Johnny Harris regresa a su pequeña ciudad natal de Kentucky, después de cumplir una condena por un crimen que no había cometido. Se producen crueles murmuraciones a sus espaldas, pero hay una persona que le trata sin hostilidad: su antigua maestra de escuela Rachel Grant, la única que está convencida de su inocencia. Los años de presidio han endurecido a Johnny, pero no han logrado restarle un ápice de su natural atractivo. Y es algo que Rachel advierte inmediatamente, desde el mismo instante en que lo ve bajar del autobús, en la estación adonde ha ido a recogerle. Invadida por una extraña sensación, intenta en vano escapar de la penetrante mirada de su antiguo alumno. Algo ha cambiado… Johnny ya no es aquel chico joven, se ha convertido en un hombre...
Ya sabéis que yo suelo leer incitada por los motivos más peculiares, desde recomendaciones hasta que por ahí se diga que el protagonista es igualito a David Gandy (¡mi excusa favorita!). Pero a veces el libro viene directamente a mis brazos al sacar otro libro de una estantería de una librería de segunda mano. Y eso es justo lo que me pasó con éste. Y así, sin conocer la historia (¡las sinopsis son para listas cobardes!) ni haber catado a la escritora, comencé a leer Un solo verano. ¿Qué habrá pasado...?
Rachel Grant no se considera una hermanita de la caridad, al fin y al cabo no deja de ser una treinteañera de buena familia que lleva años dando clase en el instituto del pueblo. Pero cuando Johnny Harris, uno de sus primeros alumnos y en el que más esperanzas tenía puestas, le pide ayuda, ella no puede negarse. Claro, que lo que Johnny le pide es un trabajo para que pueda salir en libertad condicional tras pasar en la cárcel diez años por el asesinato de una chica del pueblo.
¡¡Jur jur jur!! ¡Menudo jaleo para un pueblucho de Kentucky! El caso es que Rachel es la única del pueblo que cree que Johnny no asesinó a aquella chica y decide darle un trabajo en su ferretería y, así, una oportunidad de reincorporarse a la vida. Pero claro, cuando Johnny baja del bus que lo trae de la cárcel, detrás de él baja el luminoso que suele llevar puesto en la frente: PROBLEMAS PROBLEMAS PROBLEMAS. Y no porque él quiera, eh, pero es que el pasado no perdona ni el pueblo tampoco. Johnny es white trash de toda la vida de Dior, nacido y criado (si a eso se le puede llamar "criar") en una familia casi inexistente. Con un padre maltratador y borracho, poco tenía que hacer Johnny para mezclarse con lo peorcito del pueblo y eso fue justo lo que hizo. Rachel, que era su profesora en el instituto pero únicamente cinco años mayor (haggard alert!!!!), observó que el malote del puebloestaba cañon tenía cierta inclinación por la literatura y pasaron mucho tiempo charlando. Pero el asesinato y la condena de Johnny mandó todas las esperanzas a tomar por Cullen. El caso (¡que me lío, que me lío!) es que Johnny baja del bus y a Rachel le da vueltas el sujetador del impacto, ya que no ve al muchacho buenorro que conoció sino a un hombretón buenorro que no tiene ningún problema en decirle, a las primeras de cambio, que ella ha sido desde su adolescencia la dueña de sus sueños pajeriles guarrotes.
¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyy la Rachel que va a ser una haggard! Y, claro, yo dando palmas con las orejas, que no todos los días te encuentras esto en el camino lector. Básicamente, ya sabéis todo lo necesario para estar picadas con este libro. Bueno, tal vez os falte un detalle más, pero ya hay un misterioso personaje por ahí que os irá dando pistas. Porque, claro, esto no es únicamente una historia de amor, que aquí también hay misterio misterioso. Esperad, que me saco un nuevo gif de la chistera.
