Hola, me llamo Bree Camden y estoy totalmente enamorada de mi mejor amigo y estrella del fútbol americano Nathan Donelson (también lo está la mitad de América, si te fías de lo que dicen los periódicos y de la cantidad de citas que tiene). El primer paso es admitirlo, ¿verdad? Excepto que a él no se lo puedo decir porque no me ve de ese modo y lo último que quiero es que las cosas se pongan raras entre nosotros.¡Solo una buena y de toda la vida (sin tocar al hombre más sexi que existe) platónica amistad para nosotros! ¡Justo lo que me gusta! Sí. Estupendo. (No estoy llorando, solo estoy cortando cebolla). Nuestra amistad va como la seda hasta que accidentalmente (y debido al tequila) le cuento mis sentimientos a una periodista y ahora todo el mundo cree que Nathan y yo estamos juntos. Ay, ¿he mencionado que tenemos que fingir en público durante tres semanas que estamos saliendo juntos hasta que llegue la Superbowl porque hemos firmado un contrato? Ay, ¡había olvidado que no puedo decírselo a nadie! La cuestión es que ahora mi mejor amigo está borrando todas las líneas y actuando conmigo de un modo muy poco platónico, y yo solo intento que mi cuerpo no eche a arder cada vez que me toca. ¿Cómo voy a sobrevivir a tres semanas de fingir que salgo con Nathan sin que nada cambie entre nosotros? Sobre todo cuando parece que él está luchando por que las cosas sí que cambien...¡Mandad ayuda!Besos, Bree.
Pues ya estamos por aquí con otra reseñita de portada colorinchi, que ya
sabéis que me las meten dobladas con los colorines pero, como
me atraen con la misma intensidad que un buen pechote maromial, ahí
sigo yo, buscando uno que me haga faliz. El caso es que este lo pedí en
Netgalley, no me lo dieron pero me picaba leerlo y, como está en Kindle
Unlimited, de cabeza que fui, que una no se resiste ni a los colorines ni
a un sporty melofó ni a unos
amigos que se refrotan el higo. Y está bien eso de que ellos acaben
contentos, porque lo que he sido yo...
Sospecho que no os sorprende a ninguna |
Es una sensación extraña la que me ha dejado este libro,
porque estaba pasándomelo bien (sin exigir mucho, todo sea
dicho) hasta que he empezado a notar cosas raras (no, no estaba
sentada encima del vibrador) y en un determinado punto el libro ha sufrido
una caída que ni el crac de 1929. Obviamente, y como cada reseña
que hay por aquí, es una opinión puramente subjetiva, ya que este libro lo
he visto reseñado por Instagram y ha gustado mucho, pero yo
he quedado decepcionada. Resulta que tenemos a Nathan Donelson, un
quarterback buenorrísimo que ya lleva un anillo de Superbowl
en sus viriles manazas, y a su mejor amiga desde el instituto,
Bree Candem. Nathan está en la cresta de la ola y Bree (casi)
siempre ha estado a su lado. Tan juntos están que la churri que tenga
Nathan tiene que acostumbrarse a que
Bree se pasee por casa de Nathan cuando quiera (tiene llave y le da
buen uso), a que tengan sus momentos inamovibles que no se los puede
saltar ni un galgo y a que, si obliga al maromazo a elegir entre ella y su
mejor amiga, ahí tienes la puerta, churri de paso. Nathan adora a Bree y,
como tú y yo sabemos,
Bree perdió las bragas hace años por su mejor amigo y lleva
sufriendo su amor en silencio como las hemorroides, porque prefiere
tenerle para siempre como amigo antes que ser otra más de sus chatis. Y
así fantasea con lo que sería ser su novia sin darse cuenta de que
Nathan también lleva toda la vida enamorado de ella...
Hagamos como que nos sorprendemos |
No es que yo os destripe nada, es que hay cero misterio. El libro
se narra (en primera persona, Diorcito) desde ambos puntos de vista y
lo primero que sabemos es que los dos llevan enamorados en secreto
desde el instituto. La vida ha pasado, los sueños se han convertido en realidad o en un
fracaso, las parejas han ido y venido... y el amor de estos sigue
inamovible. Y en secreto. ¿Por qué? Pues mira, yo qué sé. Entiendo que
ellos tengan miedo a abrir la boquita y romper su amistad o que cuando uno
estaba solo, el otro siempre tenía pareja, pero me cuesta creer que
con la relación tan estrecha que tienen
hayan sido capaces de no soltar ni un indicio de sus sentimientos,
ni siquiera cuando alguno se ha pillado una cogorza. En fin, hay que
creérselo porque aquí hemos venido a eso, aunque reconozco que era una
cosa que me venía constantemente a la cabeza y me sacaba del libro. Pero
bueno, esto es un
nadismo de mono con platillos para echarte unas risas y no le pides
tanta credibilidad. Por cuestiones novelísticas (romance reasons,
que diría
la MacLean en su podcast), tienen que fingir que son pareja y ahí es donde entra la
cheat sheet del título (que, por lo visto, es una chuleta que
llevan los jugadores de fútbol americano para recordar las jugadas
ensayadas), ya que los compañeros de equipo de Nathan (que adoran a Bree,
como no podía ser de otro modo)
le ayudan a concretar qué pasos debe dar con ella para salir de la
friend zone y ver si Bree estaría dispuesta a los refrotes bajeriles con
su mejor amigo.
