Casada a los quince y viuda a los cuarenta y nueve, la pueblerina Frances Hart sólo ha conocido los deberes de una esposa y madre, y nunca las alegrías de una mujer. Decidida a ampliar sus horizontes, se atreve a irse sola a explorar Londres en toda su sensual gloria… Sobre todo cuando conoce a James Whitcox, un abogado decidido a poner en práctica ideas atrevidas sobre las necesidades de la mujer.
Aquí estoy, queridas haggards, leyendo aunque no lo parezca. El Reto Rita sigue sin darme ninguna alegría. Mi última lectura del mismo ha sido El señor de la guerra, una novela que ni fú ni fa, donde el tal señor es un mñé en cuanto te descuidas. Ni reseña tuve ganas de hacerle, así está la cosa. Espero que me lo perdonéis, sobre todo Kim, que mantiene esto a flote gracias a que comenta por aquí lo que le echen, sin miedo. ¡Olé tus ovarios, querida!
Después de otro tropezón lector, pensé en una apuesta segura, Robin Schone. Comencé con Llanto de pasión, pero es el segundo de dos libros y decidí empezar por el principio. Al fin y al cabo, no era como tener que meterse entre lentejuela y cardado una saga de trece libros y la Schone no me daba pereza.
Amantes del escándalo es, como os decía, el primero de la biología El Club de Hombres y Mujeres
Por pura casualidad, una viuda se cuela por allí mientras buscaba el baño y va a poner todo patas arriba con sus preguntas y reflexiones, y a cierta boa tan dura como el cerrojo de un penal. Y aquí reside lo interesante del libro, como ya ocurrió con El tutor: la protagonista no es una jovencita virginal que se enamora del conde calavera de turno o de un marqués estirado. Es más, es que no hay ni un aristócrata de por medio, sino gente normal y corriente de la alta burguesía: una maestra, una doctora, un periodista en silla de ruedas, un abogado... y viene a añadirse una viuda pueblerina, Frances Hart, que tiene casi cincuenta años y no ha sido otra cosa desde los quince que hija, esposa, madre y abuela, pero nunca mujer. Que sea abuela ya es algo novedoso y más en erótica, porque ya lo decía Samantha Jones...
Un aplauso para Robin Schone, sí señora. Poner de protagonista a una mujer de esa época que quiere a cierta edad saber qué es el placer sexual me parece de una originalidad enorme. Por supuesto, va a encontrar con quién experimentar trocotró del bueno: James Whitcox, abogado que jamás pierde contra su máximo rival, el fiscal de la Corona, Jack Lodoun, con el que descubriremos que tiene una historia personal bastante complicada (no os emocionéis, no es nada de 🐍 con 🐍, que os veo venir).
James no es tampoco un protagonista masculino al uso, no va de "te voy a dar gustirrinín porque soy lo más y a todas las dejo rendidas". Él también arrastra lo suyo y ve en Frances una manera de remediar la concepción errónea que él tenía de las relaciones íntimas hasta ese momento.
¿Cuál es la pega que le pongo a esta novela y que ha hecho que pierda Gandys? El exceso de sexo. Y me diréis, quizá con razón, que a ver qué esperaba si esto es una novela erótica. Y yo os contestaré que El tutor también lo es y el trocotró es escaso y muy esperado. Aquí la Schone se puso calentorra de más y llega a haber momentos en los que ya me resultaba hasta ridículo. Que me parece estupendo que la viuda Hart descubra las alegrías que puede darle su clítoris, que James tenga la punta del pirulo como una ciruela jugosa o que ella esté encantada con notar cómo le resbala el semen de él por el muslo, pero llegó un momento que ya estaba harta y la trama no avanzaba. Y venga aceite lubricante, que parecía aquello una ensalada, por Dios. Y no hablemos de los ordeñes (sí, habéis leído bien). Robin, querida, tú lo sabes hacer mejor, que te he leído antes.
También hay un tono demasiado triste y melancólico, incluso en las escenas de sexo, y hasta algo moñas con tanto decir que el xixi de Frances es el hogar de ambos y cosas así. Menos mal que el argumento da una vuelta de tuerca y nos pone otra vez en situación: una viuda cercana a la cincuentena no tiene derecho a una vida fuera de su familia, y menos una vida sexual. El drama se masca en el ambiente, pero tendréis que leer la novela si queréis saber qué es. Yo me enteré antes, porque Llanto de pasión parte del final de Amantes del escándalo y cometí el error de empezarla. Pero eso no le quitó interés a la lectura, sólo lo hizo el dale que te pego (que tampoco es que sea lo más de lo más) y el empacho de ostras que llegué a pillar.
Pero he de añadir otro punto a su favor: que una simple viuda venida del campo cambie para siempre las relaciones entre los londinenses y cultos miembros del Club de Hombres y Mujeres, que se atrevan a lanzarse por fin y que se quede una historia abierta para la siguiente novela. Leer a Robin nunca es perder el tiempo, aunque de vez en cuando le dé al porrete para ponerse a tono.
Por todo esto, recibe en nuestro Gandymetro...
James no es tampoco un protagonista masculino al uso, no va de "te voy a dar gustirrinín porque soy lo más y a todas las dejo rendidas". Él también arrastra lo suyo y ve en Frances una manera de remediar la concepción errónea que él tenía de las relaciones íntimas hasta ese momento.
