasear mi viperina lengua y despotricar de lo que no me gusta. 

Si no sabéis fumar, ¿para qué os metéis, queridas?

En estos momentos apenas leo y reseño romántica (soy lo peor, lo sé), pero es que no doy con nada que me haga ir flotando como cuando leí Una rosa en invierno o Flores en la tormenta. Mi abanico lector no es tan grande como el de Kim (ni mi cardado tampoco) y a mí la contemporánea (quitando alguno de SEP o la Kleypas) no me va. De escoceses he llegado a estar saturada y canallas de la Regencia hay un momento en que parecen todos iguales. Sé que queda mucho aún que no he leído, veo las lecturas con 4 y 5 Gandys que pone Kim y me hacen ojitos (menos cuando son contemporánea y/o están en inglés).


Pero no os libraréis de alguna reseña mía cuando dé con una joya... o con un truño que me haga soltar pestes, que sé que lo gozáis también. 

Kim

Ya os lo he dicho, la romántica me ha acompañado estos diez años y ha sido mi respiro y rescate durante este tiempo. Sigo leyendo romántica, la sigo adorando y no me abandona esa sensación maravillosa de poder encontrar una joyita escondida en las páginas del nuevo libro que vaya a empezar. Pero también es verdad que, a veces, me invade la sensación de que lo mejor ya está escrito y casi todo ya lo he leído (bueno, eso es mentira pero ahora me toca rebuscar más para encontrar libros buenos). Me pueden sorprender y emocionar algunas novedades, como me pasó hace poco con Siempre fue Georgie, pero eso cada vez me ocurre menos. ¿Me he vuelto una rancia, doctorcito? ¿O es que simplemente esa búsqueda de lo maravilloso me hace decepcionarme cada dos por tres? ¿O tal vez sea que tener que leer y reseñar me pesa? ¡Ay, espero que no sea esto último porque escribir tontunas por aquí me encanta! También os digo que a veces me canso de reseñar porque tampoco sé si sirve para algo, me gustaría escribir otro tipo de entradas (sobre romántica, claro) y dar opiniones y preguntaros. Luego me doy cuenta de que para hacer esas cosas hay que ser lista y yo solo llego a hacer megaconstrucciones capilares con la Nelly, así que me pongo un gif de Jonathan Bailey como Anthony Bridgerton y ya vuelvo a mi ser de persona con pocas ínfulas y mucha belleza.

Encefalograma plano ya mismo

En estos diez años he pasado por casi todos los subgéneros de la romántica: histórica, paranormal, dark, erótica, bdsm, contemporánea, guarrerismos con minotauros... y todos los he disfrutado (aunque también me he metido unos truños de impresión). Creo que lo que más me sigue gustando es una buena histórica con maromazo, Abandonada a tus caricias y El diablo en invierno me siguen pareciendo insuperables y no me canso de releerlas, aunque muchas contemporáneas se han quedado a vivir conmigo, como Paraíso robado o El diablo tiene los ojos azules. Mucho enemigo que se trinca vivo, como podéis ver, creo que el enemies to lovers que es mi tópico favorito. ¡Y las segundas oportunidades! Aunque, para mí, por encima de todo lo romántico que he leído está la trilogía de El jinete de bronce, una historia que se metió en mis venas y que nunca me abandonará. En fin, que de todo esto se podría hacer un post aparte, ¡diez años dan para muchas joyas leídas y para más chascazos! Ahora sigo leyendo viejunismos pendientes pero leo más cosas actuales porque gracias a Netgalley puedo leer novedades por la patilla e intento apañarme leyendo en inglés, con lo que mi abanico lector ahora es tipo Locomía, abarca medio globo terráqueo. Ahora pasan por mis manos muchos libros M/M (una delicia tener tantas colas a mi disposición, si me lo preguntas), historias más inclusivas (contemporáneas o no) y muchas otras que, por desgracia, veo más superficiales y bienquedas. Vamos, que las hostias que una buena Sandra Brown te metía poniéndose por montera cualquier tipo de corrección ahora no las pillo. Que, por otro lado, a lo mejor no es tan malo, porque alguna que otra te puede dejar traumatizada para los restos, sobre todo si tienes la mala suerte de cruzarte con una de esas que te dicen que son románticas y no tienen final feliz.

