martes, 7 de mayo de 2024

Silver Lining, Maggie Osborne


[Libro no publicado en español]
Tan desaliñada y desarraigada como los demás buscadores de oro en las Rocosas, Low Down no quería nada a cambio de cuidar a un grupo de harapientos mientras pasaban la viruela. Pero cuando la presionan para revelar lo que más desea, admite que quiere un bebé. No un marido, no un matrimonio forzoso con el orgulloso hombre que que sacó la canica marcada y tuvo que honor a su palabra de casarse con ella. Por supuesto que Max McCord era guapo pero amaba a otra mujer y soñaba con una vida diferente. Pero estuvieron de acuerdo en un matrimonio temporal que solo podía acabar en desastre. ¿Pero puede salir de este giro del destino la esperanza que ambos buscan?
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Maggie Osborne es una escritora de esas que parece una vendedora de Avon. Cuando estuve investigando sobre ella para el Reto Rita 2 no encontré prácticamente nada y, por la foto, pensé que sus novelas iban a ser un poco moñas. Bueno, no sé cómo serán las que no he leído pero tanto The Promise of Jenny Jones como esta de moñas no tienen nada y sí tienen todo para ser novelas inolvidables.

Kim cuando pilla libros así

Nada más comenzar la lectura ya te das cuenta de que no te vas a encontrar un libro de los que se llevan ahora ni una historia que va a volver loco TikTok. Nos vamos a buscar oro al año catapum, donde Low Down (su nombre real es Louise pero, para conocer de dónde le viene el apodo, te tienes que leer el libro 😆) está cuidando a un montón de buscadores de oro que han estado a las puertas de la muerte. Ella también estaba buscando oro pero al final ha quedado como cuidadora full time. Cuando los que sobreviven mejoran, no saben cómo agradecérselo a la muchacha, así que le dicen que pida lo que quiera que ellos se lo darán.

¡Quiero acceso a este cuerpo!

Bueeeeeeeeno... Pues muy desencaminadas no vais porque no es que Low Down quiera un revolcón, ella esas cosas no las trabaja, pero resulta que su más íntimo deseo, lo que más quiere en este mundo no es una bolsa de pipas Facundo sino tener un hijo. Y nada de uno adoptado, no, ella quiere concebirlo y parirlo. Y para eso debe...

¡Tener acceso a este cuerpo!

Efectivamente necesita tener contacto carnal penetril y con eso no contaban sus compañeros. Como no hay nada más preciado que la vida y el ofrecimiento de los hombres fue real y sincero como agradecimiento por haberles salvado, alguien tiene que ñiquiñear con la muchacha (que, por cierto, tiene más aspecto de la Repu que de Margot Robbie). 

Repu o no, yo quiero un hijo

Total, que deciden echarlo a suertes. ¡Pero hay hombres de picha pocha casados! Pues nada, los casados no participan, así que todos los solteros se ponen en un ladito y tienen que coger cada uno una canica de una bolsa. Y el que saque la única canica marcada...

A darle al meneíto

Y aquí nos fijamos en Max McCord, uno de los que ha estado a punto de palmar. Max está soltero pero prácticamente casado, ya que va a contraer nupcias con su amorcito en un par de semanas, en cuanto vuelva a su rancho y se quite la roña. Sin embargo, al no estar casado todavía, no le queda más remedio que ponerse con los solteros y sacar una canica. Ya sería mala suerte que sacara la marcada...

Maggie Osborne escribiendo

Pero espera que por allí hay un cura y dice que eso del follardismo sin matrimonio ni de coña, que ese niño debe nacer de una unión bendecida por Dior y por Armani, así que...

Max y Low emocionados en su boda

Permitidme que haga la croqueta, que es justo lo que estaba haciendo mientras leía con todo este pisto. Porque claro, Max está enamorado de otra, Philadelphia, que no es el queso de untar sino su prometida, a la que no sabe cómo va a explicarle que no se puede casar con ella al estar ya casado. ¡Encima es la hija del rico del pueblo! Max se huele el trasquilamiento. Por otro lado, Low Down no puede creerse el lío en el que se ha metido y en el que ha metido a Max porque, si bien no puede negar que su esposo está de rechupeteo, jamás esperaba verse en esa tesitura. Así que ambos acuerdan percutirse una vez allá para cuando a ver si, con suerte, Low Down se preña y se puede ir cada uno por su lado. Mientras tanto, Max la lleva a conocer a su familia y a vivir en ese maravilloso rancho que ha construido para otra...

La emoción de Low Down

¡Y todo esto ocurre en el primer tercio del libro! Maravilla. El libro se toma su tiempo a la hora de desarrollar la historia entre Max y Louise, ya que tampoco sería creible que, de buenas a primeras, Max se desenamorara de una para enamorarse de otra. Conocer a Louise es adorarla porque es una grandísima mujer, llena de sentimientos pero con dos ovarios por bandera y sin miedo ni a la vida ni a su dureza. Ha crecido sola y respeta muchísimo el peso que tanto Max como su familia le dan a la palabra, a su nombre y a su responsabilidad. Lousie llega a un acuerdo con Max y, aunque sus sentimientos se involucren, no deja que estos le impidan cumplir su parte del trato con las condiciones estipuladas, con lo que sufres por ella, ya que está dispuesta a ocultar todo lo que siente para que Max sea feliz. Max, por su lado, se nos presenta como un hombre aparentemente fuerte que realmente es mucho más flojo que la mayoría de las mujeres de su entorno. Narrada de un modo sencillo y sutil, con una escritura delicada que me recuerda a los del Oeste de mi Lorraine Heath, es una novela de otra época, de esas que ya no se escriben. Es pausada pero atrapante, ya que no dejan de pasar cosas que afectan a los personajes y a las relaciones aunque, en cuestiones de acción, no ocurra demasiado. Es más bien una historia de personajes, se profundiza en ellos, pasamos mucho tiempo en sus cabezas y vemos sus luces y sus sombras, sus inseguridades, etc. El punto de vista de Louise es tan maravilloso como ella, genial, único, divertido, emotivo... Con Max he tenido mis cositas, ya que, para estar casado con una, se pasa mucho tiempo pensando en la otra y en el pisto que tiene por ese lado. Lo veo lógico pero, para mí, esto ocupa demasiado y nos birla momentos de su relación con Louise. Así, el final es un poco deslucido ya que, para todo lo elaborado que ha sido lo anterior, la resolución acaba siendo apresurada y deja el conjunto un poco cojo, me he quedado con ganas de un poquito más que nos hiciera disfrutar sin peso. 

Pero vamos, que ha sido una gozada de libro, hacía mucho tiempo que me pasaba más de una hora leyendo perdiendo la noción del tiempo. Es uno de esos que ya no se escriben, con una historia de amor muy peculiar, especialmente en su comienzo, y con una protagonista inolvidable. La historia se toma su tiempo para desarrollarse pero no se hace pesada, Maggie Osborne la escribe de tal modo que te cuesta dejar de leer. Hay muchos sentimientos, momentos divertidos, malpecorismo y pistos, algo que me ha entretenido muchísimo.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

A este vaquerito hasta los calzones le quito


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