martes, 28 de junio de 2022

Make It Sweet, Kristen Callihan

[Libro no publicado en español]
La vida para Emma no pinta bien. El mundo la conoce como la Princesa Anya en Dark Castle pero de repente su personaje pasa por el hacha, literalmente. La guinda del pastel es encontrar a su novio en la cama con otra mujer. Emma necesita un descanso y su santuario viene en la forma de Rosemont, una maravillosa finca en California que promete descanso y relax.
Allí conoce al igualmente maravilloso nieto de la propietaria, el exjugador de hockey y actual ermitaño Lucien Osmond, y Emma ve en él su propio sufrimiento y su anhelo. Lucien es encantador cuando quiere pero también reservado y hosco, con una coraza protectora tan gruesa como la de Emma. A pesar de la creciente atracción que sienten, se evitan mutuamente. Pero una noche hay un chapuzón sin ropa y empiezan a llegar a la puerta de Emma los deliciosos postres que Lucien cocina para ella, tentándola a probar la vida de nuevo... Intentando alejarse solo acaban cada vez más cerca y sus piezas rotas pueden juntarse y hacerles sentir completos de nuevo.
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No pensaba hacer esta reseña porque, básicamente, yo estoy en un sitio, mi ordenador en otro y mis ganas de no tirarme por el balcón metidas en una caja. ¡Pero no hay nada que un papel y un boli, sumados a las ganas de rajar un rato no puedan superar! (Obviamente, si leéís esto, en algún momento me reencontré con mi ordenador y pude pasarlo a Blogger). En fin, que este año está siendo toda una yincana a la hora de leer, ver series y hacer reseñas, a lo que tengo que sumar que el 90% de todo lo que leo es un truño. ¡Imaginad mis ganas de abandonarme a un buen nadismo de mono con platillos! Pues nada, next, porque Make It Sweet ha sido Make Me Booooooored.

Estoy superentretenida leyendo Make it Sweet

No va a ser muy larga esta reseña porque tengo tan poco que contar como el libro en sí. Kristen Callihan nos presenta a Emma Maron, la compañera de Macon Saint en Juego de Tronos una exitosa serie de fantasía. Como ahora no se lleva en Catodia que puedas ver una serie tranquilita, al personaje de Emma le hacen un Ned Stark, lo que deja a Emma decolocada y en el INEM, así que necesita esconderse para lamerse las heridas. Tú lo mismo te vas al Primark a comprarte bragas y luego a comerte unas tortitas para que se te pase el disgusto (o a comprar libros por encima de tus posibilidades lectoras, como haría yo) pero ella se va a una especie de resort de ensueño donde vive una amiga de su abuela. Y no está sola la señora sino que la acompaña su nieto Lucien Osmond, tremendo maromazo que maneja como nadie la manga... pastelera.

Lucien te flambea la filloa

¡Por favor, que el mundo me escupa y me mande a Romancelandia, donde te encuentras a la vuelta de la esquina a un buenorraco que lo mismo te hace un macaron que te demuestra lo bien que maneja el taladro! Lucien no es solo pastelero, cocinero y chico para todo, sino que fue un exitoso jugador de hockey, así que imagínate el panorama que se encuentra Emma, para hocicar en pechote y en tarta. Esto es de un instalust total pero, afortunadamente para ellos (no tanto para el lector), correspondido, que Lucien la ve a ella y, jatetú, es superfan de su personaje e incluso se ponía palotillo cuando la veía enseñar cacho en la serie, así que no puede evitar que sus bajos levanten armas cuando la conoce. Pero no es oro todo lo que reLucien (🙄), ya que nuestro maromo, oh, chorprecha, está traumadito, ya que tuvo que dejar el hockey porque peligraba su salud y eso le hizo amargarse de tal modo que solo logra animarse endulzando la vida de los que tiene alrededor a través de la alta pastelería que hace.

