Adam Baxley, el disoluto heredero del conde de Dunwich, se encuentra en una encrucijada desesperada. Su padre le impone un matrimonio y un heredero en un plazo implacable. Si fracasa, perderá su posición, fortuna y título, cayendo en la desgracia social. La elegida para ser su esposa no puede ser peor, pues se trata de Roxanne Blyton, una mujer sin encantos y estigmatizada por la reputación de su malogrado padre.Lo que comienza como un matrimonio catastrófico se convierte en un torbellino de emociones cuando descubren que tras sus desplantes se esconde una pasión irresistible que no pueden comprender. Pero ¿puede el amor florecer entre dos almas destinadas a odiarse?Sumérgete en la lujuriosa y seductora atmósfera del Londres de 1812, donde el Club de los Caballeros Piadosos, una hermandad de aristócratas libertinos, despierta nuevos deseos y tentaciones. ¿Podrán Adam y Roxanne resistir la pasión que los consume?
Queridas haggards lectoras, por aquí aparezco yo, Cassie, más conocida
como "El Guadiana de Blogger", porque asomo mi cardado cuando menos
lo esperáis y, de repente, vuelvo a desaparecer. Y lo hago aprovechando
que este verano me propuse leer más romántica (además de
El Quijote, para que veáis que MeCaben todos los tipos de libros y
no sólo maromos de distinto pelaje).
¿Qué se cuece por aquí? |
Allá que agarré el Kindle a ver lo que tenía por ahí y nada me seducía.
Opté, entonces, por tirar por la lectura que menos horas me ocupara (así
de práctica soy) y que al menos tuviera dos características:
enaguas y una escritura más o menos decente. Es por eso que se me
fueron los ojos a un escritor patrio de romántica: José de la Rosa.
De él había leído dos cosas: una contemporánea -Gigoló, el amor tiene un precio-, que más o menos bien, y otra más histórica que romántica -Bajo el Puente de los Vientos-, que me gustó bastante, aunque necesitaba un corrector con mucha
urgencia.
Con estos antecedentes me puse al lío, aunque torciendo el morro, como es
habitual en mí. ya que este autor tiene dos cosas en su contra: animar a
publicar a cierta autora que no nombro porque me salen arrugas, y
publicitar sus novelas históricas de Regencia como
"Historias que suceden en el Londres de los Bridgerton" o
"Si, te gustan los Bridgerton, te gustarán mis novelas". Si
algo me saca de quicio es la gente que se sube al carro que pasa en ese
momento, ya sean escoceses, Greys y sus sombras y, ahora, los puñeteros
Bridgerton, a los que voy a terminar aborreciendo. Porque creo que este
señor no había hecho apenas romántica histórica hasta este momento y la de
Bajo el Puente de los Vientos no es tan romántica y se enmarca
en la Revolución francesa. Pero ahora ha empezado a parir libros "estilo
Bridgerton" ya que es lo que toca. Esto es un arma con muchos
filos porque:
1) Si eres fan de la saga (serie y/o libros) te vas a decepcionar.
2) Si odias los Bridgerton (serie y/o libros) no te vas a acercar ni con
un palo a estas novelas, por lo que pierde potenciales lectores.
Dicho esto, cada uno puede publicitar su obra como mejor le parezca y es
muy lícito aprovechar las modas, pero cuidadín con lo que te digan luego,
que te puede dar donde más duele y habrás de asumirlo con deportividad.
Está claro que a él le va bien el tirón y ahí tenemos su serie
Regencia canalla (cuando hay libros de Regencia con canallas
para aburrir en la romántica histórica de toda la vida) y también la que
abre esta novela, Caballeros disolutos. Que, leído este libro, la
serie podría llamarse
Caballeros puteros a los que les van las orgías y son un tanto
hipócritas con el tema de la prostitución, pero quedaba muy largo.
Madre mía, Cassie, deja ya de contarnos mierdas y empieza la reseña |
Pues aún queda rollo, dear Kim... Diréis que
pa qué me meto a leer algo que, de entrada, parece que no me
apetece.
Pues mi idea era empezar y, si no me enganchaba, a otra cosa, mariposa.
Pero resulta que el tío sabe lo que hace y te pone capítulos cortos y
cierta intriga para que no cierres el libro. Tampoco es que se caliente
mucho la cabeza armando una historia muy complicada, pero es eficiente y
escribe bien. Lo que hace lo hace
respetando las reglas del juego en la romántica histórica en cuanto
a personajes, vocabulario y ambientación. Y soltado todo este rollo, paso
a diseccionar, que es lo que se espera de un blog de reseñas.
Mi especialidad: irme por las ramas y tocar los coj... |
Irresistible (con ésta ya llevamos por aquí tres novelas con ese
nombre, ejem) es un enemies to lovers un poco raro.