Efectivamente, es un teleflín (va siendo hora de añadir esta palabra al diccionario haggardiano...), que no es ni más ni menos que una de esas pelis que te ponen a las tres y media de la tarde con emoción, intriga y dolor de barriga para que te quedes zzzzzzzzzz mientras la ves. ¿Es esto malo? ¡Para nada! ¡A mí me encantan! Además me gustan justo por eso, porque saben lo que son y no nos la intentan dar con queso. Lo mismo pasa con Un solo verano, no intenta ser el dramón del siglo ni la historia que te va a cambiar la vida, lo único que quiere es entretenerte con las dosis justas de historia de amor, folleteo y misterio. ¡Y lo logra estupendamente! Cuando empecé a leer, me daba la impresión de que esto iba a ser Odio en el paraíso descafeinado. Y ciertamente tiene algunos parecidos con lo que, si os ha gustado la novela de Sandra Brown, puede que os guste ésta. Y si no os ha gustado, yo creo que ésta sí lo hará porque tiene las mejores cosas de Odio en el paraíso (el ambiente teleflinesco, el protagonista duro maltratado por la vida) sin las peores (básicamente todo su extremismo y su modo abrupto de que sucedan las cosasy su gente asquerosa). Johnny Harris es maravilloso. Sí, a veces es un chulo que dan ganas de pegarle cuatro tortas por no poderle pegar un revolcón pero a ver con qué actitud va a volver al pueblo que lo mandó a la cárcel y lo odia desde entonces. Además, ¡eso es todo fachada! Y es imposible que Rachel Grant te caiga mal. A ver, un poco pichote sí es por darle tantas vueltas a los impedimentos que hay para que no se líe con Johnny (como la diferencia de edad...) pero realmente apoya a Johnny y libra su batalla personal y familiar de un modo valiente. Hay también por ahí unos cuantos secundarios que acaban siendo más importantes de lo que parecen. Y luego está el vigía, el malo-como-una-chota del que no conocemos la identidad y que nos pone las lentejuelas de punta.
El libro es muy efectivo en lo que pretende: entretener, ponerte palote e intrigarte con el misterio. Es fácil de leer, siempre narrado en tercera persona casi siempre con Rachel como hilo conductor, salvo por algunos capítulos en los que nos vamos con Johnny y otros muy breves que nos hacen ver qué piensa el vigía (¡miedito!). Según avanza la trama de los asesinatos, estos capítulos son más frecuentes hasta que al final se alternan casi como si fueran planos de una película (¡teleflín teleflín teleflín!). Si tengo que poner algunos "peros" serían que el final es demasiado peliculero hasta para mí y que la relación amorosa para mí se resuelve demasiado rápido, me habría gustado más tensión sexual porque he disfrutado mucho con Johnny sacando los colores y los calores a Rachel (aaaaaaaaaaaaaaay, ese baile). Y las partes guarrers van de más a menos, es decir, son más descriptivas al principio de la relación (sobre todo en los guarrerismos preliminares, que luego el ñiqui ñiqui se lo ventila rápido) pero según se consolida su historia y avanza la trama chunga, éstas casi desaparecen.
Qué queréis que os diga, queridas, que sin saberlo me he leído una historia teleflinesca que me ha encantado justo en el momento en el que mi mente me pedía algo así. Está bien llevada, es sencilla y con pocas pretensiones salvo la de hacer pasar al lector un buen rato en todos los aspectos que pueda. Y, desde luego, conmigo lo ha conseguido. ¡De fruta madre, oigan!
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
Rachel Grant no se considera una hermanita de la caridad, al fin y al cabo no deja de ser una treinteañera de buena familia que lleva años dando clase en el instituto del pueblo. Pero cuando Johnny Harris, uno de sus primeros alumnos y en el que más esperanzas tenía puestas, le pide ayuda, ella no puede negarse. Claro, que lo que Johnny le pide es un trabajo para que pueda salir en libertad condicional tras pasar en la cárcel diez años por el asesinato de una chica del pueblo.
Pisto supremo |
¡¡Jur jur jur!! ¡Menudo jaleo para un pueblucho de Kentucky! El caso es que Rachel es la única del pueblo que cree que Johnny no asesinó a aquella chica y decide darle un trabajo en su ferretería y, así, una oportunidad de reincorporarse a la vida. Pero claro, cuando Johnny baja del bus que lo trae de la cárcel, detrás de él baja el luminoso que suele llevar puesto en la frente: PROBLEMAS PROBLEMAS PROBLEMAS. Y no porque él quiera, eh, pero es que el pasado no perdona ni el pueblo tampoco. Johnny es white trash de toda la vida de Dior, nacido y criado (si a eso se le puede llamar "criar") en una familia casi inexistente. Con un padre maltratador y borracho, poco tenía que hacer Johnny para mezclarse con lo peorcito del pueblo y eso fue justo lo que hizo. Rachel, que era su profesora en el instituto pero únicamente cinco años mayor (haggard alert!!!!), observó que el malote del pueblo
Rachel, sus bajos y todas nosotras |
¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyy la Rachel que va a ser una haggard! Y, claro, yo dando palmas con las orejas, que no todos los días te encuentras esto en el camino lector. Básicamente, ya sabéis todo lo necesario para estar picadas con este libro. Bueno, tal vez os falte un detalle más, pero ya hay un misterioso personaje por ahí que os irá dando pistas. Porque, claro, esto no es únicamente una historia de amor, que aquí también hay misterio misterioso. Esperad, que me saco un nuevo gif de la chistera.