Tiene una buena manga pastelera y sabe usarla

Así que os podéis imaginar que el libro es ver cuándo se trocotrean y cómo lidian con sus movidas mentales a la vez, nada más. Estos dos se atraen a las claras desde el principio, se llevan bien desde el principio, intentan no trincarse desde el principio porque la escritora cree que así nos va a mantener más interesadas y NO y lo sienten todo de un modo tan profundo que me parecía estar ante adolescentes que disfrutan de su primer amor y no ante gente adulta que ya tiene canas en los bajos. En serio, no sé qué quiere contar aquí la Callihan, sin conflicto ni tensión. Algo hay al final, claro, porque si no esto sería como leer la Wikipedia, pero está muy mal situado dentro de la trama, es como si se hubiera dado cuenta de que se le acababa el libro y tenía que meter algo de drama, así que lo tira al final de cualquier manera. Bueno, de cualquier manera, no: de mala manera.

La Callihan situando los puntos claves del libro

Estar leyendo una historia de dos personas que claramente se atraen y que no quieren liarse mientras uno hace dulces y la otra arrastra el culo por él no es lo que yo llamaría precisamente interesante. Hay cosillas que no están mal, como que Emma esté más centrada y sea más fuerte que Lucien (que siempre parece que son las mujeres las que están al borde de la neurosis), pero reconozco que él ha sido un personaje extremadamente flojo y sin carisma, solo le he querido por sus habilidades guarreriles. Ni siquiera por las pasteleras ya que, a pesar de que me encantan los libros (y pelis y series) en los que se cocina, he quedado de Lucien y sus dulces hasta la mismísima trufa. ¡Además es un tío moñas! A veces esto parece querer ser Como agua para chocolate y termina siendo aguachirri azucarado.

A pesar de todo, no me ha resultado pesado de leer pero el hecho de ver que contaba la nada más absoluta me hacía cuesta arriba la lectura. He acabado más interesada en un personaje secundario (al que me encantaría que le hiciera libro) que en la pareja protagonista. Al menos hay secuencias sexuales bastante hot, en esto la Callihan poca veces falla, pero en todo lo demás, agua. ¡Encima el tramo final es cursi y moñas!

Servidora al final del libro

Así que, si buscas un nadismo hot con el que despejarte, búscate otro, que este es un moñismo con ínfulas de profundidad que solo te dan ganas de terminar pronto para ver si pillas otro libro que te guste más.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Lucien, me das diabetes


