Mostrando entradas con la etiqueta El Jinete de Bronce. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Jinete de Bronce. Mostrar todas las entradas

jueves, 13 de junio de 2019

Cinco años de bloguerío. Sorteo 4

Y cerramos los sorteos literarios de nuestros cinco años de bloguerío con un libro muy muy especial para muchas lectoras. A veces te encuentras en tu vida lectora un libro que te llega tan dentro que sabes que nada va a ser igual tras leerlo, una historia que te marca de tal modo que cualquier cosa maravillosa que digas sobre ella se queda corta y que te emociona y te seguirá emocionando todos los días de tu vida. Para muchas de vosotras, entre las que se incluye Kim, ese libro es El jinete de bronce


La épica historia de amor de Alexander y Tatiana genera pasión y polémica a partes iguales (incluso entre las haggards, que podemos enzarzarnos en una pelea de cardados por defender nuestra opinión sobre El jardín de verano), pero es una de esas que no se pueden olvidar. El jinete de bronce está lleno de inocencia, pasión, guerra y sacrificios y, si no lo habéis leído, os damos ahora la oportunidad de hacerlo y en una edición que es una joyita.

Ya es mayor de edad

Obviamente, el ejemplar es de segunda mano, como todos los que estamos sorteando. Tiene la coloración en los laterales de las páginas típica del paso de los años pero está en buen estado y no os engañamos cuando os decimos que lleva varios años en casa de una de nuestras haggards esperando la oportunidad de tener un nuevo destino.

Ay, el precio en pesetas...

Es el libro del que nos despediremos con mayor pena y necesitamos saber que irá a manos de alguien que lo adore como se merece, ¡no participes si realmente no lo necesitas en tu vida!

*El efecto vignette es porque nos pone tontonas esta parte*
¡Ay, que todavía nos lo quedamos!

Ais, qué ganas de releerlo de nuevo... Para participar en el sorteo de este ejemplar de El jinete de bronce tenéis que dejar un comentario en esta entrada con vuestro nombre (si comentáis de modo anónimo porque no tenéis perfil de Blogger, firmad con el nombre con el que interactuáis con nosotras por otras redes o con el que nos dejáis las reseñas del Reto Rita), de dónde sois y el motivo por el que os gustaría tener el libro. Como hemos dicho en los demás sorteos, es un regalito para nuestras lectoras habituales,  así que no hay que compartir la entrada ni llevarse el banner a dar una vuelta (de hecho, ni hay banner), no queremos que venga alguien a llevarse el libro y, si te he visto, no me acuerdo (si no nos conocemos de nada, no podréis participar, sorry). El sorteo es únicamente válido para residentes en España (el viernes sortearemos otra cosa donde podréis participar a nivel internacional) y el plazo para participar termina justo dentro de una semana, el día 20 de junio a las 10.30 hora española, cuando Kim añadirá un comentario a esta entrada para cerrar las participaciones y poner la lista de participantes. Tenéis hasta el día 25 para posibles reclamaciones y el 26 de junio haremos todos los sorteos (subiremos los vídeos a nuestro Instagram, @wearehaggards, y aquí, si somos capaces de hacerlo 😅), actualizando esta entrada con el nombre de la ganadora y pidiendo que se ponga en contacto con nosotras para hacerle llegar el libro. Tiene de plazo hasta el 30 de junio para reclamar el premio y, si no aparece, volveríamos a sortearlo entre el resto de participantes, ¡atentas al blog! Por supuesto, podéis participar en todos los sorteos, pero una vez en cada uno, y, como es la primera vez que hacemos algo de este tipo, os pedimos paciencia y buen rollo ante las posibles meteduras de pata (que las habrá).

¿Alguien quiere darle cariño a Shura y Tatia?

Kim, intentando quedárselo

¡Nos vemos mañana con el último sorteo, esta vez, internacional!

Baby y Johnny ya os pueden enseñar a sus niños

ACTUALIZACIÓN

¡Ya tenemos ganadora para este maravilloso libro!

¡¡Enhorabuena, Mery!!

¡Escríbenos a wearehaggards@gmail.com o manda un DM a Kimberly a través de Twitter para concretar cómo hacerte llegar uno de nuestros libros favoritos!





COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

miércoles, 28 de enero de 2015

El Jardín de Verano (Trilogía El jinete de bronce 3), Paullina Simons

[ACHTUNG. CONTIENE SPOILERS DE LA TRILOGÍA Y DE VIAJERA DE D. GABALDON]
Tatiana y Alexander empiezan una nueva vida en Estados Unidos, junto al pequeño Anthony. Han sobrevivido a una guerra terrible, pero las heridas del alma siguen abiertas, y los difíciles años de separación los han convertido en extraños. Por primera vez desde que se enamoraron pueden convivir como una familia, pero no les resultará fácil. Durante un tiempo recorren el país buscando trabajos temporales, pero cada vez es más evidente que Tatiana le oculta algo a su marido, y que su vida nómada es una huida desesperada. El amor entre Tatiana y Alexander no llega a quebrarse, pero su felicidad se ve amenazada, y el que más padece la situación es Anthony. ¿Conseguirán dejar atrás los fantasmas del pasado y labrarse un futuro feliz en estas nuevas tierras?


Queridas, ya terminé con El Jardín de Verano. Reconozco que al principio se me hizo un poco cuesta arriba, pero la Simons no quería dejarnos las historia en un final feliz (en apariencia) con el cierre de Tatiana y Alexander. ¿Era necesaria esta tercera entrega tras lo que leímos en las últimas páginas de esa novela? Pues, en mi humilde opinión, sí y no. 
¿Una continuación? NEIN

Me explico empezando por el no. Tras mucho sufrimiento, los protagonistas alcanzan al fin la tierra prometida, América (como en Viajera de Diana Gabaldon) y una piensa que ya, todo chupi calabaza en el país de las oportunidades, fin, cierre y candado. Podríamos quedarnos con ese final y tan a gusto, oiga, que esta pareja ha padecido lo indecible (aunque al menos no han estado separados veinte años y eso hace para mí más japuta a la Gabaldon que a la Simmons en cuanto a maltrato de personajes) y ya se merece un descanso. 

Así estaba en algunos capítulos: desesperada
Pues va a ser que no, que les vamos a dar caña, a hacer que aborrezcamos en ocasiones a ese maravilloso Shura que nos conquistó en las otras dos entregas, a convertirlo en un tío insoportable y porculero con Tatiana, que aguanta carros y carretas. Las trilogías se llevan, si no escribes una no eres nadie ni tus otros dos libros tienen fuste si no completas el número mágico de tres. Pero aquí está la que suscribe leyendo y sufriendo para que no se lo cuenten. Y a la Simons no le basta con maltratar a la parejita, sino también al hijo de ambos ad nauseam.

¡Me he fumado un porro y quiero saber más!
Argumentos para el sí. Paullina es amante de la crudeza y la vida real y no de las historias de color de rosa. Por eso nos presenta la vida de Tatiana y Alexander tras su llegada a Estados Unidos como algo sin romanticismo ni idealización. ¿Es posible que unas personas que han pasado por todo lo que han pasado puedan hacer borrón y cuenta nueva como si nada al llegar a América? Definitivamente no. Los traumas de lo vivido no se pueden eliminar de un plumazo y es sobre todo Alexander el que los arrastra, haciendo de él un personaje que a veces llega a ser, como he dicho, inaguantable por violento, celoso y machista, pero que hay que ver como hijo de su tiempo, como también lo es Jamie Fraser al darle una tunda a Claire por Pichote. Eso es lo más duro de este libro, ver a Alexander como un hombre imperfecto, de carne y hueso, que odia, ama, miente, llora... 


Dicho todo esto, decir que mi balanza se inclina finalmente hacia el "no" por poco, pero comprendo que a otros les guste este cierre. La última parte en forma de gran elipsis-resumen de la historia de los últimos años del comunismo en la Unión Soviética es el punto y final a la conquista de los sueños de Tatiana y Alexander contra el monstruo que casi les destruye la vida. De toda la historia en general, lo que más me ha gustado es la idea de que un simple hecho, un solo momento, una decisión (el cruzar la calle para hablar con la chica del helado y el vestido blanco con flores rojas) es lo que marcó el destino de Shura y Tatia, un destino de amor sin límites (más en las dos primeras novelas para mí). Que esto se recuerde para cerrar la historia me ha parecido el gran acierto de Paullina Simons para que no nos cisquemos en todo lo ciscable al leer El jardín de verano.
¡Amor es lo que queremos y no sufrir!
En resumen: Paullina se ha forrado publicando el libro, nos ha puesto de los nervios con esta última entrega y casi nos destroza la imagen de Alexander con sus capulladas realistas. ¡Que el mundo de verdad es muy feo para que también nos lo quieran meter en una maravillosa historia de amor en tiempos de guerra, coñio!