Yo, como pille un libro de esos

Pero oye, que yo sigo leyendo. ¡Y siguiendo recomendaciones! Si algo me ha dado asomar carita por aquí es seguir a muchas de vosotras que o bien en blogs o bien en Instagram compartís vuestras lecturas y me ponéis los dientes largos con ese libro que ya mismo tengo que leer. El movimiento de lectores por redes sociales puede ser fabuloso si buscas y encuentras gente que merece mucho la pena y yo en vosotras la he encontrado. Sí, esto suena muy de tía polilla a la que Bookblabla le suena a chino pero yo ya soy más de tener las tetas por la cintura que por la garganta así que no voy a fingir ser otra cosa, que bastante tengo con ser un personaje de cartón piedra.

De mentira pero bien guapa

Diez años son pocos en muchas cosas pero muchos por estos lares internáuticos, donde todo dura lo que un story de Instagram. Hemos cambiado, hemos evolucionado y tenemos ganas intermitentes pero yo creo que merece la pena seguir manteniendo con vida esta casa tan extraña y fantástica que hemos levantado por aquí, ¿no os parece? Si vosotras seguís viniendo a aguantar un poco del peso de nuestras lentejuelas, nosotras seguiremos viniendo con un carrito de tontunas y un bolso llenos de gifs. Por ahora, os deseamos que aguantéis únicamente el peso de un mojito en una mano y un libro en la otra, que el verano es para hacer lo mínimo posible y que ese mínimo sea placentero a tope.

¡Nos vemos en septiembre!


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

miércoles, 3 de julio de 2024

La fusión (Miles High Club 2), T.L. Swan


Conocí a Tristan Miles cuando me hizo una oferta para comprar mi empresa. La rechacé. Luego me invitó a cenar. Lo rechacé. Seis meses después, nos reencontramos en Francia. Aunque he intentado rechazarlo de nuevo, hemos pasado el mejor fin de semana de mi vida. Pero lo nuestro no tiene futuro. Soy viuda y tengo tres hijos pequeños, y seguro que Tristan no busca nada serio, ¿verdad? 
Goodreads ❤  Amazon


Dos años después del chascazo que fue La escala (que realmente no es que fuera chasco, ya que no esperaba nada, simplemente es que fue un espanto total), aquí estoy con el libro de Tristan, del cual lo único que recordaba era que ese personaje me gustó mucho en el libro anterior. Le pido tan poco ya a una novela de ricachones que con que no me dieran ganas de tirar el libro por la ventana ya me era más que suficiente y me daba miedito que Tristan no estuviera a la altura.

En el altar te espero, mozo

Pues sí, así me tiene Tristan, emocionadita perdida. Cómo pueden haber salido este libro y el anterior de la mente de la misma escritora me resulta inexplicable porque donde en La fusión solo encontré sopor absoluto, aquí he encontrado un libro divertidísimo que no quería dejar de leer.


Tristan Miles es Richard Gere en Pretty Woman.

¿Ratuno y putero?

No, me refiero a que se dedica a lo mismo que el personaje de Gere en esa peli, compra empresas que se están yendo a pique. Y ahora tiene entre ceja y ceja la empresa de Claire Anderson, a lo que esta se niega, ya que es el fruto de los sueños y esfuerzos de su difunto marido y la herencia de sus hijos. No está Tristan acostumbrado a que le nieguen lo que quiere pero en este caso, se conformaría con una cenita con Claire para limar asperezas de la piedra por la que se la quiere pasar con ella. Pero ni eso le da ella, encabronada como está con ese pijo buenorro que quiere quitarles a sus hijos el futuro. Pero, ay, los días pasan, los cansancios se acumulan y a Claire le surge la oportunidad de irse una semanita a Francia a unas conferencias que no le interesan ni Penry. ¡Pero Francia! ¡Champán, queso brie, Mbappe! Y Tristan, que resulta que es uno de los ponentes y ella sin saberlo. Cuando sus miradas se cruzan, no se sabe si es odio o palotismo lo que les recorre el cuerpo (bueno, obviamente sí lo saben, ellos, nosotras y hasta el Papa de Roma) pero Claire decide que son muchos años de negarle a su xixi una alegría y que unos días de follardismo con un maromazo nunca han hecho daño a nadie. Además, lo que ocurre en Francia se queda en Francia.


