Up in Smoke (Hotshots 4), Annabeth Albert

[Libro no publicado en español]

El paracaidista forestal Brandt Wilder se alimenta de adrenalina. Nunca se ha encontrado con un paracaídas que no supiera arreglar o una situación peligrosa de la que no pudiera salir. Es popular y alegre, y no busca sentar la cabeza, un estilo de vida que le ha ido bien... hasta el momento en el que se encuentra un bebé en su puerta.

Shane Travis está acostumbrado a parar su carrera musical (y su propia felicidad) por los tumbos que da su hermana por la vida. Como en la pasada primavera, cuando lo convenció para tirarse en paracaídas por su cumpleaños (y luego le dejó por irse con el instructor). Ahora tiene que dar cierta noticia que va a dar un vuelco a la vida despreocupada de Brandt. 

La sobrina de Shane está segura en los fuertes brazos de Brandt pero quedan demasiadas cuestiones por resolver. Cuidar juntos a la niña mientras intentan solucionar la situación da paso a charlas a altas horas de la noche, a confesiones y a una atracción de lo menos conveniente. Pero Shane no puede abandonar a esa familia improvisada, incluso si eso significa jugar a las casitas con el único hombre al que no se puede resistir.

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Hoy vengo a contaros mi opinión sobre este libro, el cuarto de una serie que sigo leyendo porque me conceden los libros en Netgalley, no os voy a engañar, y, de paso, voy a mostrar mi indignación por el cambio de estética en las portadas. 

Si no hay pechote, me pillo buen rebote

¿¡¿Pero esto qué es, hombre?!? ¿¡Me quitas el maromo despechugado y me pones a un bebé?! A mí así me pierdes como lectora, ya te lo digo. También es verdad que una no vive de portadas y la serie Hotshots es agradable pero poca cosa más, no creo que vaya a perder mucho si dejo de leer las aventuras de estos maromos. Sorprendentemente para mí (lo digo por mi escaso amor a los niños y animalitos literarios, ya me conocéis), este libro me ha resultado bastante agradable. No las tenía todas conmigo cuando empecé a leer, viendo cómo Brandt Wilder y Shane Travis se conocen saltando en paracaídas y, un año después, Shane se presenta en la puerta de Brandt con un bebé bajo el brazo diciéndole a este que es el padre.

Me lo explique usted

Como esto no es ciencia ficción ni Brandt ni Shane son de una raza inventada, obviamente no ha habido cópula posible entre ambos que haya gestado un bebé. Resulta que la madre de la niña de Brandt es la hermana de Shane, que antes del salto paracaidista había hecho el salto del tigre con Brandt con embarazadas consecuencias. Como la hermana de Shane no gestiona muy bien el hecho de ser madre y emprende una huida, Shane decide buscar a Brandt y presentarle a su niña, con la esperanza de que se haga cargo de ella. Brandt, bombero forestal al que el wild de su apellido le resulta de lo más acertado (por haber vivido el lado salvaje de la vida), no solo acepta de buen grado su nueva paternidad sino que acoge con la mayor de sus bajeriles alegrías que Shane se quede un tiempo con él a ayudar a todos, a la niña, a Brandt y a su cola.

Yo también necesito mimos

Y este es el libro. Sencillito, bien escrito, cuqui, dulce y con poca chicha, porque Annabeth Albert, que tenía la posibilidad de colarnos un libro duro en el que hablar de trastornos mentales, depresión postparto y jaleos de custodia decide tratar eso de modo tangencial y centrarse en la historia de amor que surge entre Brandt y Shane, que es bonita pero sin ninguna clase de conflicto. No es que sea algo malo, ya que hace la lectura agradable y optimista, pero también la hace previsible y superficial, además de algo irreal, ya que Brandt acepta muy alegremente eso de que tenga una hija y le carguen con el mochuelo. Ya sé que la niña viene con un tío bajo el brazo que le pone tó palote pero ser padre de repente genera una serie de complicaciones y de cambios vitales que me cuesta creer que se acepten tan rápidamente. Pero bueno, entiendo que ni este libro ni esta serie están hechos para algo más que pasar un buen ratito y luego olvidarlos, así que por ese lado Up in Smoke cumple su función. Y en el plano guarreril, también la cumple, sobre todo en alguna secuencia que...

Hay que leerla así

Las secuencias sexuales de este libro son estupendas, muy hot, pero me parece que están metidas en el resto de la trama con calzador, ya que casi todas surgen de modo poco natural. Vamos, al menos yo no veo muy natural que llegue el momento y a veces se trate el tema como si fuera una negociación ("venga, que llega la hora del fornicio, a ver cómo nos apañamos. ¿Prefieres bottomear o que te bottomee, hermoso? ¿O mejor nos dedicamos hoy al fingerismo a ver si te gustan las excursiones traseras y luego ya si eso lo vamos viendo? Presenta la instancia por triplicado en el plazo de dos días"). Me ha parecido que el avance amoroso surge de modo natural pero el sexual, de modo forzado, lo que me sacaba un poco de la lectura. Pero es un libro fácil de leer con una historia poco complicada y dulce (incluso algo cursi), así que para echar el ratito si quieres despejarte no está mal.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Sois muy majos pero no me movéis los bajos