Aunque le advirtieron de pequeña de que se guardara los besos para ella, Greer Galloway desobedece dos veces, una cuando cumple dieciséis años y está arrodillada sobre vidrios rotos, y otra cuando un encantador extraño llamado Embry Moore la arrastra a la deslumbrante noche de Chicago. Las dos veces se enamora y las dos veces su corazón se rompe sin remedio. Así, ya adulta, jura que nunca volverá a besar... o a amar.Eso hasta que el vicepresidente de los Estados Unidos aparece en la universidad donde Greer trabaja y le pide una cosa: que se encuentre con el héroe reconvertido en presidente Maxen Colchester. Maxen, el soldado que fue su primer beso sobre un suelo lleno de cristales rotos.¿La otra complicación? El vicepresidente no es otro que el encantador Embry Moore.Pronto, Greer se encuentra atrapada entre el pasado y el presente, el placer y el dolor, y dos hombres que se desean tanto como la desean a ella. Y mientras la guerra y la traición se acercan cada vez más, se lanzan de cabeza a una apasionada historia de amor que cambiará el mundo...
Ya me notaba yo que se estaba cruzando un poco el cable pero, tras esta
lectura, lo confirmo: voy a ampliar horizontes lectores.
¿¡¿Vas a empezar a leer clean romance?!? |
Lo único clean que pasa por mi Kindelito es el trapito con el que lo
limpio. No, es simplemente que, viendo que no me termina de convencer
nada, voy a leer lo que se me pase por delante porque, si no descubro algo
bueno, al menos espero sacar una reseña para echarnos unas risas y pasar
un buen rato. Aunque, para buen rato, el que pasa Greer Galloway en este
libro zumbándose al presidente de Estados Unidos y a su vicepresidente...
El dúo metesaca preparándose para la acción |
Tranquilas, que aquí no hay churra pocha bideniana, estos son dos
maromazos buenorrísimos que tienen músculos hasta en la punta de su
Capitolio. Ash Colchester y Embry Moore fueron soldados valerosos y ahora
son amigos y residentes en Benidorm Washington. ¿Y dónde
entra ahí Greer? Bueno, será más bien dónde le entra...
La historia empieza unos cuantos años antes pero no en el prólogo, porque
ahí la autora nos hace un pequeño spoiler de cómo acaban estos tres
para engancharnos, la jodía. Greer es nieta de un exvicepresidente de los
Estados Unidos, así que ya os podéis imaginar que no tenía abuela besucona
sino viejunos poderosos besucones alrededor. En una fiesta, Greer conoce a
Merlín.
Todo el mundo intentando recuperarse del susto |
Ay, no me puedo tomar en serio algo si sale un Merlín pero hagamos un ejercicio de profesionalidad y sigamos. Total, que Merlín es un poco raruno.
¡Pero si soy el colmo de la normalidad! |
Casco de papel Albal en la cabeza no lleva pero es igaulito. En su
rarunez, Merlín le dice cosas extrañas y, además, le advierte de que no
bese a nadie porque, básicamente, se va a liar parda. ¿Y qué hace la
inconsciente? Conocer esa misma noche al soldadito Ash, echar fuego por el
xixi y besarle. Pero solo besarle, eh, nada de comerme el apéndice
guarreril. Tras eso, Ash acaba en la guerra, fíjate tú si la lía. Greer,
encoñadita como está, decide que, en lugar de escribir sus cositas y sus
fantasías con Ash en un diario, se las va a escribir a él en unos emails. Qué maravilla de cosa loca, de verdad. Total, que Ash y Greer están sin
verse unos cuantos años y, por cosas de la vida, se vuelven a ver pero
Greer acaba conociendo a Embry y comiéndole tol morro.
Pues liarla parda, again, porque a este lo pilla más lista y no solo le coe la boca, IYKWIM. Total, que
luego tampoco sale la cosa con Embry. Y así pasan los años, Ash y Embry se meten en política, ganan unas
elecciones y se reencuentran con Greer, momento en el que a esta le explota todo y puede hacer realidad todas las
fantasías que soñó con Ash, le dé al lío dominatorio y descubra que su corazón y su xirri son tan grandes como para que entren dos maromos a la
vez. Y que, de paso, se entere de que esos dos maromos...
A Embry le gusta el jabón de Ash |
Me encanta intentar crear misterio inútilmente cuando ya te cuentan todo
en la sinopsis 🙄. Yo no sabía lo que me iba a encontrar en este libro
pero no me esperaba este trío guarreril y sentimental, sobre todo no
esperaba que transcurriera de este modo y con rollo dominación/sumisión
por medio, que no es mi guarrerismo favorito ni de lejos. Pero, mira, me
lo he pasado bien leyéndolo, a pesar de que la valoración general no sea
gran cosa. La gran responsable de esto es Greer (de lo malo), ya que
conocemos la historia únicamente desde su punto de vista y, mira, esta tía
es tonta. Muy intensita, muy llorona, muy de darle vueltas a todo. Y con
una religiosidad que mñe. También te digo que muy beatos, muy beatos, pero
trae los cataplines que te los ato, Dior mejor que mire hacia otro lado.
No podía evitar acordarme constantemente de mis adorados Sinners de Tiffany Reisz y he estado todo el tiempo pensando que Sierra Simone debe
ser fan (en su web recomienda varios de sus libros) y hasta en algunas cosas la imita, aunque sus personajes no tienen
ni la complejidad ni la fuerza que los de la Reisz. También te digo que me
hacía un crossover con Embry y Søren ahora mismo...
Mi idea de crossover |
Al ser trío sentimental y no únicamente guarreril estaba muy intrigada por
ver cómo me lo vende Sierra Simone, porque con tanta gente me resulta
complicado que todos me gusten por igual. Y me resulta comprensible que
Greer se enamore de los dos porque grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. Lo que
entiendo menos es que ellos se enamoren de ella 😂. Al principio pensaba
que la relación entre Ash y Greer era lo que más me iba a interesar del
libro pero poco a poco mi atención se ha ido a Embry y a cómo encajarlo en
la relación. Ash y Greer son la pareja pero mientras Ash me ha parecido muy complejo y un poco ortopédico, y ella una tonta del bote, Embry me ha parecido el más real, con las reacciones más acordes a la
situación rarunísima que tienen. Tiene ese aire encantador de secundario
perdedor maravilloso (las que veáis kdramas como yo ya sabéis el tipo de
maromo que es) que me ha conquistado por completo y que le ha convertido
en mi personaje favorito. Y no veáis cómo se desenvuelve en las sábanas...
Hombre, si hablamos de trío sentimental y guarreril, tiene que haber
mandanga, es uno de los diez mandamientos de la Guarrona Ley de Dior. Pero
tampoco me ha parecido que haya mucha, ya que esto es una trilogía y hay
mucho pisto emocional (y de otra clase) que explicar, así que no todo el
monte es folleteo. Pero hay trinque de toda clase, con bastante
dominación/sumisión (🙄) y mucha adoración xirrinal de corte más de andar
por casa. Y un megapolvazo multipollil que deja a Greer como al Rambo de
Hacendado.
Me he entretenido leyéndola, me han encantado los maromos y el pisto que
se traen pero el hecho de que esté contada con saltos temporales y
exclusivamente por Greer ha hecho que disfrute de la historia muchísimo
menos, hasta el punto de que estaba deseando que salieran los maromos para
que se animara el cotarro. Eso sí, termina en cliffhanger y tendré
que seguir leyendo, a ver si me meto en la cabeza de los maromos o me
meten ellos otra cosa 😆.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...