Es que en esto del follar cuando haces pop ya no hay stop, Claire, y Tristan no está dispuesto a dejar de catar a semejante moza que le ha vuelto el pirulo loco como hacía siglos que no le ocurría. Así que la cosa está en ver si pueden seguir teniendo algo en las sábanas y, tal vez, fuera de ellas, a pesar de la reticencia de Claire, que tiene un bagaje que ni el equipaje de la Piquer dando la vuelta al mundo. El eje de la relación es Claire, ya que es la que tiene todos los problemas. Tristan lo único que quiere es estar con Claire pero ella tiene que sacar a flote una empresa que se va a pique y a tres hijos en edades complicadas y a los que a saber qué tal les sienta que su madre esté con otro hombre. Y, ay, hermosas, Claire arrastra mucho drama y la relación no es fácil y blabla, pero yo me he reído lo más grande con este libro. 

Y también perdí bragas a lo loco

Pero descojonarme de cambiarme varias veces la Tena Lady. Tristan es glorioso en su maromismo pero en su vertiente cómica es espectacular. Es un personaje de esos que para todo tiene una réplica que te salta la sonrisilla o la carcajada y no hay secuencia cómica en el que no esté involucrado. Y os digo que hay momentos locos y surrealistas dignos de la mejor SEP (simplemente con el primer encuentro de Tristan con los hijos de Claire me caí de la cama de la risa). De verdad, una delicia inesperada. A todo esto tengo que sumarle que es uno de los pocos libros que he encontrado últimamente en los que el motivo que separa a la pareja es importante y complicado de salvar. También os digo que justo aquí, en uno de los momentos más importantes del libro, es donde Claire, que hasta entonces me parecía una mujer bastante coherente y por la que sentir simpatía, hace aguas. No entiendo muy bien qué ha hecho la escritora con ella, ya que era fuerte, una superwoman que intentaba llegar a todo pero que sabía que le costaba, y que en el momento en el que rozaba la felicidad se deshace de ella del modo más testarudo y un poco pueril. Además, en el tramo final, las cosas se resuelven no porque ella haga algo, con lo que me he quedado con la sensación de que muy fuerte ella y todo lo que tú quieras pero ha tenido que llegar el maromo a sacarle las castañas del fuego

Pero por qué por qué por quéééééé

También tengo mis quejas con esta resolución final, ya que no se nos explica qué ocurre con la empresa, no he entendido los motivos de la decisión de Tristan... En fin, que este libro en esto es un poco el meme del caballo, que el culo es miguelangelesco y la cabeza digna de un Gallifante. A pesar de todo esto, he disfrutado muchísimo con La fusión y con Tristan, un personaje que no se vuelve tontucio y que con cada página me ha ganado más. El libro, además, se lee estupendamente, de un modo ágil que te incita a seguir leyendo. No es que vaya a ser lo mejor que he leído en mi vida pero sí ha logrado combinar el humor, el guarrerismo (ay, qué guarrindongo es Tristan y cómo me gusta, grrrrrr) y la emotividad de un modo estupendo. Una contemporánea que merece la pena.

Por todo esto se lleva en nuestro Gandymetro...

Tristan, maravilla, tríncame en la silla


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 18 de junio de 2024

The Other Side of Disappearing, Kate Clayborn

[Libro no publicado en español]
La peluquera Jess Greene ha pasado los últimos diez años criando a su hermanastra pequeña, Tegan, y guardando un secreto. Desde que su despreocupada madre huyó con su novio, Jess supo que ese hombre era el mismo timador sobre el que se hablaba en el popular podcast La última estafa de Lynton Baltimore.
A sus treinta y un años, Jess no contaba con que Tegan acabara descubriendo la conexión por sí misma. Pero Tegan planea hacer exactamente lo que Jess siempre ha temido (dejar la seguridad de su hogar para buscar a su madre) y lo hará acompañada de la periodista responsable del podcast y de su observador y guapo productor Adam Hawkins. Reacia a dejar que la hermana que ha pasado tanto tiempo cuidando se vaya sola, Jess decide acompañarles.
Juntos, los cuatro cruzan el país, desvelando el misterio sobre dónde despareció la pareja y el porqué. Pero pronto Jess descubre otras cosas. Como un renovado sentido de la vulnerabilidad y la curiosidad, y el deseo de atravesar los muros que tan cuidadosamente levantó a su alrededor. Y en Adam encuentra una inesperada conexión que no sabía que necesitaba. Si solo pudiera dejarse ir y dejarle entrar...
Goodreads ❤  Amazon


