Knox prefiere vivir su vida tal y como se toma el café: solo. Pero todo cambia cuando llega a su pueblecito un terremoto llamado Naomi, una novia a la fuga en busca de su gemela, de la que lleva años sin saber nada. Lástima que su hermana le robe el coche y el dinero y la deje a cargo de una sobrina que no sabía que existía. Al ver cómo la vida de Naomi se va al traste, Knox decide hacer lo que mejor se le da: sacar a la gente de apuros. Después, volverá a su rutina solitaria… O ese es el plan.
Este es otro de esos libros que me salía hasta en la sopa cuando
buscaba libros para leer (porque tendré tropecientos pendientes pero
siempre voy a la caza de un nuevo tesorito). Que está genial, que qué
maravilla... Pues debo tener el gusto en 1980 (o en 1890) porque
me he aburrido como una ostra
leyéndolo.
![]() |
Yo, gozando cosa loca |
Debo reconocer que es un libro que
me ha costado desde el principio porque el punto de partida ya me
ha dejado un poco torciendo morrete. Naomi Witt llega a un pueblo
huyendo de su boda y siguiendo la pista de su díscola hermana
para acabar sin coche, sin dinero y con una sobrina para cuidar (voy a ver
si me muero un rato al encontrarme otra persona huyendo de su boda y otro
pueblito encantador). Y es que, antes de seguir, debo deciros que
la hermana de Naomi, Tina, es un perversa, la responsable de dejar
a Naomi con el culo al aire y, además, ¡su gemela!
![]() |
Naomi y Tina |
Naomi va a sufrir las consecuencias de la perversidad de su gemela pero no sufráis por ella porque, como esto es novela romántica,
se va a encontrar de buenas a primeras con un buenorraco porque,
mira, si te cae un mochuelo de once años y estás sin un euro, que al menos
la escritora te compense dejándote los bajos contentos.
![]() |
Te dejo el xixi bailando claqué |
Bueno, es un poco más barbudo pero igualmente trincable. Knox Morgan
es más seco que un bocadillo de polvorones, tosco, huraño y
envuelto en cierto misterio que le hace tener unas amistades algo
peculiares y una mala relación con Nash, su hermano y cuerpazo de
seguridad del pueblo (¡señor agente, señor agente, cachéeme sin piedad!).
Naomi es una flower power de la vida y el grumpismo de Knox es
demasiado
para ella, al igual que la alegría tontilanga de Naomi repelen a Knox
pero los bajos tienen razones que las cabezas no entienden y Knox
no puede dejar de acercarse a ella
y mear a su alrededor y ayudarla con su sobrina que
es, de lejos, la más inteligente de los tres. A esta atracción de lo más
inconveniente hay que sumarle que Naomi acaba trabajando para Knox,
que Knox se lleva fatal con su hermano, que tanto Knox como su hermano
Nash tienen un amigo, Lucien, que parece sacado de El Padrino (que,
además, tiene un pasado con la bibliotecaria del pueblo que me ha tenido
living la vida loca) y que la sombra de la evil twin Tina es
muy alargada y no les deja en paz.
![]() |
Y haced hueco a unos padres y una abuela |
Sinceramente, hay tantas cosas en este libro que no sabe una por dónde
empezar a comentar y leyendo
tenía la sensación de que tampoco la escritora sabía muy bien qué
quería contar, ya que primero parecía que la crianza de la sobrina y la búsqueda de la
hermana iban a ser el eje falso del libro (el verdadero es siempre el
amor, por Dior, que no se nos olvide), pero luego resulta que Lucy Score
parece que se aburre de eso y mete cierto suspense que, mira, o lo haces
bien o mejor no lo hagas (spoiler: no se hace bien). Luego lo del
suspense deja paso a profundidad sentimental en forma de relaciones
familiares (mñe) para luego irnos a otra cosa digna de final de
teleflín. Todo esto con el romance de fondo que ni es romance ni ná, nada más que el ranciocerril de Knox dando por Cullen no queriendo
estar con Naomi pero no dejando que se le acerque macho viviente.
![]() |
Esto te digo, Knox |
Sinceramente, me he pasado medio libro pensando en qué iba a leer cuando
terminara este, ya veis mi nivel de implicación con esta lectura. Le he
puesto muchas ganas pero, salvo los secundarios (sobre todo Lucien y la
bibliotecaria), no he encontrado nada que me gustara. Ya sabéis que
adoro a los enemigos que se trincan vivos y no os niego que el principio
de la lectura me tenía emocionada porque Knox le habría tirado puñales
antes que meneos a Naomi pero es que luego
la cosa deriva y no sé muy bien hacia dónde (bueno, hacia mal).
Además, en una novela moderna, ese
comportamiento tan desfasado del maromo poniéndose iracundo perdido
si otro hombre osa mirar a la chica me saca de quicio y de la lectura.
Solo estaba deseando llegar al final y, mira, este es malísimo y
tiene un epílogo de lo más cursi, lo que ya me ha rematado. No os
puedo comentar mucho del sexo porque terminé de leerlo hace unos días y no
soy capaz de recordar nada, ese es el nivel de mi conexión con todo lo que
aquí se cuenta. Lucy Score no me parece una mala narradora (tampoco una
excelente) pero me parece que se ha complicado demasiado la vida y
que este libro podría haber sido mucho mejor si hubiera sido más sencillo.
Cosas que nunca dejamos atrás ha sido una decepción, un
aburrimiento lleno de vaivenes con un maromo que prometía mucho y
al que he acabado queriendo tirar por la ventana y una
protagonista tontilanga
con la que no he conectado. Al menos los secundarios me han entretenido
algo, por lo que se lleva en nuestro Gandymetro...