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martes, 21 de junio de 2022

Sucedió un verano (Bellinger Sisters 1), Tessa Bailey


Piper Bellinger es una influencer del mundo de la moda y su reputación de alocada hace que la persigan los paparazzi. Tras acabar en el calabozo por organizar una fiesta ilegal con demasiado champán en la azotea de un hotel, su padrastro decide que esa es la gota que colma el vaso. De modo que la deja sin dinero y para que aprenda lo que es la responsabilidad, la envía… al estado de Washington, donde acabará regentando el bar de su difunto padre junto con su hermana.
Piper no lleva ni cinco minutos en Westport cuando conoce a Brendan, un corpulento y barbudo capitán de barco, que cree que no durará ni una semana lejos de Beverly Hills. ¿Qué pasa si es una negada con las matemáticas y si la idea de dormir en un piso cochambroso con literas le da escalofríos? Tan malo no puede ser, ¿verdad? Está decidida a demostrarle a su padrastro, y también a ese capitán de barco tan guapo y gruñón, que es más que una cara bonita.
El problema es que está en un pueblo pequeño y se cruza con Brendan cada dos por tres. La extrovertida reina de las fiestas y el pescador gruñón son polos opuestos, pero la química que surge entre ellos es innegable. Piper no quiere distracciones, ni mucho menos sentir algo por un hombre que se pasa semanas faenando en el mar. Sin embargo, a medida que reconecta con su pasado y empieza a sentirse como en casa en Westport, empieza a plantearse si la fría y glamurosa vida que ha llevado hasta el momento es la que desea de verdad. Aunque siente la llamada de Los Ángeles, tal vez Brendan y ese pueblo lleno de recuerdos hayan conquistado su corazón.
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Con los calores que se ciernen sobre nuestros cuerpecitos y las vacaciones a la vuelta de la esquina, parece que el Kindelito pide nadismos fresquitos y divertidos, algo que no te haga pasar las de Caín leyendo complicadas historias (aunque no seré yo la que se niege a leer un dramón que me deje con las patas colgando -siempre romántico, claro, porque sé que mi sufrimiento se verá recompensado con un final feliz-). Pues si buscas nadismo, diversión, emotividad y guarrerismos, este libro es ideal. Sucedió un verano nos lleva de Los Ángeles al pueblecito costero de Westport siguiendo el exilio de Piper Bellinger, influencer de culo en pompa la Costa Oeste que, tras una juerga que se va de madre, acaba con la paciencia de su ricachón padrastro y se ve obligada a llevar su cuerpazo al pueblo de su fallecido padre, a ver si un poco de responsabilidad y un corte de grifo monetario hacen de ella una persona de provecho. Lo único que Piper conoce de su padre es que era pescador y que falleció cuando ella y su hermana eran muy pequeñas. A partir de ahí, su madre cambió de vida, acabó casada con un productor de cine y Piper no ha conocido otra cosa que el brilli brilli de la meca del cine, el dinero sin fin y la juerga padre, así que vivir en Westport y tener que buscarse las habichuelas va a ser toda una experiencia. Su hermana Hannah, por solidaridad, decide irse con ella pero es Piper, que no sabe estar sin poner posturitas para hacerse selfies y subirlos a Instagram, la que va a pasarlas canutas cuando se vea llena de mierda intentando limpiar el local que su padre les dejó en herencia o cocinando una boloñesa que no acabe en churrusque de influencer. Me encantaría deciros que contará con la inestimable ayuda de un maromazo pero no va a ser así porque este es Brendan Taggert y no encaja en la definición de "amable vecino", más bien en la de "enemigo pero del que te trinca vivo"

Kim deseando que la enemiguen de ese modo

Brendan es un gruñón marinero que necesita tener tranquilidad y orden a su alrededor, así que Piper, con sus minivestidos, su cuerpazo y su poca inteligencia son unas red flags para él. Total, para lo que va a durar en el pueblo... O eso cree, porque ni Piper es una cabeza hueca, ni una superficial petarda así que, incluso para sorpresa de ella misma, va a intentar aprovechar al máximo esos tres meses para adaptarse al pueblo, conocer sus raíces y, de paso, volver loco a cierto huraño capitán de barco que, por mucho que quiera mirar para otro lado, solo tiene ojos para ella.

Brendan mirando disimuladamente a Piper

Bueno, esto es romántica nadista, ¡no hemos venido a leer El jinete de bronce! Es un nadismo de enemigos que se trincan vivos, con momentos divertidos y vergüenzajenescos bien llevados y con una emotividad y un sentimentalismo que van ganando terreno según avanza la historia. Lo de enemigos que se trincan vivos dura poco, la verdad, porque Brendan no es odiador profesional y se da cuenta de que ella necesita ayuda porque está más perdida que Carracuca, así que se ofrece a colársela ayudarla. Bueno, a colársela también porque parte de su ranciedad con ella es que le despierta la boa cosa fina y eso le hace encabronarse, ya que su boa tiene órdenes estrictas de no levantarse desde que se quedó viudo, así que volver a sentir en contra de su voluntad la hace ser más arisco. Pero, claro, la conexión cabeza-cola es muy fuerte y, en él, pasa por el corazón, así que Brendan va sintiendo más por Piper sin que ella sepa manejarlo, ya que solo ha tenido relaciones simplonas basadas en el flirteo y el chingoneo, con lo que se asusta ante la perspectiva de tener algo serio con un hombre adulto cuyo mundo dista tanto del de ella. Pero no hay nada que una atracción sexual que rompe bragas con su onda expansiva no pueda solucionar.

Piper y Brendan se están rozando, ¡sal corriendo!