La Simons descojonándose de la indignación de Cassie

Por todo esto, le doy (porque estoy sola en esto, lo sé) en nuestro Gandymetro...

Me quedo con el Shura pre-América


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

martes, 13 de enero de 2015

Tatiana y Alexander (Trilogía El jinete de bronce 2), Paullina Simons


Embarazada, enferma y absolutamente desolada, Tatiana ha logrado llegar a Estados Unidos. Entregada a la fuerza de las circunstancias y alejada de su convulsionada tierra, la joven comenzará una nueva existencia con la secreta ilusión de que, en alguna parte, el hombre al que ama sea capaz de vencer a las oscuras garras del destino. Mientras, Alexander sufre el hostigamiento de las fuerzas represoras del régimen en las gélidas tierras de la Unión Soviética, y tan sólo el recuerdo de su esposa, junto con la velada esperanza de que siga con vida, alimenta su espíritu ante la adversidad. Al tiempo que la contienda llega a su final, ambos lucharán contra sus destinos y la desesperación en busca del amor perdido y la inquebrantable esperanza del reencuentro...


Continuamos con la lectura de esta trilogía. Si El jinete de bronce ya me costó meterla en la etiqueta de romántica, qué contar ya de esta entrega. Que sí, que hay mucho amor más allá de penurias, calamidades y distancias, pero tela marinera. Con todo y con eso, Paullina Simons aún no alcanza el nivel de cabronadas de Diana Gabaldon, que ya con Forastera se quedó a gusto haciéndoselas pasar muy canutas a Jamie Fraser desde el minuto uno.


Paullina y Diana apostando sobre quién jode más a sus personajes

Cuando empecé y terminé Tatiana y Alexander, pensé en las diferencias y similitudes de estas dos novelas con las dos primeras de la Gabaldon. Sé que no debería comparar, pero soy muy de buscar referencias y parecidos entre los libros que voy leyendo, manías mías. Mientras que el final de Forastera es un canto a la esperanza y hasta se queda una tranquila a pesar de que no se terminan de cerrar todas las tramas (Joputa Randall sigue vivo, por ejemplo), el de El jinete de bronce es devastador e invita a: 1) Ciscarse en todo lo ciscable, empezando por la autora; y 2) Agarrar el segundo libro y ver qué coñio nos va a contar esta señora después de dejarnos con el corazón en un puño. 


Tal cual estaba yo a las tres y medida de la mañana, pero con el kindle

Entonces empiezas Tatiana y Alexander y te saltas parte del principio porque te cuenta lo mismo que en epílogo del otro y te vas a la molla. El planteamiento es totalmente distinto en parte de la novela, ya que hace uso del flash back para contarnos la historia de Alexander, algo que me gustó. Así nos enteramos de cómo salió de Estados Unidos, la relación con sus padres, la vida que llevó en la URSS antes de conocer a Tatiana e incluso cuando la conoce, de forma que sabemos sus pensamientos la primera vez que la ve. Alterna todo esto con lo que está ocurriendo con Tatiana en América y con el propio Alexander tras El jinete de bronce


Alexander pollofollable

Mientras Tatiana intenta rehacer su vida sin poder olvidar a Alexander, éste sufre penurias de todo tipo en Europa. La chica que vimos evolucionar se encierra en sí misma, en sus recuerdos y en la esperanza de que él esté vivo. No quiere dejarse llevar por el American way of life, sobre todo por los hombres que se fijan en ella y las amistades que le empujan a empezar de nuevo, y hace todo lo posible por tener noticias de su marido, porque sospecha que su muerte no fue tal. No puedo explicar mucho más de la trama porque caería en spoilers y me haríais un unfollow merecido, pero sí digo que doña Paullina tiene muchos ases en la manga, giros sorprendentes y salidas muy bien tramadas para tenernos pendientes, sobre todo de la parte de Alexander. Para rematar la faena de manera magistral, la última parte es de absoluto infarto.



Si, como decía al principio, El jinete de bronce te deja con la miel en los labios y los ojos anegados en lágrimas, Tatiana y Alexander es más conclusiva, como lo sería en la saga Forastera la de Viajera. Estoy ya con la tercera y, bueno, a lo mejor se la podría haber ahorrado, porque nadie quiere saber qué pasa después del "y fueron felices y comieron perdices", aunque las lectoras tenemos esa pulsión cotilla que nos lleva a ver si eso fue así o terminaron tirándose las perdices a la cabeza. Una vez empezada, sí vemos que es más que necesaria...