Efectivamente, es un teleflín (va siendo hora de añadir esta palabra al diccionario haggardiano...), que no es ni más ni menos que una de esas pelis que te ponen a las tres y media de la tarde con emoción, intriga y dolor de barriga para que te quedes zzzzzzzzzz mientras la ves. ¿Es esto malo? ¡Para nada! ¡A mí me encantan! Además me gustan justo por eso, porque saben lo que son y no nos la intentan dar con queso. Lo mismo pasa con Un solo verano, no intenta ser el dramón del siglo ni la historia que te va a cambiar la vida, lo único que quiere es entretenerte con las dosis justas de historia de amor, folleteo y misterio. ¡Y lo logra estupendamente! Cuando empecé a leer, me daba la impresión de que esto iba a ser Odio en el paraíso descafeinado. Y ciertamente tiene algunos parecidos con lo que, si os ha gustado la novela de Sandra Brown, puede que os guste ésta. Y si no os ha gustado, yo creo que ésta sí lo hará porque tiene las mejores cosas de Odio en el paraíso (el ambiente teleflinesco, el protagonista duro maltratado por la vida) sin las peores (básicamente todo su extremismo y su modo abrupto de que sucedan las cosas
Os habéis hecho caquita todos |
El libro es muy efectivo en lo que pretende: entretener, ponerte palote e intrigarte con el misterio. Es fácil de leer, siempre narrado en tercera persona casi siempre con Rachel como hilo conductor, salvo por algunos capítulos en los que nos vamos con Johnny y otros muy breves que nos hacen ver qué piensa el vigía (¡miedito!). Según avanza la trama de los asesinatos, estos capítulos son más frecuentes hasta que al final se alternan casi como si fueran planos de una película (¡teleflín teleflín teleflín!). Si tengo que poner algunos "peros" serían que el final es demasiado peliculero hasta para mí y que la relación amorosa para mí se resuelve demasiado rápido, me habría gustado más tensión sexual porque he disfrutado mucho con Johnny sacando los colores y los calores a Rachel (aaaaaaaaaaaaaaay, ese baile). Y las partes guarrers van de más a menos, es decir, son más descriptivas al principio de la relación (sobre todo en los guarrerismos preliminares, que luego el ñiqui ñiqui se lo ventila rápido) pero según se consolida su historia y avanza la trama chunga, éstas casi desaparecen.
Kim cuando pasan estas cosas
Qué queréis que os diga, queridas, que sin saberlo me he leído una historia teleflinesca que me ha encantado justo en el momento en el que mi mente me pedía algo así. Está bien llevada, es sencilla y con pocas pretensiones salvo la de hacer pasar al lector un buen rato en todos los aspectos que pueda. Y, desde luego, conmigo lo ha conseguido. ¡De fruta madre, oigan!
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
Johnny, acércate que te cabalgo... la Yamaha |
Yo es que no tengo perdón xD Me auto-atesoro libros de mi tía, éste entre ellos, y los dejo en el olvido en mi estantería xD Y yo no sé cómo lo hacéis que siempre que leo una de vuestras reseñas me entra el gusanillo lector.
ResponderEliminarA mí también me molan los teleflín xD Son entretenidos, oye. Qué más podemos pedir para una tarde de finde, jajaja.
Buena reseña. Un beso.
Vamos, con lo que tienes tú en tus estanterías y no les prestas atención!!! Fatal! XDDD No es la panacea de libro pero es tan entretenido como un teleflín de la tarde de Antena 3. Cuando te apetezca algo así, este libro no te decepcionará :)
EliminarMuchas gracias por pasarte!!