¡A ver, es que Piper es humana! Una se puede intentar resistir mucho pero todo tiene un límite y no está en su naturaleza (ni en la mía -ya lo sabes, Henry Cavill-) negarse momentos de placer supremo de mano (y boca y lengua y 🐍) de un hombre que se la quiere trincar con la fuerza de los mares. Ay, de verdad, lo que son las secuencias guarreriles... *se abanica los bajos rait nau* Fantásticas. El anteriormente mencionado eje cabeza-corazón-cola (las tres C de la romántica) se alinea en Brendan de modo fabuloso y este se mete con Piper unos momentazos de lo más apasionados, extensos, descriptivos (#NoRanciedadFriendly) que, además de darnos calores supremos, aportan algo a la historia de amor, la hacen avanzar. Pero como ocurremuchas veces, cuanto más avanza la historia de amor, el humor deja paso al sentimentalismo y el libro, para mí, pierde fuelle, se vuelve algo más convencional. Creo que Tessa Bailey es bastante habilidosa durante gran parte del libro a la hora de evitar dos cosas que personalmente odio, el malentendido y el moñismo, pero, una vez resuelta la tensión sexual, nos queda demasiado libro para explorar el amor y la consolidación de la pareja, así que acaba cayendo tanto en el malentendido como en el moñismo en la parte final. Afortunadamente, no se mete hasta el cuello y no me ha quitado el buen rollo que todo lo previo me había proporcionado. 

Sucedió un verano es un libro ligerito, escrito de un modo ágil, es de esos que te dan ganas de leer (que parece una tontería pero personalmente hay libros que no leo mal y, aún así, no me tienen lo suficiente picada como para cogerlos de nuevo con ganas, algo que no me ha pasado leyendo este). Me ha hecho pasar momentos divertidísimos dignos de la mejor SEP, me ha hecho acalorarme muchísimo y solo he retorcido un poquito de morrete con la cursilería final, lo que hace que le demos en nuestro Gandymetro...

Marinero, te como el anzuelo



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martes, 14 de junio de 2022

The Duke and the Lady in Red (Scandalous Gentlemen of St. James 3), Lorraine Heath

[Libro no publicado en español]
Cuando Rosalind Sharpe llama la atención del duque de Avendale, se debate entre su atracción por el conocido pícaro y el conocimiento de que este, siendo tan rico como Craso, es el objetivo perfecto para el engaño que puede poner fin a sus días de estafadora.
Sin embargo, Avendale no es ningún idiota. Tras descubrir que la embaucadora mujer se dispone a huir de Londres con su dinero, se enfrenta a ella con una escandalosa proposición: puede tener todo el dinero que quiera... por una semana en la cama con él.
Desperada, Rose accede pero con una condición: Avendale nunca debe cuestionar sus motivos. Este pronto ve lo que ella oculta tras la máscara y descubre que es más que pasión y placer, es todo lo que siempre ha deseado. Pero reclamarla requiere que desvele sus secretos y la pierda para siempre. A no ser que él pueda dejar su oscuro pasado atrás y arriesgar todo por una oportunidad en el amor.
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Lorraine Heath es una autora que me encanta. Creo que, cuando está fina, te cuela unas preciosas historias de amor con un toque de emotividad capaz de hacer vibrar hasta a los corazones más piedrolescos como el mío. Pero mi amor por ella no me ciega y soy consciente de que te da una de cal y otra de arena (nunca sé cuál es la buena y cuál la mala), pudiéndote emocionar sin fin o arreándote un truño que te deja con ganas de tirarte por la ventana. Tras el libro anterior, no me quedaron muchas ganas de seguir con las andanzas de los hijos de los muchachos de Feagan pero el tiempo todo lo cura y, tras la dura labor de olvidarme del libro de Drake, me dispuse a hincarle el diente al duque de Avendale, porque una siempre tiene el cuerpecito preparado para un duque estirado, incluso aunque este sea un ajo porro. Resulta que Lorraine Heath decidió que ella sin trauma no quiere personajes así que a Avendale, en lugar de darle una infancia feliz tras la maravillosa nueva vida de su madre, le da una regulera que le ha hecho ser un hombre áspero y desapegado que solo encuentra consuelo en el vicio del fornicio. Cuando una exhuberante mujer vestida de rojo se le cruza en el club, decide inmediatamente que va a ser la próxima merecedora de su boa y así va a comunicárselo. La mujer en cuestión es Rosalind Sharpe y no ha ido al club a echar una brisca sino a procurarse un maromo al que poder desplumar sin mayor complicación mientras este le mira el tetamen, así que no pierde ni dos segundos en coquetear con un Avendale que ya se acerca a su capote rojo todo empitonao 🍆. Pero lo que Avendale piensa que va a ser un refrote (o varios, porque la muchacha está de toma pan y moja) se acaba convirtiendo en una obsesión que ríete tú de la mía con el vizconde palote.