Uyuyuyyyy, qué interesante está esto...

Por todo esto, le damos en nuestro Gandymetro...


Alex, vente pa España, que está más cerca


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This

miércoles, 31 de diciembre de 2014

El jinete de bronce (Trilogía El jinete de bronce 1), Paullina Simons


Una admirable historia de amor situada en el Leningrado ocupado por los alemanes en 1941. Leningrado, 1941: la guerra parece lejana en esta ciudad de antigua grandeza, donde dos hermanas, Tatiana y Dasha Metanov, comparten un minúsculo apartamento con su familia. La vida bajo el gobierno de Stalin es dura, pero las privaciiones que les esperan ni siquiera son imaginables: el ejército de Hitler está a punto de invadir su querida patria. Bajo el terror y la dificultad, se esconden la belleza y la esperanza: Tatiana ha conocido a Alexandr, un joven oficial del Ejército Rojo de misterioso y turbulento pasado. Mientras el ejército alemán y el duro invierno cercan la ciudad, los amantes se ven abocados a un amor imposible que puede desgarrar la familia de Tatiana y ser, para Alexandr, tan destructivo como la guerra. Y, mientras tanto, la corriente de la Historia arrasa a su paso el mundo tal y como ellos lo han conocido y amenaza con cambiarlos para siempre.


De entrada decir que esta novela no sé si habría que incluirla como romántica, porque no tiene nada que ver con esas historias de corsés, levitas, patillas, pechotes con pelos, músculos que revientan costuras y enaguas que se levantan (o se caen, según se mire) que tanto me gustan cuando quiero evasión y pasión. Es algo parecido a lo que ocurre con Forastera. El nivel de putadas a las que estas  autoras someten a sus personajes es bastante semejante (a falta de leer las dos novelas siguientes de esta serie, la Gabaldon va ganando por goleada, pero telita con Simons). 

Nada es too much para estas dos señoras, ¡japutas!
>
Quizá se pone como romántica por estar protagonizada por una pareja que lucha contra viento y marea por su amor y porque tiene escenas de sexo, vaya usted a saber, pero vamos, que no venga ninguna aquí esperando una cosa a lo Laura Kinsale (y eso que a esta mujer también le gusta un drama más que a un tonto un lápiz), que va a ser que no.

Otra aspecto que me hacía difícil reseñar El jinete de bronce es lo serio de la historia que cuenta. Mientras pensaba en este post me preguntaba: ¿Qué chiste voy a sacar? ¿Qué gif gracioso voy a meter en una tragedia como la que aquí se narra? Pero a las chicas del Sweet Addiction Book Club les debemos la entrada porque nos recomendaron mucho esta trilogía. Mi Kim se niega a hacer su propia reseña, a ver si la convenzo y la hace, porque puede aportar otro punto de vista distinto al mío.

Kim, no seas menos que Chuck, anda, que tú puedes con todo

En tercer lugar, no sé qué tengo en el cuerpo estos días, no sé si es que ya las hormonas empiezan a revolucionarse porque entro en una nueva década, pero había momentos en los que me daban ganas de ahogar a los personajes y la noche que lo acabé, sin embargo, me acosté a las dos de la mañana porque tenía que terminarlo si quería dormir (aunque luego tampoco pude), y moqueando como una loca. Cómo estaría que me puse rauda con el segundo, Tatiana y Alexander, a eso de las tres y media de la mañana.

¡Quiero dormir, quiero llorar, quiero leer! ¿Qué coñio quiero?
Reconozco que cuando empecé la lectura, el bajón fue absoluto: el lío de apelativos cariñosos, nombres y diminutivos; la situación en Leningrado con esos pisos minúsculos llenos de gente; la comida a base de col, cebollas, latas de jamón y vodka; las cartillas de racionamiento... Ahora lo veo como una virtud. La autora te sabe transmitir cómo se vivía allí y que lo peor estaba por llegar: la guerra, el hambre, el frío. Ahí es dónde el personaje de Tatiana (Tatia, Tatiasha, Tania, etc) evoluciona y pasa de ser una pava en huevos a una superviviente. sin dejar de ser ella en su parte más positiva: la bondad. Yo tengo claro que me pilla todo esto y ya me hubiera muerto el mismo día en el que Alemania declara la guerra. Al principio del libro Tatiana me ponía un poco histérica, pero hay que entender que es una adolescente que se queda prendada de Alexandr, un tiazo de veintidós años vestido de uniforme y que, según lo visto por las redes, tiene la siguiente pinta. 

