miércoles, 31 de enero de 2024

Time to Shine, Rachel Reid

[Libro no publicado en español]
Para Landon Stackhouse, ser llamado del equipo de Calgary es excitante y aterrador, incluso aunque, como portero suplente, raramente deje el banquillo. Tranquilo y solitario por naturaleza, Landon sabe que da una imagen de no querer hablar con nadie. El único jugador que parece no darse cuenta es el joven extremo estrella Casey Hicks.
Casey trata a Landon como a un viejo amigo, incluso aunque solo hablaron brevemente en el pasado. Es encantador y completamente relajado de un modo que Landon no puede ni imaginar. No pueden tener menos en común pero Landon necesita un lugar donde vivir que no sea una habitación de hotel y Casey acaba de comprar una casa y odia estar solo.
Como compañeros, Casey se niega a ser derrotado por los monosílabos de Landon. Como amigos, Landon se da cuenta de algunas cosas sobre Casey, como su enorme y fácil sonrisa y sus ojazos verdeazulados. Pasar las fiestas juntos solo intensifica su bromance convertido en romance. Pero, mientras que el año nuevo se acerca, también lo hace el final del tiempo de Landon en Calgary. 
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Rachel Reid es una escritora de la que no sabría nada sino fuera por las reseñas de mi querida Bona Caballero, cuyo blog es siempre garantía de calidad reseñil y buenos ratitos. Ella me descubrió a los maromos de stick potente que escribe la Reid y ya me empezaron a vibrar los deditos con ganas de leerlos. En esto que me encontré en Netgalley con Time to Shine y me pareció maravilloso poder descubrir a esta escritora sin gastarme un eurete (una no se hace rica gastando, chica). Y, oooooooh, qué gustazo de libro, un cuquismo con poca acción pero mucho sentimiento. ¡Y maromos con abdominales!

Megustamegustamegusta muuuuucho eso

Nos vamos a Canadá, donde Landon Stackhouse es portero en un equipo como de segunda división (me vais a perdonar que no tenga ni puta idea de hockey y me invente un poco las cosas), que parece ser el filial de uno gordo (again, perdonadme mi niputaideísmo). Landon es un porterazo que te cagas y recibe la llamada que puede cambiarle la vida: ser portero suplente del equipo principal. Vamos, como si juegas en el Castilla y Ancelotti te llama para el Real Madrid. Total, que Landon se acojona pero allá que va, a codearse, aunque sea en los entrenamientos, con sus ídolos. Que, oye, son todos muy majos con él y hasta le dan consejos. Uno especialmente, Casie Hicks, le trata que parece su amigo de toda la vida. Para el tímido Landon es un palo, especialmente porque Casey es realeza del hockey, hijo de uno de los mejores jugadores que han pasado por la NHL, pero Casey es totalmente encantador y resulta difícil que no te caiga bien. Landon y Casey no pueden ser más distintos pero los azares románticos hacen que Landon necesite un sitio donde vivir mientras dure su estancia en Calgary y Casey tenga un casoplón enorme en el que vive solo...

Romance reasons de las que nos gustan

La trama de este libro es bastante simple, ya que Rachel Reid se centra en los protagonistas y en su relación, dejando en un segundo plano mucho de lo referente al hockey. Me refiero a que no te vas a encontrar aquí rivalidades deportivas que produzcan apocalipsis kleypasianos y que cambien el rumbo del libro, lo importante es cómo estas dos personas tan distintas pueden llegar a complementarse y a enamorarse. No os he dicho que ambos tienen sus cositas, como que Landon sufrió la pérdida de una hermana y lidia con las consecuencias, y Casey es incapaz de estar solo, por lo que constantemente busca la compañía y la juerga, algo ideal para el ermitaño Landon... Pues oye, Rachel Reid se las apaña para que nos traguemos todo estupendamente. 

Kim tragándose todo lo que Rachel ha preparado

Es todo un poco naif y chupiguay, las cosas como son, y falto de tensión, no es un libro en el que abunden los malentendidos o los comportamientos explosivos, pero esa falta de tensión a mí me la compensa la relación tan bonita entre ambos, llena de sentimientos y buen fondo. Es un libro más de emociones que de guarrerismos (no es hot como Him, por ejemplo), aquí son ligeritos y secundarios pero hay y han sido bien agradecidos por esta que os escribe. 