Vamos a retomar las reseñas casi cuando nos vamos a coger el descanso veraniego pero es que, chicas, me he leído del tirón los cinco libros de ACOTAR y se me ha ido la vida con ellos, así que no me ha dado tiempo a darle a la tecla. Y no, no los voy a reseñar porque no me parece una historia como para reseñarlos de uno en uno y hacer una reseña conjunta me da una pereza que te 💩. Solo os digo que viva Rhysand y que la Maas podría hacer un cursillo de resumir tochos para no escribir Los episodios nacionales de Prythian.

Pero bueno, que aquí hemos venido a hablar de The Other Side of Disappearing, el último libro de Kate Clayborn, de la cual adoré Siempre fue Georgie y adoré bastante menos Love at First. Y este libro se me ha quedado a medio camino entre ambos, lo cual sería el horror si me hubiera gastado la pasta que costaba cuando salió pero que me duele un poco menos porque, milagrosamente, me lo dieron en Netgalley.

¡Soy rica! En libros pendientes de leer

En general y a modo de advertencia os diré que

este libro no es una novela romántica

y que casi mejor que no lo leáis si estáis un poco de bajuna o con ganas de soltar la lagrimilla. La historia que Kate nos cuenta aquí está teñida de melancolía. Jess Greene, nuestra protagonista, es peluquera y lleva diez años haciéndose cargo de su hermana Tegan desde que su madre las abandonó para irse con un hombre que resultó ser un estafador. Tegan tiene ahora dieciocho años y, antes de comenzar su nueva vida universitaria, decide intentar encontrar a su madre, para lo cual recurre a una periodista que tuvo un gran éxito con una serie de podcast que le dedicó al estafador con el que su madre huyó. Vamos, como Lobatón pero sin bigote. Un poco teleflinesco, ¿verdad? No lo suficiente, por eso Tegan hace creer a la periodista y a su productor, Adam Hawkins, que ella es su hermana, así que cuando Jess se entera de todo se encuentra el road trip de búsqueda de su madre organizado y esperándole en la puerta. A ella le sienta fatal pero a la cola de Adam le sienta peor, que es ver a Jess y despertar de su letargo. Porque a ver si pensáis que solo Jess y Tegan arrastran traumita... No, no, Adam también tiene lo suyo. Resulta que nuestro maromo era un portento en el fútbol americano universitario, directito a los profesionales que iba junto con su mejor amigo. Pero por cosas de la vida Adam lo dejó y su mejor amigo acabó suicidándose, así que necesita contar esa historia. Total, que mucho trauma pero que el palote lo tiene vivito y coleando, ja je ji jo ju. Jess, en principio, rechaza todo el plan pero al final pesa más el amor por su hermana y decide ir con ellos siguiendo el rastro que dejó su madre para poder reconstruir los últimos diez años y dar (o no) con ella. Y, por el camino, Jess y Adam se desnudan descubren y acaban enamorándose, que esto es romántica.

¿Pero no decías que esto no era romántica?

Efectivamente, no lo es pero no por la ausencia de guarrerismos sino porque la historia de amor de Jess y Adam no es el eje que vertebra el libro, ni siquiera es la historia de amor principal, ya que es más importante el amor entre las hermanas, el cual es sanado por el viaje (happy ending hermanil). Lo que mueve todo es la búsqueda de la madre, es lo que no puedes extirpar de ninguna de sus páginas. Si Jess y Adam no se enamoraran, el libro sería igual (salvo que ellos estarían mucho más tristes y nosotras mucho más encabronadas). Así, entre la búsqueda de la madre, el trauma de Jess de ser abandonada por ella y tener que asumir su rol, y el de Adam con lo de su amigo el libro tiene una melancolía que rezuma hasta por el dibujo colorinchi de la portada. Ojo que ya se sabía esto, porque en algún lado leí a la Clayborn comentar algo, pero incluso en los momentos más felices el modo de narrar de la autora (estupendo, sentimental, especial, como quieras llamarlo) hace que te quede ese poso anticroqueteo. Vamos, que aunque se follisquee no es una historia que te ponga perraca.