Estoy a punto de pedir una orden de alejamiento

Pero mientras tú ves que ahí Avendale intenta colársela literalmente cada dos por tres, ella le hace siempre la tres catorce para que, como mucho, se toque y no se meta pero que el maromo abra la bragueta el bolsillo. Y cuanto más solícita pero esquiva se muestra ella, más empalotado y obsesionado se muestra él, así que acaba haciendo lo que Rose quiere para podérsela beneficiar a gusto.

Todo esto es tuyo, chata

Pero le acaba viendo a Rosalind las entretelas.

Sus ganas marranas

Lo que realmente ocurre es que Rose despluma al maromo pero este maromo le sale listo y le pilla, así que la muchacha se ve en la encrucijada de acabar en el trullo... o en la cama con un libro duque. 

Hay cosas peores

Como esto es un libro de Lorraine Heath, siempre hay más de lo que parece, lo que aquí se traduce en los motivos de Rose para ser desplumadora profesional y mujer a la carrera, que son de coger el pañuelo y no soltarlo. Entre ganas de trincarse y secretos, Lorraine Heath te va envolviendo en una red de deseo, misterio y penita que te tiene de lo más entretenida y con el corazón encogido. La pericia de esta mujer consiste en contarte algo que sabes de antemano cómo va a terminar (en serio, el final de todas las tramas se conoce desde la mitad del libro) y, aún así, tenerte pillada. La primera mitad del libro se sostiene con el misterio que rodea a Rose, ya que Avendale, a pesar de tener punto de vista propio, resulta tan frío viéndolo desde fuera como desde su propia mente. Él considera que lo único que le interesa de una mujer es su xirli y casi vemos más de él desde el punto de vista de Rose que desde el suyo propio. En la segunda parte, donde desvelamos el misterio y empezamos a sufrir como perras, vemos que Avendale es mucho más de lo que se ve y sus acciones hablan mucho más de él que sus propios pensamientos. Realmente es de las veces que mejor he podido observar la evolución de un personaje sin que este pierda su marcada personalidad. ¡Y ojo que hasta ha sido capaz de transformar mi antipatía en cariño!


Mirándolo algo fríamente, el libro tiene poca chicha porque, al no tener tensión sexual alguna, la primera parte nos mantiene atrapadas por el misterio de Rose y la segunda, porque el sufrimiento is coming y, además, nos vamos enamorando poco a poco de Avendale, igual que Rose. Es todo más de corte emocional y ahí Lorraine Heath es de lo mejorcito. Bueno, los guarrerismos tampoco se le dan mal pero reconozco que yo soy de las que los disfruta más si se hacen esperar y aquí te descuidas y ya te han trincado.

Again, hay cosas peores

Justo en la parte final se resuelve cierto tema que sobrevuela durante toda la lectura y la Heath lo solventa de un plumazo, lo que hace flojear bastante ese tramo. Realmente, este libro es uno de enaguas que merecen la pena pero está lejos de la calidad de las mejores novelas de la escritora. Pero tiene una amalgama de personajes tan distintos, una trama tan emotiva y un libro predecesor tan sumamente malo que le ha hecho mucho mejor para mí de lo que probablemente sea y, qué quieres que te diga, lo he disfrutado mucho, así que se lleva en nuestro Gandymetro...

