Beau Montgomery vive su mejor momento… hasta que queda a cargo del Racho Cañada Verde. Con su dislexia, escogería una montura mil veces antes que una hoja de cálculo. Su única esperanza es que la bibliotecaria del pueblo le ayude. Lo único es que está colgado de la belleza amante de los libros desde sus tiempos del instituto y, pesar de ser un zalamero, no puede evitar trastabillarse cada vez que se ven.Alice Martin no se arrepiente de haber antepuesto su carrera a sus relaciones personales pero cuando Beau le pide ayuda, Alice decide saber qué se está perdiendo. Mejorará las capacidades lectoras de Beau si este le enseña a flirtear y accede a ser su cita en una boda. Pero cuando el cotilleo se extiende por el pueblo, se ven obligados a fingir un romance que mantenga su trato en secreto. Alice no tardará en ver a Beau de un modo distinto… ¿Podrá convertir su historia falsa en un verdadero “felices para siempre”?
Nunca aprenderé que no me viene bien dejar las series colgadas como un
jamón porque luego las quiero retomar y no me acuerdo ni del NoDo. Lo
único que recuerdo de esta serie es que con el primero me divertí
muchísimo y el segundo me pareció un tostón. También recuerdo que en el
segundo se intuía esta pareja y que tenía pintaza (pero no la suficiente
como para que tirara encima de este libro cuando saliera, todo sea dicho).
El caso es que era el último de la serie y me da gustillo terminar series
así que aquí me hallo, oye, haciendo como que me acuerdo de algo para
reseñarlo.
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| Mi base reseñil |
En cuanto te cuente de qué va esto verás que es una historia de
romántica más vieja que el hilo negro. Resulta que nuestro maromo, Beau
Montgomey, es un cowboy palote que se encarga de un rancho junto con su
hermano pero al hermano le sale otro curro que le satisface más y Beau se
queda a cargo del rancho, con todas las labores administrativas que eso
conlleva. Donde muchos ven un aburrimiento supremo, Beau ve un problemón
porque es diléxico escondido (vamos, que solo lo sabe su hermano) y le da
miedo cagarla ejerciendo el trabajo que más adora. Pero Beau ve una
solución lógica: si tiene problemas de aprendizaje, irá a que le enseñen.
¡Y quién mejor para enseñarle que la bibliotecaria del pueblo, Alice
Martin, que, además, fue su niñera y su crush adolescente!
Alice Martin es bibliotecaria y está soltera y entera. Este dato último no
le parece especialmente importante porque no deja de ser un frotamiento
íntimo consistente en percutir al que le sigue una pequeña satisfacción y
un darse la vuelta en la cama para dormir un ratín. Al menos, así es cómo
ve ella el sexo. Pero eso no quiere decir que no le apetezca comprobar de
qué va eso del refrotamiento guarreril, que tonta no es. Por eso cuando
Beau le pide ayuda, Alice ve el cielo abierto para hacer un trato con él:
ella le ayuda con su dislexia mientras él la ayuda en eso de ligar y de
akjshfkajhdfkj. Win win para todos pero con fecha de caducidad, una boda en
la que Beau va a ejercer de su acompañante.
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| Again |
Y ya no hace falta que os cuente más porque os lo sabéis al dedillo. No me
molesta que no haya sorpresa si lo que me cuentan me tiene haciendo la
croqueta pero este no ha sido el caso. Carly Bloom nos mete una
reinvención del cuento de La Bella y la Bestia con una Bestia encantadora
y una bella que parece un animatronic, mucha palabrería, cero experiencia,
poco sentimiento. No se explota que Beau bebiera los vientos por ella, no
se profundiza en sus problemas con la dislexia, no se aprovecha eso para
ver cómo se van conociendo ya de adultos y cómo se van acercando. Hubiera
sido una delicia ver cómo Beau avanzaba en su problema y no que nos lo
contaran con cuatro frasecitas. Se da mucha más importancia al aprendizaje
sexual de Alice (¡con ese maestro que tiene, como para no aprender!) pero
se pretende hacer de ella y de su actitud tan analítica algo gracioso y,
lo que yo os digo, parece el robot Emilio.
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| Alice, the love machine |
Me he desconectado por completo del libro con esas cosas, me daba la
impresión de que ahí el único con sentimientos era Beau y no ella, lo que
en una novela romántica como que no funciona muy bien. No es que haya sido
un libro terrible, es entretenido pero sin más, acabas un poco leyendo
como el robot Emilio, de modo automático. Me ha dado la impresión de que
Carly Bloom estaba más interesada en terminar la serie que en hacer una
historia de amor en condiciones, así que por Beau y solo por él se lleva en nuestro Gandymetro...