Yo, leyendo un polvo

Ya veis, yo que ando buscando un libro que me ilumine el día y no hallo más que puertas que niegan los que esconden historias que quieren que me coma una tarrina de cappuccino commotion mientras escucho All by myself. Ay, con lo que me gusta a mí croquetear y no me dejan... Eso sí, le alabo a Kate Clayborn el libro que ha hecho, uno que sigue la estela del estilo narrativo de Siempre fue Georgie y que no teme meterse en berenjenales que pueden no gustar a la gente. A mí no es que no me haya gustado, ya que me he quedado con la sensación de haber leído una historia distinta y especial pero no una que se me haya agarrado al corazón ni que vaya a ser inolvidable. Es un libro con gente normal pero con una historia muy poco corriente a la que, personalmente, no le he encontrado ese aliciente que me incitara a leer sin parar pero que a veces no me podía quitar de la cabeza. ¿Ciclotímica yo? Tal vez pero esto es lo que me ha pasado. Así que, como no puedo deciros que os tiréis encima de él de cabeza pero tampoco os puedo decir que huyáis de él como de la peste lo único que os digo es que, si lo intentáis con él, hacedlo cuando no cueste una pasta, que así sabe todo mejor.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Adam es majo pero no me quita el refajo


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 7 de mayo de 2024

Silver Lining, Maggie Osborne


[Libro no publicado en español]
Tan desaliñada y desarraigada como los demás buscadores de oro en las Rocosas, Low Down no quería nada a cambio de cuidar a un grupo de harapientos mientras pasaban la viruela. Pero cuando la presionan para revelar lo que más desea, admite que quiere un bebé. No un marido, no un matrimonio forzoso con el orgulloso hombre que que sacó la canica marcada y tuvo que honor a su palabra de casarse con ella. Por supuesto que Max McCord era guapo pero amaba a otra mujer y soñaba con una vida diferente. Pero estuvieron de acuerdo en un matrimonio temporal que solo podía acabar en desastre. ¿Pero puede salir de este giro del destino la esperanza que ambos buscan?
Goodreads ❤  Amazon


Maggie Osborne es una escritora de esas que parece una vendedora de Avon. Cuando estuve investigando sobre ella para el Reto Rita 2 no encontré prácticamente nada y, por la foto, pensé que sus novelas iban a ser un poco moñas. Bueno, no sé cómo serán las que no he leído pero tanto The Promise of Jenny Jones como esta de moñas no tienen nada y sí tienen todo para ser novelas inolvidables.

Kim cuando pilla libros así

Nada más comenzar la lectura ya te das cuenta de que no te vas a encontrar un libro de los que se llevan ahora ni una historia que va a volver loco TikTok. Nos vamos a buscar oro al año catapum, donde Low Down (su nombre real es Louise pero, para conocer de dónde le viene el apodo, te tienes que leer el libro 😆) está cuidando a un montón de buscadores de oro que han estado a las puertas de la muerte. Ella también estaba buscando oro pero al final ha quedado como cuidadora full time. Cuando los que sobreviven mejoran, no saben cómo agradecérselo a la muchacha, así que le dicen que pida lo que quiera que ellos se lo darán.

¡Quiero acceso a este cuerpo!

Bueeeeeeeeno... Pues muy desencaminadas no vais porque no es que Low Down quiera un revolcón, ella esas cosas no las trabaja, pero resulta que su más íntimo deseo, lo que más quiere en este mundo no es una bolsa de pipas Facundo sino tener un hijo. Y nada de uno adoptado, no, ella quiere concebirlo y parirlo. Y para eso debe...

¡Tener acceso a este cuerpo!

Efectivamente necesita tener contacto carnal penetril y con eso no contaban sus compañeros. Como no hay nada más preciado que la vida y el ofrecimiento de los hombres fue real y sincero como agradecimiento por haberles salvado, alguien tiene que ñiquiñear con la muchacha (que, por cierto, tiene más aspecto de la Repu que de Margot Robbie). 

Repu o no, yo quiero un hijo

Total, que deciden echarlo a suertes. ¡Pero hay hombres de picha pocha casados! Pues nada, los casados no participan, así que todos los solteros se ponen en un ladito y tienen que coger cada uno una canica de una bolsa. Y el que saque la única canica marcada...