¿Cuál es la pega que le pongo a esta novela y que ha hecho que pierda Gandys? El exceso de sexo. Y me diréis, quizá con razón, que a ver qué esperaba si esto es una novela erótica. Y yo os contestaré que El tutor también lo es y el trocotró es escaso y muy esperado. Aquí la Schone se puso calentorra de más y llega a haber momentos en los que ya me resultaba hasta ridículo. Que me parece estupendo que la viuda Hart descubra las alegrías que puede darle su clítoris, que James tenga la punta del pirulo como una ciruela jugosa o que ella esté encantada con notar cómo le resbala el semen de él por el muslo, pero llegó un momento que ya estaba harta y la trama no avanzaba. Y venga aceite lubricante, que parecía aquello una ensalada, por Dios. Y no hablemos de los ordeñes (sí, habéis leído bien). Robin, querida, tú lo sabes hacer mejor, que te he leído antes.
También hay un tono demasiado triste y melancólico, incluso en las escenas de sexo, y hasta algo moñas con tanto decir que el xixi de Frances es el hogar de ambos y cosas así. Menos mal que el argumento da una vuelta de tuerca y nos pone otra vez en situación: una viuda cercana a la cincuentena no tiene derecho a una vida fuera de su familia, y menos una vida sexual. El drama se masca en el ambiente, pero tendréis que leer la novela si queréis saber qué es. Yo me enteré antes, porque Llanto de pasión parte del final de Amantes del escándalo y cometí el error de empezarla. Pero eso no le quitó interés a la lectura, sólo lo hizo el dale que te pego (que tampoco es que sea lo más de lo más) y el empacho de ostras que llegué a pillar.
Pero he de añadir otro punto a su favor: que una simple viuda venida del campo cambie para siempre las relaciones entre los londinenses y cultos miembros del Club de Hombres y Mujeres, que se atrevan a lanzarse por fin y que se quede una historia abierta para la siguiente novela. Leer a Robin nunca es perder el tiempo, aunque de vez en cuando le dé al porrete para ponerse a tono.
Por todo esto, recibe en nuestro Gandymetro...
James, ya me lubrico yo sola, no te preocupes |
Pues mira, a pesar de los ordeñes y de que haya exceso de sexo (que ya sabes que yo para eso tengo todo muy ancho XD) tras leer tu reseña lo voy a tener en cuenta porque me ha picado la curiosidad. Libros normalitos y mñes siempre se cruzan por nuestro camino pero protagonistas tan originales como la de este libro, no. Apuntado queda!
ResponderEliminar(Y no me des las gracias, ya habrá momentos en los que reseñe menos yo XD)
Besotes!!!
Ya me contarás qué te parece el guarrerismo e.e ¡Y gracias por estar siempre ahí, querida!
EliminarGracias por la reseña.
ResponderEliminarEsta novela me encantó cuando la leí hace unos años, por todo lo que dices.
Me gustó además por identificación con la edad de la prota en ese momento.
(aunque nietos todavía no tengo, y no sé cuando los tendré como la nueva generación siga así: el de 22 años pasa los sábados a la noche jugando a la playstation).
Me faltó el maromo algunos años menor; el mio tiene cuatro más :(
Y me sirvió mucho por el descubrimiento del lubricante. Si, soy una tonta, sabía que existía pero nunca se me ocurrió usarlo. Ja Ja. Me cambió la vida.
(creo que puse muchas cosas personales en la red)
¡Gracias por comentar! Me alegro que una buena novela erótica te abriera a nuevas experiencias. Es triste que bodrietes como el Grey hayan despertado a muchas mujeres al sexo cuando este libro (y otros) no se basan en relaciones con pirados ni vírgenes pavas en pleno siglo XXI. Está bien que la protagonista sea una mujer de cierta edad, que nunca nos encontramos con féminas así en la romántica, y menos en la erótica. ¡Un besote!
EliminarPues yo me hice con él y a dios pongo por testigo que a la mínima que pueda me pongo con él. Y bravo por la Schone y demostrar que las maduritas también damos guerra!!!
ResponderEliminarCuando lo leas nos dejas tus impresiones por aquí,guapa. ¡Gracias por pasarte!
EliminarMe ha sorprendido pero para bien,que la protagonista tenga 49 años, también tienen que tener su momento las maduritas, no hables de reto que yo aún tengo dolor de cabeza con el último
ResponderEliminarle echaré un ojo a este, a mi el exceso de sexo no me perjudica mucho, pero bueno lo tendré ahí por si cambio de aires jajajaja. buen post
Lo de la edad y circunstancias de la protagonista me parece muy original, y eso le da un plus a la novela, la verdad. Ya nos contarás si te animas a leerla ;)
EliminarSí, como el Tutor nada, de todas formas me pareció muy valiente y muy interesante la protagoista. Esta autora me gusta y mira que no soy amante de la romántica erótica. Quizás su critica social palia el exceso que comentas, que sí... que tienes razón
ResponderEliminarUn besote
Es, como dices, muy valiente. No sé de nadie que escriba erótica de época y, además, ponga como fondo problemas reales de las mujeres de ese momento. ¡Gracias por pasar!
EliminarLlevo muchos años leyendo novelas de epoca, y es verdad que a veces cansa un poco el rol jovencita-aristocrata calavera. Asi que solo por la originalidad de que la protagonista sea tan diferente a lo acostumbrado me la apunto a mi lista. A ver que tal. Por cierto que hace unas semanas que descubri vuestra pagina y me encanto, he leido ya un monton de vuestras reseñas y me encantan, sois geniales, Un saludo!
ResponderEliminarSí, siempre el mismo cliché cansa. Es difícil dar con mujeres viudas, separadas... y, sobre todo, maduras. Gracias por comentar y esperamos que nuestras reseñas te sirvan de guía para próximas lecturas :)
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