Duque estiradote de comerle tol palote


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martes, 7 de junio de 2022

The Ones Who Got Away (The Ones Who Got Away 1), Roni Loren

[Libro no publicado en español]
Han pasado doce años desde que la tragedia golpeó al último curso del instituto de Long Acre. Solo unos pocos estudiantes sobrevivieron a la fatídica noche, un grupo al que los medios de comunicación llamó Los que escaparon.
Liv Arias pensó que nunca regresaría a Long Acre hasta que un documental la trae de vuelta junto con otros supervivientes. De repente su viejo amor, Finn Dorsey, se encuentra más cerca que nunca y su atracción sigue estando al rojo vivo. Cuando un ardiente beso reaviva su pasión, Liv se da cuenta de que el duro policía puede ser justo lo que necesita...
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Vaya viaje ha sido este libro, queridas, es que no sé ni cómo empezar esta reseña. Si hubiese sido una castaña, ya estaría aquí con el cuchillo entre los dientes, pero cuando leo algo que me gusta tanto y me deja tocada no sé cómo transmitiros qué he sentido leyendo, así que, por si luego me pongo a divagar y acabáis pidiendo que alguien le dé la pastillita a esta señora mayor, os digo ya que le he dado 5 Gandys y parte de mi descanso, porque me ha tenido que no pensaba en otra cosa. La verdad es que llevaba una buena racha lectora con What If You & Me (también de Roni Loren) y Anhelos ocultos de Sandra Brown, así que cogí este con más miedo que vergüenza, ya que le tenía muchas ganas desde que leí la estupenda reseña de Bona Caballero y, bueno, la expectativas y yo solemos acabar como el rosario de la Aurora, pero felizmente no ha sido este el caso.

Incluso habría llorado si tuviera corazón para hacerlo

En la romántica abunda el trauma porque es una de las cosas que más chicha da a nivel emocional así que, si llevas un tiempo leyendo, ya tienes un poco el culo pelado de traumaditos. Pero chica, aquí se riza el rizo y me he encontrado con un trauma nuevo para mí: ¡supervivientes de un tiroteo! Si no quieres trauma, toma dos tazas. Afortunadamente, Roni Loren nos evita vivir la masacre y nos lleva al mismo sitio doce años más tarde, cuando varios supervivientes del tiroteo de Long Acre se reúnen para rodar un documental. Los que eran unos chavales en su fiesta de fin de curso, con todas sus ilusiones por delante, regresan al lugar en el que muchos de sus amigos perdieron la vida y las de ellos quedaron irremediablemente dañadas. Doce años han pasado, cada uno ha vivido como buenamente ha podido, incluso aparentemente bien, pero volver al lugar del tiroteo reaviva en ellos sus ansiedades y, en el caso de Liv Arias y Finn Dorsey, sus pasiones y rencores, ya que ambos se encontraban en una posición un tanto comprometedora cuando comenzaron los disparos.

Si os pillan así en una enagüil os obligan a casaros

Pero Finn la abandonó a su suerte para ir a proteger a su cita.

Chascazo maromial que nos hemos llevado

Afortunadamente, tanto ellos como la cita de Finn esa noche, Rebecca, sobrevivieron pero nada fue igual. Liv y Finn dejaron atrás su amor clandestino y no han vuelto a verse desde entonces, así que esa mirada que cruzan ahora en el instituto es la primera después de tantos años. ¡Y vaya mirada! De esas que hasta te remueven a ti en el sofá. Ahora no son unos torpes adolescentes hormonados sino unos pibonazos adultos que sospechan que en esas ascuas que quedan entre ellos pueden darse unas hogueras de San Juan si quieren. ¿Pero van a querer? ¡Hombre, más les vale porque a ver si no para qué leo yo romántica! ¿Ella, con su cambio de nombre y su robótica vida tranquila y él con su trabajo para el FBI como agente encubierto? ¿Van a querer dejar llevarse por esa pasión nunca culminada?