A darle al meneíto

Y aquí nos fijamos en Max McCord, uno de los que ha estado a punto de palmar. Max está soltero pero prácticamente casado, ya que va a contraer nupcias con su amorcito en un par de semanas, en cuanto vuelva a su rancho y se quite la roña. Sin embargo, al no estar casado todavía, no le queda más remedio que ponerse con los solteros y sacar una canica. Ya sería mala suerte que sacara la marcada...

Maggie Osborne escribiendo

Pero espera que por allí hay un cura y dice que eso del follardismo sin matrimonio ni de coña, que ese niño debe nacer de una unión bendecida por Dior y por Armani, así que...

Max y Low emocionados en su boda

Permitidme que haga la croqueta, que es justo lo que estaba haciendo mientras leía con todo este pisto. Porque claro, Max está enamorado de otra, Philadelphia, que no es el queso de untar sino su prometida, a la que no sabe cómo va a explicarle que no se puede casar con ella al estar ya casado. ¡Encima es la hija del rico del pueblo! Max se huele el trasquilamiento. Por otro lado, Low Down no puede creerse el lío en el que se ha metido y en el que ha metido a Max porque, si bien no puede negar que su esposo está de rechupeteo, jamás esperaba verse en esa tesitura. Así que ambos acuerdan percutirse una vez allá para cuando a ver si, con suerte, Low Down se preña y se puede ir cada uno por su lado. Mientras tanto, Max la lleva a conocer a su familia y a vivir en ese maravilloso rancho que ha construido para otra...

La emoción de Low Down

¡Y todo esto ocurre en el primer tercio del libro! Maravilla. El libro se toma su tiempo a la hora de desarrollar la historia entre Max y Louise, ya que tampoco sería creible que, de buenas a primeras, Max se desenamorara de una para enamorarse de otra. Conocer a Louise es adorarla porque es una grandísima mujer, llena de sentimientos pero con dos ovarios por bandera y sin miedo ni a la vida ni a su dureza. Ha crecido sola y respeta muchísimo el peso que tanto Max como su familia le dan a la palabra, a su nombre y a su responsabilidad. Lousie llega a un acuerdo con Max y, aunque sus sentimientos se involucren, no deja que estos le impidan cumplir su parte del trato con las condiciones estipuladas, con lo que sufres por ella, ya que está dispuesta a ocultar todo lo que siente para que Max sea feliz. Max, por su lado, se nos presenta como un hombre aparentemente fuerte que realmente es mucho más flojo que la mayoría de las mujeres de su entorno. Narrada de un modo sencillo y sutil, con una escritura delicada que me recuerda a los del Oeste de mi Lorraine Heath, es una novela de otra época, de esas que ya no se escriben. Es pausada pero atrapante, ya que no dejan de pasar cosas que afectan a los personajes y a las relaciones aunque, en cuestiones de acción, no ocurra demasiado. Es más bien una historia de personajes, se profundiza en ellos, pasamos mucho tiempo en sus cabezas y vemos sus luces y sus sombras, sus inseguridades, etc. El punto de vista de Louise es tan maravilloso como ella, genial, único, divertido, emotivo... Con Max he tenido mis cositas, ya que, para estar casado con una, se pasa mucho tiempo pensando en la otra y en el pisto que tiene por ese lado. Lo veo lógico pero, para mí, esto ocupa demasiado y nos birla momentos de su relación con Louise. Así, el final es un poco deslucido ya que, para todo lo elaborado que ha sido lo anterior, la resolución acaba siendo apresurada y deja el conjunto un poco cojo, me he quedado con ganas de un poquito más que nos hiciera disfrutar sin peso. 

Pero vamos, que ha sido una gozada de libro, hacía mucho tiempo que me pasaba más de una hora leyendo perdiendo la noción del tiempo. Es uno de esos que ya no se escriben, con una historia de amor muy peculiar, especialmente en su comienzo, y con una protagonista inolvidable. La historia se toma su tiempo para desarrollarse pero no se hace pesada, Maggie Osborne la escribe de tal modo que te cuesta dejar de leer. Hay muchos sentimientos, momentos divertidos, malpecorismo y pistos, algo que me ha entretenido muchísimo.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

A este vaquerito hasta los calzones le quito


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This