Hola, que si quieres lamerme el cucurucho de crème brûlée
Nena, tú no sabes lo que es pasar hambre ¡Que te vayas a Panem!
Mientras que Tatiana, como digo, evoluciona con la historia y madura, el resto de personajes, salvo el tiazo, se quedan igual. La pobre chica está rodeada de una panda de parásitos que van a lo suyo en unos tiempos difíciles, empezando por su hermana mayor, Dasha, y terminando por su prima, Marina. Los únicos que se salvan de la quema son los abuelos, porque los padres también son para mandarlos al paredón. 


La relación entre Tatiana y Alexandr no va a ser un camino de rosas, son muchos los impedimentos que encontrarán y que los obligarán a mantenerla en secreto. Él, desde su posición más privilegiada como miembro del Ejército Rojo, ayuda en lo que puede a la familia de ella. Pero tiene un muerto en el armario del tamaño de Moscú y su situación tampoco es demasiado fácil. Se puede decir que la novela tiene tres partes claras: el inicio de la guerra y asedio de Leningrado (penurias, muchas penurias), el oasis en medio de tanta desgracia (Lazarevo, que viene de Lázaro, el resucitado, y no es casualidad) y el desenlace que te deja tirándote de los pelos, si es que te queda alguno ya en la cabeza. Porque ojo cuidao con la parejita que, por si faltaba algo, te tiene en un sinvivir mientras no pueden estar juntos y cuando ya parece que pueden, no paran de pelearse y una ya está para tomar un camino.

¡Pues eso digo yo!

A mí se me hicieron eternas esas discusiones, esos "pues me callo y no te digo qué me pasa". ¡Mira que me cabrean esas cosas! ¡Y yo gritándole al libro!

¡Y que no había manera, oiga!
Ahora que, cuando se terminan enganchando, entonces sí que es un non stop del frungimiento. De nuevo es entendible, porque son jóvenes y si no se ponen al tema a esas edades, dígame usted cuándo. Yo sé que me van a matar mis queridas chicas del Sweet Addiction Book Club, pero me venía a la cabeza esa pastelada que es El diario de Noah (salvando todas las distancias, claro) con tanto me peleo y me pongo a darle al añsdkjfañslkjfsas, calippos y helados de marisco incluidos (eso es bien). La verdad es que a veces a Tatiana dan ganas de ahogarla con su cabezonería que tanto desquicia a Alexandr y a una humilde servidora.


Sustituir mentalmente por Henry Cavill, por favor
Lo importante es que los personajes son muy reales, con sus defectos y sus virtudes y, por increíble que parezca, creo que es posible que historias así puedan haber ocurrido, gente que supera todas las calamidades en forma de hambre, enfermedad, bombardeos... La fuerza del ser humano es a veces enorme cuando se enfrenta a situaciones límite, y una guerra como ésta lo es. Por eso los protagonistas caen bien, porque sienten y padecen y no son superhéroes a los que nada les afecta. 

Por último, algo en lo que insisto mucho en mis reseñas: la documentación. Paullina Simons es de origen ruso y sabe de lo que habla cuando utiliza palabras en el idioma o describe lugares, y puede permitirse el lujo de inventar Lazarevo, esa pequeña isla Utopía en la que Tatiana y Alexandr pueden ser ellos. La parte del contexto histórico es excelente, te hace entender qué fue el asedio de la ciudad de Leningrado, cómo resistieron sus habitantes, el curso del conflicto... Todo esto fue lo que me decidió ayer a darle la máxima puntuación aquí y en Goodreads. A cosas más pastelosas y menos rigurosas les he otorgado cinco Gandys porque me han dado lo que me ofrecían. ¿Cumple esta novela su cometido? Rotundamente sí. No es, como indicaba más arriba, la Kinsale, ni la Kleypas, ni la Susan Elizabeth Phillips, ni falta que le hace. Paullina Simons crea un relato de amor en un momento de la Historia que irremediablemente hay que reconocer como el tercer protagonista de la novela. Sin él no se entendería la naturaleza de la relación entre Tatiana y Alexandr y El jinete de bronce sería un libro totalmente distinto.

Dicho lo cual, recibe en nuestro Gandymetro...

Alexandr, yo te hago pastel de patatas si tú me das helado


COMPARTIR ES EL MEJOR CAMINO PARA QUE UN MAROMAZO LLAME A TU PUERTA
Share to Facebook Share to Twitter Email This Pin This