Yo sí estoy dispuesta, Nathan, por si a Bree le da pereza |
La cheat sheet me parece que llega tarde al libro pero esas
tontunas me encantan, así que estaba yo dispuesta a disfrutar viendo
cómo Nathan tachaba cosas en pos del amor y goce guarreril. Pero
lo que parecía la excusa del libro acaba olvidada porque Nathan no tiene que hacer mucho para enamorar a la que ya tiene
enamorada. Como os digo, misterio cero. Piensas que por algún lado
aparecerá alguna clase de conflicto, incluso aunque sea un malentendido
(recurso que no es santo de mi devoción, ya sabéis, pero bien puesto te
anima cualquier soserío), pero nada, ni conflicto ni conflicta.
¡Y un momento, que se cuela la ansiedad entre las páginas!
He venido a cambiar el libro |
Pues no, que es otra cosa que
parece que va a ser importante y tal y como llega, se va. El
medio libro que te pasas viendo cómo están secretamente enamorados y
tienen que fingir estar enamorados sin saber que realmente lo están de
modo recíproco (minipunto si no te has liado) es entretenido y
divertido, pero luego empieza eso a perder fuelle para, cuando se
destapa todo,
caerte dentro de una peli de Hallmark rebozada en azúcar. ¡Y
encima no hay ni un triste guarrerismo en la página! Me indigno
cosa mala porque son años de pensar en hacerse marranadas sexuales y resulta que, cuando
lo tienen al alcance del nabo de la mano, lo alargan
hasta la saciedad, solo ves besitos y acabas por tener que imaginártelo.
Que no es que sea algo malo (bueno...) pero, como el resto no me ha
compensado, ha sido la guinda del pastel de mi chasco. A pesar de todo, el
libro ha sido agradable y lo he leído rápido y bien, pero
claro, también me resulta fácil leer las instrucciones de mi secador de
pelo (y probablemente tengan la misma profundidad, ya que el libro se
queda muy superficial en cosas que daban para más). En fin, que hay
muy buenas intenciones pero creo que de ahí no pasa.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...
Maromo adorable en libro olvidable |
Una pena que no haya sido lo esperado pero es tan divertido leerte que olvido hasta el libro y me quedo con el buen rato que me haces pasar =)
ResponderEliminarAl menos sacamos las risas de la reseña, no está mal XD.
EliminarMcuhas gracias por pasarte y comentar!
Hola
ResponderEliminarIba leyendo y recordando, sin recordar el título, por supuesto; una película con actores bastante conocidos que es casi casi exactamente lo mismo pero sin el deportista🤔
Hay novelas que no se pueden coger ni con pinzas y está parece una de ellas. Inglés y contemporánea, ni me acerco 😂. Me sabe muy mal por ti, y más cuando tienes tantas ganas de leer una historia y ves que no va por el camino que pensabas.
Pero uno que no apunto🥳
Un besote
Es que suena a visto. Y no es que me parezca mal pero, hombre, que se cuente mejor! Esta no tenía mala pinta pero no sé qué acaba haciendo, la verdad. En fin, otro chasco XD
EliminarMuchas gracias por pasarte, Pepa!
Tú y tu "pelea" con las portadas colorinchis XDDD.
ResponderEliminarEs una pena, Kim, porque la verdad es que el libro en principio promete por todo lo que cuentas en el argumento. Pero bueno, qué se le va a hacer, esto es como la lotería xD. Espero que sí disfrutes la próxima lectura. Eso sí, tu reseña es divertida y estupenda como siempre.
Besitos
Lo mío con las portadas colorinchis es para hacer un libro XD. De verdad que no tenía mala pinta pero o soy yo, que no me gusta nada, o es él, que se un chasco (y va a ser él, claro XD).
EliminarMe alegro de que hayas pasado un buen rato con la reseña! Muchas gracias por pasarte y comentar, guapa. Besotes!
¡Qué pena! La sinopsis tenía buena pinta y los ingredientes también.
ResponderEliminarAins, si es que no te puedes fiar de las portadas colorinchis, habrá que volver a las portadas Fabio XD.
Gracias por la reseña, muy divertida. Nunca fallas
ღゝ◡╹)ノ♡
No seré yo la que se queje de que vuelvan las portadas fabiescas, con pechote y melena al viento XD.
EliminarAy, es que veo una portada colorinchi y ya me creo que lo mismo está ahí otro The Hating Game y, claro, casi siempre es NO. Pero aún no se me han pasado las ganas de seguir leyéndolas, help XD.
Muchas gracias por pasarte y por echarte unas risas con las tontunas
Siempre me haces sonreir... Gracias.
ResponderEliminarMe alegro mucho!
EliminarQue pena que no te haya terminado de cuajar, la verdad que la historia en si, no pinta mal, al menos para echar un buen rato, pero veo que tienes sus cosillas. Seguro que el próximo irá mejor, besos y buen post
ResponderEliminarMe está pasando exactamente lo mismo que te paso a ti, voy acabando el libro y no ha estado mal para pasar el rato pero si esperaba que hubiera aunque sea un poco más de drama y la protagonista no me ha terminado de convencer,muchas veces me exasperada que siempre se adelantaba a los hechos y no dejaba que los otros dijeran las cosa como las veces en que él se estaba por declarar y otras cosas también que fueron la razón de que no sea de mis protagonistas favoritas
ResponderEliminar