Si yo fuera vosotras, llegara a una nueva reseña de este blog y viera que
es de un libro con portada colorinchi, me agarraría los machos ante la
previsión de una reseña nefasta, ya que
tres cuartas partes de los libros que leo con portadas de esa clase me
parecen tan buenos como comer barro
(no suele quedar constancia en el blog porque soy de una generosidad
suprema y no quiero amargaros el día, pero
aquí podéis ver
que me doy hostiones constantemente). En fin, que pensé que este año con
The Spanish Love Deception
y
Josh and Hazel's Guide to Not Dating ya había cubierto el cupo de colorines que te hacen pensar en
romcoms croquetiles y te acaban dando lo que esperas, pero no sabía
yo que
me esperaba en el kindelito una de mis mejores lecturas del año. ¡Y de manos de un maromo
calculín!
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Era solo cuestión de tiempo que os volviéramos locas
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Mira, NO. Podéis compartir lumbrerismo e inteligencia, porque
Adam Carlsen, nuestro maromo, es un
investigador estrella y profesor de doctorandos en Stanford, pero
desde luego no parece salido de The Big Bang Theory sino de mis
sueños húmedos.
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Tráeme la probeta y deja que te la met*
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[Realmente la escritora se inspiró en Adam Driver pero no me gusta,
así que saco a paseo a mi Gandy]
Sin embargo, el físico de Adam se ve ensombrecido por su
hosco carácter, capaz de hacer que salgan llorando de su despacho todos los alumnos que
pasen por él.
Olive Smith no es una de esas alumnas pero también
está haciendo su investigación sobre el cáncer de páncreas allí. Por
romance reasons
(expresión favorita de Sarah MacLean y Jennifer Prokov en su podcast
Fated Mates con la que hablan de cualquier excusa que nos la pela y que hace
que avance la trama amorosa),
Olive necesita besar urgentemente a un maromo y, vaya por Dior,
es Adam que pasa por allí, así que trocotró morreril. Cuando Olive se da
cuenta de que se ha besado con el tío más rancio y ogro de todo el
departamento, le tiemblan las canillas, algo que se acrecienta cuando
le pide que se haga pasar por su novio
por las mismas
romance reasons... y
Adam acepta.
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Olive ante su falso cambio de estado civil
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Es un planteamiento tan
nadista y de mono con platillos que empecé
a hacer la croqueta y, afortunadamente, así seguí hasta el final.
The Love Hypothesis es una
comedia romántica de libro, con
todos los clichés habidos y por haber pero bien utilizados, un montón de
romance reasons que hacen que los
personajes tengan que pasar tiempo (y espacio 😏) juntos y que aprovecha el camino para adentrarnos en el mundo de la
investigación académica y el
abuso de poder. ¡Y ojo que de toda esa
mezcla no sale un churro! Sale un libro estupendo. A pesar de tocar temas
algo sensibles, la autora decide darnos dos pinceladas y seguir adelante,
porque aquí no venimos ni a amargarnos la vida ni a hacer un perfil
psicológico de los personajes y sus relaciones.
Conocemos lo justo de todos para que nos hagamos una idea de cómo
son y el resto del tiempo nos dedicamos a Olive, su mundo y su relación
con Adam. Cada capítulo (todos desde el punto de vista de Olive en tercera
persona) se inicia con una
hipótesis que más bien parece una ley de Murphy, ya que nos acerca
al pensamiento inseguro de Olive. Esa inseguridad la vemos reflejada en su
comportamiento con Adam, del que sabe que está abusando y espera
constantemente que la mande al pairo, ya que la mira como si fuera una
marciana. La habilidad de la escritora para hacernos croquetear y no
ponerle dos velas negras a Adam consiste en
dejarnos pistas obvias de lo que este siente por ella. Porque
el maromo taciturno y callado está muy bien pero no el que se cierra en
banda y no nos deja entrever sus sentimientos (a
Kulti
me remito). Aquí vamos viendo poco a poco y cada vez más claramente lo que
Adam siente, pero sin que él se lo deje claro a Olive. Tenemos
un maromo 100% respetuoso con los deseos de Olive, que no la
presiona ni con sus palabras y que dejar que sea ella la que decida por
dónde va a ir su falsa relación. Olive cree que a ningún sitio, ya que
jamás se le pasa por la cabeza que pueda llegar a sentir algo por Adam,
entre otras cosas porque ella
no es capaz de sentir deseo si no tiene una fuerte conexión emocional con la otra persona
(algo que ahora tiene nombre, demisexualidad). En fin, que Olive es la primera sorprendida de querer pasar más tiempo
con Adam y de que el xirri se le haga Pepsicola con él, así que
puede ser muy insegura pero no tan tonta como de dejar escapar la
oportunidad
cuando, por
romance reasons, obviamente, esta se presenta.
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Los fuegos de Olive pidiendo que Adam se los apague
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¡¡Ay, ay, aaaaaaaaaaaay, lo que son esos guarrerismos!! Chica, fuego
para mis pestañas. Que Adam
será un p'adentrista de manual pero también un palotista de pro
y llegan ambos a ese momento que si les acercas una cerilla se prende
sola. Hay pocas secuencias sexuales pero son
extensas y descriptivas, porque los científicos son muy
concienzudos en lo que hacen 😏, más emocionantes por lo que significan
para ambos (y ambos callan). Además, estas secuencias son una clara
demostración de que
mostrar el consentimiento explícito en la parte follardil puede ser
algo extremadamente sexi
si sabes hacerlo (y Ali Hazelwood lo hace muy bien). Además, Adam es un
personaje maravilloso que apoya por completo a Olive desde el principio,
incluso en cuestiones en las que el más seguro podría dudar, todo fruto
de que es un hombre que esconde mucho más de lo que Olive cree...
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Nosotras ya lo sabíamos
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En algunas cosillas el libro se me ha quedado corto, como en un par
de tramas secundarias que merecían un poco más de peso o en la parte
final, donde la autora nos deja con un palmo de narices
cortando abruptamente una secuencia en la que nuestro cuerpo pide
más (supongo que para que se nos pase la frustración ha escrito algo desde
el punto de vista de Adam que
podéis pedir aquí -y que 🔥🔥🔥🔥-). Reconozco que
me hubiera gustado un poquito más de proactividad por parte de Adam, ya que está bien que todo el manejo de la relación recaiga en Olive
pero es que no abre el boquino el jodío ni cuando tiene que hacerlo. Pero
bueno, este es uno de esos libros en los que ya estás tan comprada que ni las cosas que flojean te hacen cambiar tu opinión global. Ha sido
una
lectura estupenda, una
romcom de manual,
llena de romace reasons y humor en la que lo que menos importa es el final y sí el fantástico camino que
nos lleva a él.
Por todo esto, se lleva en nuestro Gandymetro...
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Adam, te voy a lengüetear hasta el tubo de ensayo
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