Jane Darlington es una de las mejores físicas del país, pero lo que más desea es tener un bebé. Solo hay un pequeño problema: encontrar el padre adecuado. Jane es superdotada, algo que ha sido una dura carga durante toda su vida y está decidida a que su hijo no sufra lo que sufrió ella. Por eso necesita encontrar un padre especial para su bebé. Alguien realmente, bueno, alguien que sea tonto. Cal Bonner, el legendario quarterback de los Chicago Stars, parece la elección perfecta. Pero ese atractivo campeón con su marcado acento sureño la lleva a una conclusión equivocada. La doctora Jane descubre demasiado tarde que su elegido es bastante más listo de lo que ella había imaginado y que no está dispuesto a dejarse utilizar por una sabionda obsesionada con tener un bebé. Una inteligente y solitaria mujer que solo sueña con la maternidad cautivada por un hombre que lo último que quiere es ser padre. ¿Pueden la pasión y la atracción hacer que dos personas tan fuertes y vulnerables caigan en las redes del amor?
[Antes de meterle mano a Cal la reseña, tengo que explicaros una cosita sobre este libro. Antes de conocer el paraíso de Goodreads, esa maravillosa guía para poder leer los libros en orden, me hice yo la lista de esta serie y me bailaban los títulos. No es que bailaran la conga, sino que éste y el siguiente a veces los veía con un título y otras, con otro. Así que he puesto los dos en la reseña para que nos os hagáis el cardado un lío, como me pasó a mí. Además, tanto éste como el siguiente componen una subserie dentro de la de los Chicago Stars, Los Hermanos Bonner. Seguro que noslosfó a los dos, grrrrrrrr.]
¡Qué felicidad nos invade cuando abrimos un libro de SEP! Nosotras, tan honestas y modestas como siempre, nunca os hemos engañado: somos seppies y nos encantan sus libros, con esa mezcla de comicidad, absurdos, momentos de vergüenza ajena y sentimientos maravillosos. ¡Esa fórmula es más chunga de copiar que la de la Coca Cola! Pero ya vimos lo bien que funciona en los anteriores libros de la serie, Tenías que ser tú y Heaven, Texas. ¿Logrará SEP conquistarnos de nuevo? ¿O este libro será un zurillito pinchado en un palo?
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¡Dioscito! ¡Que el libro sea tan gracioso como yo! |
Jane Darlington es lista. Pero lista lista, eh, de ésas tipo Sheldon pero dentro de la parte sociable de la humanidad. Es física y está ahí intentando ser la mejor por mucho que el gili*****s de su jefe se lo impida. Además es mona, con lo que, a priori, lo tiene todo en la vida. Pero no es verdad. Ella quiere algo que no puede obtener por sí misma: un bebé. Ya sé que estáis pensando que para quedarse embarazada no hace falta tener un máster, pero es que Jane es lista y quiere elegir bien al padre de su niño. Lo que pasa es que Jane es demasiado lista y digamos que quiere que su hijo no lo sea tanto, para que así no sufra lo que ella sufrió de pequeña. Así que el padre debe tener buena planta (que tampoco va a querer que el niño sea un Sloth) pero que vaya más justito de inteligencia. Y, oh, ahí es donde entra a jugar Cal Bonner, el quarterback de los Chicago Stars, que está como para restregarle el pan por el pechote pero que cuando abre la boca...
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Mismamente |
Así que, una vez elegido el padre, habrá que pasárselo por la piedra, digo yo. Y para eso, a través de una vecina, Jane se hace pasar por pilingui...
...y así quedarse with child, en uno de los planteamientos más whatthefuckistas que te puedas echar a la cara porque no me digas tú a mí que para chingar con un pichafloja de éstos te tienes que liar esos pistos. A ver si no vas a ser tan lista al final, Jane, hermosa... ¡Pues no tiene problemas Cal como para preocuparse por otro más! Teniendo ahí al quarterback suplente, Kevin Tucker, que le está soplando en la nuca (aunque no de modo guarrer) y con sus padres que cada vez se llevan peor. El caso es que Cal, que tan tonto no es, no tarda mucho en descubrir el percal y en cagarse en tó buscar a Jane para ajustarle las cuentas. Y si esas cuentas pasan por tocarle los cataplines a la señora física y por llevarla a su sureño pueblo a que se hinche a ver paletos, pues allá que va. Y, por supuesto, si tan valiente ha sido como para tener ñiquiñiqui con él antes, espera que no tenga ningún problema en repetirlo ahora...
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¡A tomarte la revancha a base de polvos! |
Y ahí es donde empieza lo bueno, pudiendo ver cómo se van descubriendo mutuamente y... Bueno, esas cositas que todas sabéis que habitan en los mundos de SEP. Diálogos llenos de humor y mala leche (¡yo ya no sabía a quién apoyar!), momentos ajdaljghsgdfhgajahdfjka, mucho sentimiento y nuestra puntita de sufrimiento, con el topping de un adorafollable llamado Kevin Tucker al que le voy a hacer yo unos touchdowns en cuanto lo pille que no se va ni a encontrar el apellido.
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Me vas esperando, Kevin |
Y que no nos falte, por favor, nuestra ración de historia secundaria adorable y que nos llegue al corazoncito (y que siempre te deja con ganas de que se desarrolle más). No os voy a engañar, queridas, me he pasado casi toda la novela disfrutando como un cerdo rebozándose en el barro niño comiendo un helado. La verdad es que a partir de la llegada al pueblo esta historia me ha recordado mucho a la de Bobby Tom en Heaven, Texas, será por lo de estar en un pueblo típico americano de ésos en los que todos se conocen, ser el ídolo local y por el gran protagonismo de su familia (la superabuela de Cal es maravillosa). Estás con la sensación de "esto ya he leído yo pero me gusta tanto que me lo leería mil veces y las mil me gustaría". Pero...
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Mi incontinencia verbal me lo impide, Meredith |
Pues sí, a las novelas de SEP también se les puede poner un "pero" y ésta lo tiene, siendo además lo suficientemente molesto para mí como para que le bajara un Gandy, así os lo digo. Y es que todo iba genial, en plan croqueta y no poder dejar de leer y tal hasta que, de repente, la cosa se estanca. A ver, para mí estas historias, en el momento en el que los sentimientos se acaban imponiendo sobre la parte divertida, corren el riesgo de perder mi interés, algo que hasta ahora no había pasado. Hasta ahora. Y es que en la parte final, en ésa en la que esperas la apoteosis de sentimientos y de poner los ojitos de corazón y todas esas cosas que, por muy rancia que yo sea, disfruto como una enana, SEP lo alarga mucho e innecesariamente. Os juro que me bajó toda la emoción y que ya terminé de leer el libro con el morrillo tristón. ¡Si hasta Cal se saca de la manga un WTF que no tiene sentido!
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Escuchar algo malo de SEP me rompe el corazoncito |
Pero que este desliz final no os impida echarle el guante al libro porque, de verdad, todo lo anterior merece tantísimo la pena... El toque SEP sigue siendo maravilloso y, como dice mi madre, "hasta el mejor escribiente echa un borrón". Aquí el borrón es pequeñito y Cal la tiene tan grande que Sólo mío sigue siendo un magnífico libro, lleno de risas, maromazos y emociones.
Por todo esto le damos en nuestro Gandymetro...
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Cal, ven y quítame el lacito rosa, que ya te quito yo la ropa |