Besotes!
ayyy querida, yo también lo disfruté mucho. Qué nos gustan los teleflines
ResponderEliminarmuas
Si es que un libro de éstos leído en su adecuado momento da un gustirrinín...
EliminarMuchas gracias por comentar, chata!
Totalmente de acuerdo.... cayó en mis manos en el momento adecuado y consiguió todo lo que dices.... me encantó, lo volvería a leer de nuevo, después de dos veces leído ya....😍😍😍
Eliminarjajajaja me meo con lo del teleflin que arte,me lo anoto ya!!! que buena pinta tiene!! buen post como siempre
ResponderEliminarJejejeje, es que teleflín es una palabra maravillosa, a ver si la incluímos pronto en el diccionario haggardiano!
EliminarYa me contarás si te lo lees!
Muchas gracias por pasarte!!
Jajajaja yo también utilizo mucho lo de telefilm
Eliminara mi este no sé si me gustaría mmmm
ResponderEliminares que eso del teleflin y yo...... ya sabes que yo con los maromos soy mu special xD
pero bueno, MAYBE yes
un beeeeeeesote
XDDDDD Si no te gustan los teleflíns, no sé yo... Pero nunca se sabe lo que le va a apetecer a tu cerebro! Creo que este libro gusta más si no llevas unas expectativas previas. Ya nos contarás si lo lees!
EliminarGracias por pasarte, chata!
Una haggard de prota?!?! uuu que buena referencia, XD y lo de Teleflin genial eh XDDDDD con lo que me gustan a mi los teleflins, este libro tiene pinta de ser para moi, voy a seguir leyendo[...]
ResponderEliminarBueno lo que he leído a vista pájaro me gusta, me gusta y si no lo tengo en la to-read (que vete tú a saber, jajajaja) me lo apunto pero ya!
Genial reseña ^^
Muuuuuaks ;-*****
Sí, tía, una haggard! Yo hacía la croqueta XDDDD. Yo creo que te va a gustar, al menos te vas a entretener! A ver si le haces un huequecito y nos cuentas!
EliminarGracias por pasarte!! Besotes!
¡Es una de mis novelas favoritas de todos los tiempos! Y la mejor de Karen Robards con diferencia. Tiene su morbo, su pasión, su diferencia de edad,... su todo. Love it! Gracias por reseñarla.
ResponderEliminarSí, lo tiene todo! Yo estuve totalmente entregada a la lectura, me lo pasé genial. Me alegro de que te haya gustado la reseña!!
EliminarA mi también me gustó. Él tan duro por fuera y tan tiernecito por dentro...la escena cuando se vuelve a encontrar con su perro hizo que el pecho se me encogiera. Y ella, más allá de lo que es conveniente, liarse con él... ¡me encantó! La parte de suspense ya no la recuerdo tan bien. Creo que la releeré para ver quien era el malo.
ResponderEliminarAy, esa escena, qué bonita!! Lo del suspense está bastante bien llevado al menos hasta un determinado punto que, para mí, flojea pero eso no desmerece el resto de la novela. Y la parte amorosa es fantástica.
EliminarMuchas gracias por comentar!!
Este fue uno de mis primeros libros de este género. La autora me gusta mucho y de ella mi favorito es "El ojo del tigre". También teleflin pero con enaguas... Me han entrado ganas de releerlas las dos después de tu reseña!
ResponderEliminarA mi me encantó, y cuando le dice a la protagonista que era dueña de sus fantasías sexuales desde su adolescencia, me dejó con el ojo cuadrado, además el era lindo a pesar de todo, por cierto no conocerán un protagonista como él es que me encantó esa pose de malote con corazón.
ResponderEliminarAgh.. a mi este libro la verdad es que no me gustó nada. No tiene ninguna historia de amor, solo dos personajes que se atraen fisícamente. Ella se rescata un poco, pero él es un desastre de personaje jaja. No me gustó nada, y el final es muy absurdo. En fin... espero leer algo mejor de la autora pero esta pasa al olvido.
ResponderEliminarPues qué pena que no te gustara, yo lo disfruté bastante. Este año en el reto tenemos a Karen Robards como autora, yo voy a aprovechar para leer algo más de ella y ver si es una autora que me convence. Si lees algo más de ella y te gusta, no dudes en comentarlo!
EliminarMuchas gracias por pasarte y comentar