Una cosa que me ha encantado es lo bien definidos que están los personajes, tanto por los datos que nos da la escritora como por cómo escribe sus puntos de vista, perfectamente distinguibles. Con Landon la escritura es más pausada, frases largas, más elaboración y calma. Con Casey, justo lo contrario, frases cortas, jerga, todo más acelerado. Con Casey todo es vibrante, emocionante, como si te hubieras arreado un tripi. Landon se anima con Casey y Casey se calma con Landon y yo quiero abrazarlos a los dos y que les vaya bien en la vida. Es un poco sensación de ser más YA que otra cosa, aunque estos ya tienen pelillos en los 🥚🥚.

Y seguro que en otros sitios

Como ya os he dicho, externamente a los personajes no ocurre mucho (bueno, obviamente vemos cómo se desenvuelve Landon en la NHL, cómo se integra, si tiene un partidazo o un castañazo...) pero la escritora te engancha con esa bonita histora de amor a base de capítulos cortos en los que no hay paja, la lectura es muy ágil y adictiva. Este ha sido uno de esos libros que, si lo pillo con tiempo, me dura dos días. Así que mi debut con Rachel Reid me ha encantado, por lo que se lleva en nuestro Gandymetro...

Cuquismo reconfortante, sonrisa constante


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martes, 16 de enero de 2024

Caught Up (Windy City 3), Liz Tomforde

[Libro no publicado en español]
Kai
Soy un padre soltero y lanzador titular del equipo de Chicago de béisbol. No doy abasto pero no quiero ayuda criando a mi hijo. Cada una de las niñeras anteriores estuvo unas pocas semanas hasta que las eché. Ahora, mi entrenador se ha puesto firme para que contrate a la única persona a la que no puedo despedir, su hija. Miller Montgomery es la última mujer de la que debería enamorarme. Demasiado salvaje, demasiado joven y demasiado libre. Chicago es una parada rápida para ella. Creí que estaría contando los días hasta que se fuera pero el verano parece demasiado breve cuando empiezo a pensar en el "para siempre".

Miller
Como una repostera de alta cocina que acaba de ganar el premio más prestigioso de su gremio, estoy desesperada por demostrar que lo merezco. Pero con un nuevo título viene una nueva presión y no puedo crear un postre nuevo e inspirador ni de casualidad. Con solo dos meses para volver al ritmo habitual, debería centrarme en la cocina pero, en lugar de eso, me he dejado convencer por mi padre para pasar mi tiempo libre como niñera del hijo de su jugador estrella. Kai Rhodes ha olvidado cómo divertirse y estoy más que dispuesta a refrescarle la memoria. Pero cuando él y su hijo empiezan a sentirse como mi casa, debo recordarnos que mi tiempo en Chicago  acaba con el verano. Además, siempre he sido una corredora y lo último que quiero es que me cojan.
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¡¡Feliz año nuevo!! Ya sé que han pasado varios días y blabla, pero la vida de rica no me ha dejado pasarme por aquí para acondicionar las reseñas, así que ahora vengo cargada de alegría, con las mismas reseñas que cuando despedí el año felicidad y con una reseñita. ¡Y esta vez, buena!

Tres libros y ya puedo decir que Liz Tomforde se ha convertido en una escritora de esas sobre cuyos libros me lanzo de cabeza (no digo auto-buy porque está en Kindle Unlimited, más bien autoclick). ¡Lo que me está haciendo disfrutar! Podríais decir, sin equivocaros, que me hace disfrutar casi cualquier cosa pero realmente Tomforde le ha dado una vuelta a la romántica contemporánea de sporty melofós que adoro en los Chicago Stars, por ejemplo, pero haciéndola moderna y feminista, con maromos absolutamente maravillosos y mozas igualmente de estupendas. ¡Y con guarrerismo sin remilgos! Que ni spicy ni po**as, aquí se fo**a y se fo**a bien.

¡Aléjate de mí, romántica blandurria!