Mira, por ahí viene la pasión. Tú sonríe

En cuestión de trama, esto es to, esto es to, esto es todo, amigos, ya que el libro se centra en el viaje emocional y sentimental que Finn y Olivia retoman y concluyen aquí. Hay más personajes, claro, y además con peso, ya que Liv, Rebecca y un par de chicas más, Taryn y Kincaid, fueron compañeras de "rehabilitación psicológica" tras el tiroteo y retoman su vínculo aquí, pero el libro son Finn y Olivia, la trama sentimental. Como podéis sospechar, los he adorado a ambos. Yo soy muy maromial y Finn rellena todas las casillitas de las cosas que más me gustan en los maromos literarios pero mi gran amor del libro ha sido Olivia. Era la chica rara del instituto, la pobre, el secreto del popular Finn y aquella a la que este abandonó por proteger a otra. Era tan fácil que fuera un saco de rencores... Pero para nada. Es una persona adulta que se comporta como tal, ha sabido aceptar lo que ocurrió y ha intentado construir una vida a pesar de todo. Es como Finn pero mejor, más divertida, más natural, más valiente, un personaje de esos que te hace feliz conocer. Hablando de valentía, Finn flojea más en ella en el plano sentimental pero le sobra en el plano laboral. Yo pensaba que, debido al trabajo de este, Roni Loren nos iba a dar un apocalipsis kleypasiano final pero creo que he leído demasiados libros de Pamela Claire y he pensado que este era uno de esos. Este no es de acción, es de emoción y no deja ni una sola por tocar.

Sí soy

Que ya sabéis que no soy muy sentimental pero no dejo de preguntarme qué ha hecho esta mujer en este libro para llegarme tanto. Supongo que influye mucho que haya creado unos personajes cercanos y queribles, es gente que te cae bien y a la que quieres que le vayan las cosas mejor. Son supervivientes dobles, al tiroteo y al trauma que este les dejó, así que les deseas el doble de felicidad. Roni Loren es muy inteligente a la hora de narrar la historia, dedicando el primer tercio del libro a situarnos en el presente y a que conozcamos la relación que Liv y Finn tenían en el pasado (que es de esas que tiene a tu adolescente interior suspirando). Realmente es todo bastante pausado, sobre todo en esta parte, pero en ningún momento se me ha hecho lento. Conmigo solo necesitó unas páginas para pillarme, con esa primer mirada que se cruzan, Liv, Finn y yo ya teníamos los bajos pegando brincos. Imagina tú lo que es eso cuando haya roce y refrote...

Aquí, que acabo de leer cómo se resoban estos

El sexo entre estos dos es explosivo, anda que no se tenían ganas. Las secuencias son descriptivas pero no de esas en las que lees folleteo porque sí, están dotadas de significado dentro de su historia (bueno, alguna es un poco gratuita pero no seré yo la que se queje de eso) y, además, son de consentimiento explícito, lo que bien hecho (como es este caso) me parece muy sexi. Son momentos muy pasionales pero (de nuevo, minipunto para Roni Loren) llenos de naturalidad y humor, una extensión guarreril de la relación que ambos tienen habitualmente. Es una pareja que me ha enamorado, ya solo leerles juntos ha sido una gozada para mí. Son honestos y divertidos, hacen todo de modo muy natural y eso convierte el libro en una lectura muy cómoda. Es verdad que el hecho de que sean tan sinceros y no se escondan nada le quita tensión a la historia pero yo creo que bastante tiene con la parte emocional, no necesita añadirle tensión a base de ocultar informaciones o llenarnos el libro de malentendidos. Te ríes, sufres con su pasado, estás tensa con su futuro y todo lo vives en su justo nivel, de modo intenso pero sin caerte en la marmita del dramatismo supremo. No sé, será que este libro me tocó la tecla adecuada (que ya me la podía haber tocado Finn 😏) pero me atrapó desde el principio y os podría decir que no me soltó hasta el final pero os mentiría, ya que lo terminé hace días y aquí sigo, colgada de ellos. Es ágil, divertido, muy emotivo, sexi y mil cosas más que ya os he comentado, un lectura que se va a quedar conmigo durante mucho tiempo y que confirma a Roni Loren como una de mis narradoras contemporáneas favoritas.

Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...

Finn, te quiero un potosí(n)


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