RYANEs una distracción, eso es lo que es. Soy el nuevo capitán de los Devils, el equipo de Chicago de la NBA, y lo último que necesito es tener viviendo en mi casa a Indy Ivers, la mejor amiga de mi hermana. Es desordenada, emocional y demasiado tentadora. Pero cuando el gerente del equipo expresa claramente su desacuerdo con mi ascenso a capitán, refiriéndose a mí como a un lobo solitario e inalcanzable y sin equilibrio entre vida y trabajo, no puedo pensar en un modo mejor de convencerle de lo contrario que fingir estar saliendo con mi nueva compañera de piso. ¿El problema? Parece demasiado real. Tener una novia falsa se suponía que no iba a ser lioso pero tener a Indy en mi casa y en mi cama es complicado, sobre todo cuando ella quiere todo el romanticismo que yo no puedo darle.INDYNunca imaginé que estaría viviendo con el hermano de mi mejor amiga, la estrella de la NBA Ryan Shay. ¿Algo más difícil de creer? Que necesite que yo finja ser su novia y haberle transformado de repente en un tío amigable y accesible. Porque no lo es. Es un maniático de sus cosas y desconfía de todos. Nuestro acuerdo es por ambas partes, eso sí. Tengo que ir a una boda, una con todos mis amigos de la infancia, y no hay un acompañante mejor que el ídolo de mi ex. Las líneas se borran tanto que es imposible separar la realidad de la ficción. Enamorarme de mi compañero de piso no era parte del acuerdo, sobre todo porque Ryan me recuerda cada vez que puede que no cree en el amor. Yo soy una romántica y no puedo evitar fantasear con que él cambiará pero rápidamente me veo preguntándme si compartir piso con el hermano de mi mejor amiga fue lo más acertado.
En mi haggardiano corazoncito, hay dos modos de convertirte en un
cinco estrellas. Uno de ellos es llegar como un huracán y prácticamente desde el
principio revolucionarme hasta las neuronas del xirri (véase
El jinete de bronce). Y otro es ir a la chita callando, con pico y pala, meterte en
mi cuerpo, cerebro y corazón sin que me dé cuenta para que llegue un
mimento en el que vea que estoy totalmente cautivada por la historia.
Este modo es el que ha escogido The Right Move para ser una de
mis mejores lecturas del año. Es un cinco estrellas de esos discretos, donde
los grandes sobresaltos los dan la vida misma y el amor, con un
protagonista que no puede ser más perfecto y una protagonista fabulosa.
También te digo que no pienses que esta puede ser una historia que le
pase a tu prima la de Tomelloso, a no ser que esta se acabe ligando al
nuevo Michael Jordan…
Posibilidades de que esto ocurra |
Ryan Shay ya nos conquistó en el libro anterior, con esa
intensidad protectora de su hermana y ese cuerpazo que enseña el
mozo por su casa que ya sabes tú que lo quieres en la tuya. Lo vimos en
paños menores porque la compañera de trabajo de Stevie, Indy Ivers,
se queda en la fruta calle y Stevie decide pedirle a su hermano el
favorcito de que la chica se quede allí mientras que encuentra
algo. Total, Ryan vive en un pisazo y, como estrella de la NBA que es,
viaja constantemente, lo que, unido al trabajo como asistente de vuelo de
Indy, haría bastante improbable que se vieran mucho. Ah, que no se
me olvide. Que Indy conozca a Ryan sin camiseta se debe a que el chaval se
pasea por su casa enseñando torso porque ese cuerpazo que Dior y el
gimnasio le han dado es un pecado que se esconda.
Ryan es el regalo de Dior a la humanidad |
Total, que Ryan no quiere compartir piso ni de coña porque
lo que más valora en esta vida es su intimidad, pero el punto débil
de Ryan es su hermana y no puede negarle nada, así que compañeritos de
piso. ¡Y qué alegría para Ryan vivir con Indy! Nuestro chico podría ser
maestro de Marie Kondo, mientras que por donde ella pasa parece que se ha
celebrado Coachella. A Ryan le explota una vena la primera vez que ve el
caos que rodea a Indy pero,
mientras pone cara de perro, no deja de darse cuenta de las necesidades
de Indy e intenta cubrirlas discretamente.
