La noche de la reinauguración de la Casa de Gabriel, uno de los mas famosos establecimientos dedicados al sexo en Londres, Victoria Childers subasta su virginidad ante los asombrados clientes. Gabriel, el dueño del local, ofrece dos mil libras por ella, convencido de que ha sido enviada por un antiguo enemigo para matarle. Sin embargo, Victoria no es una asesina, sino una antigua institutriz a quien la necesidad de sobrevivir a la pobreza y a su propia soledad obliga a tomar esa drástica decisión.
Haggards queridas, aquí vengo con la reseña de la segunda novela de
Ángeles y he de decir que es un libro 100% Robin Schone. Esto
quiere decir que hay mucho erotismo y poco sexo, pero el que hay no
va a ser convencional. Siguiendo cierta trama que no terminó de
cerrar en El amante, la autora vuelve a esa manera de narrar en el
que las cosas se dicen a medias (estilo un tanto poético e "intensito" que
se hace algo pesado para mi gusto) y nos tiene con un suspense extraño
para contarnos
otra historia de venganza, violencia, sexo y muerte. Y de
nuevo a mí me ha tenido despistada y con la cabeza hecha un lío con lo que
pasaba ahí, pero ya sabéis que...
No me entero, pero me da igual porque es la Schone - Parte 2 |
El protagonista ahora es Gabriel, el ángel rubio al que la
madame que formó a ambos (Michael y él) en el mundo de la
prostitución adoctrinó para
satisfacer los deseos lúbricos de hombres. Su vida está
irremediablemente unida a Michael. Sin embargo, él nunca ha sido de
familia bien y, encima, tuvo que dejar que señores le hicieran sus cosas
por donde amargan los pepinos. Todo alegrías, tal y como sabemos que le
gusta a la Schone.
Pero ahí no queda la cosa. Y es que
Gabriel lleva casi quince años sin dejar que nadie lo toque
por un pedazo de trauma que arrastra y que es la clave de su
relación amor-odio con Michael. En la primera novela se alude a dos
hombres malosos, el "primer hombre" y el "segundo hombre" como causantes
de todas las desdichas de este par de maromos. En esta entrega todo se
centra en encontrar al llamado "segundo hombre", el cual o es quitado de
la circulación por Gabriel o será aquél el que se cargue a nuestro ángel
rubio.
Como veis, todo muy romántico (ironía modo ON). Para embrollar más la cosa,
aparece por la Casa de Gabriel el día de su reapertura
Victoria Childers, una joven que ofrece en subasta su virginidad,
ya que no tiene un duro y necesita urgentemente comer. A Gabriel le
resulta sospechosa y se le mete en la cabeza que ella es el enlace con el
"segundo hombre" y que viene a cargárselo, amén de que ella también morirá
después. No sé si me seguís, pero yo tenía el cardado hecho un lío
también.
El caso es que ella no tiene idea de qué va el asunto tampoco (todas somos
Victoria) y Gabriel puja por su virgo para protegerla en su casa. Poco a
poco se va descubriendo que la joven (bueno, no tan joven para la época,
porque ya tiene treinta y cuatro años) es una antigua institutriz caída en
desgracia, que fue despedida sin referencias por su patrón y que guarda un
secreto. Victoria tiene un pasado jodido además de todo lo contado,
ya que su padre era un misógino y estaba obsesionado con que las mujeres
eran todas unas sorras y unas evas tentadoras. Por supuesto, ninguna tenía
derecho a gozar de alegrías bajeriles y eso a Victoria la tiene
traumatizada porque a ella le dan unos calores ahí que vamos, lo que la
hace sentirse una prostituta. Un mierda como un piano ese progenitor. Pero que levante la mano quien no sienta fuegos internos.
Victoria, no estás sola |
Con estos mimbres Robin Schone nos cuenta una historia de supervivencia,
la de Gabriel y Victoria, cada uno con sus líos mentales y sexuales.
También es una historia de descubrimiento (o redescubrimiento) sexual y de
redención. Quizá es algo repetitivo si lo comparamos con el libro
anterior, pero al ser otro prostituto con mochila a tope es normal. En
cuanto al romance, como siempre veo poco de ello, en esta autora el amor
se descubre avanzada la trama y a través del contacto sexual. Podría ser
parecido a lo que vemos en mucha romántica de época, donde pasan del sexo
al amor en cero coma. Sin embargo, con Robin Schone hay un matiz
diferente: el sexo no es exactamente lujurioso, sino que se convierte en
la vía para el autoconocimiento sensual y lo que lleva a la conexión de
personajes que son complementarios, que estaban destinados a
encontrarse.
Lovely estilo Schone, ojo |
En esta novela encontramos de nuevo prácticas sexuales distintas a lo que solemos encontrar en romántica de época, como por ejemplo las duchas con erótico resultado o el voyeurismo en una escena muy bien descrita (no como otras, cof, cof). Lo que sí puedo criticar a Robin Schone es no haberse atrevido con estas
novelas a una historia boa/boa, porque la relación Michael-Gabriel no
puede ser más ambigua y en este libro eso se acentúa. Y tanto lo hace que
parece en ocasiones que Victoria sobra ahí. Ojalá un momento guarreril
entre los dos ángeles 😏
Al menos nos regala un beso entre ellos 🔥 |
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...