Pero con historias más centradas en los personajes y en sus sentimientos que en situaciones dignas de apocalipsis kleypasianos. En Caught Up tenemos al daddy melofó de la serie, Kai Rhodes, un pícher (ni idea de que esta palabra estaba en el diccionario) lanzador de béisbol que está en lo mejor de su carrera y al que le cae un bebé encima. Kai intenta compaginar su vida deportiva con su vida paternal pero, obviamente, necesita ayuda. El equipo le permite viajar con el bebé y contratan niñeras para que cuide al pequeño Max, niñeras que duran nada y menos porque ninguna le parece bien a Kai. El entrenador ya está un poco hasta el xirri de tanto mareo de trabajadoras, así que, aprovechando que su hija Miller Montgomery se encuentra descansando antes de un nuevo trabajo, la coge como nueva niñera del bebé. ¡Imaginad el susto de kai cuando se encuentra con una chica con tatuajes y piercings a cargo de su hijo! ¡Y encima una chica con dos ovarios bien puestos y una respuesta rápida siempre preparada! 

¡Un viejo y una cría, puagh!

No preocuparse que Kai y Miller se llevan únicamente siete años (cosas raras que me pasan, si estamos en romántica histórica no me importa que el hombre sea mucho mayor que la mujer pero en contemporánea la diferencia de edad me gusta que no sea muy grande y, si lo es, que sea ella la mayor #HaggardPower). En fin, que Miller no le hace tilín a Kai pero Max, el bebé, es verla y quererla hasta el infinito y más allá, así que Kai tiene que lidiar con la niñera rebelde, hija de su entrenador y, además, poseedora de un muslamen que hace que se le levante el bate.

La kriptonita de Kai

A todo esto os tengo que decir que Miller tiene veinticinco años y es una reputadísima chef, a ver si crees tú que es una locanda de la vida, nop. Miller acaba de ganar un premio de gran prestigio y gana una pastuza asesorando a chefs de los buenos pero está notando que ese trabajo ya no le llena, así que se toma unos meses de descanso para recobrar sus ganas de trabajar. Y, en lugar de irse a Punta Cana, se va a viajar con su padre, un equipo de béisbol y a cambiar pañales a un bebé rollizo. Vamos a ver, que lo mismo yo también lo haría si el pago que me llevo es probar las carnes magras del béisbol daddy buenorraco...

Elsa dice que este es Kai y mis bragas le dan la razón

Creo que con todas estas tonterías que os he contado he cubierto básicamente la trama de este libro. Miller es una chica que no quiere compromisos y, obviamente, Kai y Max exigen un compromiso duradero, asi que enamorarse del padre y adorar al hijo no entra en sus planes. Pero los personajes proponen y la romántica dispone, así que ya tenemos el libro montado. Necesito que alguien me explique cómo, con una historia tan sencilla, puede hacer Liz Tomforde un libro que me ha atrapado por completo, de esos que he leído más despacio de lo habitual únicamente para que me durara más. Es cierto que el mundo de Liz Tomforde está lleno de buen rollo y de cosas cuquis pero eso esta vez ha sido un plus para mí, ya que sé que me va a hacer sentir bien de principio a fin y, a veces, solo quiero eso de un libro. Reconozco que no tenía todas conmigo al empezar Caught Up porque ya sabéis que no soy muy fan de los niños pero bueno, este hace poca cosa salvo sonreír y ser cuqui, así que no le pongo pegas (salvo en cierto momento final en el que la escritora se ha canteado muuuuuucho a través del bebé). Tampoco me hacía mucha gracia la diferencia de edad pero he acabado olvidándola. Tomforde ha hecho una historia bonita y emotiva a través de unos personajes aparentemente muy opuestos y que, realmente, se parecen bastante, especialmente en su deseo interno de tener una familia y pertenecer a un lugar. 


Pues roza el moñismo pero no me parece que llegue a él, la escritora sabe moverse muy bien entre lo cursi y lo emotivo, quedándose más bien en lo segundo. Una cosa que me ha encantado de la relación entre Kai y Miller (además de los hottismos sexuales, que no son abundantes pero sí son estupendos) es que muy divertida, con diálogos llenos de indirectas, flirteos y desinhibiciones (Miller descoloca al aparentemente remilgado Kai y es fantástico). En general, las relaciones entre los personajes son divertidas y sinceras, algo que me suele encantar. Básicamente me lo he pasado muy bien leyendo, con Kai y Miller, con Isaiah (cuyo libro necesito YA DE YA), con Rio 😍, viendo a los protagonistas de los libros anteriores. He disfrutado con una historia sencilla pero muy muy agradable, así que se lleva en nuestro Gandymetro...

Maromo beisbolero, pa mí te quiero


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