A mí también me puedes cubrir lo que quieras |
Indy, que de tonta no tiene un pelo, se da cuenta del comportamiento de
Ryan y de lo que esconde bajo esa fachada de cuerpo esculpido por Miguel
Ángel, así que se le hace el xixi Pepsicola
intenta ayudarle con su inseguridad y sus pocas ganas de socializar. Que tú dirás que para qué quiere ser sociable si nada en billets pero
es que Ryan arrastra un pequeño traumita de confianza y no puedes
ir por la vida así, que te lo digo yo. Así que Indy, que parece salir de
una marmita llena del mundo de Barbie, decide ser majísima con él y
ayudarle en lo que pueda. Todo esto mientras aumentan las ganas de
chingarse mutuamente, obviamente, porque
no hay nada mejor para quitar un trauma que tener ganas de guarrearse
en la cama.
Destraumatízame, mozo |
Este es un libro en el que cada uno lleva lo suyo, ya que
Indy está devastada y vacia por dentro tras írsele al carajo su
relación con el amor de su vida e
intenta salir de su apatía a través del trabajo y de su fachada de
eterna sonrisa. Viviendo con Ryan y notando cómo se le desperezan los bajos intenta
seguir con su vida a través del contacto físico con él (si no puedo amar,
al menos puedo follar #LemaVital) y, a través de unas
romance reasons estupendas,
se van a ver forzados a ser de lo más cariñosos.
A este libro no le faltan tropes, que si enemigos que se trincan vivos para luego ser amigos que se
trincan vivos, fingimientos varios, traumitas... Todo ya lo has leído y
nada te suena mal o te aburre porque está
tan bien hilado y tan bien escrito que te lo zampas estupendamente.
Liz Tomforde junta a una persona que no sabe estar sola con una que no
sabe estar acompañada, les obliga a compartir tiempo, a sincerarse, a
enamorarse y a evolucionar de un modo sencillo pero estupendo y natural.
Con este libro me pasa lo mismo que con el anterior, que parece que he
leído mucho y resulta que voy solo por la mitad. Pero, en lugar de cagarme
en tó porque me queda mucho por sufrir, croqueteo porque me queda mucho
con lo que disfrutar. Además,
no notas que se estanque, siempre ocurre algo, siempre se cuenta algo que interese, lo que pasa es que no hay grandes
sobresaltos ni apocalipsis kleypasianos.
Es muy hot y el slow burn es delicioso, hace que cada
momento entre ellos se disfrute más aún. Sinceramente, creo que lo tiene
todo, porque no le faltan ni humor, ni sentimientos ni guarrerismos
extensos y descriptivos, pero también es moderno y tiene una
protagonista real y fuerte (que no necesita ser más tonta que
Pichote para demostrar su fortaleza) y un maromo PER-FEC-TO,
feminista, sensible, cochinote y totalmente adorable. Y, además, tiene
unos secundarios estupendos cuyas historias quieres conocer ya mismo. ¡Yo
no le pido más a un libro! Bueno, que lo traduzcan para que lo podáis leer
todas.
The Right Move es un libro fantástico que, poco a poco, me
ha ido conquistando. Aunque es una historia más que conocida, está tan
bien escrito y tiene unos protagonistas tan estupendos que lo hacen
muy especial.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...
Estoy contigo, es un libro genial y merece mucho la pena. Mi puntuación no llega a tanto, lo dejé en cuatro estrellas por manías personales, pero es de esos que puedes recomendar con tranquilidad porque es de esos que puedes llegar tarde al trabajo de lo enganchada que estas a la lectura (a mí casi me pasó). Totalmente recomendable.
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarNo lo conocia y me lo llevo apuntado. Estos libros de deportistas son mi perdición y es que no necesito ni que sean realistas, bastante mierdas nos comemos en la realidad, yo en la ficción quiero ser feliz y delulu.
Besos
Hola!!!
ResponderEliminarDan ganas de salir corriendo a leerlo, pero me espero a ver si publican el primero y leerlo, y espero que no tarden en publicar este
Un besote