Con 36 años, Anne Aimes es una solterona enormemente rica que, bajo una apariencia poco agraciada, esconde un carácter apasionado y ardiente… Michel des Anges es el gigoló del momento, y está en la cresta de la ola por su capacidad para complacer a las mujeres… Su tarifa para Anne son diez mil libras… Pero, más allá del comercio carnal, Michel busca olvidarse de sí mismo satisfaciendo sexualmente a una mujer que ni siquiera sospecha los verdaderos motivos por los que ha aceptado su propuesta… Arrastrado por la marea de un deseo cada vez más salvaje, Michel enredará a Anne en una sórdida telaraña en la que el precio del placer será la vida misma...Una novela desbordante de erotismo sobre el precio de la pasión.
Queridas haggards, como lectora rara que soy saltamos en el tiempo y nos
vamos a un viejunismo de erótica de la mano de una de las grandes:
Robin Schone. Esta autora es ya conocida del blog y por eso decidí
lanzarme a leer otra de sus bilogías, acertadamente llamada en español
Ángeles, ya que los maromos (protagonista y
secundario-no-sé-si-melofó con novela propia) se llaman Michael (o Michel,
según toque) y Gabriel. Así que estaremos como en el cielo con ellos
seguroNO.
Así son estos ángeles de la guarda |
Y digo que NO porque ya sabéis que a la Schone no le va precisamente el
jijijaja ni lo picante con sentido del humor. Sus historias están siempre
envueltas en un
halo de melancolía, tristeza y hasta ganas de pegarse un tiro, pero
mezclado todo esto con trocotró del bueno y bien escrito y
prácticas sexuales que en el XIX (y diría que hasta en el XXI) no eran lo
más normal del mundo.
No words needed |
En este libro tenemos dos protagonistas que no son la alegría de la huerta
precisamente. Por un lado está Anne Aimes, la consabida solterona provinciana de treinta y seis
años,
forrada de perras, virgen y harta de haber pasado toda su juventud
cuidando a sus padres ancianos y que quiere sentir placer sexual. Esto lo
hemos visto en otras novelas como
Irresistible de la Kleypas o
Deseos ocultos de una dama de Lorraine Heath, pero sabemos que Robin Schone le da siempre su
puntito personal. En otras de sus novelas las protagonistas femeninas son
mujeres maduras casadas e incluso abuelas ya, y aquí se lanza al cliché de
la solterona pero dándole un giro muy de su estilo.
Giro con apertura bajeril |
El amante que Anne se busca no va a ser el típico aristócrata libertino
que no quiere sentar cabeza, sino un profesional, un prostituto,
con todas las letras, al que le paga diez mil libras por un mes de sus
servicios. El gigoló es Michel Des Anges, así llamado porque "hace
a la mujeres ver a los ángeles" cuando llegan al orgasmo. Ya puestos a
darle al sexo, pues hay que ir a lo seguro. Pero Michel no es el mismo
tiazo que ella conoció hace dieciocho años cuando fue presentada en
sociedad y se quedó encandilada con él, ya que ahora luce unas cicatrices
por quemaduras que no lo hacen precisamente atractivo. El pobre lleva
cinco años sin dar servicio ninguno porque su nuevo aspecto produce
rechazo en las mujeres, menos en Anne, que ve más allá de su aspecto
externo.
La belleza está en el interior de su ropa interior |
Por su parte, Michel ve en ella un medio para una venganza personal con
alguien de su pasado, pero no esperaba que ella terminara importándole y
que el riesgo sea demasiado grande. Y aquí está
la raíz del conflicto que Schone nos va dando a pinceladas algo
confusas, si os soy sincera.
No me entero, pero me da igual porque es la Schone |
Por otra parte,
Robin Schone nos adentra en el mundo de la prostitución masculina sin romantizaciones ni gaitas a través de la vida de Michel/Michael, que
no ha sido un camino de rosas, y la de su amigo Gabriel menos, ya que
desde que eran unos críos de trece años una madame los acogió
y dijo "el moreno para las mujeres y el rubio para los hombres",
así, sin preguntar qué preferían. Imaginaos la mochila que llevan,
sobre todo Gabriel (del que leeré su libro seguro).
Llevan "por si acasos" para parar un carro |
La relación entre Anne y Michel está narrada de una forma muy al estilo
Schone: cosas que no se cuentan, la historia del pasado de Michel que no
sabremos qué es hasta muy al final y
escenas de sexo bien narradas, con una perfecta mezcla entre lo
explícito y lo elegante. Esta vez no nos vamos a encontrar con cosas tan
absurdas como aquello de "usted desea que un hombre la llene de su eyaculación hasta que
nade en ella", pero exageraciones con el tamaño del miembro (25 cm) y puntas con forma
de ciruela madura de 10 cm de diámetro que no falten. Qué manía con poner
a los tíos con unas boas que no hay agujero que las pueda acoger, coñio.
Ah, y también hay nombres varios para el pene, como en El tutor,
pero esta vez en francés. Porque a Anne le pone mucho que Michel le enseñe
vocabulario en el idioma de nuestros vecinos mientras que está
instruyéndola en los placeres carnales.
Qué pena que Michel no sea español porque en castellano...
Lo habéis leído cantando, que lo sé yo |
El único pero que le pongo es que al libro le falta romance, eso es
así. La historia tiene más de redención, venganza y autoconocimiento que
de amor. Anne y Michel son dos personas que
necesitan ser deseadas más que amadas, aunque luego pueda surgir el
cariño al entender que tienen mucho en común: les trae al pairo lo que
digan de ellos. Siempre hay que admitir que esta autora se arriesga con
sus novelas eróticas donde sus heroínas son mujeres normales y en
edades ya pasada para la época que quieren sexo y placer, trata temas como
la anticoncepción y el control sobre la propia sexualidad femenina y, en
este caso, lo hace poniendo sobre la mesa la existencia de la prostitución
heterosexual masculina en un siglo en el que existió, pero no se decía en
voz alta, tal y como señala la autora en la nota final al libro. Esto es
una señora seria y no alguna que yo me sé y que habla sin tener ni puta
idea de Historia.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...
Qué maravilla de reseña, querida!
ResponderEliminarLa verdad es que me llamaba muchísimo todo lo que ibas diciendo pero me he desinflado por completo cuando has comentado que lo que flojea es la historia de amor en sí. No sé, entre eso y el pasado del mozo se me han quitado las ganas de leerla, aunque tal vez por los guarrerismos y los descomunales tamaños boísticos le puedo dar una oportunidad XD.
Besotes!
Me atrevo a pediros que reseñéis a algunas autoras españolas. No es a la “guerrera” a quien me refiero, sino a Marisa Sicilia o a Eleanor Rigby. Me gustó mucho de la primera “El juego de la inocencia” y de la segunda “Cómo hacer que un conde se arrodille”. Creo que Marisa escribe muy bien y Eleanor consigue ser muy entretenida.
ResponderEliminarValoro mucho vuestra opinión, de ahí mi petición, además de que creo que os pueden gustar estos libros en concreto.
Saludos y gracias por los descubrimientos literarios que me habéis dado.