Lord Adam Baxley, futuro conde de Dunwich, es bastante odioso hasta
la mitad, aunque tampoco es que me haya enamorado después, ojo. Es un tío
desagradable con la protagonista por mierdeos con sus padres (los
traumatizados de siempre), está todo el día con cara de enfado menos
cuando pasa horas con madame Camille, una prostituta de alto
standing con la que se quiere casar, o va al
Club de Caballeros Piadosos, un lugar con un nombre muy de coña, ya que es donde se juntan cinco
amigos ricos, guapos y follarines y todas las señoras (que no prostitutas)
que se apunten a organizar orgías, pero con orden, eh. Nada de todos con
todos: ellos con dos mujeres a la vez sí, pero entre hombres nada de
tocarse las boas ni meterlas en cuevas que no son.
Una boa del Club sin saber dónde colarse |
El caso es que los padres de Adam son unos frustrados porque perdieron dos
hijos y les quedó uno, que es para ellos lo peor. Así que viene la
consabida amenaza: o te dejas el puterío y te casas y procreas o no ves un
duro más. La elegida es
Roxanne Blyton, una señorita sosa y caída en desgracia que no sabe
nada de follar la vida. A mí me ha chirriado muchísimo
que Roxanne, repudiada por toda la sociedad debido a la supuesta mala fama
de su difunto padre, sea la que casen con su hijo. Todo el rato hablan de
que es "una obra de caridad", pero me ha parecido muy traído por los pelos
que sea ella precisamente, cuando la reputación de su padre y su trágico
final está directamente conectada con la familia de Adam. Y en ningún
momento se dice que lo hacen por remediar el daño que le pudieran causar,
sino todo lo contrario: la tratan fatal. Os juro que no entendía nada.
Pero si no es así, se cae toda la trama de intriga, claro. Ay, José, que
se te ven las costuras...
Te hemos pillado, querido |
Por supuesto, entre la pareja hay un odio absoluto que, de entrada, está
más claro por parte de él, que le dice fea en la cara y no puede ni
hacerle una guarrerida la noche de bodas. En cuanto al odio (mezclado con
atracción) de ella, no sabemos muy bien por qué es, se va revelando poco a
poco y oliendo a venganza y a poner las cosas del pasado en su sitio. Con
aborrecimiento y todo, ella lo quiere seducir con un propósito secreto y
echa mano de quien menos se espera para aprender a ser sexy (no esperéis
nada al estilo
El tutor🔥), pasando de patito feo a cisne en nada y provocando reacciones
boíles en su marido.
Me pongo rimmel y mira qué cambio |
¿Hay amor en la novela? Para mí no: hay lujuria, como ocurre con demasiada
frecuencia en muchas novelas románticas. Todo ese rollo de sentir que te
crece el bulto de la entrepierna al ver el escote de tu mujer o que te
derritas cuando el maromo te da un beso, pero después del fornicio (bien
descrito, sin exageraciones ni descripciones de vergas, punto a favor) se
convierte en un "no puede repetirse, porque patatas", mñé.
A la relación le ha faltado desarrollo a punta pala, no entiendo el
enamoramiento de ella y en cuanto al de él, todo ocurre de repente porque
Roxanne aparece con vestuario, maquillaje y peluquería que la favorecen.
Mira por dónde, ahí está el auténtico homenaje a los Bridgerton (la serie)
sin que este señor viera la última temporada.
Los personajes pasan de una cosa a otra de golpe y Adam cambia de
personalidad al volver la página y de pronto es súper adorable con
Roxanne. Y todo para que el drama cerca del final sea mayor y haya una
especie de deus ex machina con el que se resuelve todo.
En cuanto al estilo, no le pongo peros. José de la Rosa es correcto
escribiendo, te da información a cuentagotas y hace muchos
cliffhangers a final de capítulo, recurso fácil y muy lícito para
que sigas leyendo. Por otra parte, lo del Club no le he visto sentido más
allá de mostrar alguna orgía y darnos a entender que todos los lords son
unos crápulas hasta que se enamoran de la virginal de turno.
Los amigos apenas aparecen y yo creía que el resto de libros de la
serie sería sobre ellos, pero no. Es que no dan para secundarios melofó
aunque no tuvieran su propia historia. Lo único que sabemos de ellos es
que son capaces de beneficiarse a varias señoras durante toda una noche...
De fantasmas está la romántica llena |
En definitiva: un revoltillo de muchas cosas que he leído antes con
un tema de fondo (no digo cuál por si la leéis) que puede ser un poco
distinto al salirse de los bailes y salones, pero nada novedoso. Que habré
leído yo menos que otras, pero no me ha sorprendido. Sin embargo,
me ha entretenido un par de días y eso ya es mérito. ¿Leeré el
resto de esta serie? Sí, para comprobar si mejora la cosa o se queda en
más nadismo elevado al cubo.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...